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Desde el burladero del tiempo: temporada 1987 (Críspulo Coronel
DESDE EL BURLADERO DEL TIEMPO: Temporada de 1987
A la memoria del ilustre almagreño D. LUIS LÓPEZ CONDÉS. Un alcalde que dejó huella...
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Sucedió en Almagro. Corrían los primeros años de la década de los noventa. En el antiguo palacio de los Condes de Valdeparaíso se clausuraban unas jornadas sobre alimentación. Para la ocasión, asistieron, entre otras personalidades, el ministro de Agricultura, el rector de la Universidad de Castilla La Mancha, el presidente de la Diputación Provincial y el alcalde de Almagro. Siguiendo el riguroso orden impuesto por el protocolo, por la palestra fueron desfilando los diferentes oradores hasta llegar el turno del alcalde. gucias o “chuletas”. Una vez concluido su turno tomó la palabra don Luis Arroyo, rector de la Universidad, quién se dirigió a la nutrida audiencia con el siguiente saludo: “Y, AHORA, DESPUÉS DE HABER ESCUCHADO A VUESTRO ALCALDE, ¡QUÉ DIGO YO!” o contrarios pues, como no soportaba a su lado la mediocridad para algunos fue demasiado autosuficiente y, en ocasiones, hasta pecó de soberbio. Componentes por el que un puñado de sus incondicionales le diesen de lado. En cualquier caso, en la vida pública, Luis fue un hombre tremendamente justo, altruista y brillante. Y, en el ámbito privado, muy amante de su familia, de las letras y las artes, especialmente la pintura por la que se sentía totalmente fascinado. También un autodidacta nato, pues sólo con su esfuerzo y la ayuda de los libros labró su propia formación intelectual y cultural, aquella que injustamente le fue negada por confusos avatares históricos y otras circunstancias de la vida. En resumen, esto fue lo que nos dijo hace algunos años, en un “bis a bis” en el que disfruté, con probado deleite, de su amena conversación.
Luis López Condés en un acto homenaje a Pedro Velázquez, novillero de Almadén de los años 50 que actuó en Almagro y, posteriormente, Presidente de la Peña “Los Victorinos” del Prat de Llobregat, donante así mismo de una colección importante de bibliografía y diverso material taurino a la Peña “Curro Romero”. En primer plano el concejal José Solís, el alcalde, Pedro Velázquez, “El Monaguillo” y Ángel Díaz.
Pasmados e impresionados…, añadan en esa línea cuantos calificativos quieran, nos dejó el alcalde. Dicho en lenguaje coloquial con la boca abierta. El primer edil de Almagro desgranó un discurso pletórico, gramaticalmente impecable, de excelente dicción, exuberante en adornos literarios, tremendamente elocuente y, sobre todo, admirable por la naturalidad de su exposición. Además, como los grandes conferenciantes, no necesitó de papeles, ni otro tipo de ar-

El primer edil de Almagro desgranó un discurso pletórico, gramaticalmente impecable, de excelente dicción, exuberante en adornos literarios, tremendamente elocuente y, sobre todo, admirable por la naturalidad de su exposición…
El alcalde, en cuestión, no podía ser otro que don LUIS LÓPEZ CONDÉS, un almagreño honrado, sincero, “sin pelos en la lengua” , enamorado de su ciudad y que dio lo mejor de sí mismo durante las dos legislaturas que gobernó Almagro. Hombre admirable, clarividente, de carácter fuerte y acusada personalidad, en esos ocho años anuló completamente a todos los que se movieron a su alrededor, incluida la leal oposición. Sinceramente, hasta el Sr. Condés, de todos los alcaldes socialistas que he conocido ninguno llenó con tanto empaque y temperamento el sillón municipal, ni tampoco nadie representó de forma tan brillante a nuestra ciudad de cara al exterior.
Obviamente, no siempre recibió el elogio de sus convecinos, ya fueran partidarios

