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Escuela Municipal de Música (Germán Huertas del Castillo

La Escuela Municipal de Música, una poderosa herramienta al servicio de la ciudadanía

Cuando los ciudadanos de Almagro ya hemos podido disfrutar de las Ferias y Fiestas en Honor de nuestro Patrón San Bartolomé el Real, llega el momento para muchas familias de volver a pensar cómo gestionar el próximo curso lectivo. ¿Qué horarios habrá?, ¿qué profesorado tocará?, ¿qué actividades se desarrollarán?, y entre otras variantes ¿qué actividades me ofrece mi ciudad que desarrolle una formación educativa, social y cultural? Son muchas las cuestiones que se nos plantean y poco el tiempo de tener que tomar decisiones en ocasiones no fáciles.

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Cómo centro educativo, cultural y social que es, la Escuela Municipal de Música Pablo Molina Colado quiere mostrar una serie de aspectos reales del propio funcionamiento que están puestos al servicio de una ciudadanía cada vez más concienciada de utilizar todos los recursos ofertados tanto públicos como privados para obtener una mejor y completa formación cultural y personal.

La escuela de música hoy en día, si la entendemos como un lugar donde solo se transmiten conocimientos musicales a través de un instrumento, nos daría una visión un tanto alejada de la realidad. La escuela no solo forma musicalmente a personas de todas las edades, de todos los ámbitos de la sociedad y con diferentes inquietudes musicales, sino que además nos brinda una profunda cohesión social y cultural entre los ciudadanos. En general cito algunas herramientas básicas y muy importantes que nos ofrece este servicio público y añado algunos ejemplos:

1. El desarrollo personal a lo largo de la

vida. La música, y las artes en general, contribuyen de forma decisiva al desarrollo intelectual, estético y social de la persona. Un arte que se estudia y se vive es una fuente de acceso al saber que estimula el placer del descubrimiento, la curiosidad, el interés y el conocimiento de otras materias. La música favorece la expresión completa de la personalidad creando nuevas manifestaciones de nosotros mismos y de nuestra relación con el mundo exterior.

El paso por la escuela de música no deja indiferente a su alumnado. Les proporciona una experiencia difícil de olvidar convertida no solo en una formación musical, sino también en una formación intelectual (comprensiva y emotiva), social (comunicativa-participativa), personal (estética-motivadora) y cultural (conocedora-creadora). Alumnado que actualmente se dedica a estudiar o trabajar en ámbitos muy distintos siempre nos recuerda la gran experiencia personal vivida en el centro.

2. Enriquece la vida cultural de la ciu-

dad. La escuela de música irradia actividad en todo su entorno. La formación musical adquirida por los alumnos de forma individual o a través de conjuntos se hace efectiva y permite al ciudadano, aunque no sea usuario directo del centro, enriquecerse de los frutos de la formación que otros han recibido.

La escuela viene participando desde hace tiempo en actividades culturales de la ciudad ya sea a través de su profesorado, su alumnado o ambos a la vez en actos o actuaciones programadas desde las diferentes áreas municipales (centro de la mujer, Concejalía de festejos, Concejalía de cultura, Concejalía de turismo, Concejalía de educación, etc.) o desde asociaciones culturales o hermandades religiosas. Una participación enriquecedora donde los propios usuarios de estas actividades son beneficiarios de su formación y donde los alumnos también obtienen su recompensa personal (no retributiva) a su formación.

3. Cohesión social. La escuela de música se convierte en un espacio donde se hace visible la posibilidad de convivir y compartir experiencias con aquellos conciudadanos con los que, con demasiada frecuencia, llevamos una vida paralela sin posibilidad aparente de cruces. Una escuela puede desarrollar proyectos que integren grupos sociales diferentes a través de una práctica musical colectiva y puede crear una red de complicidades con otros centros educativos, culturales, cívicos o deportivos, bien sean municipales o de iniciativa privada. Pocas actividades como la música se hacen presentes de forma tan frecuente y transversal en actividades de carácter colectivo, cívico y popular.

La escuela establece agrupamientos por edades, conocimientos, especialidades o inquietudes musicales. Todo ello converge en una gran cohesión social entre personas (niños, adolescentes, adultos y mayores) de diferentes formas de pensar, de vivir, de expresarse y con diferentes objetivos previstos a corto y medio plazo, y que al mismo tiempo genera una simbiosis entre la experiencia, la ilusión, el trabajo, la cooperación, la creatividad, la imaginación y otras muchas más en la consecución de un objetivo común, vivir y compartir la música.

4. Desarrollo de políticas culturales y sociales. La escuela de música no sólo

se ciñe a actividades extraordinarias o marginales de las que se puede prescindir sin dañar el servicio, sino que hay bastantes de ellas en las que son parte fundamental o el propio núcleo en sí. Esto supone que deberemos promocionar acciones que, aunque puedan estar vinculadas al ámbito de la educación, amplifiquen a otras actividades dentro del ámbito de la participación (no solo formación) además de la creación, entendido desde el punto de vista en el que el profesorado, el artista y el alumnado entren en una dinámica creativa y enriquecedora para todas las partes.

La escuela desarrolla sus propias actividades dentro del proyecto educativo de centro como son la semana cultural, audiciones de clase, charlas, festivales, encuentros, etc. Pero, no obstante, programa otra serie de actividades en coordinación con los diferentes centros educativos de la ciudad con proyectos de acercamiento de la música a las aulas, el acercamiento del alumnado a la escuela y una difusión masiva de la música como herramienta fundamental de la que disponemos en nuestra sociedad a través de conciertos pedagógicos ofrecidos por un claustro de profesores y profesoras comprometidos con la educación y la cultura. podemos disponer de ellas. Un saludo afectuoso a todos los lectores y felices ferias y fiestas 2018.

Vivamos la música y la cultura y seamos beneficiarios directos o indirectos de estas herramientas que en la actualidad

Germán Huertas del Castillo

director de la Escuela Municipal de Música Pablo Molina Colado

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