19900c

Page 15

en condiciones normales me habría quedado acurrucada en casa con un libro, me abrigué y asistí a un Festival de Hielo. Una mañana me levanté a una hora demencialmente temprana para ver una luna de sangre. Celebré con mi cachorro el Día Nacional del Perro. Mis amigas no tardaron en saber que estaba abierta a prácticamente cualquier cosa que pudiera considerarse nueva, y empezaron a lloverme invitaciones, no sólo de ellas sino también de otras amigas suyas. Fue así como viajé en un trineo tirado por perros, contemplé las estrellas en el parque High Line de Nueva York y comí con Antonia Lofaso, celebridad de Top Chef; asistí a un desfile de modas de la Fashion Week y conocí a Gilbert King, autor galardonado con el Premio Pulitzer. Además, acudí a incontables conferencias sobre todo tipo de temas que antes no habría juzgado útiles ni interesantes, y encontré algo apreciable en cada una de ellas. Cada vez que me enteraba de algo especial, me forzaba a perseguirlo. En lugar En lugar de “¿Por de “¿Por qué?” me preguntaba “¿Por qué qué?” me preguntaba no?” y convertí “sí” en mi respuesta permanente. Cuando supe que un grupo de “¿Por qué no?” mi localidad intentaría entrar en el Guiny convertí “sí” ness Book of World Records por lograr que en mi respuesta un número nunca antes visto de personas saltaran en trampolines elásticos, me permanente. inscribí de inmediato. El día del evento amaneció frío y lluvioso. Ninguno de mis amigos ni familiares quiso acompañarme para constatar mi proeza, pero cuando llegué a la sede encontré a cientos de personas tan entusiasmadas como yo. Saltamos más de una hora, estimuladas por el ejercicio y la satisfacción de que hacíamos algo extraño pero maravilloso. Una gran cantidad de mis cosas novedosas tuvo que ver con la comida: probé el jabalí, comí ortigas, probé las grosellas, bebí Limoncello, hice pesto y hummus en casa, preparé una pizza de cabo a rabo. Descubrí que las berenjenas tailandesas no se parecen a ninguna otra que hubiera visto alguna vez; son verdes y redondas, aunque la pulpa se ablanda al cocerse, como la de una berenjena común. Descubrí que los rábanos asados no me gustan más que los crudos, pero que adoro la maracuyá en todas sus formas. Al mirar atrás, no me importa que muchas “cosas nuevas” de ese año no hayan sido del todo relevantes. Lo que cuenta es que descubrí que había un número infinito de cosas que podía probar. Esto me pare18

|

CDP_El poder del sí.indd 18

un año de cosas nuevas

3/30/20 7:15 PM


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.