En el ámbito privado, Luis fue muy amante de su familia, de las letras y las artes, especialmente la pintura por la que se sentía totalmente absorbido y fascinado. En la imagen, un cuadro que representa al espada Pedro Romero en la plaza Mayor en 1796 cuando se enfrentó a 24 toros, en sesiones de mañana y tarde, durante los días 8 y 9 de septiembre. Ese año hubo que trasladar la feria al citado mes por razones de contratación del diestro rondeño.
Nunca tuve títulos. Mis estudios se reducen a los dos primeros cursos de ba-
chillerato, a los que accedí en calidad de oyente por una beca de mi hermano. La muerte de mi padre, cuando tenía 14 o 15 años, truncó nuestras vidas y recuerdo que pasamos mucha hambre. Por aquellos años iba a recoger aceituna, trabajé en los albañiles y en todo lo que me salía. Hasta que el 19 de septiembre de 1942, andaba yo empedrando la Plaza Mayor, me propusieron trabajar en la fábrica de harinas, dejé el pico y salí corriendo hacía la panadería de Carmelo Borondo. Fue un episodio inolvidable en mi vida. Aquella noche llevé un pan de kilo a mi casa, que comimos con verdadero gozo, después de tres años sin probarlo…
Durante el servicio militar, en la Escuela de Aplicación y Tiro de Artillería, conocí al abogado de mi jefe que me echó una mano y me propuso que lo pintara. No debió parecerle mal porque me encargó un segundo retrato. También en ese periodo, acuciado por el hambre, saqué una oposición de contable en el economato.
Poco después gané otras oposiciones de administrativo en una empresa de construcciones aeronáuticas, pero me vine a Almagro con el compromiso del arrendamiento de la fábrica de pan por parte de Carmelo Borondo. A la postre, me engañó y se la vendió a Vicente Vicente. Al final, en 1949, me quedé con Vicente de contable en unas condiciones especiales de participación en el negocio y, en esa fábrica, estuve hasta mi jubilación.

Recuerdo que desmonté la portada piedra a piedra con Domingo Moreno, para volver a reconstruirla en la casa de Vicente Vicente tal y como estaba, pero el esfuerzo mereció la pena, no fue baldío, ya que la hermosa filigrana del Renacimiento se quedó en Almagro y hoy la disfrutamos contemplándola cuando pasamos delante de ella… Poco después, en 1958, en ocasión de la celebración del Congreso Eucarístico, me encargaron la elaboración del cartel para conmemorar aquel evento religioso… Después, ni siquiera me invitaron a los actos...
Luis López fue desde niño un perfecto letrado, sin oportunidades, interesado por todo lo relacionado con el mundo de la cultura. A este hombre le debemos que hoy luzca, de forma espectacular, la portada de los Xedler en la casa solariega de los Vicente (antigua vivienda de la familia Fúcar, según el extinto cronista local Arcadio Calvo) en la calle de la Virgen de las Nieves. Hace más de medio siglo, la magnífica portada plateresca estaba ubicada en la antigua fábrica de pan en la Plazuela de San Francisco y mientras, sólo los carros, cruzaban por aquel umbral no hubo problema alguno. La llegada de los vehículos de tracción mecánica, de mayor tonelaje y envergadura, constituyeron un riesgo para la impresionante obra de arte. Y cuando el Ayuntamiento, por no sé qué componendas e historias, con unos ingleses de por medio, quiso venderla o regalarla intervino Luis convenciendo a Vicente para trasladar esa maravilla a su vivienda particular.
Aquella situación pudo ser un verdadero expolio al patrimonio histórico-artístico de Almagro. Recuerdo que, en nuestro tiempo libre, desmonté la portada piedra a piedra con la ayuda de Domingo Moreno, para volverla a reconstruir en la casa de Vicente tal y como estaba, pero el esfuerzo mereció la pena, no fue baldío, ya que la hermosa filigrana del Renacimiento se quedó en Almagro y hoy la disfrutamos contemplándola cuando pasamos delante de ella.
Poco después, en 1958, en ocasión de la celebración del Congreso Eucarístico, me encargaron la elaboración del cartel anunciador y, además, también diseñé el escenario colocado en la puerta principal de Ayuntamiento para conmemorar aquel evento religioso. Después, ni siquiera me invitaron a los actos...
El comedor de su casa fue el escenario escogido para mantener esta agradable charla. Luis siempre luchó por tener una casa propia. Un lugar donde estar sin miedo al desalojo ya que, para él, la vivienda era una de las aspiraciones básicas de todo ser humano. La suya, después de muchas horas de pincel, era un auténtico museo. Numerosos óleos con sus seres queridos colgaban de las paredes, junto a otros de temas costumbristas que reflejaban con toda fidelidad el Almagro de su niñez.

