Revista Regioanl de Trabajo Social

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REVISTA REGIONAL DE TRABAJO SOCIAL

S U M A R I O Revista Regional de Trabajo Social

Publicación Cuatrimestral de Trabajo Social de Uruguay y la Región

Año 25 - Nº 51 - Enero-Abril 2011

Tema: Derechos ciudadanos y políticas sociales

Indexada en Directorio y Catálogo LATINDEX-UNAM

Edición Impresa: ISSN 0797-0226

ANÁLISIS Y DEBATE

Trabajo social (Montevideo, Impresa)

La evolución de la crisis internacional. 20 años del Mercado Común del Sur.

Edición en línea: ISSN 1688-7891 Trabajo social (Montevideo, En línea)

Año 25 - Nº 51 Enero-Abril 2011

Gustavo Dans .......................................................................................... 4

Trata de personas con fines de explotación sexual. Debates actuales y políticas públicas vigentes

Editorial Eppal Santiago Labandera 705 (11700) Montevideo - Uruguay Telefax (0598) 2308 44 49

María Virginia Bentancor ....................................................................... 12

La reclusión del proyecto de vida. Iluminando el campo de la opacidad del encierro.

Director Editorial Héctor Cabo

Pedro Da Costa, Leticia Echeverría, Alfredo Perdomo, Cecilia Silva ....... 22

Derechos ciudadanos y políticas sociales. Reducción de las desigualdades construcción de ciudadanía como objetivos de la política social.

Coordinadora de Redacción Blanca Acosta

Alicia Iriarte ........................................................................................... 26

Comité de Referato Teresa Porzecanski - Uruguay Sonia Sanz - Argentina Norah Castro - Bolivia

Humanamente condicionados, humanamente acondicionados. María Ruiz Gutiérrez ............................................................................. 38

Salud Mental e identidad profesional. Trabajo de reconstrucción del pasado en el relato de vida de personas en situación de internación.

Consejo de Redacción Blanca Acosta Gustavo Dans Teresa Dornell Delfina Fragomeni Jim Larsson José María Licalzi Cristina Luzzo Magdalena Terrero

Lidia R. Abel .......................................................................................... 42

La pertinencia de la dimensión personal en la operación psicosocial. Lilián Toledo Fulco ................................................................................ 52

¿Para quiénes son las viviendas? Reflexiones en torno a la definición de los listados de

Reg. MEC. Carpeta Nº 107/86 -Inc.1725 Impresión: mastergraf srl. Gral.Pagola 1823 - Tel 2203 47 60

adjudicatarios en los proyectos de construcción de viviendas. Romina Olejarczyk ................................................................................ 58

Dep. Legal Nº 339.718/11 Comisión de Papel Edición amparada al Decreto 218/96.

Sistematización participativa de experiencias: seguridad y convivencia ciudadana. Any Bares, María Cabo .......................................................................... 68

Suscripciones: Edición Impresa/Digital

Programa XI Congreso Nacional de Trabajo Social y Primera Conferencia Latinoamericana de Bienestar Social y Trabajo Social.

Tel/fax (598) 2308 4449 E-mail: eppal@internet.com.uy www.revistatrabajosocial.com

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ESPACIO ADASU ................................................................................... 76 Ilustración de tapa: Candombe - Pedro Figari

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revistaregionaldetrabajosocial COMITÉ DE REFERATO Teresa Porzecanski Escritora, Licenciada en Ciencias Antropológicas y Doctora en Trabajo Social. Profesora titular de Antropología Cultural en la Facultad de Ciencias Sociales de Universidad de la República. Ha publicado varias colecciones de cuentos, siete novelas y un libro de poesía; en ensayo, más de cincuenta artículos especializados y varios libros de investigación en ciencias sociales, trabajo social, nuevos movimientos religiosos, minorías, mitologías y estudios sobre inmigrantes judíos y afrodescendientes en el Uruguay. Ha recibido numerosos premios: Ministerio Educación y Cultura (1967, 1976, 1995), Intendencia de Montevideo (1986, 1989), Beca Fulbright (1988), Beca Guggenheim (1992), Premio Crítica Bartolomé Hidalgo (1995), Premio Morosoli en Literatura (2004). teporce@netgate.com.uy Sonia Mónica Sanz Licenciada en Servicio Social. Amplia experiencia docente y de terreno en Metodología de Trabajo Social para el diseño, formulación, implementación y evaluación de proyectos sociales en los ámbitos local, regional y nacional. Experiencia en la implementación de proyectos sociales en el ámbito educativo. Amplia trayectoria en conducción de equipos y desempeño de cargos jerárquicos en la Administración Pública. Directora del Centro de Estudios y Proyectos Sociales (C.E.P.S.). Docente titular en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad del Salvador. Docente titular del Instituto de Educación de la Universidad del Salvador, en las Licenciaturas de Gestión de la Calidad Educativa. Cocoordinadora del Área de Investigación de Desarrollo Social, Local y Regional, del Instituto de Investigaciones en Ciencias Sociales (I.D.I.C.S.O.), Facultad de Ciencias Sociales, Universidad del Salvador. ceps@ciudad.com.ar Norah Castro Ortega Trabajadora Social, Diplomada en Gestión Universitaria (2008), Universidad Mayor de San Andrés, Facultad de Ciencias Sociales, La Paz, Bolivia. Docente Carrera de Trabajo Social. Universidad Mayor de San Andrés. Directora Maestría Interdisciplinaria en Familia. Universidad Andina Simón Bolívar, La Paz, 2005- 2009. Directora de la Carrera de Trabajo Social UMSA, por el período 2006-2009. Directora del Centro de Estudios e Investigaciones de Trabajo Social CEITS. Asesora Colegio Nacional de Trabajadores Sociales de Bolivia. Miembro de ALAEITS. norca13@yahoo.es

CONSEJO DE REDACCIÓN Blanca Acosta - Licenciada en Servicio Social, Universidad del Salvador, Argentina. Docente e Investigadora de la Universidad de la República Oriental del Uruguay. Coordinadora de la Maestría de Educación Popular de la Multiversidad Franciscana de América Latina. bacosta@internet.com.uy Gustavo Dans - Licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad de Montreal. Presidente del Centro de Estudios Canadá - Uruguay, responsable de las relaciones académicas en ambos países. pdr@adinet.com.uy Teresa Dornell - Asistente Social Universitario, Escuela Universitaria de Servicio Social (EUSS) y Psicóloga Universitario, Escuela de Psicología del Uruguay (EPU) -Universidad de la República. Docente e Investigadora de la Universidad de la República Oriental del Uruguay. Integrante de la Directiva de Adasu. teresadornell@hotmail.com Delfina Fragomeni - Licenciada en Ciencias de la Comunicación, en la Universidad de Buenos Aires, Facultad de Ciencias Sociales. Técnica en Diseño y Promoción Publicitaria, en la ENET N° 6 Fernando Fader. delfinafragomeni@gmail.com José María Licalzi - Licenciado en Trabajo Social, Universidad de Buenos Aires. Jefe del Área Servicio Social, Instituto San Martín, Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia - Buenos Aires. Docente de Centro de Práctica, Taller IV Nivel -Carrera de Trabajo Social- Facultad de Ciencias Sociales- Universidad de Buenos AiresDirector del Centro de investigación, formación e integración para el trabajo social. cts_asociacion1@hotmail.com Cristina Luzzo - Licenciada en Trabajo Social, Universidad de la República Oriental del Uruguay. Presidenta de ADASU y representante ante el Consejo de Redacción de la Revista Regional de Trabajo Social. cluzzo@adinet.com.uy Jim Larsson - Asistente Social, Universidad de Götemburgo, Suecia. Consultor de diversas Agencias de Cooperación Internacional que participan en el Desarrollo Social en América Latina. jlarsson@netgate.com.uy Magdalena Terrero - Licenciada en Servicio Social, Universidad del Salvador, República Argentina, Master Universidad de Palermo. Integra el equipo técnico de la Fundación Vivienda y Comunidad. terrero.magdalena@gmail.com

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informacioneseventosinformaciones IX Congreso Nacional de Trabajo Social. I Conferencia Latinoamericana de Bienestar y Trabajo Social. Autonomía, ética y compromiso social. Hacia un piso de protección social. Del 12 al 14 de mayo de 2011. Montevideo, Uruguay.

VI Congreso Internacional de Trabajo Social. VIII Congreso Nacional de trabajadores sociales de la Salud. II Congreso Nacional e Internacional de Rehabilitación Social y Ocupacional. Hacia la Construcción de una intervención social transformadora. Del 23 al 27 de mayo de 2011. La Habana, Cuba.

LIX Congreso Nacional. I Internacional de Instituciones Educativas de Trabajo Social. V Asamblea Nacional de la AMIRTS. La nueva cuestión social y el Trabajo Social. Del 1 al 3 de junio de 2011. Durango, México

III Simposio Internacional y VII Nacional sobre los Derechos de la Niñez y la Adolescencia. Entornos y prácticas de vida saludables en la niñez y la adolescencia. Del 4 al 6 de octubre 2011. San José, Costa Rica.

III Jornadas Regionales de Trabajo Social. Políticas sociales, ciudadanía y justicia social. Desde Argentina hacia Latinoamérica. Del 1 al 2 de julio de 2011. Córdoba, Argentina.

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Análisis y Debate

Gustavo Dans *

La evolución de la crisis internacional Todo comenzó en Túnez, con una secuencia de protestas contra las condiciones de vida y de trabajo que imponía el régimen de Ben Alí y cuyo punto de partida puede ser situado en las movilizaciones contra la compañía de fosfato de Gafsa, en Redeyef, en enero de 2008, preludio de un amplio movimiento social que terminó con la caída del gobierno tunecino. En pocas semanas el movimiento contestatario se extendió a Egipto, Yemen, Bahrein, Argelia, Jordania, Irak, Marruecos, Libia… En cada caso, respondiendo a las particularidades propias de cada país en el marco de un proceso regional que los integra fuertemente (como es el caso del conflicto palestino-israelí, la dependencia de “Occidente”, las políticas anti-crisis, etc.) El orden geopolítico regional, que había sido funcional a la política de Estados Unidos, Unión Europea y de Israel, y cuyos fundamentos fueron regímenes autoritarios, represivos y corruptos, parece estar llegando a su fin. El abandono que hizo la Casa Blanca de su aliado incondicional, Hosni Mubarak, conmocionó a los dirigentes conservadores árabes. El rey Abdallah de Arabia Saudita, que había intervenido ante el presidente de Estados Unidos a favor de Mubarak, endureció la represión contra la oposición interna, intervino en Bahrein, pero al mismo tiempo acentúo las señales de un cambio en su política de alianzas regional ante lo que considera una declinación de la influencia estadounidense en la región. El proceso de cambios tiene otras expresiones, como la insurrección en Libia, seguida de una intervención armada de la OTAN; el anuncio de reformas en Siria, el aislamiento del Gobierno del Yemen y los reclamos políticos y sociales de amplios sec-

tores de la población en casi todos los países, la mayoría de cuyos gobiernos han venido aplicando incondicionalmente las recetas del FMI y del BM, con el consiguiente aumento del malestar social, como respuesta a la crisis que comenzó en Estados Unidos a finales del 2007. Este conjunto de acontecimientos político-social generan un impacto sobre la economía regional y mundial cuya dimensión todavía no puede ser cuantificada. Otro tanto ocurre con la tragedia que está viviendo Japón en estos días después de padecer un terremoto de escala 9, seguido de un tsunami y del gravísimo accidente nuclear de Fukushima, que está lejos de ser controlado.[1] Factores políticos, sociales y ambientales que se conjugan para poner un nota de incertidumbre sobre la evolución que tendrá la crisis económica y financiera internacional en el corto y mediano plazo. Alcanza con recordar que el terremoto en Japón golpeó sobre la región más dinámica de la economía global que es Asia y directamente a la tercera economía mundial. El Gobierno de Japón evalúa en 208 billones de euros los costos de la catástrofe del 11 de marzo. Es una primera estimación. Se espera una caída del PIB del orden del 7% en el segundo semestre del año en curso. La industria del automóvil (Honda y Toyota) y la electrónica han sido las más afectadas por los daños y las perturbaciones provocadas por los fenómenos naturales y la penuria en el suministro de electricidad, mientras la Tokio Electric Power (Terco), la compañía de electricidad más

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Lic. en Ciencias Políticas - Universidad de Montreal. Integrante del Consejo de Redacción de la Revista Regional de Trabajo Social. Secretario Ejecutivo de la Red de Organizaciones Comunitarias y Sociales del MERCOSUR. pdr@adinet.com.uy 4

