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El aprendiz de fauno
El órgano que late no merece ser nombrado.
Hago lo que puedo. No soy digno del nombre. Soy mi peor enemigo. Soy el eterno niño. Soy el eterno enamorado. Estoy más allá del hombre. Una gota de fuego elevándose pende delante de mí sobre una pequeña vela roja aromática. A veces el sueño nos pone a prueba. A veces el sueño es el terror.
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Algo de ruido, algo de viento, el órgano temblando comienza a rezumar una sustancia lacrimosa.
Es en la noche lamentablemente cuando el infierno se hace presente cuando el infierno da su nombre.


