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LOS INICIOS DE LA FIESTA DE LA FLECHA

Los Inicios de la fiesta en la Flecha
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La Flecha se creó a orillas del río Pisuerga y estaba compuesta por una ermita, el Monasterio de Santa Ana, el Priorato de San Pedro, un molino y las dependencias que esto conllevaba: granja, huertas, cuadras, palomares, paneras, corrales y varias viviendas.
La Flecha actual, como barrio del municipio de Arroyo de la Encomienda, fue creciendo y asentándose en los años 40 al otro lado de la carretera nacional 620 junto a la casa del Caminero y el almacén de butano.
Corría el año 1959 y estando reunidos unos cuantos vecinos en el bar La Flecha: Toribio Álvarez, Pedro Pérez, Elisardo Zapatero, el Sr. Santiago, Antonio de Blas (hijo del poeta Raimundo de Blas), el Sr. Heriberto (secretario de la casa del caminero) y varios más, decidieron crear unas fiestas patronales. Sobre el año 1947 surgió la finca de Aranzana y en el núcleo de La Flecha iba incrementándose el número de viviendas y hasta se abrió un bar. 9




Necesitaban un santo y fue Toribio Álvarez junto su mujer la Señora Geno, los que regalaron la imagen de San Antonio, que según recordaba su hijo le valió 3.400 pesetas.
Fundaron la Cofradía y establecieron que cada cofrade abonase una cuota de 3 ptas./mes para que llegado el día 13 de junio pudieran celebrar su fiesta.
Más datos se tienen a partir de 1961 cuando la Cofradía la presidía Saturnino Torres y junto a Eugenio Fernández, Edesio Benito y otros vecinos más, apuntalaron la fiesta



con una fuerte devoción y 80 cofrades.
La procesión se realizaba por la pradera y las viviendas de la orilla del río, el baile en la panera de trigo que estaba junto a la ermita y el acto religioso coincidía con la celebración de la primera comunión de los niños que residían.







Unos años más tarde, con el asentamiento de más personas, el baile pasó a celebrarse en la pista del bar La Flecha. El antiguo Alcalde Pedro Pérez contó que la orquesta les valió 8.000 pesetas, y que los vecinos ayudaron a echar cemento para adecentar el suelo.







Las procesiones empezaron a alargarse desde la Ermita del río hasta cruzar la carretera y guardaban el Santo en casa del Sr. Toribio y la Sra. Geno hasta que se construyó la iglesia.







La fiesta atravesó una crisis en los años 80 y tuvo que solventarse con la inclusión del Ayuntamiento de Arroyo en la realización de los actos. Así se pasó de que cada persona aportara su trabajo y economía con gran ilusión y fervor religioso, a que fuera el Patronato el que se encargara de organizarla de una forma más profesionalizada prevaleciendo el aspecto festivo-lúdico sobre el religioso y que los vecinos fueran agrupándose en peñas.
En 1990 el antiguo párroco D. Mariano Pérez Solano logró legalizar la Cofradía de San Antonio creando estatutos y directiva, dejando de ser has-




ta ese momento una hermandad en torno a San Antonio de Padua y teniendo la virtud de no ser una cofradía jerarquizadora con lo cual la vara representativa la van repartiendo cada año entre los cofrades.
Las partidas presupuestarias destinadas a los festejos fueron creciendo en la misma proporción que crecía el número de habitantes, pasando a ser los actos taurinos celebrados en la plaza portátil, y después en la cubierta, las estrellas de los programas y una buena razón para atraer visitantes. La crisis del 2008 recortó los siguientes presupuestos y repercutió en la tauromaquia”.
Texto: Fernando Zapatero