La cuerda de ganado, La feria (con el circo y los chozos), El paseo de los toro (un óleo que retrata con todo detalle el camino polvoriento que conducía a la plaza de toros, con la banda de música y el coso al fondo), La Plaza Mayor (con las tiendas o negocios del primer tercio del siglo XX) y El barbero-sacamuelas eran algunas pinturas, entre otras muchas, y más que regaló, que recordaban las dotes artísticas del alcalde. Y, hablando de pintura, le mencioné que desde siempre oí decir en Almagro que uno de los cuadros que adornan la iglesia de San Bartolomé era de su autoría.
Sí, el cuadro que representa “LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN RODEADA DE CA-

Y, hablando de pintura, le mencioné, que desde siempre oí decir en Almagro, que uno de los cuadros que adornan la iglesia de San Bartolomé era de su autoría. “Sí, el cuadro que representa “LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN RODEADA DE CABALLEROS CALATRAVOS”, justo encima del “Martirio de San Bartolomé”, fue un regalo al párroco en agradecimiento por sacar los restos mortales de mi padre de la fosa común…
BALLEROS CALATRAVOS”, justo encima del Martirio de San Bartolomé, fue un regalo al párroco en agradecimiento por sacar los restos mortales de mi padre de la fosa común. En el último caballero de la derecha plasmé el rostro de don Pedro Carmona, sacerdote que durante muchos años estuvo al frente de la parroquia. También inicié un gran mural en una de las paredes de la Sacristía representando “EL DESCENDIMIENTO DE LA CRUZ” que lo fui haciendo, como el otro, en mis ratos libres. Pero éste no lo terminé, y así estuvo durante muchos años, habida cuenta de las críticas que sobre mi trabajo vertieron ciertas personas...Últimamente (hablamos en 2006), en la misma iglesia he pintado los doce apóstoles y en uno de ellos he plasmado el rostro de don Pedro Lozano.
Con la llegada del partido socialista al Ayuntamiento (1983), Luis inició su carrera política en calidad de primer teniente de alcalde con Bibiano Ramírez Aldavero, cargo que alternó con el de diputado regional. Y en las siguientes Elecciones Municipales de 1987, a pesar de la oposición de su madre, encabezó la candidatura con triunfo en las urnas, compaginando la alcaldía con el Senado de la nación, al ocupar un escaño por la jurisdicción de Castilla La Mancha. Durante la primera legislatura como alcalde llevó a efecto numerosas iniciativas que se plasmaron en realidades al término de la misma, a pesar de los escasos recursos y las muchas “trampas” que encontró. A su reconocida preparación como economista, fruto de la experiencia adquirida durante tantos años en el sector empresarial, se debió gran parte del éxito.

Con la llegada del partido socialista al Ayuntamiento (1983), Luis inició su carrera política en calidad de primer teniente alcalde con Bibiano Ramírez Aldavero, puesto que alternó con el de Diputado Regional. En la siguiente consiguió la alcaldía, alternando este cargo con el de Senador. En la imagen, con José Antonio del Moral, que fuera gobernador civil de Ciudad Real en 1954. Entre los distintos proyectos que llevé a cabo estaba la restauración del Teatro Principal… La remodelación corrió a cargo del arquitecto daimieleño Miguel Fisac… Y llegada la fecha de la inauguración lloré como un niño de satisfacción…
Yo me confieso político por naturaleza. Y en aquella primera etapa trabajé más que nunca en mi vida. Me encontré un Ayuntamiento con muchas deudas y tuve que moverme de veras, porque entonces no se disponía de los presupuestos de ahora. Entre los distintos proyectos que llevé a cabo estaba la restauración del Teatro Principal. Por casualidad me enteré de que iba a salir un decreto referente a reformas en este tipo de inmuebles. Y antes de que la ley viera la luz, ya estaba yo en Madrid. La primera petición que se tramitó fue la de Almagro y aún estaba la orden tierna, como recién sacada del horno.
Más tarde, la remodelación corrió a cargo del arquitecto daimieleño Miguel Fisac y llegada la fecha de la inauguración lloré como un niño de satisfacción, a pesar del enorme disgusto que me llevé el día antes al aparecer el telón rajado por una navaja...

Muchos fueron los proyectos que el alcalde abordó a lo largo de dos intensas legislaturas. Destacamos, entre otros, la roturación de los primeros Jardines del Ejido de Calatrava, el proyecto y realización de la Hospedería Municipal, la habilitación del antiguo Colegio de los Jesuitas en Centro de Mayores, la pavimentación del pradillo de Cervantes y la instalación del Monumento al Maestro. También el arreglo y pavimentación de los paseos interiores del colegio Miguel de Cervantes, la inauguración del primer Museo Nacional de Teatro en el callejón del Villar el Monumento a la Encajera, obra de León Herrera, y las obras de remodelación de la Plaza de Toros.



