Torre de Progresión
Estancia y Discreción cd Variedad de todos Usted dice a dónde quiere ir ba G por J. C. de la P. A. del M., S. del E. I., D. y E. e Desde 1946 f
y no se levantó de inmediato. —Qué raro sonó eso. —¿Qué cosa? —Oiga, pero además, ¿ya se dio cuenta, Horacio? —¿De qué? —Usted es ese hombre, ¿no? El que estaba espere y espere. —¿Yo? —¿No? ¿No le parece? De pronto, le parecía encontrarse en un momento crucial, el último de quietud que tendría en mucho tiempo, y sin hablar, sin moverse, dejó que las puntas de los dedos de su mano izquierda sintieran la aspereza del cemento; cerró los ojos y procuró escuchar los gritos de la niña que se alejaba, cada vez más tenues entre sus pasos y los de sus padres y tantos otros, a diversas distancias; se concentró, por un momento, en el peso, el olor, la textura y hasta las humedades casuales de su propia ropa, que eran las de muchos otros días, en muchos lugares; también escuchó las músicas, átonas, pulsantes, como latidos de muchos corazones, que venían de tiendas y de puestos callejeros, entre voces chillonas de hombres y mujeres que anunciaban ofertas en farmacias, cuáles eran los hechos terribles 25
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