MARÍA MAGDALENA APÓSTOL DE APÓSTOLES
Soy el puente entre el cielo y la tierra. Soy completamente humana y completamente divina.
QUIÉN ES
María Magdalena encarna esa capacidad que todos poseemos de fusionarnos con nuestra alma para recibir orientación divina a través de un amor sin fin. María nació en el siglo i en Magdala (Israel). Fue la primera en ser testigo de la resurrección y, por ese motivo, se la venera en la cristiandad como «Apóstol de Apóstoles».
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Cynthia Bourgeault, escritora y sacerdotisa episcopal, nos cuenta en su obra The Meaning of Mary Magdalene (El significado de María Magdalena) que los Evangelios de Tomás, Felipe y María Magdalena revelan que María no era solo una preciada compañera, o koinonos, de Jesús, sino su igual en las tareas de enseñanza y en la transmisión de su doctrina. Bourgeault cree que el Evangelio de María Magdalena contiene un saber oculto que Cristo le otorgó a María para que superase las siete fases y alcanzase el alma o nous, es decir, el punto álgido del alma. Fue precisamente esa unión con su alma la que le permitió ver a Cristo resucitado. En la iconografía clásica, a María Magdalena se la asocia con el huevo y con el color rojo por una leyenda ortodoxa oriental. En dicha leyenda se cuenta que María recurrió a un huevo en la corte de Tiberio César para explicar la resurrección: César, que no se creía lo que María le estaba contando, le dijo que era tan imposible que una persona resucitase de entre los muertos como que el huevo que tenía en la mano se volviese rojo. El huevo se tiñó de rojo inmediatamente.
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Se cuenta que, después de este episodio, María se desplazó al sur de Francia escapando de la persecución para continuar su ministerio. Se cree que vivió los últimos 30 años de su vida en las cuevas de Sainte-Baume. Allí encontró a Cristo gracias a un amor que habita el corazón humano, pero que perdura más allá de él. SI TU CORAZÓN SELECCIONA SU CARTA
María Magdalena representa el amor intenso e inquebrantable al que todos tenemos alcance dentro de nuestros vulnerables corazones. Es un amor que convierte en sagradas a todas las cosas, ya se trate de animales, ángeles, las personas más pobres o las más poderosas. Es un amor que conoce el valor inherente de todo. Y es un amor que perdura hasta en los peores momentos, incluso en la muerte. Es un amor que resucita. El Evangelio de María Magdalena cuenta que Jesús vino a la tierra para unirnos, para mostrarnos un «ser humano de verdad», un anthropos, es decir, una persona que es, al mismo tiempo, completamente humana y completamente divina. En eso se convirtió
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María y por eso Jesús la estimaba tanto: ella no buscó imitar al maestro, sino que procuró manifestar su verdadero ser. María Magdalena nos recuerda que tenemos el poder de recibir visiones desde el interior. Nos merecemos esa proximidad con lo divino porque forma parte de lo que significa ser verdaderamente humano. Nos explica que existe un puente entre el cielo y la tierra y que nosotros somos ese puente. Y no quiere que olvidemos que la iglesia más verdadera en la que jamás podremos entrar es nuestro propio corazón: allí es donde reside nuestro verdadero poder y donde el amor nunca se agota.
MEDITACIÓN DE LA VOZ DEL ALMA
¿Adónde no ha llegado mi amor todavía? INTENCIÓN
Soy el puente entre el cielo y la tierra. Soy completamente humana y completamente divina.
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MARÍA MAGDALENA A P Ó S TO L D E A P Ó S TO L E S
Soy el puente entre el cielo y la tierra. Soy completamente humana y completamente divina.
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