Muchos fueron los proyectos que el alcalde abordó a lo largo de dos intensas legislaturas. Destacamos, entre otros, la roturación de los primeros “Jardines del Ejido de Calatrava”; el proyecto y realización de la “Hospedería Municipal”; la habilitación del antiguo Colegio de los Jesuitas en “Centro de Mayores”; la pavimentación del pradillo de Cervantes y la instalación del “Monumento al Maestro”; la inauguración del primer “Museo de Teatro” en el callejón del Villar y el “Monumento a la Encajera”, obra de León Herrera…
En efecto, Luis López llevó a cabo muchas de las reformas que la plaza de toros estaba pidiendo a gritos y que, dada su gran extensión, omitimos deliberadamente al detalle. Pasillos interiores,
servicios, construcción de una manga y chiqueros nuevos, remodelación de corraletas y corrales, más la instalación de luz y agua fueron algunas de las transformaciones para evitar su desmoronamiento o, en el caso del alumbrado, favorecer la celebración de espectáculos nocturnos. que desató entre los vecinos consultados a refrendo o, también, las vicisitudes que tuvo que afrontar para la apertura del Centro de Salud.


Y la plaza de toros. Luis López llevó a cabo muchas de las reformas que la plaza de toros estaba pidiendo a gritos… También aumentó el número de funciones del “Ciclo Internacional de Teatro Clásico” y cambió la fecha del mes de septiembre a julio. Especial mención merece la instalación del controvertido “pilón de la Plaza Mayor…”
En otro orden de cosas, aumentó considerablemente el número de funciones del Ciclo Internacional de Teatro Clásico y cambió la fecha de celebración del mes de septiembre a julio. Especial mención merece la instalación del controvertido “pilón de la Plaza Mayor”, que sustituyó al recoleto jardín frente a la puerta de la Casa Consistorial, por la gran polémica

Durante el tiempo que ejercí de alcalde de Almagro, como en todas las manifestaciones de mi vida, siempre fui un hombre muy sincero, razón por la que nunca toleré la hipocresía. Siempre goberné siguiendo mi criterio personal, atendiendo las necesidades de mi pueblo y buscando lo mejor para mi pueblo… Uno de los puntos negros de su mandato fue sin lugar a dudas la rescisión del contrato con la empresa Balañá, después de veinticinco años gestionando la plaza de toros de Almagro. Una ruptura que terminarían con el “Coso de la Cuerda” en los tribunales… Nos reunimos a comer con Teodoro García “Matilla” para renovar el contrato. Le pedí dos corridas tras la reconstrucción de la plaza. Demostró que carecía de sensibilidad al decir: “Qué un empresario no tenía corazón, sino cartera…
Durante el tiempo que ejercí de alcalde de Almagro, como en todas las manifestaciones de mi vida, siempre fui un hombre muy sincero, razón por la que nunca toleré la hipocresía. Siempre goberné siguiendo mi criterio personal, atendiendo las necesidades de mi pueblo y buscando lo mejor para mi pueblo. A veces, recibía directrices de fuera y sí no me cuadraban para Almagro las tiraba directamente a la papelera. Algún que otro enfrentamiento y disgusto me llevé por esta forma de ser.
Recuerdo qué, para la construcción del pilón imitación del que existió en la antigua “Cuerda de ganado”, había división de opiniones y lo sometí a referéndum popular y lo gané. Y referente a la instalación del Centro de Salud, una vez hechas las gestiones pertinentes, cuando estaba ya casi concedido me lo quitaron, por la buena gestión del alcalde de Bolaños que también lo solicitó para su pueblo. Aquello me sentó rematadamente mal y sin pensarlo dos veces me fui a ver al delegado Provincial de Sanidad.
Como sería la discusión que mantuvimos que llegamos hasta las manos. Pero por Almagro yo me partía la cara con cualquiera, hasta incluso con el presidente Bono que también comprobó como las gastaba el alcalde de Almagro. El resultado es que se abrieron dos centros de salud, cosa inusual en dos pueblos tan cercanos. Mi paso por la política regional y nacional, como diputado, primero, y después como senador, por una sustitución, a pesar de los sueldos que barajaba la gente, a mí me costó dinero. La mayor parte se la llevaba el partido y el resto, poco más de veinte mil duros, se iba entre viajes, hoteles, comidas y otras zarandajas.

