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Distinto enfoque nutricional para trastornos digestivos diferentes El tracto digestivo puede presentar diversas patologías cuyo tratamiento se basa en el manejo nutricional, que habrá que adaptar según el tipo de trastorno. Gemma Baciero Departamento de Comunicación Científica de Royal Canin Imágenes cedidas por la empresa
Aunque todas las dietas indicadas para problemas gastrointestinales se caracterizan por una elevada digestibilidad, no recurriremos a la misma en todos los casos. Distintos niveles de fibra, mayor o menor aporte de grasa o diferentes tipos de proteína nos permitirán ofrecer diversos enfoques nutricionales según la enfermedad.
Gastroenteritis agudas En el manejo dietético de las gastroenteritis agudas, después de un ayuno máximo de 24 horas, se recomienda introducir una dieta muy digestible en tomas poco voluminosas y frecuentes, durante 24-72 horas. En gastroenteritis víricas se recomienda la utilización de sondas de alimentación e introducir el alimento gradualmente desde el primer día de hospitalización, una vez que el paciente ha sido estabilizado. La nutrición enteral se asocia con periodos de recuperación más cortos, incremento de peso y mejora de la función barrera del intestino en cachorros con enteritis por parvovirosis en comparación con los que no reciben nada por vía oral.
Enfermedad inflamatoria intestinal La enfermedad inflamatoria intestinal (EII o IBD) representa una de las principales causas de problemas digestivos crónicos en pequeños animales. Su manejo nutricional puede seguir dos enfoques: una dieta de muy alta digestibilidad o dietas de eliminación, aunque no haya una sensibilidad demostrada frente a los ingredientes proteicos actuales. Las dietas de eliminación pueden ser beneficiosas en los casos de EII porque, a veces, estas enfermedades son secundarias a la inflamación de la mucosa aunque no haya una sensibilidad demostrada frente a los ingredientes proteicos. Las proteínas hidrolizadas han demostrado mejorar los signos clínicos en la EII tanto en gatos como en perros. Su efecto beneficioso en estos casos se basa en que pueden interaccionar positivamente en la inflamación de la mucosa, que puede alterar la absorción de los nutrientes, así como en el transporte de los minerales y de los líquidos. Su eficacia también se explica por la elección de proteínas de alta calidad y digestibilidad para reducir al mínimo la indigestión por proteínas y, en consecuencia, la producción de toxinas por la flora bacteriana. Otro factor importante es la limitación de las grasas o la modificación de la fuente de las mismas. Puesto que ciertas bacterias
pueden hidroxilar los ácidos grasos en el tubo digestivo y los ácidos grasos hidroxilados pueden inducir diarrea secretora, en algunos pacientes van bien las dietas con bajo contenido en grasa. Son fuentes de grasas adecuadas los aceites vegetales, la grasa de aves y el aceite de pescado. Este último ofrece la ventaja de su alto contenido en ácidos grasos omega-3 de cadena larga (EPA y DHA), que pueden ser beneficiosos por sus propiedades antiinflamatorias. Los probióticos y prebióticos también pueden utilizarse en estos casos. Existen algunas pruebas de que podrían ser útiles en el tratamiento de la EII en el hombre.
Pancreatitis Algunos estudios en gatos y perros han confirmado que la colecistoquinina (CCK) y la gastrina están implicadas en la estimulación de la secreción enzimática pancreática, siendo la CKK el estimulador más potente. Los hidratos de carbono parecen tener una débil capacidad de estimular la liberación de la CCK y por tanto de la secreción enzimática. Sin embargo la proteína y la grasa son estimulantes más potentes de la secreción pancreática y es más probable que favorezcan una recaída.
animales obesos. Estas no son apropiadas para los pacientes críticos que se están recuperando de una pancreatitis. Las proteínas deben de ser de elevada calidad y en cantidad suficiente como para cubrir las necesidades, pero no demasiado elevadas para no favorecer la estimulación del páncreas.