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Análisis y Debate importante del país, que explota la central Fukushima Dai-Ichi, quedó al borde de la quiebra por su incapacidad para hacer frente a los enormes costos generados por el desastre. No sorprendería que para sostenerla el gobierno decida nacionalizarla. Hay tres constantes en el escenario mundial de la crisis que importa destacar: la creciente desorganización del sistema internacional y los quebrantos de sus principales actores; segundo, las renovadas amenazas a la supervivencia de un sistema bancario y financiero mundial, que ha estado en el origen de esta situación de caos que vivimos; tercero, el creciente descreimiento en el sistema y en sus administradores por parte de las poblaciones afectadas, asunto sobre el cual nos ocuparemos en una próxima nota. En una muy lograda síntesis el GEAB Nº51 (15 de enero de 2011) considera que el estado de debilitamiento del sistema internacional está tan avanzado que su cohesión está expuesta a toda clase de catástrofe de envergadura. Alcanza con ver la incapacidad de la comunidad internacional para ayudar eficazmente Haití después de producido el terremoto y la epidemia de cólera, de Estados Unidos para reconstruir Nueva Orleáns desde hace seis años, de la ONU para solucionar los problemas de Danfour, de Costa de Marfil desde hace 10 años, de l’OTAN para derrotar a la insurgencia Talibán en Afganistán, del Consejo de Seguridad para encontrar un arreglo en las cuestiones de Corea e Irán, de Occidente (léase Estados Unidos y la Unión Europea) para estabilizar El Líbano (el gobierno de Saad Harari dimitió en enero pasado), del G20 para poner fin a la crisis mundial que ella sea financiera, alimentaria, económica, social, monetaria para constatar que sobre el conjunto de la palestra de catástrofes climática y humanitarias, como sobre las crisis económicas y soRevista Regional deTrabajo Social -

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ciales, el sistema internacional es en adelante impotente.[2] En el corto plazo, la situación del Norte de África y Medio Oriente y las graves dificultades por las que atraviesa Japón, están agregando nuevas amenazas al tormentoso panorama de las finanzas internacionales. Cuando se produjo esa secuencia de catástrofes en Japón, no fueron pocos los que se preguntaron de dónde sacarán los japoneses, el gobierno, las empresas y los individuos, los recursos necesarios para hacer frente a la reconstrucción. No falta quién diga que aunque el nivel de deuda asciende al 200% del PIB, las autoridades japonesas tendrán espacio suficiente para continuar financiándose.

Paul Krugman dijo al respecto: “no estoy para nada preocupado por el impacto del endeudamiento japonés en los mercados financieros globales”. Sin embargo, la merma de la producción industrial y el impacto que tendrá sobre el comercio con sus socios asiáticos (58% de las exportaciones y 61% de las importaciones japonesas) preocupan seriamente. Por ejemplo, ¿qué pasaría si las empresas de seguro japonesas comienzan a liquidar las tenencias de bonos y acciones de Estados Unidos y Europa para hacer frente a sus compromisos?. Japón, después de China, es el segundo poseedor extranjero de

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Análisis y Debate títulos de deuda estadounidense, con 885,9 billones de dólares. Si sumamos a los países de Medio Oriente, tenemos el 25% del total de la deuda de Estados Unidos: unos 4.400 billones de dólares (China posee otro 20%). En el gobierno de Estados Unidos son conscientes de esa situación, aunque el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, descartó esa posibilidad, nada dijo respecto de la decisión de PIMCO (Pacific Investment Management Company) el más importante administrador de fondos de obligaciones del mundo, de desembarazarse de sus bonos del Tesoro, al igual que los bancos de Wall Street, que lo hacen a gran velocidad porque consideran que están frente a una mejoría notoria de la economía estadounidense. A la inminente crisis fiscal de una endeudada y deficitaria economía japonesa y las recurrentes ayudas de emergencia a países europeos, incapaces de hacer frente a sus voluminosas deudas públicas, se suma esta amenaza concreta sobre el mercado de bonos del Tesoro de los Estados Unidos. Las aseguradoras enfrentan un momento crítico. Como decíamos al comienza de esta nota, los grandes desastres climáticos registrados en los últimos meses como los terremotos en Chile y Nueva Zelanda, las inundaciones de Australia, las grandes tormentas en Europa y el sismo seguido del tsunami y crisis nuclear en Japón, han terminado conformando un escenario ruinoso para las compañias de seguros a nivel internacional. El costo del terremoto en Chile, puede servirnos como ejemplo. El grupo inglés de seguros Lloyd’s tuvo que pagar reparaciones por 1.400 millones de dólares, mientras que cobraba primas por alrededor de 80 millones. El conjunto de las aseguradoras debió pagar primas por 8.000 millones de dólares a sus clientes chilenos. Los cálculos preliminares de los costos que tendrán que pagar por las catástrofes ocurridas en Japón, anuncian que serán de miles de millones de dólares: las vidas humanas, las infraestructuras físicas, el lucro cesante en el comercio por la destrucción de las ciudades, y demás situaciones. El sector de seguros no está regulado a nivel internacional. La Internacional 6

Association of Insurance Supervisors (IAIS), que reagrupa a todos las empresas de seguros no publica siquiera estadísticas. No podemos, en consecuencia, hacer otra cosa que arriesgar algunas evaluaciones. Según parece las compañias de seguro en el mundo tienen alrededor de 25.000 billones de dólares comprometidos en seguros de vida (80%), y para la protección de bienes (20%), para lo cual tienen entre 1 y 1,5 billones de dólares de fondos propios. Esto es, muy poco. Por esa razón, la secuencia de catástrofes naturales, que ocurren en medio de quiebras de bancos y nacionalizaciones de activos, puede llevar a la ruina a muchas aseguradoras o a su nacionalización por los Estados para evitar su quiebra. Baste recordar lo ocurrido con AIG, la primera compañía de seguros del mundo, en septiembre de 2008, cuando la FED tuvo que prestarle 85 billones de dólares, convirtiendo al Estado Federal en su mayor accionista con 87,9% del paquete accionario.[3] El impacto sobre los trabajadores. El artículo de Juan Gelman, titulado Una crisis tipo Jano, publicado en la edición dominical de Página 12, el 23 de enero de 2011, ejemplifica magistralmente como la crisis ha favorecido una mayor concentración de la riqueza y una disminución continuada de los salarios y de la participación de los trabajadores en el conjunto de la riqueza producida. Dice Gelman: “El 1 por ciento más rico de EE.UU. percibía el 9 por ciento de la renta nacional en 1979. Hoy esa proporción asciende al 24 por ciento, casi una cuarta parte del total (http://www.alternet.org/, 19/ 1/2011). El ingreso de ese mismo 1 por ciento era 125 veces superior a la media nacional en 1962. Hoy es 190 veces superior. Los beneficios de las 500 corporaciones más importantes aumentaron el 141,4 por ciento y la compensación de los ejecutivos de empresa se elevó un 282 por ciento de 1990 a 2010. La crisis económica mundial no ha interrumpido esta tendencia: en 2010 se han vendido 13 por ciento más automóviles que el año anterior y la producción de acero se incrementó un 18 por ciento (http://

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Análisis y Debate www.economist.com/, 13/1/11). Una encuesta reciente de American Express Publishing y Harrison Group revela que el sector opulento del país gastó 28 mil millones de dólares en la adquisición de bienes de lujo durante 2010. El 71 por ciento de tales compradores se declara feliz, contra el 40 por ciento en 2007, aunque la mayoría piensa que EE.UU. sigue en recesión (Reuters, 13/1/11). Del otro lado de la moneda no hay tanta felicidad. El número de desocupados prácticamente no disminuyó en los tres años que dura la crisis, en los que se perdieron 8 millones de puestos de trabajo: es de 14 millones, incluidos los más de 6 millones que no trabajan desde hace medio año. El Wall Street Journal informó que la existencia de esta reserva de desempleados produce una persistente baja de los salarios: “Entre 2007 y 2009, más de la mitad de los trabajadores de tiempo completo que perdieron su empleo después de tenerlo tres años por lo menos y encontraron luego otro de tiempo completo reciben un salario menor... la tercera parte, un 20 por ciento menos” (// online.wsj.com, 11/1/11). Pintan calva a la ocasión, pero nunca falta la forma de agarrarla. Hace veinte meses que el índice de desocupación permanece inalterable y seis de cada diez desempleados tienen que pedir dinero prestado a la familia o a los amigos. No pocos de aquellos que vuelven a conseguir empleo se ven obligados a aceptar el salario mínimo. Según Jeannette Wicks-Lim, miembro del Instituto de Investigación Política y Económica de la Universidad de

Massachusetts, casi nueve de diez de estos trabajadores no están en condiciones de solventar sus necesidades básicas en materia de alimentación y salud (www.peri.un mass.edu, octubre 2010). Esta situación castiga a sus hijos. El Wall Street Journal no lo oculta: “Las investigaciones muestran que los hijos de quienes han perdido el empleo y consiguen otro con un salario inferior también padecen este hecho. Un grupo de economistas llevó a cabo en 2008 un estudio sobre la relación de los salarios padre/hijo de 60 mil familias en el período 1978/1999. Los hijos de víctimas de los despidos masivos de la recesión de 1982 percibían ingresos un 9 por ciento más bajo que el de padres que no padecieron esa suerte”. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, integrada por 34 países –sobre todo europeos y desarrollados–, aplica patrones muy estrictos para medir la indigencia en los Estados miembro. Ya a mediados de la década pasada, EE.UU. figuraba en el tercer lugar de los más pobres (http:/ /www.oecd-library.org/, 2009) y la crisis actual ennegrece aún más el panorama. Entre otras cosas, los bancos siguen confiscando casas y departamentos cuyos propietarios no logran pagar la hipoteca. Pero no todo es tan oscuro para algunos. El informe más reciente de la financiera JPMorgan Chase es luminoso en tal sentido: revela que en 2009 obtuvo beneficios un 48 por ciento superiores a los de 2008 y que el año pasado tampoco le fue mal: sus ingresos del primer cuatrimestre de 2010 aumenta-

[1] Mitsuo Tanaka, un ingeniero que había contribuido a la fabricación de los reactores de la central Fukushima Dai-Ichi, en declaraciones que fueron reproducidas por el New York Times, sostuvo que los mismos estaban absoletos: “Había llegado el momento de reemplazarlos. Cierto, el tsunami los hubiera afectado de todas maneras, pero los tubos, la mecánica, la informativa e incluso el conjunto de los reactores estaba vetusto”. [2] Communiqué public de GEAB nº 51 (15 janvier 2011). Crise systématique globale – 2011 : L’année impitoyable, à la croisée des trois chemins du chaos mondial. http://www.leap2020.eu/GEAB-N-51-estdisponible-Crise-systemique-globale-2011-L-a... [3] Jacques Attallçi (2008), La crise et après ?, Édition actualisé, Fayard. Revista Regional de Trabajo Social -

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Análisis y Debate ron un 47 por ciento respecto del mismo período de 2009 (http://www.finfacts.ie/ , 14-1-11). Jamie Dimon, director ejecutivo de la firma, declaró que esto era la prueba de “una amplia recuperación económica. Pienso que el futuro es extremadamente esplendoroso”. A saber si piensan lo mismo quienes alquilan a extraños habitaciones de su vivienda para sobrevivir. No hay estadísticas sobre el consiguiente deterioro de la vida familiar. El pico de la J.P.Morgan Chase es sólo el Himalaya de una alta cordillera: los analistas estiman que las ganancias de las corporaciones crecieron un 27 por ciento

en el último cuatrimestre de 2010. En realidad, Washington usó la crisis para favorecer a la elite financiera engordándola con billones de dólares. Steven Rattner, el hombre de Wall Street que Obama eligió para dirigir la Auto Task Force, encargada de apoyar a la industria automovilística, asienta en su libro Overhaul (Hougthon Mifflin Harcourt, Nueva York, 2010): “Más de una vez pensaba yo en la frase de Rahm Emanuel (jefe de gabinete de la Casa Blanca), ‘nunca permitas que se desperdicie una buena crisis’, puesto que utilizamos la creciente catástrofe económica para introducir cambios y determinar sacrificios que hubieran sido imposibles en otro contexto”. Muy claro, ¿no?”

20 años del Mercado Común del Sur El Mercado Común del Sur (MERCOSUR) fue creado el 26 de marzo de 1991 con la firma del llamado “Tratado de Asunción”. El Tratado fue firmado por los presidentes de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Los fundadores pensaron el MERCOSUR como una herramienta para la expansión del comercio tanto a nivel intra-regional como con terceros países o bloque de países. Es así, que la prioridad fue dada a la libre circulación de bienes, servicios y factores productivos entre los países socios; el establecimiento de un arancel externo común y la adopción de una política común en relación a terceros Estados o agrupaciones de Estados, así como la coordinación de posiciones en foros económico-comerciales regionales e internacionales; la coordinación de políticas macroeconómicas y sectoriales entre los Estados Partes; el compromiso de estos últimos de armonizar sus legislaciones en las áreas pertinentes, para lograr el fortalecimiento del proceso de integración.