Uno de los puntos negros de su mandato fue sin lugar a dudas la rescisión del contrato con la empresa Balañá, después de veinticinco años gestionando la plaza de toros de Almagro. Una ruptura que, posteriormente, tras diversos avatares y muchos despropósitos de unos y otros terminarían con el Coso de la Cuerda en los tribunales. Al parecer, a Luis López Condés, que se había volcado con la plaza en una reforma muy ambiciosa, a la par que costosa, no le gustó la respuesta del empresario (representado por Teodoro García Matilla), según el alcalde, “ofensiva” para todos los almagreños y, siguiendo los impulsos del corazón, más que los dictados de la razón, rompió las relaciones con la poderosa Casa Catalana, justificando su reacción por el desmedido amor que sentía por todo lo almagreño. Estoy seguro que si hubiese conocido las consecuencias posteriores de aquella equivocada decisión hubiera llegado a un acuerdo dialogado con la empresa, pero...

Nos reunimos a comer con el representante de la empresa, Teodoro García “Matilla” para renovar el contrato. Paco Barba, allí presente, fue testigo de lo que digo. Le trasmití al empresario mi deseo de que diera dos festejos mayores para el siguiente año, que Almagro bien lo merecía, y además por dar realce a la feria tras la reconstrucción de la plaza. La respuesta de aquel hombre fue un insulto para todos los almagreños. Demostró que carecía de sensibilidad o al
menos eso fue lo que manifestó al decir muy fríamente que sólo daba una corrida
“pues él no tenía corazón, sino car-
tera”. Tal mal me sentó su postura que prometí que, mientras yo estuviera de alcalde, la casa Balañá no pisaría jamás la plaza de Almagro. Eso sucedió así y hay testigos de ello...

En 1995 se conmemoraba el 150 aniversario de la plaza de toros. Motivo por el que recurrí al alcalde para que prologara el “librito”, cosa que Luis hizo de muy buen grado. Pero después, todo se complicó. Pero yo quise que figurara también su opinión: “Como almagreño valoro esta aportación y me agrada su entrega para ofrecerlo con la amenidad que posee.” LUIS LÓPEZ CONDÉS.
En 1995 se conmemoraba el 150 aniversario de la plaza de toros. Por aquel entonces, este narrador llevaba ya seis o siete años recopilando su rico y copioso historial. Y con el fin de dar mayor relumbrón a dicha efeméride se publicó un avance del ambicioso proyecto titulado ANECDOTARIO DE PASEÍLLO. Motivo por el que, con anterioridad, recurrí al alcalde para que prologara el “librito” , cosa que Luis hizo de muy buen grado. Pero después, inesperadamente, todo se complicó.
De una parte, las gestiones hechas con la Diputación Provincial para su divulgación (Autores Manchegos) no fructificaron y, por otra, se presentaron las elecciones municipales con el triunfo del Partido Popular. Y fue este Ayuntamiento, con Antonio García Rivero al frente, quién financió su salida al mercado reservándose el privilegio del prólogo. Entonces, por deferencia y respeto a Luis, en un gesto que le sorprendió, quise que constara asimismo su juiciosa valoración, también muy de mi gusto, y que transcribo a continuación:
D. Críspulo Coronel, destacado estudioso del más español de los festejos, ha confeccionado este ANECDOTARIO que refleja un periodo de 150 años de los aconteceres de la Plaza de Toros de Almagro. No sé si el apasionamiento, por algo tan definitorio y nuestro, ha visto con ojos de halago la descripción. En todo caso, el trabajo es importante y entrañable. El árbol genealógico de sus orígenes y procesos queda expresado y ofrecido a los interesados en conocerlo. Como almagreño valoro esta aportación y me agrada su entrega para ofrecerlo con la amenidad que posee. LUIS LÓPEZ CONDÉS. Almagro, 4 de mayo de 1995. la naturalidad de Antoñito Bienvenida. Aunque en honor a la verdad entonces veía pocos toros, sencillamente, porque no tenía dinero. Esa era la razón. Pero la fiesta de los toros siempre me cautivó.
Mira sí me preocupé por la Fiesta que, en 1989, formé una Comisión Taurina Municipal con una parte muy representativa de los aficionados de Almagro. Junto a mí figuraban el concejal de Festejos y presidente de las corridas, José Solís, el asesor taurino, Emilio Moreno, Iluminado Ureña, José Manuel Castro “Monaguillo”, Domingo Serrano “El Gordo”, Isidro Verano, Francisco Asensio, Aurelio Rojas, Francisco Ruiz “Calares” y alguno más que no recuerdo. Entre otros asuntos, aquella comisión se encargó de promocionar la Fiesta con la celebración de algunos festejos llamados económicos. Los festejos se dieron y hasta se compraron dos mansos, porque algunos de la Comisión decían que era una buena inversión. Aquello, dicho sea de paso, no lo veía yo por ningún lado. Al final, la experiencia nos costó mucho dinero...

