después de pensarlo por tanto tiempo. Luego sacude la cabeza—. Ayer, mientras estaba en el trabajo, programaron “Summerlong” al menos tres veces. Ésta es otra de las canciones de papá, y no me sorprende que suene donde trabaja Tessa: una tienda para patinadores y esquiadores de tablas para nieve. La música ahí es implacablemente dinámica y energética, intentando que la gente compre guantes y sombreros y dos chamarras para esquiar cuando sólo necesitan una. O, cuando ya hace calor, dos tablas o dos pares de rodilleras de plástico. “Summerlong” encajaría bien ahí porque suena a una canción feliz, aunque la mayoría de la gente no percibe que su mensaje es triste. La canción se incluyó en el mismo primer disco de solista que “Secret Story”, un año después de que Shelter se separó, pero todavía se escucha en 92.9 fm, Hot Mixx Radio (¡Calienta el día con tus canciones favoritas!) de mayo a septiembre. El mes pasado la escuché en el supermercado. Estaba en la zona de los cereales, y mamá estaba en la sección de congelados, y como resultado tenemos más cajas de Rice Krispies y de paletas heladas de frambuesa de lo que puede consumir en un año una familia de dos personas. Ambas seguimos la misma estrategia: continuar tomando productos, despacio y de forma deliberada. Leer los ingredientes, montar un espectáculo como si intentáramos tomar la decisión correcta, y luego elegir ambos. Fue un excelente teatro de compras, pero nadie estaba mirando. El punto esencial fue evadirnos la una a la otra hasta que la canción terminara para que no tuviéramos que hablar al respecto. Ella llevaba el carrito, así que yo era la rara que iba cargando media docena de cajas de cereales General Mills. Tenía los brazos tan llenos que apenas podía ver por encima de ellos. Cuando la encontré sonaba la canción 23
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