La creación del MERCOSUR fue posible después del abandono de las teorías que hacían de la rivalidad argentino-brasileña, un eventual foco de conflicto permanente y su sustitución por una política de cooperación y de alianzas estratégicas entre Argentina y Brasil, que no ha hecho otra cosa que afianzarse en los últimos años a pesar de las naturales diferencias y conflictos de interés.

El formato institucional de carácter intergubernamental acordado era relativamente sencillo: un Consejo del Mercado Común como órgano superior y de conducción política (integrado por los Ministros de Relaciones Exteriores y de Economía, con 8

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Análisis y Debate presidencias rotativas de seis meses), un Grupo Mercado Común como órgano ejecutivo y con capacidad de iniciativa, encargado del cumplimiento de las resoluciones del Consejo, una Secretaria Administrativa y una Comisión Parlamentaria Conjunta con representación de los Parlamentos nacionales. En Ouro Preto se dieron avances significativos en el proceso de institucionalización del MERCOSUR, pero será recién en los primeros años de este siglo que la integración regional comenzará a discurrir por nuevos caminos.

La estructura institucional del MERCOSUR, la mínima indispensable que se dio en sus comienzos, tenía que ver con la concepción dominante en el momento de su creación, que no iba más allá de una visión mercantilista.

El MERCOSUR, fue creado para potenciar el comercio entre los cuatro países firmantes y con otros países y regiones del mundo. Entre 1990 y 2010, los países miembros del MERCOSUR multiplicaron por 10,8 su intercambio comercial, de US$ 7.980 millones a US$ 86.408 millones y el comercio con el resto del mundo pasó de US$ 64.236 millones a US$ 446.975, 6,9 veces más según información de la agencia AFP divulgada por medios locales de prensa. El intercambio intra-zona equivale al 16,2% del comercio total del bloque. El desafío de construir una unión aduanera no pudo alcanzarse. Marcel Vaillant escribió en un texto publicado por el Observatorio Económico de la Red MERCOSUR, que “la construcción de una unión aduanera implica establecer una nación comercial y compartir soberanía sobre la política comercial. Este objetivo claramente establecido en el acuerdo sub regional está afuera del alcance” concluyó.

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Análisis y Debate Los acuerdos de Foz de Iguazú Sin embargo, en la Cumbre de Foz de Iguazú, realizada en diciembre de 2010, los representantes de los gobiernos de los países miembros del MERCOSUR, se dijeron dispuestos a dar pasos concretos para consolidar una Unión Aduanera en el año 2019. Se trata de homogeneizar la política comercial, a través de la eliminación de las excepciones que cada país tiene al arancel externo común. Actualmente se considera al MERCOSUR como una unión aduanera imperfecta, porque no todos los países aplican los mismos aranceles, habiendo excepciones puntuales que establecen diferencias con países de extra-zona. El cronograma que confeccionaron en Foz de Iguazú para llegar a la unión aduanera incluye la eliminación del doble cobro aduanero, el establecimiento de un mecanismo de redistribución de la renta aduanera, la coordinación macroeconómica y una política común en materia de tratamiento a las inversiones y de las compras gubernamentales. Un paso importante en el camino hacia la Unión Aduanera Común fue la sanción del Código Aduanero Común en la cumbre realizada en San Juan, aunque no quedó regulado el tratamiento de herramientas de política comercial como las licencias no automáticas, los valores criterio o los antidumping. También se han producido acuerdos en temas comerciales y de convergencia. El primero en importancia es el consenso en la oferta que el bloque presentó ante la Unión Europea, en el mes de marzo. El nuevo escenario internacional favorece una negociación más favorable para el MERCOSUR. La forma como los países del MERCOSUR hicieron frente a la crisis internacional, que provoco un freno brusco de los flujos de capital y el colapso del comercio, con planes de estimulo a las inversiones en infraestructura, mayor flexibilidad en las políticas monetaria y cambiaria y una estrategia de política fiscal anticíclica, les permitió salir fortalecidos y con reservas que superan el 13% del PIB regional. Esto es, no haber aplicado las recetas tradicionales, que recomienda el FMI, no solamente le permitió superar la crisis internacional tempranamente, también está determinando un ritmo de crecimiento de las economías más altos que la región que lidera México, la cual tiene fuertes lazos comerciales, tanto de bienes como de servicios con Estados Unidos y la Unión Europea. Según el Banco Interamericano de Desarrollo esto va a determinar un crecimiento este año de 4,4% para el bloque suramericano y de apenas 2,7% para México, los países centroamericanos y del Caribe, con excepción de Haití, que no hace parte de ese agrupamiento.

Las economías de Argentina, Brasil y Venezuela representan el 82% del PIB de América del Sur.comercio. No solamente

En otros planos, el proceso de integración conoce avances con el establecimiento de un Estatuto de Ciudadanía para los nacidos en los países del bloque. El objetivo es “ampliar y consolidar un conjunto de derechos básicos y beneficios para todos los ciudadanos de los Estados miembros del MERCOSUR”. La iniciativa consiste en un plan de acción a imponer en el término de diez años y que tendrá “un impacto directo en la vida cotidiana de decenas de millones de ciudadanos del MERCOSUR, el alcance, entre otros, los ámbitos del empleo, el bienestar, la educación, la libre circulación de personas, las normas comunes para la identificación de personas y vehículos en las tasas de telecomunicaciones y de consumo”. También se aprobó una guía “Cómo Trabajar en los Países del MERCOSUR, como parte de un conjunto de acciones destinadas a integrar y armonizar las políticas de inspección y formación profesional.

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Análisis y Debate El PARLASUR Los Cancilleres del MERCOSUR, reunidos en Montevideo, el 18 de octubre de 2010, aprobaron el principio de representación proporcional para integrar el Parlamento regional., la elección de los representantes en forma directa y la creación de un Tribunal de Justicia. Argentina votará a sus representantes junto con las elecciones presidenciales en 2011; Brasil en 2012 y Uruguay en 2014, coincidiendo con las elecciones generales de ese año. Paraguay ya votó sus diputados al PARLASUR. En 2015, cuando todos los países hayan concluido sus procesos de elección, Brasil pasará a tener 75 parlamentarios (48,7%), Argentina 43 (27,9%), mientras Paraguay y Uruguay conservarán sus 18 representantes (11.7% cada uno). Cuando Venezuela complete su adhesión plena al bloque – está faltando la aceptación del Senado paraguayo – contará con 32 parlamentarios. El acuerdo establece que serán necesarias mayorías especiales para la mayor parte de las decisiones. Por ahora, las resoluciones que adopta el PARLASUR no son vinculantes para los países miembros. La negativa del Senado paraguayo en aceptar el ingreso de la República Bolivariana de Venezuela, dificulta el establecimiento de un mayor equilibrio al interior del bloque.

La gravitación política del MERCOSUR Argentina y Brasil hacen parte del Grupo de los 20 y del Foro de Estabilidad Financiera. Brasil integra un espacio de creciente peso internacional: el BRIC (Brasil, Rusia, India y China) y del foro IBSA (India, Brasil, Sudáfrica). En la región suramericana, junto con Venezuela, han impulsado la creación de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) cuyo Tratado Constitutivo acaba de entrar en vigencia, el 11 de marzo 2011. Como se recordará la UNASUR está compuesta por Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela. El Tratado Constitutivo ratifica “los principios rectores de la integración suramericana en la búsqueda de la justicia social con equidad, inclusión social, solidaridad, cooperación, cultura de paz, identidad, respeto al sistema democrático y a los derechos humanos universales”. La sede de la UNASUR funcionará en Mitad del Mundo, en un edificio ubicado al norte de la ciudad de Quito, que llevará el nombre del ex-presidente argentino y primer Secretario General del organismo, Dr. N. Kirchner. La secretaría general del bloque será compartida en los próximos dos años por la colombiana María E.Mejía y el venezolano Alí Rodríguez. Las fuerzas políticas y sociales de las derechas suramericanas y el gobierno de los Estados Unidos, han reiterado por diversos medios el rechazo a la intervención de la UNASUR, procurando descalificar la importancia de este espacio político regional.

La UNASUR ha jugado un papel primordial ante acontecimientos de mucha importancia en el continente, condenando los intentos separatistas en Bolivia, logrando el aislamiento de sus instigadores; en la rápida condena al golpe de Estado en Honduras, contra el presidente Manuel Zelaya; apoyando al gobierno constitucional de Ecuador, de Rafael Correa, cuando la asonada policial-militar y sentando un principio de doctrina ante el uso de bases militares colombianas por el Ejército de Estados Unidos, cuando expresa con claridad que, aún existiendo la presencia de bases militares extranjeras, esto no puede afectar la soberanía e integridad de ninguna de las naciones miembros, ni la paz y seguridad del continente. La UNASUR conformó el Consejo de Defensa, que a pedido de Bolivia y Venezuela evalúa el Libro Blanco del Comando de Movilidad Aérea del Ejército de Estados Unidos, y el Consejo Suramericano de Lucha contra el Narcotráfico. Revista Regional de Trabajo Social -

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María Virginia Bentancor*

Trata de personas con fines de explotación sexual Debates actuales y políticas públicas vigentes El presente artículo realiza una aproximación conceptual al problema de la trata de personas con fines de explotación sexual, analizando la dimensión genérica involucrada en el problema. Se presentan y analizan los debates actuales en torno a la trata de personas y su particular vinculo con la “prostitución libre”. Asimismo, se estudian las diferentes intervenciones en materia de políticas públicas a nivel mundial desde las posturas reglamentaristas y abolicionistas, empleando el caso sueco y el caso holandés para su ejemplificación. Finalmente, se realiza una revisión del estado de arte del tema en Uruguay a efectos de discutir las oportunidades y desafíos. Palabras claves: Trata de personas, explotación sexual, prostitución, políticas públicas.

Trafficking in persons for sexual exploitation. Current debates and policies in force. This article provides a conceptual approach to the problem of trafficking in persons for sexual exploitation, analyzing the gender dimension involved in the problem. Presents and analyzes the current debates about human trafficking and its particular link with “free prostitution”. It also explores the different interventions in public policy worldwide since reglamentarists and abolitionist positions, using the Swedish case and the Dutch case for illustration. Finally, we review the state of art topic in Uruguay for the purpose of discuss opportunities and challenges. Keywords: Human trafficking, sexual exploitation, prostitution, public policy.

Introducción El presente artículo se propone realizar una reseña acerca del problema de la trata de personas con fines de explotación sexual en el momento actual así como también presentar una discusión conceptual en torno al mismo desde una perspectiva de género. La mencionada problemática ha cobrado relevancia en los últimos tiempos. Su visibilidad ha aumentado como consecuencia del crecimiento y complejización del problema, las reiteradas denuncias por parte de organizaciones de la sociedad civil y los debates que se han suscitado en torno a su comprensión y abordaje. Según datos de Naciones Unidas, a pesar de que la trata de personas se lleva a cabo para desarrollar diferentes formas de explotación de las víctimas, en el año 2006, se identificó que el 87% de ellas son explotadas sexualmente, estando constituido ese universo por un 77% de mujeres cuyos derechos son violados en forma sistemática (Guigou, V.; Theocharidou, V., 2006). *

Lic. en Trabajo Social, egresada de la Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de la República, Montevideo, Uruguay. - v.bentancor17@gmail.com El presente artículo se constituye en una síntesis de la tesis de grado “Una coalición alarmante entre capitalismo y patriarcado: trata de personas con fines de explotación sexual” presentada en 2010 (Aprobada 11). 12

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La pretensión de abordar el problema de la trata de personas ha requerido colocar en discusión la llamada “prostitución libre”, y ello ha promovido el debate sobre diferentes posturas. Seguidamente analizaremos dichas posturas y sus implicancias en materia de políticas públicas. El concepto de trata de personas En el año 2000 los países integrantes de las Naciones Unidas establecieron la Convención de Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional junto a dos protocolos complementarios: el Protocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas –más conocido como “Protocolo de Palermo”- y el Protocolo contra el Tráfico Ilícito de Migrantes por Tierra, Mar y Aire. En éstos se encuentra una definición consensuada sobre qué es la trata de personas, así como también el tráfico de migrantes. La primera se define según el Protocolo de Palermo como “(…) la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación. Esa explotación incluirá, como mínimo, la explotación de la prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos” (Naciones Unidas, Protocolo Para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, especialmente Mujeres y Niños: 2001). La legislación internacional procura brindar un marco común de actuación a los Estados signatarios y enfatiza en la distinción entre la trata de personas y el tráfico ilícito de migrantes, fenómenos que si bien mantienen rasgos en común e incluso comparten muchas de sus causas, refieren a hechos diferentes. La distinción central se halla, fundamentalmente, en el hecho de que el tráfico de migrantes viola las normas migratorias de los Estados, mientras que la trata de personas es violatoria de los derechos humanos de las víctimas e implica una explotación posterior al traslado que perdura en el tiempo. De esta definición debemos retener tres ideas importantes. En primer lugar que al hablar Revista Regional deTrabajo Social -