Los toros siempre han sido una constante en mi vida, como así se refleja en algunos cuadros de mi obra... Mira sí me preocupé por la Fiesta que, en 1989, formé una Comisión Taurina Municipal… Junto a mí figuraban José Solís, concejal de festejos, y Emilio Moreno, asesor taurino, entre otros… Los festejos se dieron y hasta se compraron dos mansos, porque algunos de la “Comisión” decían que era una buena inversión. Aquello, dicho sea de paso, no lo veía yo por ningún lado. Al final, la experiencia nos costó mucho dinero... Luego perdí la confianza en Solís y fue cuando pensé en ti… Y no pudo ser…
Con anterioridad, de la misma manera, quedó constancia de las aficiones del alcalde. Las letras y la pintura, por este orden. Ambas adornaron una buena parte de su vida y a ellas dedicó su tiempo de ocio. Pero Luis también se confesó aficionado a los toros, que no entendido. Entre otros motivos, porque nunca le sobró dinero para asistir a las corridas.
Los toros siempre han sido una constante en mi vida, como así se refleja en algunos cuadros de mi obra. Como aficionado, siempre fui partidario de los toreros largos, técnicos, poderosos. De mi tiempo, me encantaban el dominio de Domingo Ortega, la facilidad y la técnica de Luis Miguel Dominguín y, sobre todo,

Luis López Condés, retirado de la política activa y en el ocaso de su vida, ha estado dedicado en cuerpo y alma a su mujer, Paquita, a la que perdió recientemente tras larga enfermedad. “Llevo ya cuatro o cinco años presidiendo el centro y a lo largo de ese periplo hemos organizado numerosos talleres de informática, pintura, manualidades…
Luego, en 1993, perdí la confianza en José Solís y lo destituí del cargo por los oscuros manejos que, al parecer, se traía con la empresa. Fue cuando pensé en ti, porque creía que eras la persona más capacitada, y te nombré asesor de la presidencia. Después, por cuestiones que hemos hablado y no vienen al caso, no pudo ser…
Luis López Condés, retirado de la política activa y en el ocaso de su vida, ha estado dedicado en cuerpo y alma a su mujer, Paquita, a la que perdió recientemente tras larga enfermedad. Pero a pesar de
esto, también tuvo tiempo para los demás. En la actualidad, 2006, se entretiene con la gestión del Centro de Mayores en calidad de presidente y en la organización de numerosos talleres de actividades que hacen la vida más agradable y llevadera a sus semejantes.
Llevo ya cuatro o cinco años presidiendo el centro y a lo largo de ese periplo hemos organizado numerosos talleres de informática, pintura, manualidades... Concretamente, en este momento, imparto clases de pintura a 14 o 15 “jóvenes” de entre setenta u ochenta años. En ellas, les doy nociones sobre las rectas paralelas, perpendiculares, perspectivas y todo lo relativo al dibujo lineal. También manejamos las técnicas de la acuarela y el óleo. Mira te voy a mostrar unos trabajos para que veas lo que hacen...
Ahora, tras la pérdida de mi mujer, estoy atravesando la etapa más amarga de mi vida. Yo estaba volcado completamente en ella. Era sus brazos, sus piernas, la atendía, la cuidaba, la mimaba... Paquita, era mi verdadero apoyo y la razón de mí existir…

