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E INCERTIDUMBRES
El magisterio y la formación del “alma nacional” EN JULIO S. HERNÁNDEZ Pólux Alfredo García Cerda*
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Entre los baluartes olvidados de la historia de la educación
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CORREO del MAESTRO
núm. 244 septiembre 2016
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* Licenciado en Pedagogía por la Facultad de Estudios Superiores Aragón, UNAM; y maestro en Pedagogía por la Facultad de Filosofía y Letras, UNAM. Docente de la licenciatura en Pedagogía en el Centro de Estudios Universitarios y la Universidad Milenium, plantel Ixtapaluca. Línea de especialización: Historia de la educación y la pedagogía.
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l comenzar el siglo XX, el normalista Julio S. Hernández afirmó que el proyecto educativo a la sazón parecía estar prácticamente “desalmado”. A su juicio, no existía en el maestro mexicano una convicción fidedigna para formar el “alma nacional” en los educadores y educandos; y sostenía que en la formación de ellos aún prevalecían secuelas del siglo anterior, cuya sucesión de conflictos bélicos trastocaron
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mexicana, existen ejemplos de profesionales de la enseñanza que han contribuido a la búsqueda de un perfil cultural nacional como auténtica expresión de nuestro ser en el mundo. Uno de ellos es el normalista poblano Julio S. Hernández, quien, durante el Porfiriato y la Revolución Mexicana, hizo de la pedagogía su convicción y del magisterio su estilo de vida. A cien años de la publicación de su libro La sociología mexicana y la educación nacional, analizamos algunas de sus aportaciones al campo pedagógico y a la proyección social del magisterio.
la dinámica nacional. Ante la consecuente tensión, en las aulas mexicanas se mantuvo el estado de alerta por una hipotética irrupción de algún país hegemónico. Para evitar que el pánico paralizara la vida de sus alumnos, los maestros debían personificar inclinaciones nacionalistas y virtudes morales ad hoc según el ideal de formación ciudadana de la época. Así, el educador mexicano comenzó a ver en pensadores como Simón Bolívar o José Enrique Rodó una fuerza espiritual que le permitiría cuestionar el alcance ético-político del moderno proyecto educativo. A diferencia de muchos normalistas de la época, ante Hernández se develó este llamado para reflexionar si era viable
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