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de trata de personas, estamos refiriéndonos a un proceso de tres pasos que implica el reclutamiento, traslado y explotación, mediado por la anulación de la víctima como sujeto de derechos. En segundo lugar y ligado a lo anterior, según la legislación internacional, para asegurar que existe un proceso de trata es necesario probar la falta de consentimiento por parte de la víctima si ésta es mayor de edad. Este aspecto es central para comprender las discrepancias teóricas que existen en torno al tema. Hay quienes sostienen que el hecho de que la figura de “trata” se constituya como tal solo cuando “intermedie el engaño” deja un espacio para la presuposición del consentimiento de las víctimas respecto a su propia explotación. Señala D. Barrancos (2008) “El concepto de explotación es consustancial al de trata, y es un delito aberrante, aunque las y los explotados hayan consentido debido a tantas razones coercitivas” (p. 7), razones que pueden no ser visibles y estar determinadas por los condicionamientos sociales que operan en la vida de las víctimas. En tercer lugar, la definición de “trata” contenida en el Protocolo de Palermo da cuenta de una forma de resolución, al menos transitoria, que ha tenido el debate en torno al vínculo entre trata y prostitución; debate que se ha intensificado desde que se colocó sobre el tapete el problema en cuestión. Sobre estos tres ejes -la trata como un proceso; la noción de consentimiento; el debate sobre prostitución “libre” y prostitución “forzada”- se centrará nuestro análisis subsiguiente. El vinculo controvertido entre trata y prostitución La conceptualización de “trata” del Protocolo de Palermo deja plasmada una postura, según la cual la trata de personas con fines de explotación sexual y la prostitución son dos fenómenos diferenciables y desvinculados en muchos casos. La trata puede tener como finalidad la explotación sexual o no y, a su vez, la prostitución puede implicar un acto voluntario y no forzado. Hay quienes sostienen que la prostitución es, generalmente, una opción libre de las personas que eligen por las ventajas que ofrece: jornadas de trabajo flexibles, inexistencia de patrones, de calificaciones o competencias especificas, remuneraciones acorde a las necesidades familiares. Asimismo, “como en todo trabajo, el trabajador tiene más oportunidades de poder elegir, controlar y ascender después de cierto tiempo y encontrar su nivel preferido, dependiendo de sus capacidades individuales” (Agustín, M.L., 2000) De acuerdo con G. Ekberg (2002), esta conceptualización que defienden la desvinculación entre trata y prostitución, al centrarse solo en las condiciones abusivas y la violación de los derechos humanos implicados en la trata más que en sus propósitos, minimizan la violencia de la prostitución. La conceptualización de trata desconoce o encubre una de las razones más importantes que la impulsan, es decir, la explotación sexual y la demanda de servicios sexuales por parte de los consumidores. La industria del sexo, al igual que otros sectores de la economía, se configura en base a circuitos transnacionales, operando según la lógica capitalista: generar la mayor ganancia con los menores costos posibles y procurando la mayor satisfacción para el cliente. Es decir que actualmente “esta organización cobra las características de una industria, con los mismos propósitos de lucro, eficiencia y rentabilidad, propias de una empresa capitalista, en esta etapa de la globalización” (Lipszyc, C., 2003, p. 56). La diferenciación a la que aludimos surge de la idea de que la prostitución puede ser considerada, en muchos casos, como una opción o como un trabajo similar a otros, siempre y cuando no intermedie la violencia y la coacción. Sin embargo, hay quienes opinan que 14

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“la prostitución está inserta en el engranaje de múltiples sistemas de opresión y explotación: estructuras económicas y sexistas que limitan las posibilidades de desarrollo personal, laboral, educativo y político de todas las mujeres” (Trapasso, R., 2003, p. 53). Desde este punto de vista, la prostitución no puede ser entendida, por lo tanto, sin colocar en discusión el contexto en el cual se crea y se reproduce. Según un estudio llevado a cabo en San Francisco se constató que un 57% de las prostitutas habían sido abusadas de niñas. Otro estudio de Oregon mostró que el 85% de las mujeres habían sido víctimas de incesto cuando niñas y el 90% manifestaban haber sido abusadas físicamente. En Canadá, una investigación de 2001 mostró que un 82% de las jóvenes habían sido víctimas de violencia sexual masculina (Ekberg, G., 2002). Los investigadores internacionales coinciden en que la edad promedio de entrada a la prostitución es de 14 años, rompiendo con la idea de que existe una diferenciación categórica entre la prostitución infantil y adulta y poniendo en tela de juicio el problema del consentimiento y la voluntad (Ekberg, G., 2002). En este sentido reflexiona M. Fontella al preguntarse: “¿Cuál es la razón teórica para considerar, por parte de los que lo plantean, ‘explotación sexual’ hasta los 18 años menos un día, y a los 18 años y un día ‘trabajo sexual’? Es decir, un acto criminal se convierte, al día siguiente, en un acto comercial normal” (citado en Lipszyc, C., 2003:63). Por tal razón no parecería atinado hablar en términos duales sobre este tema -prostitución adulta- explotación infantil, prostitución libre-forzada, opción-coacción, pues las personas van recorriendo un camino a lo largo de sus vidas que está determinado en gran medida por su realidad familiar y su inserción social en los distintos momentos. Aquello que puede ser visto por un observador externo como una opción de otra persona en un momento determinado, quizá sea la consecuencia de una serie de circunstancias adversas a las que ésta tuvo que enfrentarse en su infancia o adolescencia. La sumatoria de circunstancias adversas puede obligarnos a tomar decisiones que, quizá, teniendo más información y más alternativas reales no tomaríamos. Ejercer la prostitución, podría parecer ser una elección a simple vista e incluso ser así definido por quien la ejerce, sin embargo, es válido cuestionarse cuáles serían las otras opciones que existían al momento de la elección en función de las condiciones materiales y subjetivas de la persona. Como señala C. Lipszyc (2003): “la violencia sexual ejercida sobre los/as niños/as: incesto, violación y abusos sexuales, en general, van marcando un camino en la psiquis de los abusados, que ‘naturaliza’ y se repite en la historia personal y generacional” (p.58). Esto no significa que las víctimas de abuso infantil tengan como único destino la prostitución, pero sí imprime en estas personas una expresión determinada del ejercicio de la dominación y del uso del cuerpo propio por parte de los otros. Estudios de la Organización Panamericana de la Salud han demostrado una alta incidencia de secuelas físicas en quienes ejercen la prostitución como ser: fracturas de huesos, heridas en la cabeza, heridas de arma blanca, lesiones múltiples (Torres, S., 2003). Asimismo, se han identificado diversas secuelas psicológicas. Quienes salen del mundo de la prostitución suelen describir momentos de terror y crueldad que sufrieron en manos de clientes y proxenetas: tortura sexual, humillación, amenazas, violaciones y golpes (Ekberg, G., 2002). Aparecen, además, patologías asociadas al abuso de alcohol y drogas como recurso de escape de la realidad y asilamiento social (Torres, S., 2003). En la prostitución “el derecho humano afectado realmente es la integridad sexual, ya que hay un quiebre entre la actividad corpórea y el deseo anímico (…) En la prostitución la mujer practica la sexualidad de manera disociada con el placer y la comunicación paritaria…” (Quintanilla, T., 2003, p. 74). Revista Regional de Trabajo Social -

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Estos resultados sugieren la interrogante acerca de por qué las mujeres que ingresan al mundo de la prostitución se mantienen en él. La respuesta a ello probablemente merezca una investigación específica que contemple la multicausalidad del problema –supervivencia, necesidades insatisfechas, precariedad e inestabilidad laboral, carencia de políticas de reconversión laboral- , pero es posible que también el conocimiento acumulado a la violencia doméstica también pueda arrojar luz a ello.1 En la trata de personas, es muy frecuente que los tratantes establezcan lazos afectivos con las víctimas para conquistarlas y obtener lo que quieren de ellas.1 “Las mujeres quedan en una situación asimilable a la esclavitud porque no pueden dejar la actividad si su ‘fiolo’ no las autoriza. Cuando son interrogadas por la Policía les preguntan ‘¿Tu fiolo te obliga?’, la respuesta es siempre que no” (Petit, J.M., 2008, p.59). Según declaraciones del fiscal uruguayo J. Gómez, actuante en Maldonado, “En la relación de proxenetismo hay un lazo afectivo de supremacía, el proxeneta campea en el dominio psicológico (…) Suele arrancar de situaciones aceptadas que se transforman en abusos o en formas de explotación” (citado en Petit, J.M., 2008, p.59). Implicancias del debate y políticas públicas: Abolicionismo vs. Reglamentarismo La importancia del debate sobre el vínculo entre trata y prostitución radica en el hecho de que cada posicionamiento filosófico acarrea diferentes formas de entender cuál es el problema a abordar y las respuestas institucionales que deben desarrollarse para minimizar los efectos negativos. Es importante observar de qué manera las distintas formas de entender la prostitución se han materializado en políticas concretas y qué efectos han tenido éstas sobre el problema de la trata de personas con fines de explotación sexual. Quienes plantean que la prostitución en sí misma no es un problema siempre y cuando se trate de una opción libre, abogan por un tratamiento reglamentarista del tema que consiste en regular el ejercicio de la “prostitución libre” a través de leyes que aseguren la protección de la trabajadora sexual. La postura abolicionista, en cambio plantea que la prostitución es sinónimo de explotación sexual pues se trata de una de las expresiones de la violencia sexual contra las mujeres. Desde este punto de vista, se pretende la abolición de la prostitución a la par de la generación de políticas públicas que contribuyan a incrementar las posibilidades de inserción de las mujeres en otros rubros. Desde esta postura se cuestiona la noción de “prostitución libre” ya que se considera que para que exista efectivamente una elección, la persona debe tener un abanico de posibilidades entre las cuales elegir, sobre lo cual no hay certezas suficientes. Asimismo, critican el término “trabajo sexual” pues éste pretendería encubrir la falta de empleos existentes, operando como coartada frente a la desocupación estructural, que protagonizan fundamentalmente las mujeres (Lipszyc, C., 2003, p.61).

1 Debe recordarse el particular vínculo que se genera entre el hombre y la mujer en situaciones de violencia doméstica y el llamado “síndrome de la indefensión aprendida” que se va instalando en la persona objeto de dominación una vez que está presente la violencia. De acuerdo a una investigación realizada en distintos barrios de Buenos Aires, Capital Federal “las víctimas lesionadas no denunciaban ni permitían que otro lo hiciera, recurriendo al argumento de que se trataba de accidentes comunes (…) En el caso de que reconocieran a un hombre como el causante, lo justificaban. Sus compañeros alcoholizados para olvidar su desocupación, no podían ser culpabilizados porque, además, estando sobrios decían quererlas” (Torres, S., 2003:21).