En uno de esos encuentros, dada la deplorable situación en la que se encontraba la plaza, por la lamentable gestión de los ediles habidos tras Antonio García Rivero, me dijo: “Y pensar que yo tuve la culpa de todo lo que está pasando hoy…” Me separé del ex alcalde francamente preocupado por la sinceridad y la tristeza de sus palabras… y, volviendo, le dije que tras él llegaron otros, de distinto signo, que lo hicieron infinitamente peor que él en este tema. En la imagen, con su amigo Luis Arroyo.
Hasta mayo de 2018 que nos dejó, con más de noventa años, coincidimos en muchas ocasiones durante sus largos paseos por las calles de la Feria, Plaza Mayor y Carnicerías, ayudado de dos muletas y una acompañante debido a su escasa visión y movilidad. Aún era un placer escucharlo en aquellos encuentros fortuitos en los que me reconocía por la voz. En uno de ellos, dada la deplorable situación en la que se encontraba la plaza de toros por la lamentable gestión de los ediles habidos tras Antonio García Rivero, se sinceró conmigo en el tema diciéndome lo que sigue: “Y pen-
sar que yo tuve la culpa de todo lo que está pasando hoy…”
Me separé del ex alcalde francamente preocupado por la sinceridad y la tristeza de sus palabras y, antes de entrar en casa, volví sobre mis pasos para decirle que no fuera reo de sus tribulaciones porque, después de él, se arregló la situación conociendo la plaza con la empresa Balañá-Matilla, en las dos legislaturas de Rivero, los años más esplendorosos de su dilatada historia, con la participación de las principales figuras del toreo repartidas en dos funciones mayores. Y que tras García Rivero llegaron otros alcaldes, de contrarias formaciones políticas, que lo hicieron infinitamente peor hasta llegar a la desgraciada situación actual. Pienso que mis palabras le reconfortaron y yo regresé a casa pleno de satisfacción. También recuerdo su malestar porque nunca se le agradeció lo mucho que, a su juicio, hizo por Almagro argumentándole que en esta España nuestra los homenajes y agradecimientos llegan cuando uno “doblaba la servilleta” . azar en el ocaso de su larga vida. Desde la muerte de su querida Paquita, a la que idolatraba, hasta la privación del sentido de la vista y la pérdida parcial de movilidad. Y todo ello, repito, lo soportó con una entereza digna de encomio. Ni tuvo alta cuna, ni tampoco títulos universitarios, pero ni una cosa ni la otra fueron deméritos para ocupar un destacado puesto en el cuadro de honor de los hijos ilustres de Almagro. En resumen, argumentos sobrados para ponderar que, la vida de este almagreño, es un ejemplo a seguir, un modelo a imitar o un espejo donde mirarse.

Dice un viejo proverbio que: “al entierro de la gobernadora acude todo el mundo, pero al del gobernador…” A mi juicio, no tuvo Luis el homenaje que merecía por tanta abnegación, renuncias, generosidad y logros conseguidos para su pueblo… Ya en el declive de su vida, febrero de 2016, las Juventudes Socialistas de Almagro le mostraron su admiración y cariño en el Teatro Municipal.
Luis López Condés, el hombre que desde la más tierna infancia sufrió en sus carnes los azarosos avatares de su tiempo; el hombre que se curtió en mil “batallas”, hasta lograr de la nada el bienestar; el hombre que se forjó una acusada personalidad, que le abrieron los caminos del éxito; el hombre al que le sobraban argumentos para asumir, con gran entereza y resignación, todos los infortunios del destino, ignoraba el que le tenía reservado el

En 1987 se programaron dos festejos taurinos. Corrida de toros el martes 25 y charlotada, el siguiente 26, con “El Toronto, sus monos toreros y enanitos forcados”. Se repitió el cartel de 1986 con Ortega Cano, Espartaco y Méndez que tanto juego dio.
Dice un viejo proverbio que: “al entierro de la gobernadora acude todo el mundo, pero al del gobernador…” A mi juicio, no tuvo Luis el homenaje que merecía por tanta abnegación, renuncias, generosidad y tantos logros conseguidos para su pueblo durante el periodo comprendido entre 1987 y 1995. Únicamente creo recordar que ya en el declive de su vida, febrero de 2016, las Juventudes Socialistas de Almagro le mostraron su admiración y cariño en el Teatro Municipal. Un acto entrañable en el que el viejo y hono-
rable alcalde estuvo rodeado por familiares, amigos y unos pocos simpatizantes del partido. Cosas veredes Nicomedes…
En recuerdo de este ejemplar alcalde pasaré a comentar la feria taurina de 1987, la primera que se daría bajo su mandato municipal. En dicha cartelería figuraban dos festejos taurinos. Corrida de toros el martes 25 y charlotada, el siguiente 26, con “El Toronto, sus monos toreros y enanitos forcados”. Repetición de la terna que el año anterior salió en volandas de la plaza. Cartel formado por José Ortega Cano, Juan Antonio Ruiz Espartaco y Víctor Méndez que se dejan anunciar con un encierro de Río Grande, ganadería a nombre de Juan Pérez Tabernero. Ambientazo en la plaza que prácticamente se llenó y gran expectación en los prolegómenos de la corrida.

