11. Los turcos
Los herederos toman el poder
Si el mundo musulmán no se perdió totalmente en el curso de la fragmentación que se produjo en el siglo x fue, en parte, porque el mundo cristiano estaba igualmente escindido. Después de la muerte de Carlomagno el Imperio Occidental se desmembró en sectores rivales, y todos fueron víctimas de los estragos causados por las correrías de los «Hombres del Norte», o vikingos, de Escandinavia. El Imperio Bizantino, aunque no fue tocado, gastó sus energías en disputas religiosas. Pero al acercarse el año 1000, un observador imparcial habría pensado que el mundo musulmán estaba bajo un creciente peligro. El Imperio Bizantino comenzó a recuperar su vigor y, bajo Basilio II, que llegó al trono en el 976, parecía casi haber vuelto a la juventud. Pero también en el mundo del islam entraron en escena nuevos campeones. Eran los turcos. Así como las tribus germánicas externas al Imperio Romano habían aceptado el cristianismo aunque eran relativamente incivilizadas, así también las tribus turcas aceptaron el islam, en su versión sunní. En los siglos futuros, los turcos sunníes iban a ser los 260