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Este punto de vista sostiene que “la prostitución tiene su base en un sistema cultural sexual, que sustenta la demanda de sexo como servicio prestado por un objeto sexual subordinado y dócil, que desaparece en tanto sujeto y cuya propia sexualidad resulta negada” (Lipszyc, C., 2003, p.57). Ese “objeto sexual subordinado” son, en general, mujeres, niños, niñas, adolescentes y transgéneros que comparten la no pertenencia al mundo del hombre, adulto y heterosexual, imagen privilegiada de la sociedad patriarcal. En relación al abordaje de la prostitución y la trata a nivel internacional existen dos casos bien distintos que son paradigmáticos: el caso holandés y el caso sueco. Respecto al primero, la nueva ley holandesa autoriza y regula el funcionamiento de los burdeles, dándoles el mismo tratamiento legal que a otros negocios. Se busca, mediante esta ley, legalizar y organizar la prostitución “voluntaria” para minimizar las posibilidades de que germine la prostitución “involuntaria” o “forzada” (Agustín, M.L., 2000). De acuerdo con M.L. Agustín, esta ley “mejora la situación de miles de trabajadores sexuales pero no de los migrantes ‘ilegales’, quienes siguen trabajando sin protecciones laborales” (Agustín, M. L., 2000). Similar es el tratamiento que se le está dando al tema en Alemania. De acuerdo a un artículo titulado “Evaluación de la ley reguladora de la prostitución en Alemania”, en dicho país hay 400.000 personas aproximadamente que ejercen la prostitución como trabajo principal, de las cuales casi la mitad son de origen extranjero. El 95% son mujeres y el 5% son hombres. Se estima que 1,5 millones de clientes recurren a servicios de prostitución (Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, 2007). Vale destacar que ninguno de estos países –Alemania y Holanda- ha suscripto a la Convención de las Naciones Unidas sobre la Protección de los Derechos de todos los Trabajadores Migrantes y de sus Familias de 1990 ni al Protocolo de las Naciones Unidas para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, Especialmente Mujeres y Niños En el otro extremo, encontramos en caso de Suecia que ha promovido una ley que penaliza el consumo de servicios sexuales, sin implicar esto la persecución de la persona que ejerce la prostitución, por considerarla la parte más débil y la víctima del problema (Guigou, V.; Theocharidou, V., 2006). El aspecto más novedoso de esta ley es que no se enfoca en quien se prostituye a través de prácticas estigmatizantes y punitivas sino en quienes hace uso del servicio, es decir, en los “prostituyentes”. Actualmente se desarrolla un Plan de Acción que tiene como prioridad trabajar en pro de la erradicación de la prostitución y el tráfico sexual. Esta legislación ha permitido proteger a las víctimas de prostitución y trata, así como también disminuir la trata de personas en ese país (Guigou, V.; Theocharidou, V., 2006). Según una publicación de APRAMP del año 2005 la ley sueca prevé la necesidad de destinar recursos específicos para financiar servicios sociales integrales dirigidos a las mujeres prostituidas que deseen dejar esa ocupación, así como también destina fondos para “educar a la ciudadanía y abordar el consumo como problema” (APRAMP, 2005, p. 66). En el mismo documento se indica que en los países en los cuales se optó por sistemas reglamentaristas -como Holanda, Alemania y Australia- se visualiza: “un incremento en la asociación con el crimen organizado en la industria del sexo, un aumento considerable de la prostitución infantil, un aumento de la cantidad de mujeres y niñas extranjeras traficadas y un incremento en la violencia contra las mujeres” (APRAMP, 2005, p.66). Sin embargo, hay quienes sostienen que las propuestas abolicionistas no tienden a mejorar la vida del “trabajador sexual”, pues, lleva a los clientes a buscar el comercio sexual en espacios menos visibles, y, por ende, más riesgoso para ambas partes (Agustín, M. L., 2000). Revista Regional de Trabajo Social -

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Incidencia del problema a nivel nacional Los datos existentes a nivel internacional alertan sobre la relevancia del complejo problema que es la trata de personas con fines de explotación sexual, pues desde la década del 90 su aumento ha sido drástico. A pesar de que existen dificultades para medir la magnitud real por su carácter clandestino, se estima que entre 800 y 900 mil personas son tratadas entre fronteras anualmente (Anti-Slavery International, 2003). Se calcula que en América Latina y el Caribe cerca de 100.000 personas caen atrapadas en situaciones de trata cada año (O.I.M., 2008). Hasta el año 2005 se constituía en la tercera fuente de ganancia más grande para el crimen organizado, movilizando entre 5 y 7 billones de dólares al año (Cortés, P., 2005, p. 61). En Uruguay, a partir de la legislación internacional y el aporte de las organizaciones de la sociedad civil ha comenzado tímidamente a visibilizarse el tema. La Convención, junto a sus Protocolos complementarios, fue aprobada a través de la ley 17.861 del 28 de diciembre de 2004. En diciembre de 2007 el delito de trata fue tipificado como figura legal en el Derecho Penal uruguayo por medio de la Ley de Migración No 18.250. Asimismo, se crearon dos Juzgados Letrados de Primera Instancia en lo Penal especializados en Crimen Organizado, a través de la ley 18.362, que entrara en vigencia en enero de 2009, con sede en Montevideo y con competencias para todo el territorio nacional. En un marco casi inexistente de datos oficiales se constatan casos en donde nuestro país es origen de casos de trata internacional y probablemente de trata interna y fronteriza. Existen factores que dan cuenta de situaciones altamente riesgosas para la germinación de casos de trata: regiones con gran proporción de ciudadanos/as en situación de alta vulnerabilidad social, explotación sexual infantil y adulta, migración temprana, proyectos económicos a gran escala que generan condiciones óptimas, consecuencias derivadas de un sistema reglamentarista respecto a la prostitución “libre”. No obstante, no se conocen aún las cifras exactas sobre la cantidad de personas afectadas por este problema. En el documento “Estudio exploratorio sobre la trata de personas con fines de explotación sexual en Argentina, Chile y Uruguay” se citan seis casos judiciales que se encuentran o podrían encontrarse vinculados al problema de la trata (O.I.M., 2008). Éstos refieren al traslado de mujeres uruguayas hacia España e Italia, trata de mujeres paraguayas hacia localidades argentinas y uruguayas y situaciones asociadas al tráfico ilícito de migrantes chinos donde Uruguay sería un país de tránsito. En estos casos no hubo procesamiento por el delito de “trata” debido a que todos ellos son anteriores al 2006; sí hubo procesamientos por el delito de reclutamiento, asociación para delinquir y/o proxenetismo. Desde otro punto de vista y en consonancia con la investigación realizada por el Instituto Iberoamericano del Niño en 2004, se puede afirmar que “si bien los resultados no aportan datos confirmatorios sobre la existencia de este problema, se plantean hallazgos e indicios muy fuertes que estarían mostrando que el tema tiene presencia en Uruguay” (Tuana, A. González, D.: 2006, p.35). En el mismo sentido se añade que “se considera a Uruguay como un país de origen, tránsito y destino, por las facilidades de ingreso existentes entre los países de la región y la ubicación estratégica de nuestro país” (Tuana, A. González, D.: 2006, p.35). El informe del Departamento de Estado de los Estados Unidos del año 2006 señalaba a Uruguay como un país donde está presente la trata interna de mujeres y niños con fines de explotación sexual, así como también en las regiones fronterizas con Brasil (United States Department of State, 2006). Los investigadores concuerdan en que es necesario prestar especial atención a las zonas 18

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fronterizas, ya que éstas, junto a las zonas de intensa actividad comercial y turística, generan condiciones que pueden ser aprovechadas por redes de tratantes. La fuerte legitimación de la prostitución adulta, así como la presencia ‘oculta’ de proxenetas y la persistencia del problema de la explotación sexual infantil dan cuenta de la necesidad de colocar estos temas en la agenda investigativa y de las políticas públicas. Se alerta sobre la necesidad de elaborar medidas preventivas que eviten la instalación irreversible del fenómeno. La instalación de una Mesa Interinstitucional Contra la Trata de Mujeres con Fines de Explotación Sexual se presenta como una oportunidad para aunar criterios y esfuerzos en el abordaje de esta problemática. Esta Mesa, creada en el 2008, bajo el impulso de Inmujeres, OIM y el Ministerio de Relaciones Exteriores, ha venido trabajando con representantes de varias instituciones en la conceptualización del problema en vistas de llegar a un lenguaje común e identificar los enfoques desde los cuales debe ser visto el problema. A saber: el enfoque de derechos humanos, el enfoque de género y generacional. La Mesa tiene un carácter interinstitucional e interdisciplinario, con actores gubernamentales y de la sociedad civil. Se han realizado tareas de asesoramiento a la Oficina de Asistencia al Compatriota-Ministerio de Relaciones Exteriores y se encuentra en proceso la elaboración de una hoja de ruta o protocolo de actuación en casos de detección de situaciones de trata y explotación sexual. Esta hoja de ruta pretende servir de guía a embajadores y cónsules, generando criterios consensuados de actuación. Como se observa, nuestro país se encuentra actualizado en materia jurídica y hay un creciente impulso para trabajar en la temática, por lo cual esperamos contar en un futuro con insumos que permitan profundizar en el problema cualitativa y cuantitativamente.

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Reflexiones finales Consideramos que la trata de personas con fines de explotación sexual es una de las manifestaciones más nefastas de la combinación entre el capitalismo y el patriarcado. En este problema se encuentran condensadas las determinaciones macro-sociales, económicas y político-genéricas que reproducen las mayores desigualdades y exclusiones. A lo anterior se agrega que el Estado y el Derecho se presentan como una forma ineficiente de enfrentar la problemática en cuestión y, por ello terminan siendo funcionales a la reproducción de la misma, tal como lo demuestra la falta de éxito de las políticas anti-trata. Un estudio de Global Alliance Against Traffic in Women (G.A.A.T.W.) en el que se evalúan los impactos de las políticas anti-trata concluye en que estas leyes, tal como han sido implementadas en varios países, han contribuido levemente a solucionar el problema de la trata de personas. La escasa mejoría de la situación respecto a la trata ha tenido algunos impactos colaterales, generando un daño mayor a los/as migrantes y las/as trabajadores/as sexuales (Dottridge, M., 2008) Los tratados y leyes que se han aprobado para revertir el problema de la trata parecen ser suficientes para la comunidad internacional. Sin embargo, dado que las acciones no están siendo eficaces nos preguntamos cómo debería ser abordado este problema para dar respuestas efectivas y que los acuerdos internacionales no terminen sirviendo únicamente para administrar los movimientos migratorios, limitando los derechos de los migrantes.2 A nivel mundial, las propuestas abolicionistas sobre la prostitución -como la de Sueciahan recibido críticas pues si bien logró reducir la trata de personas, generó espacios clandestinos de comercio sexual. Así también, las propuestas reglamentaristas como la holandesa, evidencian fallas en tanto la prostitución está concentrada mayormente en los sectores inmigrantes y este país no ha suscrito a la Convención que protege sus derechos específicamente, presentándose como un contrasentido. En consecuencia, esperamos que Uruguay pueda hacerse de esos aprendizajes en el camino que inicia en el abordaje del problema. Para ello no podemos dejar a un lado el debate acerca del origen de la trata de personas con fines de explotación sexual: la demanda de servicios sexuales. Este debate no puede desconocer los tradicionales esquemas explicativos vinculados al patriarcado como modelo de relaciones de poder entre los géneros, las masculinidades hegemónicas, y el consumo de sexo. Pero tampoco puede omitir algunos cambios culturales que se han venido dando, entre los que se incluye -como señala D. Barrancos (2008)- la incursión de las propias mujeres en el consumo de servicios sexuales. Finalmente, creemos que es preciso desarrollar medidas de formación y capacitación para los operadores sociales que intervenimos en contextos de alta vulnerabilidad social. Se trata, primero, de generar de conciencia sobre un problema que muchas veces creemos que no está presente en Uruguay o que se da en forma esporádica y aislada, sin visualizar las estructuras que lo determinan y lo vuelven difícilmente abordable. Asimismo, es imprescindible comenzar a incorporar los instrumentos del Derecho Internacional disponibles y las oportunidades de intervención que surgen a partir de la creación de nuevas leyes y dispositivos institucionales concretos en Uruguay.

2 Países como Estados unidos, Reino unido y Australia han supeditado la protección y asistencia hacia las victimas de trata, consagrada en la Convención, a la cooperación en instancias judiciales para las cuales no están preparadas física, psicológica y emocionalmente (Dottridge, M., 2008)

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Pedro Da Costa, Leticia Echeverría, Alfredo Perdomo, Cecilia Silva**

LA RECLUSIÓN DEL PROYECTO DE VIDA: iluminando el campo de los posibles ante la opacidad del encierro*

Presentamos una experiencia de trabajo psicosocial con inicio en el Hospital Psiquiátrico Vilardebó, con una persona que cursó internación en el sector de “pacientes judiciales bajo medidas de seguridad”. En equipo, la Trabajadora Social y el Psicólogo de Sala, junto a dos estudiantes avanzados en Trabajo Social y Psicología, emprendimos una tarea de apoyatura psico-social durante la internación que continúa en la fase de primera reinserción social. Con un enfoque social-histórico subjetivante, desmedicalizador y desmanicomializante, emprendemos este viaje de varias etapas, entendiéndolo como una manera de trabajo de campo holístico. En general la tarea durante la internación de los equipos de salud se restringe a los muros del hospital, y tras la internación el paciente muchas veces se encuentra sin apoyo, quedando vulnerable y pasible de sufrir una nueva crisis. Intentando sembrar una semilla para construir modelos de trabajo que ataquen este hecho perverso, es que iniciamos este camino. Palabras clave: desmanicomialización, desmedicalización, subjetividad, interdisciplina.

Sobre los motivos que nos llevaron al acompañamiento psicosocial como estrategia de abordaje Conformamos un equipo interdisciplinario para poder brindar una mejor contención y apoyatura tanto en el proceso de internación como en el de externación, tratando de construir herramientas para un buen desempeño en el afuera.

Al ser un equipo con distintas edades nos posibilita tener diferentes miradas, enfoques y buscar diversos caminos de resolución en cuanto a la reinserción de la persona a ser acompañada. Buscando, no solo compromiso con ella, sino también entre nosotros, pudiendo analizar nuestras implicancias así como brindarnos contención mutua.

