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66 EN PORTADA / Patología reproductiva

Tumores vulvovaginales, a propósito de un caso clínico Los tumores vulvares y vaginales son el segundo tumor reproductivo más frecuente de la perra después de los de la glándula mamaria. María Córdoba Andrés1 Beatriz Unzeta Conde2 Miembro de AVEPA. Posgrado en Cirugía por la UAB 2 Miembro de AVEPA. Doctora en Medicina Veterinaria. Posgrado en Cirugía por la UAB. Diploma en Citología Veterinaria por la UCM Clínica Veterinaria Unzeta www.cvunzeta.com Imágenes cedidas por las autoras 1

Se presenta en la consulta una perra Yorkshire, de 12 años y 1,5 kg de peso, debido a una protuberancia en la vulva.

Anamnesis y exploración En la anamnesis los propietarios comentan que la masa apareció hace dos días de forma súbita; empezó siendo rosada pero evolucionó hacia la necrosis del tejido expuesto. La perra defeca y orina de forma normal. No han notado ningún cambio en su comportamiento, salvo que se lame frecuentemente la zona. La perra no está esterilizada, y los propietarios no saben cuándo aparecen los celos, ya que son silentes. En la exploración general se aprecia una masa pediculada, no adherida a los labios vulvares y que profundiza hacia la cara dorsal del vestíbulo vaginal. La protuberancia se muestra congestiva y, en su zona más distal, ulcerada.

Diagnóstico diferencial Por los datos obtenidos en la anamnesis y en la exploración del paciente, nuestra principal sospecha es que se trate de un tumor de morfología polipoide cuya base de implantación se encuentra en el vestíbulo vaginal o vulvar. En las perras se han reconocido varios tipos de masas vaginales o vulvares. Entre los posibles diagnósticos se encuentran prolapso vaginal, prolapso uterino, neoplasia vaginal, neoplasia uretral, hipertrofia del clítoris, pólipos y hematomas vaginales. Los tumores intraluminales, debido a su tendencia a estar pediculados, aparecen a menudo a consecuencia de que la masa es expulsada hacia el exterior a través de

Figura 5. Cuernos uterinos distendidos y friables.

los labios vulvares, especialmente en el momento del estro. Otros signos menos frecuentes incluyen sangrado o secreción vulvar, disuria, hematuria, tenesmo, excesivo lamido vulvar y distocia, que en nuestro caso no fueron descritos por los propietarios.

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se plantea como mejor opción una ovariohisterectomía. Antes de la cirugía recomendamos realizar pruebas de imagen para un mejor conocimiento de la naturaleza de la masa, así como un cultivo vaginal. No obstante, no se pudieron realizar estos procedimien-

Los tumores intraluminales, debido a su tendencia a estar pediculados, aparecen a menudo a consecuencia de que la masa es expulsada hacia el exterior a través de los labios

Tratamiento quirúrgico Se propone la extirpación quirúrgica de la masa, acompañada de ovariohisterectomía, ya que una cirugía de escisión combinada con esterilización es habitualmente una técnica curativa para tumores benignos. En dos estudios, todas las perras diagnosticadas con leiomiomas, fibromas o tumores polipoides no estaban esterilizadas. La tasa de recidivas fue del 15 % en perras no esterilizadas tras la resección local, y no hubo recidiva en aquellas perras a las que se les practicó una ovariohisterectomía al mismo tiempo. A la vista de la evidencia de una dependencia hormonal y de la alta incidencia de enfermedades relacionadas con el aparato reproductor en perras de avanzada edad,

Figura 2. Aspecto de la masa a las 24 horas de ser vista por primera vez por los propietarios.

Posteriormente se realizó una episiotomía dorsal para evidenciar la base del pedículo y la papila uretral. Los tumores intraluminales pueden ser extirpados fácilmente poniendo una o más suturas transfixiantes en el pedículo. No suele ser necesaria una extirpación amplia si se ha practicado una ovariohisterectomía, como es nuestro caso, aunque estos tumores suelen crecer a partir del músculo liso de la pared de la vagina.

Evolución

vulvares, especialmente en el momento del estro.

A

Figura 1. Aspecto de la masa el primer día que fue vista por los propietarios.

Figura 6. Episiotomía media dorsal.

tos por falta de presupuesto de los propietarios del animal. Se llevó a cabo una analítica de sangre y no se evidenciaron alteraciones ni en hematología ni en la bioquímica.

Técnica quirúrgica Primero se llevó a cabo la ovariohisterectomía por técnica convencional, durante la cual se apreció que los cuernos aparecían distendidos y friables con contenido seromucoso en su interior. En varios estudios se ha reportado que un tercio de las perras intervenidas por causa de masa vulvar o vaginal presentaban cambios concurrentes en el útero, ovarios y glándula mamaria, incluyendo hiperplasia glandular quística endometrial, quistes ováricos y tumores de las glándulas mamarias.

En la revisión posquirúrgica de las 24 y 48 horas posteriores a la cirugía la perra orinaba y defecaba con normalidad, no había indicios de sangrado. Más adelante, 6 meses después de la realización de la cirugía, no se apreciaron nuevos crecimientos vulvovaginales.

Diagnóstico anatomopatológico Aunque las características, combinadas con la localización y apariencia de la lesión, son sugestivas del tipo de tumor, el diagnóstico definitivo se obtiene a través de la evaluación histopatológica del tejido escindido. Según el laboratorio, el diagnóstico histopatológico resultó compatible con un leiomioma. Se correspondía con el desarrollo de una neoplasia benigna procedente de la musculatura lisa.

B

Figuras 3 y 4. Aspecto de la masa a las 48 horas, en la visita al veterinario.


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