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La sostenibilidad en el ejercicio profesional veterinario

La sostenibilidad en el ejercicio profesional veterinario

El modelo “VetSostenible” que propone este artículo implica la incorporación de criterios de sostenibilidad al ejercicio veterinario, con prácticas mejores y más eficientes, alineadas con la transición ecológica, para lograr una actividad basada en el bienestar y la salud global.

Andrey_Popov/shutterstock.com

Alfredo Fernández Álvarez

CEO del Grupo Veterinario Peñagrande

Términos como sostenibilidad, huella de carbono, gases con efecto invernadero o, entre otros, el calentamiento global, forman parte de nuestro vocabulario actual. Hacen referencia al reto más importante al que la humanidad se enfrenta: el cambio climático. A pesar de que nos encontramos ante una emergencia climática que representa una amenaza real para la vida en la tierra, muchas personas no son conscientes de esta realidad y, lo que es peor aún, no están dispuestas a afrontar los cambios que debemos abordar en nuestros procesos cotidianos para tratar de frenar esta amenaza.

Nos encontramos ante un problema global que demanda respuestas globales. El actual nivel de emisión de gases con efecto invernadero a la atmósfera, el incremento medio de las temperaturas que está soportando nuestro planeta, la extensión de los contaminantes a nivel global o la pérdida de la biodiversidad en nuestros ecosistemas, representan un escenario de urgencia. ¡Tenemos que actuar! Es precisa una reducción drástica de nuestra huella de carbono, mediante nuevos planteamientos operativos tanto a nivel personal como profesional. Es necesario formar a las personas en sostenibilidad, concienciarlas y ofrecerles nuevas soluciones, con el objetivo de alcanzar las metas que se marcaron en el Acuerdo de París (12 de diciembre de 2015). salud de los animales, de las personas y el estado de nuestros ecosistemas. Todos ellos son elementos sensibles dentro de la problemática del cambio climático, que influyen en la presencia de enfermedades emergentes y reemergentes, el desarrollo de epizootias y epidemias, la extensión de zoonosis, el deterioro de la biodiversidad y, entre otras, la presencia de resistencias medicamentosas.

Es precisa una reducción drástica de nuestra huella de carbono, mediante nuevos planteamientos operativos tanto a nivel personal como profesional.

Debemos reorientar nuestras prácticas para seguir cumpliendo con nuestros deberes y obligaciones profesionales (salud animal, bienestar y productividad) bajo nuevos modelos dirigidos hacia la transición ecológica. Tenemos un deber adicional, de liderazgo, enfocado a la consecución de estos logros. Desde nuestros fundamentos científicos debemos transformar nuestros actuales modelos promoviendo modificaciones del actual statu quo y aportando soluciones innovadoras que nos dirijan hacia una transición ecológica justa y eficaz.

Una práctica “VetSostenible”

Responsabilidad veterinaria

Los veterinarios somos una profesión que ocupa un nicho extraordinario en el que se relacionan aspectos tan interdependientes medioambientalmente como son la prácticas mejores y más eficientes. Es importante aplicar criterios de resiliencia en el mantenimiento de estos cambios, por las tensiones y dificultades que se generarán en el intento de su consecución. La introducción de procesos de flexibilización y transformación contribuirán a alcanzar las adaptaciones necesarias.

Un ejercicio “VetSostenible” debería cumplir una serie de criterios básicos que definan una actividad basada en el bienestar y la salud global. Es necesario iniciar un nuevo camino hacia la transición ecológica. A pesar de la urgencia de la situación debemos conjugar su implementación de una forma racional, sin que suponga un potencial perjuicio en nuestras prácticas, por lo que hay que adecuarla a nuestras capacidades y limitaciones. Nuestros modelos de prestaciones asistenciales deben ajustarse a criterios de sostenibilidad mediante la incorporación de nuevos procesos que nos hagan más eficientes.

Proponemos un nuevo modelo de prestación denominado “VetSostenible” que implica incorporar criterios de sostenibilidad. Proponemos una lista de acciones concretas, más comprometidas con la protección medioambiental, esto es, unas reducir su gasto en más de un 50 % (limitadores de caudal, monomandos con resistencia o aireadores).

Calentamiento del agua

Podemos fomentar la adaptación a nuestras instalaciones de sistemas más eficientes (termos eléctricos eficientes, bombas de calor con sistemas integrales, calentadores estancos, etc.).

Control térmico ambiental

Es necesario reducir las necesidades de climatización, situando las temperaturas entre 18 ºC-21 ºC en invierno y 24 ºC-26 ºC en verano. También es deseable mejorar la eficiencia de los equipos y establecer modelos de revisión periódicos que garanticen su rendimiento.

