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Manejo quirúrgico de las fracturas de cúbito y radio Estas lesiones son bastante comunes y, además, muestran una alta tasa de complicaciones si no se manejan correctamente. Alfonso Chico Centro Quirúrgico Veterinario (La Coruña) Imágenes cedidas por el autor
Las fracturas de cúbito y radio son bastante comunes en animales de compañía: constituyen hasta el 18 % del total de las fracturas [1]. El antebrazo posee un recubrimiento de tejidos blandos muy precario en comparación con otros huesos, por lo que las fracturas abiertas no son raras. En muchas ocasiones el hueso exteriorizado penetra de nuevo dentro de la piel; por ello, hay que buscar detenidamente orificios en el área fracturada para poder determinar si la fractura es realmente abierta o cerrada, lo cual puede influir en el manejo posterior de la fractura.
El porcentaje de no uniones en estas fracturas es muy alto. Algunos autores las han cifrado en casi la mitad de todas las no uniones de huesos largos que ocurren en el perro [2]. Esto se debe a que la vascularización metafisaria de las fracturas de tercio distal de radio, que son las más comunes, es muy lábil, especialmente en razas pequeñas y toys. Por otro lado, el pobre recubrimiento muscular en estas razas restringe el aporte vascular extraóseo y, por lo tanto, el desarrollo de callo perióstico. El cúbito y el radio tienen una alta tasa de complicaciones en la cicatrización de las fracturas que no solo se corresponde a no uniones sino también a mal-uniones, osteomielitis, sinostosis y deformidades angulares debidas a cierres prematuros de placas de crecimiento.
rentemente estables, o también en aquellas con el periostio todavía intacto.
Tratamiento quirúgico Fracturas diafisarias Las fracturas diafisarias de cúbito y radio son, con mucha diferencia, las más comunes. Las fracturas del antebrazo pueden ocurrir aisladamente en uno de los dos huesos o, más comúnmente, en ambos a la vez. En este caso, la fractura puede estar al mismo nivel en los dos huesos o en diferentes niveles. En muchas ocasiones las fracturas son bilaterales y simétricas cuando se originan por caídas (figura 1). Cuando solamente el cúbito está fracturado, a veces no es necesaria la reparación quirúrgica,
Solamente se plantea el uso de coaptación externa en algunos casos de fracturas en tallo verde o inherentemente estables, o también en aquellas con el periostio todavía intacto.
Tratamiento conservador
Figura 1. Fractura bilateral y simétrica de cúbito y radio en un Yorkshire de 7 meses causada por una caída.
En la práctica totalidad de las fracturas de cubito y radio no se recomiendan los métodos de coaptación externa. Las posibilidades de desarrollar una falta de unión son demasiado altas debido a los factores explicados anteriormente. Si la fractura finalmente cicatriza, puede que lo haga con una rotación o torsión. Solamente se plantea este tipo de fijación en algunos casos de fracturas en tallo verde o inhe-
salvo que afecte al olécranon o al proceso estiloideo. Si solamente está fracturado el radio, la fractura poseerá una estabilidad inherente mayor, ya que el cúbito actúa como soporte. Se ha estudiado mucho la estructura del radio distal de las razas enanas. Las fracturas distales se producen entre el 15 y el 35 % de la longitud radial y la causa suelen ser traumatismos mínimos compresivos, como pequeñas caídas. En razas grandes, este tipo de lesión suele saldarse con una
rotura de ligamentos palmares e hiperextensión carpal, pero en razas enanas se ha demostrado en análisis multifactoriales que la densidad ósea y la geometría del radio distal dan como resultado fracturas radiales [3].
Fijadores externos Los fijadores externos son especialmente atractivos para reparar fracturas diafisarias de cúbito y radio, ya que muchas de ellas son abiertas. Además, la manipulación de los fragmentos óseos es sencilla a cielo cerrado al carecer de grandes grupos musculares que dificulten la reducción. Las configuraciones normalmente usadas son las de tipo II (uniplanar bilateral), aunque en determinados casos se puede usar la de tipo I (uniplanar unilateral), o tipo III (biplanar bilateral). En cada caso el cirujano debe evaluar el tipo de abordaje. Con un abordaje abierto la reducción de la fractura es superior, aunque a costa de: una mayor destrucción de tejidos blandos, limitación del aporte sanguíneo, posibilidades de infección y alargamiento del tiempo quirúrgico. Sin embargo, en la mayoría de los casos se colocan a cielo cerrado o con una exposición mínima, ya que la reducción es sencilla de comprobar. En fracturas altamente conminutas o infectadas es preferible no abrir el foco de fractura.
Los fijadores externos son especialmente atractivos para reparar fracturas diafisarias de cúbito y radio, ya que muchas de ellas son abiertas. En razas toy o enanas, su uso está menos aconsejado por el mínimo grosor del radio que limita el tamaño de la aguja que se va a insertar. En razas pequeñas (entre 5 y 8 kg) se puede considerar su uso aunque el peso de las rótulas y barras conectoras pueden lastrar en exceso el miembro, por lo que es buena opción el uso de barras de cementos acrílicos o de carbono.
Fijación interna Figura 2. Imagen intraquirúrgica de la fractura de la figura 1. Exposición mínima de tejidos y vista de la fractura tal como aparece en el abordaje, con el fragmento distal solapado por encima del resto de la diáfisis.
Figura 3. Reducción de los fragmentos de la anterior fractura. Las pinzas de fragmentos en los extremos del hueso (no visibles en la imagen) mantienen la reducción.
Figura 4. Colocación de una placa de 7 tornillos produciendo compresión interfragmentaria.
Figura 5. Cierre del abordaje intentando posicionar el periostio recubriendo el foco de fractura.
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Las placas y tornillos son especialmente útiles en fracturas de tercio distal de radio, sobre todo en razas miniatura y toy, ya que por sus características especiales no hay más alternativa que la fijación interna (figuras 2, 3, 4, 5, 6 y 7). Normalmente se colocan en la cara craneal del radio, que es aplanada y curvada cranealmente (lado de tensión). En algunos casos puede ser preferible la cara medial para que los implantes no interfieran con los tendones extensores [4]. Las placas DCP se pueden colocar en fracturas transversas u oblicuas cortas, pero en fracturas más distales se requieren implantes especiales como los diferentes tipos de placas en “T” (figura 8). Por ejemplo, las nuevas placas bloqueadas en “T” interfieren menos con los tendones extensores y proporcionan una funcionalidad excelente en los casos evaluados, consiguiendo una imagen de consolidación