Colitis El tratamiento de las colitis agudas se basa en la eliminación de la causa de inflamación (cuerpo extraño, parásitos, infecciones bacterianas), lo que en algunos casos puede resolver el cuadro, aunque a veces las alteraciones de la motilidad se mantienen hasta 2-3 semanas después de
Al contrario que la pancreatitis canina, la felina no evoluciona de manera diferente si la alimentación es pobre en materia grasa. Teniendo en cuenta esto, la dieta debe ser altamente digestible y se recomienda reducir el contenido lipídico para disminuir la estimulación del páncreas, aunque esto es menos importante en el gato que necesita un porcentaje de grasa elevado. Al contrario de lo que sucede con la pancreatitis canina, la felina no evoluciona de manera diferente si la alimentación es pobre en materia grasa. Algunas dietas bajas en grasa son también bajas en energía puesto que están formuladas para la pérdida de peso en
resolverse la inflamación. En las colitis crónicas el enfoque nutricional será el mismo. El objetivo nutricional será reducir la llegada de restos no digeridos al colon. Además, en función de la etiología, puede ser beneficioso adaptar la dieta con el fin de ayudar a equilibrar la población microbiana y su actividad, así como regular la motilidad alterada. Las fibras fermentables, como la pectina o la goma de guar, constituyen un sustrato para la biomasa bacteriana y proporcionan la energía necesaria para su correcto cre-
Mejorar la digestibilidad de las proteínas para limitar las fermentaciones en el colon 100 g de proteínas ingeridas
Proteínas digeridas: 88 g
Proteínas digeridas: 95 g Aumento de la digestibilidad: 7 %
Proteínas no digeridas: 12 g
Proteínas no digeridas: 5 g Reducción de las proteínas no digeridas: 58 %
Un nivel muy bajo de proteínas no digestibles limita la fermentación en el intestino y, por lo tanto, la presencia de sustancias que pueden provocar inflamación y diarrea osmótica.
Artículo gentileza de Royal Canin 183
cimiento. Esta actividad fermentativa también genera grandes cantidades de ácidos grasos de cadena corta (AGCC) y de ácido láctico, que tienen un papel trófico extremadamente importante para la salud de la mucosa del colon. Las fibras insolubles tienen la capacidad de regular el tránsito y de absorber agua. La flora del colon apenas descompone las fibras insolubles (celulosa, hemicelulosa, lignina), que quedan prácticamente intactas en las heces. Su importante capacidad higroscópica (pueden absorber hasta 25 veces su peso), hace que mejore la consistencia fecal. El psyllium, famoso por sus propiedades laxantes, también se comporta como una esponja absorbiendo el agua y creando un gel viscoso. Posee así un efecto antidiarreico y aumenta la viscosidad del quimo intestinal. En gastroenterología humana, el psyllium está especialmente indicado para aliviar las inflamaciones gastrointestinales y tratar el síndrome del colon irritable. Se recomienda que el alimento se ofrezca en cantidades pequeñas y varias veces al día.
Estreñimiento En general, el estreñimiento se trata aumentando los niveles de fibra e intentando aumentar el consumo de agua. Se trata de administrar una dieta altamente digestible y que ayude a modificar la motilidad intestinal, aunque también hay que tener en cuenta que la composición del alimento determina la capacidad de retención de agua de los materiales no digeridos que llegan al colon. Algunos casos de estreñimiento responden a un aumento del contenido de fibra en el alimento, con altas proporciones de fibra insoluble. La fibra alimentaria de baja solubilidad, por ejemplo la celulosa, aumenta el volumen del contenido intestinal y puede ayudar a regular la motilidad. Además tiene cierta capacidad de absorber el líquido no absorbido, por medios físicos. Todo ello se traduce en un aumento del contenido de agua en las heces, la disminución de la duración del tránsito y un aumento de la frecuencia de defecación. El inconveniente del aumento de la cantidad de fibra insoluble es que reduce la digestibilidad del alimento, por lo que su concentración debe controlarse.