cine Una innecesaria recopilación de los vulgares chistes que tanto éxito le reportaron a esta saga en el pasado. Sólo gustará a los que sientan algo de cariño por unos personajes que llevan muchos años ausentes de la gran pantalla. Desde luego, todos los adolescentes que ahora son adultos y que crecieron con la saga “American pie” no han demostrado su fidelidad a la misma. Que las nuevas generaciones de espectadores le dieran la espalda a “American pie: El reencuentro” (ver tráiler y escenas) entraba dentro de lo previsible (a fin de cuentas, muchos no conocen a estos personajes), pero quizás resulte un tanto llamativo que sus recaudaciones en la taquilla estén siendo bastante inferiores a las de sus antecesoras, especialmente en los Estados Unidos. Parece obvio que el demográfico al que en principio iba dirigido el filme ya tiene suficiente con títulos que, como “Resacón en Las Vegas”, colman la necesidad de cierto sector del público por un tipo de cine gamberro y desvergonzado.
La película no posee argumento alguno, puesto que toma como premisa una reunión de antiguos alumnos para juntar de nuevo en la gran pantalla a, entre otros, Jim, Michelle y Stifler. A partir de aquí se suceden una serie de humoradas que utilizan elementos que ya hemos visto con anterioridad en “American pie”, “American pie 2 y “American pie ¡menuda boda!”, esto es, la grosería, la sexualidad, los desnudos y, lo peor de todo, la escatología. Al respecto, el guion de Jon Hurwitz y Hayden Schlossberg (también directores) es de lo más previsible y sus autores tan sólo se limitan a seguir ciertos esquemas que tan bien funcionaron en el pasado. Es verdad que se incorporan temáticas adecuadas a la edad de los protagonistas (los problemas maritales, por ejemplo), pero se hace de una forma demasiado básica. Todos los personajes de la saga “American pie” regresan a East Great Falls para participar en una reunión del instituto. Es la ocasión perfecta para que empiecen a contarse mutuamente la verdad de sus desordenadas (y poco brillantes) vidas y acabar siendo más amigos que nunca, porque durante ese esperado fin de semana descubrirán qué y quién ha cambiado, qué y quién no, pero también que el paso del tiempo y la distancia no pueden con los lazos de la amistad.
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