Diseño de uniformes

La disposición de prendas adaptadas para cada época del año contribuirá a

A pesar de la urgencia de la situación debemos conjugar su implementación de una forma racional, sin que suponga un potencial perjuicio en nuestras prácticas, por lo que hay que adecuarla a nuestras capacidades y limitaciones.

Niveles de actuación para la sostenibilidad

Proponemos distintos “niveles de acción sostenibles” en los centros veterinarios para modelizar nuestras prácticas bajo estos criterios: • Empleo responsable de los recursos energéticos. • Prácticas profesionales sostenibles medioambientalmente. • Responsabilidad en materia de medicamentos. • Empoderamiento de los equipos veterinarios.

Empleo responsable de recursos energéticos

Es imprescindible hacer un uso responsable de las fuentes energéticas de que disponemos:

Uso de energías renovables

Es una de las medidas más efectivas, ya que su empleo no deja huella de carbono. Podemos integrar sistemas de producción de “energía verde”, no contaminante (placas solares fotovoltaicas). Otra opción es demandar un suministro a compañías eléctricas que nos garanticen que la energía se ha producido a partir de fuentes renovables (eólica, hidráulica, solar o biomasa). mejorar el confort y bienestar del personal, sin necesidad de demandar incrementos de los consumos energéticos.

Gestión de la iluminación

La revisión de los contratos de suministro energético, la sustitución de fuentes de luz por componentes más eficientes, la utilización de sistemas de regulación en el encendido y apagado de las dependencias y equipos (programadores, detectores de movimiento, células fotosensibles, etc.), el apagado de los aparatos y equipamientos que sea posible, incluso cuando estén en stand by o la selección de tarifas energéticas que se adecuen a nuestros horarios laborales, son determinantes para reducir el consumo de luz.

Desarrollo de prácticas veterinarias sostenibles

Las atenciones asistenciales deben contemplar criterios de sostenibilidad que conduzca la profesión hacia la transición ecológica necesaria para preservar nuestro planeta.

Diseño y construcción de centros

Optimizar las fuentes de iluminación natural constituye una medida muy útil. La incorporación de sistemas de aislamiento térmico y acústico también son muy eficientes, ya que contribuyen a reducir las pérdidas energéticas. Potenciar los sistemas de ventilación y aireación natural minimiza el consumo eléctrico. Analizar y optimizar los flujos de tránsito y circula-

ción del personal, así como el diseño de áreas de recepción del público, también es importante.

Fomentar la economía circular

Es recomendable desarrollar nuevos modelos de prestación de servicios en los que se aprovechen al máximo los recursos materiales reorientando la economía lineal, actualmente dominante, hacia la implementación de procesos circulares. Los canales de reciclaje de agua en los que se aprovechen las aguas grises para procesos de limpieza también constituyen soluciones altamente eficientes.

Gestión de los residuos

Debemos potenciar la cultura de las tres “R” (Reducción, Reciclaje y Reutilización). La correcta ordenación y normalización de los residuos biosanitarios producidos permitirá disminuir el posible riesgo hacia la salud y el medio ambiente derivado de una deficiente gestión intercentro de los desechos, a la vez que minimiza los costes de la gestión global de residuos biosanitarios.

Promoción de la cultura del reciclado

Se recomienda minimizar el empleo de elementos consumibles y desechables. Para ello, podemos tratar de promover el empleo de artículos reciclables y reutilizables minimizando al máximo la cultura del “único uso”. El uso de ropa de quirófano lavable y reesterilizable constituye una medida sumamente efectiva, pues reduce el gasto excesivo de papel y plásticos.

Gestión sostenible de agendas

Reduce la huella de carbono y la emisión de gases con efecto invernadero, derivadas de los desplazamientos con vehículos con combustibles fósiles de los clientes, proveedores y, entre otros, visitadores médicos. La optimización de los pedidos, entregas y recogidas de proveedores, la gestión de devoluciones y la ordenación de las reuniones son algunas de las medidas eficientes.

Aprovechamiento de nuevas tecnologías

El empleo de tecnología digital en los equipos de diagnóstico contribuye a reducir el gasto energético y reduce la emisión de residuos, por ejemplo, los sistemas de radiología digital. Los sistemas de comunicación online promueven la sostenibilidad reduciendo los desplazamientos. Se pueden aplicar a reuniones, conferencias, entrevistas, seguimientos clínicos o teleasistencia, creando nuevas áreas de servicio.

Incentivar el uso del transporte no contaminante

Fomentar la accesibilidad a los centros mediante la existencia de puntos de recarga para vehículos eléctricos. Promover, entre nuestros empleados y clientes, el uso del transporte público, el uso de bicicletas o, incluso, el desplazamiento andando, ofreciendo ventajas, atenciones complementarias u ofertas asociadas a quienes incorporan estas acciones.

