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REFUGIO MILENARIO SEDE DE LA AGENCIA WELLS

Se prepara una nueva misión para los tres Detectives del Tiempo…

Annika Lindberg Tom O’Clock Espíritu de aventura, carácter combativo, poco diplomática.

Josh Bennett Pasión por la historia, Estilo impecable, discurso gran intuición, un brillante, el príncipe de desastre con las chicas. los fanfarrones.

Espiralómetro y Libreta Los instrumentos del oficio heredados del abuelo Gordon.


Cronolabio

Marcador de las burbujas temporales. Se ilumina cuando registra una anomalía en la historia.

rso

Miss Driscoll

Mirada fría, nervios a flor de piel, guía indispensable de los jóvenes detectives.


Primera edición: mayo de 2017 Título original italiano: Il fantasma dell’arena Idea original de Mario Pasqualotto Supervisión del texto: Luca Blengino Cubierta: Stefano Turconi Ilustraciones: Nicola Sammarco y Francesco Baldassarre Adaptación del diseño y maquetación: Endoradisseny Edición: Jose M. López Dirección editorial: Iolanda Batallé Prats © 2016 Atlantyca Dreamfarm s.r.l., Italia Publicado por primera vez por De Agostini Libri, S.p.A. © 2017 Andrés Prieto, por la traducción © 2017 La Galera, SAU Editorial, por la edición en lengua castellana Derechos internacionales © Atlantyca S.p.A., via Leopardi, 8 - 20123 Milán (Italia) - foreignrights@atlantyca.it, www.atlantyca.com Todos los nombres y personajes contenidos en este libro son licencia exclusiva de Atlantyca S.p.A. en la versión original. Les versiones traducidas y/o adaptadas son propiedad de Atlantyca S.p.A. Todos los derechos reservados. Casa Catedral ® Josep Pla, 95 08019 Barcelona www.lagaleraeditorial.com lagalera@lagaleraeditorial.com Impreso en Limpergraf 08210 Barberà del Vallès Depósito legal: B-6.064-2017 Imprès a la UE ISBN: 978-84-246-6032-1 No se permite almacenar, reproducir o transformar de ninguna manera, ya sea electrónica o mecánica, incluyendo la fotocopia o el escaneo o cualquier otro sistema de almacenaje, la totalidad o parte de este libro sin la autorización escrita del propietario del copyright. Para más información, contactar con Atlantyca S.p.A.


Sir Steve Stevenson

El gladiador fantasma Ilustraciones de Nicola Sammarco y Francesco Baldassarre TraducciĂłn de AndrĂŠs Prieto


Agencia

Misión n.º 0498754328098 Grado de los agentes: Hierro Forjado Lugar: Pompeya Año: 23 a.C.

Objetivo de la misión Descubrir quién es el misterioso individuo que siembra el pánico en el anfiteatro de la ciudad mediante peligrosos sabotajes. Riesgo de

burbuja

El emperador Augusto se prepara para asistir a un espectáculo en su honor con los mejores gladiadores de Pompeya. Si algo saliese mal, el emperador podría enfadarse hasta el punto de ¡cancelar los combates de gladiadores en todo el Imperio! La probabilidad de que la burbuja estalle es más bien baja.

Época Las fiestas, los espectáculos y las diversiones se celebran sin pausa en la espléndida colonia de Pompeya, destino predilecto de los romanos ricos para pasar las vacaciones. Pero entre ellos están presentes las rivalidades y las envidias: todos intentan ganarse las simpatías del emperador y ¡hay alguno que está dispuesto a hacer cualquier cosa para lograrlo!


Guardián de la misión

Claudio Publio Desmemorio, detective de nivel Plata Bruñida. Despistado y chapucero. Si no tuviese la cabeza pegada al cuello, ¡se la olvidaría en alguna parte!

A quién os encontraréis Clelia Graciosa sobrina de un rico comerciante. Josh no deja escapar ninguna oportunidad para cortejarla.

Octavio Augusto

El primer emperador romano. Reinó durante cuarenta y un años, a partir del 27 a.C. Fue muy querido por el pueblo.

Gladiador Fantasma Envuelto en una capa de color púrpura, lleva una máscara de mirmillón. Conoce el anfiteatro como la palma de su mano. Hay que desenmascararlo.



Prólogo

Pompeya, verano de 23 a.C.

—No os mováis —murmuró Josh Bennett pegándose a la pared—. ¡No hagáis ruido, o nos zampará como si fuéramos palomitas! Un tigre ocupaba casi todo el estrecho callejón. —No sabía que había tigres en Italia —dijo Annika con una mueca. —Habla bajito y no lo mires fijamente —le rogó Josh—. Si no, parecerá que lo estás desafiando. —Los patricios romanos los importaban de Oriente, sobre todo de Persia —murmuró Tom—. ¡Les encantaban! Los exhibían en el circo o en los combates de gladiadores. Si no me equivoco, este 9

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Prólogo es un ejemplar de tigre del Caspio. En la actualidad está completamente extinguido, ¡como el Dilong paradoxus! —No creo que todas estas perlas de la historia sean de cosecha propia. Me huelo que el abuelo Gordon debe de tener algo que ver, como siempre... —comentó Josh. Tom asintió. —Habla de ello en su libreta. Hay diversos fragmentos sobre la antigua Roma y yo los he... —¡Chitón! —soltó Annika—. ¿Queréis callaros un poco? ¡Ese gatazo de ahí está empezando a ponerse nervioso! El gigantesco felino había entornado los ojos. Su cola rayada azotaba nerviosamente el aire. —Minino, minino... —continuó la joven detective dando un paso hacia delante—. No queremos hacerte daño. —No sé si con eso bastará —gruñó Josh—. ¡Puede que este minino quiera convertirnos en su desayuno! 10


Pompeya, verano de 23 a.C. —¿Y si intentásemos pedir ayuda? —propuso Tom. —Si levantas la voz, lo enfadarás —murmuró su amigo. —¿Se te ocurre una idea mejor? El tigre bostezó y exhibió unos colmillos largos como puñales. Mientras tanto, Annika se había acercado un poco más al animal. —Muy bien, amiguito —dijo en voz baja—. Venga, va, déjame pasar. —¡¿Te has vuelto loca?! —exclamó Josh—. ¡Vuelve aquí! —Confiad en mí. Basta con moverse poco a poco y mantener la calma. Sin hacer gestos bruscos, ni ruidos repentinos. Estoy segura de que saldremos de esta. —¡Aquí está! —gritó alguien—. ¡COGEDLO! En el otro extremo del callejón habían aparecido dos sombras. Alterado por los gritos, el tigre salió disparado 11


como un muelle y cortó el aire con las zarpas a pocos centímetros de Annika, que se echó hacia atrás y se arrimó a la pared entre Tom y Josh. —¿Lo ves? ¡Ya te lo había dicho! —replicó Josh. —¡No tengo la culpa de que esos dos hayan aparecido de repente! —protestó ella. —Chicos, esto se está poniendo feo —dijo Tom.

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Pompeya, verano de 23 a.C. Ahora la mirada del animal se desplazaba con furia de los chicos a los dos hombres tiesos como palos que había a la entrada del callejón. —Ostras, ¿has visto? —dijo el primero—. ¡Allí hay unos chicos! —¡Socorro! —gritó Josh. El tigre del Caspio emitió un sonoro rugido y se lanzó sobre el detective del tiempo. Tom cerró los ojos. No tenían escapatoria.

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