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Este trabajo ha sido presentado recientemente en el V Encuentro Nacional de Psicólogos de Salud PúblicaASSE (12 al 13 de Noviembre de 2010, Montevideo-Uruguay) y en el IX Congreso Internacional de Salud Mental y Derechos Humanos (18 al 21 de Noviembre de 2010, Bs. As.-Argentina) ** Los autores conforman el Equipo de Acompañamiento conjuntamente con los psiquiatras de la sala en la que cursó internación la persona a la que se dirige esta estrategia de Acompañamiento Psicosocial. El Lic. Perdomo es psicólogo del Departamento de Psicología de Hospital Vilardebó, integra dos de los Equipos Técnicos del Sector de Seguridad, y uno de los Equipos del sector de rehabilitación (“Sala 14”); Lic. Cecilia Silva es Trabajadora Social integrante del Depto. de Trabajo Social del Hospital Vilardebó, integra dos de los Equipos * Técnicos del Sector de Seguridad; la Bach. Echeverría es estudiante avanzada de la Lic. en Psicología (UdelaR), participa de uno de los sectores de rehabilitación de Hospital Vilardebó (“Sala 14”); el Bach. Da Costa es estudiante avanzado de la Licenciatura en Trabajo Social (UdelaR), desarrolló su práctica pre-profesional en abordajes familiares a través del servicio de “Enlace y Egreso” del hospital. 22

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Trabajamos dentro de una institución hospitalaria psiquiátrica por lo tanto, retomando a Deluze, se define por una subjetividad de flujo y de corte de flujo en las formas objetivas del grupo dándose una complementariedad del sujeto deseante de la institución y del objeto institucional. Es así que uno de nuestros objetivos es desestigmatizar tanto la pena judicial como, en el campo médico, ir hacia la desmimetización, la desmanicomialización y la desmedicalización. Como también lo plantea Foucault, la subjetividad es un pliegue de afuera en el adentro, y nuestro trabajo se basa (en parte) en la labor de deconstrucción y genealogización para mediar en la ruptura con este modelo que abarcó gran parte de la vida del paciente. Desestructurar sus modos de enunciación para poder elucidar el contenido de sus deseos y comenzar un trabajo de engranaje que deje de lado el discurso totalizador y de exclusión para construir una «máquina de producción» que pueda dirigirse por elecciones propias. Dar paso a la construcción de un campo de posibles, no acotado ni predeterminado, sino flexible con expectativas de descubrimiento y co-construcción, teniendo en cuenta la singularidad, y lograr una habilitación para nuevas producciones y redireccionamientos. A nuestra propuesta, basada en la noción de complejidad, la llevamos a cabo mediante el trabajo sobre los puntos resilientes, promoviendo la autonomía, promoviendo la superación de su situación de «cronicidad». Partimos de la emergencia de demandas singulares buscando la proyección e identificación en su elaboración, con verdadero sentido de pertenencia, generando confianza en sí mismo para un camino productivo posible y salir de la amenaza del callejón sin salida, reafirmando el espacio transicional, no llenando las carencias sino construyendo algo nuevo. La propuesta no es brindar auxilio ni asistencialismo, sino acompañar los pasos, apoyar los proyectos, facilitar un despliegue dando un sostén emocional, una función de Revista Regional deTrabajo Social -

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soporte, orientado en la ampliación de su campo de posibles. Trabajamos entonces su vida cotidiana. Analizamos junto con él los modos de existencia y de interpretación del mundo, utilización de las tecnologías del yo, intentando construir procesos de subjetivación, incluyendo la familia, la cual haremos parte de este proceso y el análisis del tejido social. Nos propusimos orientarlo hacia la tolerancia a las frustraciones y brindarle herramientas para el logro de un control de lo pulsional y aceptar sus afectos, para dar paso a la mediación pensada, masticada, asimilada, terminando por poder internalizarla. Ponemos sobre la mesa el tiempo actual de consumismo y demanda social, para poder trabajar todas las cuestiones mencionadas. Este acompañamiento tiene como uno de sus ejes ser el hilo conector entre “Carlos” y el exterior, así entre otras cosas se lleva a cabo la construcción de redes comunitarias e institucionales que habiliten a una real inclusión, ya desde la etapa preexternación. Primeros pasos en el acompañamiento psicosocial durante la etapa de preexternalización. El proceso de acompañamiento se inició durante los últimos cinco meses de reclusión-internación de “Carlos”. Hasta entonces, sus expectativas sobre la externalización rondaban en torno a la posibilidad de vivir con su hijo. En las charlas con el Equipo de acompañamiento, no manifestaba otra expectativa que la convivencia con su hijo, sí alguna preocupación por el lugar y los recursos para desarrollar su vida, pero de forma vaga y difusa. La propuesta de realizar un acompañamiento psicosocial durante los primeros meses del proceso de externalización es tomada por “Carlos” con entusiasmo. Se incorporan al equipo dos compañeros estudiantes de las Licenciaturas de Psicología y de Trabajo Social de la Universidad de la República. El vínculo que se conforma entre todos es fundamental para la generación de

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un espacio de escucha, comprensión y reflexión entre todos los implicados. Se comienza un acercamiento a los referentes familiares de “Carlos”. Se realizan encuentros en la casa de la familia, acercamientos al barrio de referencia y convivencia de la familia, y eventualmente de “Carlos”. La apatía por una externalización que aún no encontraba puntos claros desde los cuales construir desde lo sentido y lo pensado un nuevo proyecto de vida, comienza a colorearse primero de matices más o menos claros, hasta lograr una paleta de diversidad de colores que van siendo creados y recreados por “Carlos” y quienes lo acompañamos en ello. Su campo de posibles va ampliándose desde el plano de lo sentido y lo pensado; imponiendo la búsqueda de materializaciones, de enfrentarnos con la macro estructura y la institucionalización. Asimismo, poco a poco otros integrantes del equipo de sala comienzan a interiorizarse. Durante las últimas, semanas de internación, compartieron el espacio dos Psiquiatras los cuales se prestaron interesados en contribuir en el proceso de acompañamiento, una de ellas aún se mantiene vinculada al trabajo que venimos desarrollando, siendo un integrante de relevancia a la hora de gestionar cuestiones referentes al tratamiento ambulatorio de “Carlos”. Los referentes familiares, van integrándose a la propuesta de acompañamiento, realizando sus aportes, planteando sus dudas, sus inquietudes. Se trabajó con ellos respecto a la desmistificación de la locura y la noción de criminalidad, en la medida que en sus sentidos hegemónicos no habilitan a que la persona se exprese en su integralidad. Durante esta etapa se realizaron acercamientos la familia de “Carlos”, de forma telefónica, entrevistas en la sala, y en su propia casa. Si bien parece compartir inquietudes similares a las de “Carlos”, generalmente, los referentes familiares se centran en la noción de enfermedad y riesgo, en tanto posibilidad de sufrir recaídas, de hacer abandono del tratamiento, de “volver a meterse en problemas”. Entre confianza y desconfianza, esperanza y desesperanza, gestiones que van y vienen, vamos vivenciando todos y todas, un proceso de deconstrucción y reconstrucción de un proyecto de vida que lucha por salir de la demarcación perpetua de la criminalidad y la locura. 24

Caminando por la externalización: la materialización de la libertad judicial y el egreso hospitalario. La externación de “Carlos” fue vivida y transitada por el Equipo desde el momento en que quienes hasta entonces compartían el espacio cotidiano de trabajo en la sala comenzaban a construir una forma, una estrategia de sostén y orientación en el proyecto de egreso de hasta entonces aquel de tantos otros pacientes. En la singularidad de “Carlos”, no fue un desacierto pensar que el deseo de concreción de la diariamente esperada “resolución judicial para el egreso”, se vivenciara desde el momento que ingresaba al hospital, hace poco más de tres años. Durante el último año de reclusión-internación, se instalaba semanalmente su pregunta sobre cuándo, cómo y hacia dónde se daría su libertad judicial y egreso hospitalario. Claramente un proceso de acompañamiento requiere de una conformación de Equipo, interdisciplinario y con argumentación sostenida sobre la estrategia de acompañamiento. En base a esto conformamos el actual Equipo. El acompañamiento psico-social en tanto abordaje técnico-existencial de la realidad, en su etapa de externación se constituye en un dispositivo mediador clave dado que genera espacios de deconstrucción de las cristalizaciones producidas por las nociones de “loco”, “enfermo”, “delincuente”, “peligroso”; que impregnan la realidad simbólica y material de Carlos. En tanto re significación de sus potencialidades, trabajamos conjuntamente en la construcción de nuevos territorios para la expresión y producción de nuevas subjetividades, en tanto que el sentir “ya es superar hacia la posibilidad de una transformación objetiva; en la prueba de lo vivido, la subjetividad se vuelve contra ella misma y se arranca de la desesperación por medio de la objetivación” (Sartre, 2004: 82). Actualmente nos encontramos en las primeras instancias de acompañamiento en la vivencia de la externación y desinstitucionalización. El lunes 20 de Setiembre, en horas tempranas de la tarde, “Carlos” comenzaba a concretar los primeros pasos en esta etapa. El recibimiento “del afuera”, no ha sido distinto al que muchos otros viven, vivimos. La descoordinación de los servicios de atención, las limitaciones y el maltrato burocrático, el proyecto familiar que se comienza a elaborar con marchas y contra marchas, “Carlos” y su vivencia interna de esto.

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Algunas reflexiones desde lo teórico-político Esta experiencia de acompañamiento, la primera para algunos integrantes del Equipo, nueva para “Carlos” y su familia; nos habilita a un proceso propio de objetivación analítico-reflexiva. Las nuevas manifestaciones de la cuestión social replantean las maneras tradicionales y ortodoxas de conocer, pensar y actuar, instalan la necesidad de correrse de lo institucional instituido. La lectura instrumentalizada que opera en el diseño e implementación de las políticas sociales y que encontraba su fundamento en la supuesta homogeneidad de las problemáticas sociales pierde consistencia dado que la crisis de legitimidad del actual orden burgués no se remite exclusivamente a sus aspectos económico-estructurales, sino también, involucra aspectos simbólico-valorativos que trastocan e interpelan el sentido del proyecto impulsado por la razón moderna. La salud mental se configura en espacio de dominación y explotación socio-política de intervención estatal en tanto expresa las crecientes contradicciones entre capital-trabajo, como ámbito que expresa las manifestaciones de la cuestión social y, campo para la instrumentación de políticas sociales claramente orientadas en dispositivos que dan forma a nuevas estrategias de control social (Colombo, 1993: 139). Por consiguiente, las disciplinas de la salud mental configuran más que un campo de producción científico, espacios de reproducción de la enajenación subjetiva y material que al homogeneizar el hacer, sentir y pensar ocultan los mecanismos económico-estructurales que los producen. El tipo de racionalidad hegemónica en las prácticas en salud mental subsume de este modo la profundidad de lo vivido, el conflicto, las tensiones, el dolor, más precisamente la historia del padecimiento -su singularidad- a principios abstracto-universales codificados en las taxonomías psiquiátricas que los sujetos diagnosticados decodifican para configurar su mundo de significaciones en relación a los parámetros de normalidad-anormalidad impuestos por el “modo de ser racional” del Estado. El diagnóstico clínico en tanto técnica de objetivación determina en gran medida cuán poseedor de derechos es el individuo en tanto condiciona a cuáles, cómo y a qué tipo de derechos accede el Revista Regional de Trabajo Social -

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mismo. Se desprende una paradoja, la cual remite a que; cuanto mayor es la proporción en que el sufrimiento se constituye en enfermedad mental mayor es la degradación de su condición en la estructura social como sujeto de derecho. Las estructuras del porvenir a partir de las cuales se puede comenzar a indagar el campo de los posibles de un devenir transversalizado por el orden médico y el orden jurídico se estrechan dada la carencia y, ausencia en la sociedad de mecanismos de real inclusión social. A su vez, al momento en que se accede a la posibilidad de gestionar un derecho social el Estado burocratiza la demanda exigiendo contrapartidas que resultan paradójicas si se considera la situación de encierro que padecieron y que el propio Estado implementa como estrategia para defender a la sociedad. Si bien el individuo es considerado capaz para responsabilizarse en el cumplimiento o incumplimiento del tratamiento, a su vez, queda incapacitado para participar de la trama social, hecho que deviene en una creciente exclusión de dicha población de los circuitos culturales y económicos. La “existencia pendular” de dicha población radica en que una vez diagnosticados por el códec del DSMV y adjudicada la condición de “enfermo mental”; el despliegue de su cotidianeidad se centra y somete a la búsqueda de los beneficios –mal denominados derechos- que el sistema de protección social otorga y, es este último quien comienza a jerarquizar y regir su cotidianeidad; narrando arbitrariamente sus historias de vida. El espacio construido entre el Equipo y “Carlos” posibilitó vivenciar su trayectoria de vida más allá de los diagnósticos médicos y judiciales, los cuales muchas veces configuran una otredad estereotipada -»enferma», «anormal», «delictiva»- a partir de la cual la persona comienza desubjetivarse. El trabajo realizado hasta el momento comienza a habilitar a “Carlos” a pensarse y reubicarse de modo alternativo a la medicalización. La imaginarización se constituyó como una categoría teórica-metodológica clave dada la situación de encierro que “Carlos” padeció». Tomamos esta categoría de las clases impartidas por el Prof. Joaquín Rodríguez Nebot, en sus clases en la Facultad de Psicología de nuestra Universidad Pública, por el año ’98. Esto da cuenta de la incitación por

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Alicia Iriarte*

Derechos Ciudadanos y Políticas Sociales Reducción de las desigualdades y construcción de ciudadanía como objetivos de la política social ¿Por qué referirnos a los derechos ciudadanos cuando se habla de las políticas sociales? Nos parece pertinente, que cuando nos encontramos frente a un panorama donde grandes sectores de las sociedad se encuentran en situación de vulnerabilidad o exclusión social, al pensar en el diseño de políticas sociales, es necesario señalar que, en tanto los procesos de exclusión implican dificultades difícilmente reversibles de las condiciones de inserción social, esta situación de creciente desigualdad también remite a un problema de ciudadanía, aludiendo a un cercenamiento y una progresiva destrucción de la ciudadanía social. Así, en los diseños y estrategias en política social debieran contemplarse como objetivos la inserción de los excluidos, en tanto esa reinserción considere a la vez la restitución en ellos de los derechos ciudadanos, como miembros de pleno derecho de una comunidad. Esto daría sustento a la perspectiva de protección social desde el enfoque de los derechos, que sostiene que la titularidad de los derechos es la que debe orientar las políticas públicas, en tanto, estar socialmente protegido es consecuencia de un derecho básico de pertenencia a la sociedad, es decir, de participación e inclusión. Palabras clave:

exclusión, políticas sociales, ciudadanía, derechos.