Preside José Solís, concejal de festejos del nuevo Ayuntamiento, asesorado por Emilio Moreno.
Preside José Solís, concejal de Festejos del nuevo Ayuntamiento, asesorado por Emilio Moreno. Y en un burladero del callejón, el flamante alcalde, Luis López Condés, acompañado del presidente de la Diputación Provincial, don Francisco Ureña, y del presidente de la Comunidad. don José Bono, entre otras personalidades. Políticos en pleno escaparate disfrutando de la denostada y marginada Fiesta de los toros. Tradición ancestral en la bella y siempre reluciente ciudad calatrava.
Ya no hay “cuerda” en Almagro, ni tratantes, ni borricos, ni muletos, ni caballos, pero el día de los toros en Almagro sigue siendo especial. Dentro de la plaza, casi a reventar de público, mucho arte, mucho valor y mucha vergüenza torera. Por esta última razón, precisamente, fue cogido, sin consecuencias afortunadamente, José Ortega Cano. Emperrado en torear al natural, pese a los avisos del enemigo, éste se lo echó a los lomos. Cortó una oreja, muy justamente, como la cortó “Espartaco”. Víctor Méndez, con dos regalitos, se jugó la piel también y fue ovacionado con fuerza. Los toreros, como corresponde a su categoría y a sus emolumentos, estuvieron por encima del ganado…” (Juan Pérez Serrano)
De la forma descrita resumía Juan Pérez Serrano, hijo del recordado Juan Pérez Ayala que firmaba sus crónicas con el seudónimo de “Un aficionado del 5”, la corrida de Almagro en la antigua “HOJA DEL LUNES” de la capital. Por su parte, Manuel López Camarena después de hablar del ambiente y de la tradición de las corridas de Almagro, de la rentabilidad de los carteles redondos por el aspecto de la plaza, felicitaba sinceramente al Ayuntamiento como propietario del coso por las importantes reformas introducidas en el mismo.

José Ortega Cano, desde el punto de vista del toreo clásico y ortodoxo, hizo lo mejor de la tarde… Soberbia estocada, bien ejecutada y en el hoyo de las agujas…
Los toros de Río Grande, venían muy bien presentados de tipo, algunos excesivamente gordos, aunque pobres de cabeza, en general. Particularmente el sobrero, lidiado en tercer lugar, que lucía dos vergonzantes “brochas”. Después, en la plaza, salieron blandos y desiguales de juego. El primero se mostró soso y parado, el segundo muy bueno, los demás molestos, siendo el sexto el de mayor peligro.
Por su parte, los toreros anduvieron muy por encima del ganado. Fue corrida más de aficionados que de público. Ortega Cano puso el sentimiento y la vergüenza torera en su lote, respectivamente. Espartaco la técnica y la preparación física y mental y Víctor Méndez, el más desfavorecido en el sorteo, el valor a raudales.
Espartaco seguía siendo el número uno del escalafón. El que tiraba del carro de las ferias. Por estas fechas no había toro que se le resistiera. Le embestían todos

Espartaco, con su primero, hizo una faena completa… Sí todo esto lo adereza con el valor, sereno, que le pone, no debe extrañar que corte orejas todas las tardes. En mi opinión, merecía la segunda...
o los hacía embestir a base de cabeza, técnica y temple. Con razón, junto a Enrique Ponce en nuestro tiempo, ha sido el torero más capaz de la historia.
A Víctor Méndez, ya se ha dicho, le tocó bailar con la más fea. Su primero, nada más salir al ruedo, cayó como fulminado por un rayo. Después, se levantó como pudo y quedó inútil para la lidia. En su lugar salió el sobrero que presentaba unos pitones más que sospechosos.
A este lo toreó bien a la verónica y ya está. Puso tres pares con mucha exposición, particularmente el segundo, cuando el toro le puso los pitones a la altura de la cabeza y quedó gazapón y con mucho peligro para la muleta. El portugués no tuvo más opción que bajarle la cara y matarlo de media y descabello. Silencio.
Con el que cerraba plaza, de gran peligro, se la jugó sin resultados prácticos. Fue muy ovacionado.

A Víctor Méndez, ya se ha dicho, le tocó bailar con la más fea. El segundo de Méndez fue más peligroso que el anterior. Víctor, que no quiso irse de Almagro sin igualar a sus compañeros, se la jugó de verdad.
Críspulo Coronel Zapata
