Papá y mamá quieren que se lave la cara, se lo dicen dulcemente y con voz clara; pero el niño no se cansa de protestar: «¡No! ¡No me la pienso lavar!». Mamá y papá están muy cansados... ¿conseguirá su paciencia algún resultado?
Papá y mamá quieren que se lave la cara, se lo dicen dulcemente y con voz clara; pero el niño no se cansa de protestar: «¡No! ¡No me la pienso lavar!». Mamá y papá están muy cansados... ¿conseguirá su paciencia algún resultado?