Inequalities and social exclusion have increased as important issues in the Argentinean and Latin American social context. Examining particularly social policies to face it and its impact on the social inclusion we have to include into the main asssumptions that this is also a citizenship issue, and also calls for an analysis where the lack of a real citizenship must be considered. That´s why new strategies of social policies must be focusing on social protection., its impact on the social inequalities and on the main citizen social rights . It must be placed a special emphasis on promoting greater equality, and the full exercise of citizenship, for the consolidation of more inclusive societies. Keywords: exclusion, social policy, citizenship, rights

Ciudadanía , desigualdad, exclusión y degradación de los derechos ¿Por qué referirnos a los derechos ciudadanos cuando se habla de las políticas sociales? Nos parece pertinente, que cuando nos encontramos frente a un panorama en donde grandes sectores de las sociedad se encuentran en situación de vulnerabilidad o ex-

clusión social, al pensar en el diseño de políticas sociales, es necesario aludir al supuesto que señala que, en tanto los procesos de exclusión implican dificultades difícilmente reversibles de las condiciones de inserción social, esta situación de creciente desigualdad también remite a un problema de ciudadanía, que implicaría además un cercenamiento y una progresiva destrucción de la ciudadanía social.

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Socióloga y Dra. en Ciencias Sociales, docente e investigadora de la Universidad de Buenos Aires. aairiarte@fibertel.com.ar

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¿Por qué aludimos a un problema de ciudadanía? Bastaría con mencionar que las distintas situaciones de exclusión social significan un déficit en los derechos de los involucrados y, como tal un problema de ciudadanía. Podemos recurrir a la concepción de ciudadanía del sociólogo británico Thomas Marshall, -y también tratada por Beveridge- e incorporado hoy al debate en estudios realizados en la CEPAL, en tanto se examina el impacto que las transformaciones productivas han producido en la consolidación de formas deficitarias de integración social, de exclusión y también de ciudadanías deficitarias. El presente artículo continua el análisis ya comenzado en estudios anteriores en el que nos abocamos a analizar particularmente la problemática de las recientes estrategias adoptadas en políticas sociales y el impacto que éstas tendrían para favorecer la inclusión social de sus beneficiarios y de reciente implementación en Argentina. Se partió de una perspectiva teórica enunciada por Robert Castel y Pierre Rosanvallon sobre la nueva cuestión social y el fenómeno de la exclusión. Asimismo, se la vinculó con la noción de ciudadanía planteada por Thomas Marshall, en tanto estos procesos de exclusión traen consigo una devaluación de los derechos de la ciudadanía social, tal como este autor señalaba. También se revisaron algunos de los principales aportes del debate teórico contemporáneo sobre políticas sociales de algunos autores, tales como Esping Andersen, Ulrich Beck, André Gorz, Pierre Rosanvallon, entre otros, Revista Regional deTrabajo Social -

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especialistas que debaten sobre las políticas sociales en la actualidad. Conocer las principales vertientes de esa tematización, nos parece interesante al momento de repensar las estrategias de políti-

ca social en Latinoamérica y, en particular, en la Argentina. El estudio empírico realizado combinó una evaluación cuantitativa con un abordaje cualitativo. En el análisis empírico el trabajo se orientó a obtener una apreciación acerca de recientes planes implementados en Argentina y su incidencia en la inclusión social de sus beneficiarios. Considerando en el análisis la situación de exclusión social y la posibilidad de revertirla, así como la carencia de derechos ciudadanos que esta situación conlleva. Creemos que en el actual diseño de las políticas sociales debiera tenerse presente algunas de las premisas que sostiene Pierre Rosanvallon cuando afirma que más allá del derecho a la subsistencia, se debe atender

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además el procurar dar forma al derecho a la utilidad social, considerando a los individuos como ciudadanos activos y no solamente como asistidos a los que hay que socorrer. En tal sentido, esta noción de inserción contribuiría a definir un derecho que articula ayuda económica con participación social.; considera a los individuos como miembros de una sociedad en la cual tienen derecho a ocupar un lugar.(Rosanvallon, 1995). En particular, en la época de esta “modernidad líquida”, en donde, según Zygmunt Bauman, (Bauman, 2002), se está produciendo una lenta desintegración de la ciudadanía, puesta en aprietos por un creciente proceso de individualización. Así, víctimas de los procesos individualizadores , los individuos están siendo progresiva y sistemáticamente despojados de la armadura protectora de su ciudadanía”. Por eso, será necesario que los individuos puedan recuperar sus habilidades y herramientas ciudadanas perdidas. Recordemos que en el núcleo central de la tesis de Marshall sobre ciudadanía se plantea que el desarrollo de la ciudadanía va asociado al desarrollo de tres tipos de derechos: los civiles, los políticos y los sociales. Los primeros suponen la libertad de los individuos para vivir donde elijan, para expresarse según sus convicciones, para poseer las cosas en propiedad y establecer contratos válidos, así como la libertad de expresión y religión. Los derechos políticos incluyen el derecho a participar de manera activa o pasiva, directa o delegada, en el proceso de toma de decisiones políticas. Cabe señalar que la consecución del sufragio universal fue relativamente reciente y supone una difícil conquista de los movimientos sociales, tanto del movimiento obrero como de las organizaciones feministas. Los derechos sociales “agrupan toda una gama que va desde

un mínimo de bienestar económico hasta el derecho a participar plenamente de la convivencia social y a vivir la vida de personas civiles según los cánones vigentes de la sociedad”. Serían los derechos que acortan las desigualdades sociales. Marshall y Bottomore establecen una sucesión histórica en la consecución de estos derechos que se extiende a lo largo de tres siglos. El desarrollo de los derechos civiles se establece en el siglo XVIII, el de los políticos en el siglo XIX y el de los sociales en el siglo XX. El aspecto más destacado de su análisis es su explicación de la relación entre los conceptos de ciudadanía y de desigualdad, en tanto el efecto de la ciudadanía sobre la clase social adquiere la forma de un conflicto entre principios opuestos, que nos parece central, los principios de la igualdad que reclama la ciudadanía y las desigualdades propias del capitalismo. En América latina, y en Argentina en particular, el escenario social se caracteriza por la destrucción de puestos de trabajo y el aumento de las desigualdades y, por nuevas problemáticas vinculadas con la pobreza, cambios en el mercado laboral, y con la constatación de importantes sectores de la población en situación de vulnerabilidad y de exclusión social. En tal sentido, en recientes Informes de Desarrollo Humano, la ONU llama a las desigualdades de las últimas décadas, “desigualdades groseras”. Los datos justifican plenamente esos calificativos. En 1960, el 20% más rico del mundo tenía 30 veces lo que el 20% más pobre. En 1997, eran 74 veces, y la distancia siguió creciendo. Según datos del New York Times, en los últimos 30 años el 1% más rico pasó de tener el 9% del ingreso nacional en 1979, a poseer el 23.5%, casi una cuarta parte del mismo, en el 2007.

Kliksberg Bernardo, Desigualdad, el problema clave, Embajada Abierta en Naciones Unidas , 15/2/ 2011. Al respecto se pueden revisar, entre otros, los siguientes trabajos que discuten diferentes aspectos de los procesos de reforma del Estado de bienestar: Beck Ullrick, Le Grand Julian, Glennerster Howard, Esping Andersen Gosta, Paugam S, publicados en Presente y futuro del Estado de Bienestar: el debate europeo, Bs. As, SIEMPRO, Miño y Dávila, 2001.

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En un reciente artículo, Bernardo Kliksberg afirma que América Latina debe poner este tema en primera lista de sus prioridades en tanto es la región más desigual de todas. Mientras que la distancia entre el 10% más rico y el 10% más pobre es en Noruega, de 6 veces, por ejemplo, en América Latina puede ser de 30 a 60 veces.1

´90, en tanto varios millones de argentinos han transitado ya más de una década en situación de pobreza. De tal manera, esta larga permanencia en situación de pobreza actúa como un acelerador de las condiciones de exclusión, asentando las reproducción intergeneracional de la pobreza y limitando la posibilidad de salida (Amadeo, 2007).

Siendo este el diagnóstico, será necesario, desde el ámbito de las políticas sociales, repensar estrategias que puedan enfrentar este contexto, basándose en ejes que favorezcan la reinserción social de los sectores más vulnerables, y que sean instrumentos que permitan restituir los umbrales de la ciudadanía.

Por tanto, podemos señalar que este incremento de las desigualdades sociales en los últimos años en los países latinoamericanos, y en particular en la Argentina, remite por tanto al cercenamiento de la vigencia de los derechos ciudadanos.

Las investigaciones son categóricas: se generan “trampas de pobreza”, se reducen los mercados internos, baja la capacidad de ahorro nacional, se crean circuitos diferentes en el sistema educativo, lo que implica que muchos alumnos deserten y reciban educación de poca calidad., Como es sabido, esta situación favorece la creación de grandes inequidades en salud, y degrada la cohesión social. Las desigualdades son de distinta índole, en los ingresos, en el acceso a la tierra, en el acceso a educación de buena calidad, en el acceso a salud, a las nuevas tecnologías. Al respecto, el mismo Klisberg se pregunta, ¿Se puede derrotar la desigualdad?. Todo fatalismo al respecto es infundado. Se puede, si se enfrenta. Para ello, serían claves las políticas que universalicen el acceso a salud y educación, que democraticen el crédito, que den apoyo activo a las PYMES y los emprendimientos, que favorezcan la industria nacional, que promuevan la inclusión productiva de los jóvenes en un continente donde uno de cada cinco está fuera del sistema educativo, y del mercado de trabajo, en exclusión severa, y otras semejantes. En Argentina, en particular, podemos señalar, además, que la situación post crisis ha mostrado otro panorama desde fines de los Revista Regional de Trabajo Social -

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La ciudadanía es un status que se confiere a aquellos que son miembros de pleno derecho de una comunidad. En tal sentido, acordamos con Daniel García Delgado (García Delgado, 2004) cuando afirma que los procesos que contribuyeron a la fragmentación social también provocaron una desciudadanización de vastos sectores de la sociedad argentina. Por tanto, el esquema que se nos despliega para la reflexión debería considerar, por un parte, las dimensiones que adquiere esta nueva cuestión social, constatando cómo se ven afectados grandes sectores de la población que se encuentran en diversas situaciones de vulnerabilidad o de exclusión, y ponderando cómo estos sectores, a la vez, ven limitado el ejercicio de su ciudadanía por la degradación de sus derechos sociales. El debate contemporáneo. Derechos y políticas sociales. El ingreso social , el ingreso ciudadano. Ingreso condicionado, no condicionado. En el debate contemporáneo podemos recurrir al análisis de algunos autores -Esping Andersen, Ulrich Beck, André Gorz, Pierre Rosanvallon, entre otros2- sobre distintas problemáticas de la política social y sus aportes. Creemos que conocer algunas de las principales vertientes de esa tematización, puede resultar de utilidad para pensar nuevas estrategias de la política social en Latinoamérica y la Argentina.