Fomentar la medicina preventiva frente a la reactiva

La medicina preventiva se basa en la promoción del bienestar y la salud animal como elemento fundamental de equilibrio medio ambiental.

Uso responsable de medicamentos por parte de los veterinarios

Debemos tomar una serie de medidas para hacerlo posible.

Empleo responsable de antimicrobianos

La pérdida de eficacia de los actuales antibióticos y el desarrollo de resistencias tiene repercusiones medioambientales incuestionables, pues demanda el empleo de una mayor cantidad de antibióticos, un uso combinado de diferentes moléculas o el desarrollo de nuevos antimicrobianos (incrementando los gastos de fabricación, transporte, almacenamiento, etc.).

Caducidad de los medicamentos

La caducidad es una merma en la optimización de recursos médicos, que aumenta el impacto en la gestión de residuos. Procedimientos ordenados en los pedidos y en su almacenamiento contribuyen a reducir la caducidad accidental.

Empleo eficiente de los medicamentos

Procesos de diagnóstico precisos permiten prescribir más eficazmente las terapias, evitando el uso ineficaz de fármacos basados en juicios sindrómicos. El incremento en la eficiencia contribuye a la reducción de desechos (cajas, papel, envases, jeringuillas, agujas, etc.) y la emisión de gases con efecto invernadero.

Mejora de los procedimientos en cirugía y anestesiología

Los gases anestésicos son halogenados, caracterizados por su potente efecto invernadero, y tardan años en degradarse. La mejora de las prácticas quirúrgicas contribuye a la reducción de los tiempos de consumo de gases anestésicos. El uso de circuitos anestésicos con sistemas de reinhalación y flujo de gases frescos también reduce la emisión de gases. El reciclaje de gases tóxicos producidos durante procesos como la electrocirugía o la cirugía láser, mediante el uso de aspiradores con filtros adecuados, son medidas eficaces desde el punto de vistas de la sostenibilidad y seguridad personal. bales de las empresas, como los relativos a la sostenibilidad.

Incremento de las medidas de profilaxis y esterilidad en actos quirúrgicos

Trabajar en medios estériles permite reducir el empleo de antibióticos profilácticos y metafilácticos, lo que supone una importante reducción del uso de antimicrobianos en las prácticas veterinarias.

Gestión de los equipos profesionales

Es necesario empoderar a los distintos tipos de profesionales con los que trabajamos en los procesos de sostenibilidad, con

Procedimientos ordenados en los pedidos y en su almacenamiento contribuyen a reducir la caducidad accidental de medicamentos.

el objetivo de que desarrollen una actitud creativa y aporten sus propias ideas de mejora.

Promover el bienestar y el desarrollo de las plantillas

Debemos considerar todas las áreas de mejora personal de los equipos que trabajan en nuestros centros, con el objeto de estimular su integración efectiva en todos los modelos de actuación dirigidos hacia la transición ecológica.

Integración, conciliación o flexibilidad profesional

Los profesionales más felices están más integrados e implicados en los logros gloProcesos de formación y sensibilización en materia de sostenibilidad

Deben conocer la problemática relativa para combatir el cambio climático y las soluciones disponibles. Promover el conocimiento y la concienciación.

Liderazgo en materia de sostenibilidad

El veterinario debe poner su conocimiento y formación al servicio de la protección medioambiental dirigiendo a sus equipos bajo estos criterios, promoviendo y difundiendo los cambios necesarios.

Modelos de comunicación

Una adecuada estrategia de comunicación es imprescindible para difundir nuestros objetivos y acciones hacia nuestros clientes creando una cadena de valor adicional en nuestras prestaciones asistenciales. Es necesario promover acciones en las que se estimule el diálogo en esta materia y crear eventos que permitan mejorar la concienciación global (“Día de la Sostenibilidad”).

Conclusión

Procesos veterinarios considerados como prácticas “VetSostenibles” contribuirán a combatir el cambio climático y, al mismo tiempo, aportarán mejores prácticas veterinarias con un valor añadido y diferencial. Nos permitirán mostrar nuestro inequívoco compromiso con la sociedad y con nuestro planeta, reforzando nuestros criterios de calidad y excelencia profesional.

La actual emergencia climática exige una actitud proactiva en materia de sostenibilidad y que asumamos la necesidad de abordar una transición ecológica. Los veterinarios debemos liderar un cambio en el que debemos mantener una actitud proactiva definida por una serie de actitudes: constante demanda de información sobre toda esta problemática; incremento de nuestra formación y conocimiento científico; acudir a fuentes cualificadas para mostrar nuestra inquietud (organizaciones colegiales, asociaciones profesionales, administraciones públicas, etc.) demandando una implicación efectiva; y, finalmente, incorporar y difundir acciones cotidianas que promuevan la sostenibilidad en todo nuestro entorno personal.

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