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CLÍNICA DÍA A DÍA
Control del celo en hurones Actualmente se recomienda el control farmacológico, tanto en machos como en hembras, pero su ciclo reproductivo es complejo y la elección dependerá de las características de cada individuo. Cátia Alexandra Henriques Silva1, Alfonso Moya Vázquez2 y Myriam Ramos Sánchez3 1 Enfermeira Veterinária. Hospital Veterinário Vasco da Gama, Rotunda das Oliveiras, 1A. 1990427 Parque das Nações (Lisboa) 2 LV, Acreditado AVEPA Nuevos Animales de Compañía/Exóticos, GPCertEx(AP) 3 LV, GPCertEx (AP) 2,3 Hispalvet Veterinarios, C/ José Luis Navarro, 14. 41940 Tomares (Sevilla) Imágenes cedidas por los autores
Figura 1. Testículos en reposo. ateuves l Nº80
Los hurones domésticos (Mustela putorius furo) son animales poliéstricos estacionales, con un ciclo reproductivo que se rige por el número de horas de luz. La época reproductiva se sitúa de forma natural en las estaciones de primavera y verano (marzo y agosto). Los machos suelen entrar en celo más temprano que las hembras, aunque en algunos casos podemos observar hurones macho cuya época reproductiva empieza en diciembre/enero y hurones hembra cuya época reproductiva se inicia en enero/febrero. Según las temperaturas y ciclos de luz/oscuridad que se den en el lugar en el que vivan, podemos ver hurones en celo todo el año.
Características Durante el periodo de celo los machos presentan los testículos hiperplásicos y en las hembras la vulva se muestra edematosa, engrosada y enrojecida. En ocasiones puede observarse una pequeña descarga intermitente seromucosa. Tanto los machos como las hembras presentan una piel más grasienta y amarillenta, y un olor corporal más fuerte, debido a la secreción de las glándulas sebáceas que son estimuladas por las hormonas sexuales. Pueden presentan prurito y/o rascado asociado al aumento de las secreciones sebáceas. El marcaje con orina suele ser frecuente, así como la reducción del apetito y un comportamiento más agresivo.
Ciclo reproductivo
Consecuencias del estro persistente
En condiciones naturales la madurez sexual en los machos empieza a los 6-9 meses; las hembras cuando ya tienen 8-12, normalmente en la primera primavera tras el nacimiento. Las hembras son de ovulación inducida y requieren la estimulación mediante la monta del macho; si la ovulación no se produce permanecen en estro persistente. Las alternativas para controlar el celo incluyen fármacos que inhiben el celo, como los análogos de la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH), o la castración.
El estro persistente ocurre cuando no se produce ovulación durante el celo, lo que provoca niveles de estrógenos muy altos en circulación (hiperestrogenismo) durante mucho tiempo. La acción de estas hormonas está relacionada con la aparición del celo, que a medio/largo plazo provoca depresión de la médula ósea. Esta supresión puede llevar a anemia, trombocitopenia, que se asocia con trastornos de la coagulación, y/o leucopenia, que predispone a infecciones secundarias por depresión del sistema inmunitario.
Figura 2. Vulva en reposo.
Figura 3. Testículos hiperplásicos en
Figura 4. Vulva hinchada en una
un macho en celo.
hembra en celo.