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Al referirse a las principales posturas respecto a las políticas sociales en la actualidad no puede dejar de aludirse a la crisis del Estado de Bienestar, en tanto en las últimas décadas se ha asistido a importantes transformaciones que condicionaron la dinámica de los sistemas de protección social y establecieron límites sobre los objetivos y modos de funcionamiento del Estado de Bienestar. Este estado que se caracterizó, entre otras cosas, por incorporar políticas de seguridad y de asistencia social, lo que significó al decir de Esping Andersen, la “introducción de modernos derechos sociales que implicaban una pérdida de status de mera mercancía” (Esping Andersen, 1993). La incorporación de los derechos sociales significaba que el individuo podía reproducirse socialmente independientemente del mercado de trabajo. Los derechos de desmercantilización se han desarrollado en diferentes formas en los estados contemporáneos, según los tres modelos de bienestar capitalista sobre los que este autor ha teorizado: el modelo liberal, el modelo corporativo y el modelo socialdemócrata. El primero de ellos -el liberal-, que corresponde al de los países anglosajones, se caracteriza por un fortalecimiento del mercado, éste es quien debe proveer de los servicios sociales y se propiciará que se contraten planes privados de protección social. Predomina la ayuda a los que se comprueba que no tienen medios, el estado sólo proveerá de programas asistenciales. El segundo modelo –el corporativo- apunta a una seguridad social estatal obligatoria que desplazaría al mercado como proveedor del bienestar social. Pero, los subsidios dependen de los aportes, y por lo tanto, del trabajo y del empleo. Por tanto, no alcanzan a quienes se ubican en el trabajo informal. En el tercer modelo -el socialdemócrata- se ofrece un subsidio básico e igual para todos, independientemente de sus actividades y aportes. Aquí la acción de l estado es central para la

producción de bienestar. Todos los estratos están incluidos en un sistema de seguro universal , se promueve una protección social desde el estado basada en la igualdad pero en los estándares más elevados. (Esping Andersen, 1993). Según los diferentes tipos de sociedades, las prestaciones sociales pueden ser: universales, cuando están abiertas para todos los ciudadanos; contributivas, cuando están condicionadas por la participación en el mercado del trabajo y la contrapartida de una contribución financiera; y prestaciones sujetas a las condiciones de ingreso, las que están abiertas a aquellos que tienen recursos inferiores a un cierto nivel (Esping Andersen, 1990). Ahora bien, ante la crisis del Estado de Bienestar, y frente a un contexto donde es central el desempleo, la desigualdad y donde la exclusión social ya no puede seguir pensándose en términos de situación transitoria; se plantea el interrogante ¿Cuáles serían alternativas posibles en el área de políticas sociales capaces de enfrentar el creciente contexto de gran vulnerabilidad social y de favorecer la inclusión social?. Desde distintos ámbitos, diversos especialistas sostienen que el fenómeno del desempleo y la extendida pobreza, tal como se presenta en la actualidad, no debe ser aceptado como un “efecto no deseado”. Por el contrario, la idea es que debe haber soluciones alternativas, rechazando un modelo de sociedad dividido entre trabajadores y excluidos. En este contexto, aparecen propuestas que refieren al llamado “Ingreso Mínimo”, “Ingreso Ciudadano”, “Renta Básica” o “Renta Mínima Garantizada”, como medios de hacer frente al aumento de la pobreza y como una forma de protección social a tener en cuenta3. En tal sentido, frente al enorme impacto que ha tenido en el mercado de trabajo la

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Sobre este tema se puede consultar el artículo Renta Mínima garantizada y seguro de empleo y formación en Argentina. Notas para la discusión de Cecilia Del Bono en www.cta.org.ar/instituto/ politsocial/ rentaminima-cdelbono.rtf

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crisis que viene operándose en la economía occidental, claramente desde los 80 y con su reordenamiento según una orientación neoliberal, han surgido distintas posturas que propician la posibilidad del llamado ingreso social y posibles alternativas en política social y de ingreso ciudadano. Sin embargo, mientras que una de estas posturas propugna, para garantizar el consumo básico, los denominados programas de ingreso no condicionado -aquellos que promueven asegurar un ingreso no generando obligación de labor a cambio-, otros son partidarios del denominado ingreso condicionado -que se inclina por otorgar un ingreso con una contrapartida a cambio del mismo-, como modo de alcanzar el ingreso social y ciudadano. La primera de estas posturas -sostenida , entre otros, por André Gorz- se inscribe en una perspectiva que argumenta que, frente a las dificultades de acceder al mercado de trabajo se plantea la necesidad de un ingreso ciudadano como forma de resolver un mínimo de consumo, pero abogando por abandonar la idea de ligar ingreso con trabajo. Se daría una reducción de la jornada laboral y un aumento del tiempo libre, que se consideraría como el tiempo del hombre liberado, donde se podría dedicar a otro tipo de actividades, vinculadas a la solidaridad, al arte, entre otras. En esta línea también tematiza Ulrich Beck, quien postula que la Revista Regional deTrabajo Social -

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cuestión a debatir sería cómo transformar la carencia de trabajo asalariado en bienestar que se mida en tiempo y en mayor soberanía para el individuo. La idea central consistiría en desvincular el ingreso básico y las seguridades mínimas del trabajo asalariado, esto es, ligar las seguridades básicas al status de ciudadano y no al de trabajador (Beck, Le Grand, y otros, 2001). Beck plantea que se debe distinguir entre la primera y la segunda modernidad, sosteniendo que el modelo de sociedad característico de la primera modernidad -sociedad que se construye en el marco del estadonación, del pleno empleo- está siendo cuestionado; en tanto existen procesos que él considera, como de radicalización de la modernización, procesos que implican que ya no se puede concebir la sociedad como contenedor organizado estatalmente y que, además, tienden a la individualización. Esto significaría que las instituciones como los derechos sociales y políticos se orientan al individuo y no hacia los grupos. Por otra parte, también resalta, que se ha producido la merma del trabajo asalariado y las crisis ecológicas. En este punto, Beck argumenta que en tanto se han modificado los fundamentos de la modernidad como la conocíamos se necesitan nuevas recetas.

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Al preguntarse las condiciones bajo las cuáles se desarrolla hoy en día el trabajo asalariado, señala como rasgo distintivo el hecho de que el mayor índice de crecimiento del empleo asalariado se da en ocupaciones precarias, en trabajo flexibilizado. Asimismo, otro rasgo a distinguir es que, en términos contractuales, el trabajo no normado sustituye al normado. Por tanto, sostiene, el problema consistiría en cómo transformar la falta de trabajo asalariado en una nueva oportunidad liberadora y aquí es donde postula su idea de vincular las seguridades básicas al status de ciudadano y no al de trabajador. Desde esta perspectiva, Beck resalta los atractivos del llamado trabajo ciudadano. Uno de ellos sería que se accede a un plus económico, en lugar de a un subsidio de desempleo; en tanto se pueden obtener certificados de trabajo que acrediten calificaciones y experiencia laboral que tal vez pueda facilitaría reinserción laboral y sobre todo, brinda reconocimiento social. De tal suerte, el trabajo ciudadano y el ingreso ciudadano habrían de crear un nuevo punto de cristalización que genere integración y constituya identidades de manera complementaria al trabajo asalariado, no como sustituto(Beck, 2001) Andre Gorz, además de criticar la noción que sostiene que el trabajo es un elemento de integración social, se inscribe en la corriente que propicia asegurar un ingreso incondicional, esto es que no genera obligación de labor a cambio. Este autor señala que vivimos en una sociedad esquizofrénica que obliga a los individuos a ingresar al mundo del trabajo para poder sobrevivir pero, al mismo tiempo, niega oportunidades de trabajo, y además, las que existen están sometidas a la precarización. Por tanto, desde su perspectiva, será necesario establecer un ingreso sobre bases universales e incondicional (sin exigencia de tarea a cambio). Este planteo se asienta, como se dijo, en la idea de que habría que desvincular el ingreso básico del trabajo asalariado. Nuevamente aparece aquí la noción 32

que apunta a ligar las seguridades básicas al status de ciudadano y no al de trabajador. En tanto la desvinculación entre empleo y renta están en la base de su pensamiento, la unidad entre el derecho a un ingreso y el derecho al trabajo es la base de la propia ciudadanía. En tal sentido, Gorz plantea que (Gorz, 1997) cada ciudadano “debe tener la posibilidad de suministrar a la sociedad el trabajo, equivalente de lo que él consume: el derecho a ganarse la vida y el derecho de no depender para su subsistencia de la buena voluntad de los que deciden en materia económica y de subsidios”. En tanto postula que la sociedad del trabajo será reemplazada por una sociedad de la multiactividad, la respuesta al desempleo, a la exclusión y a la resocialización necesaria estaría en la multiactividad y la diversificación de los lugares de pertenencia (Gorz, 1998). En este sentido, su concepción de derecho al trabajo no se vincula exclusivamente con trabajo remunerado sino que también incluye otras modalidades de ocupación o de actividad, no rentables en lo económico. Entre las políticas que esboza señala:1) la necesidad de garantizar a todos un ingreso suficiente, 2) combinar la redistribución del trabajo y el dominio individual y colectivo del tiempo y 3) favorecer el surgimiento de nuevas sociabilidades y nuevos modos de cooperación y de intercambio. La seguridad de ingreso sería la primera perspectiva de una sociedad de multiactividad, por ello será necesario la asignación a todo ciudadano de un ingreso social suficiente. Siguiendo esta perspectiva es que hace referencia a la renta mínima -monto que se recibe de manera incondicional y de duración ilimitada-. La incondicionalidad, la universalidad y la duración ilimitada son los aspectos característicos de la misma, características que la distinguen de otras propuestas de política social. Para esta postura, este tipo de renta representaría la efectivización del derecho al trabajo. Junto con la renta mínima se deberían adoptar otras medidas relativas a la redistribución del trabajo y del tiempo libe-

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rado, para poder conformar una superación de la sociedad salarial. En tal sentido, Gorz propone la necesidad de reducir el tiempo de trabajo, repartiendo el trabajo entre todos los individuos económicamente activos, con una reducción del tiempo de trabajo de los ocupados, de acuerdo al principio de justicia que iría más allá de la racionalidad económica. Esto traería como consecuencia que trabajarían más personas y, a la vez, trabajarían menos, pudiendo hacer uso de su tiempo libre para sus proyectos y expectativas personales. Asimismo, Gorz alude a la reducción de la duración del trabajo de modo intermitente, señalando que si bien una de las nuevas modalidades del mundo del trabajo es el trabajo discontinuo, este hecho no significa que no se tenga derecho a una remuneración continua, por eso remarca que la reducción del tiempo de trabajo no implica una disminución del salario. El modelo propuesto tendría por objetivo el reparto, entre todos los ciudadanos, de una fracción de renta, de carácter distributivo, independientemente de la participación en el proceso productivo, asegurando la cobertura de necesidades básicas para unos y la disponibilidad de tiempo libre para otros. Otro de los enfoques que están en el centro del debate -del cual Rosanvallon es uno de sus mejores exponentes- no acuerda con este tipo de posturas, de ingreso incondicional; en tanto, sostienen que esta propuesta contribuye a asalariar la exclusión, ya que el ingreso sin perspectiva de inserción social vía trabajo se transformaría en una forma denigrante de existencia4. Desde la perspectiva de Pierre Rosanvallon se propone, en cambio, el llamado ingreso condicionado , esto es, otorgar un ingreso que tenga como contrapartida un trabajo y también la posibilidad de capacitarse.

Al respecto, Rosanvallon sostiene que el problema de la inclusión no es solamente de ingresos sino que es un problema , además, de “afiliación social”, y la única forma de obtenerla es a través del trabajo. Sostiene que la inserción por el trabajo debe seguir siendo central en la lucha contra la exclusión. De tal suerte, dado que “uno es lo que hace”, el desocupado de larga data también sufre en su identidad. Cuando alguien expresa su ocupación también expresa una característica por la cual la sociedad reconoce a ese individuo y él mismo se reconoce. De acuerdo al razonamiento de este autor, lo que Gorz propone sería, como se mencionó, “asalariar la exclusión”; en tanto, argumenta que sería necesario repensar el concepto y la organización del trabajo de modo tal que todos tengan la posibilidad de inserción laboral (Isuani, 2003). Por tanto, el ingreso sin perspectiva de inserción social vía el trabajo se genera una forma denigrante de existencia. Por eso aboga por un ingreso que tenga como contrapartida el trabajo. Rosanvallon discute sobre la idea de ingreso de subsistencia -o asignación universal, ingreso por ciudadanía, basic incomeseñalando que se ha presentado como una tentativa de reconciliar la asistencia y la dignidad cívica en tanto consiste en dar a cada individuo , sin condición de empleo o ingreso ni contrapartida, un ingreso básico que permita cubrir las necesidades esenciales. Sin embargo, argumenta, al disociar de manera radical lo económico de lo social, el ingreso de subsistencia permite relegar la cuestión del empleo a un segundo rango. Por el contrario, este autor sostiene que la inserción por el trabajo debe seguir siendo , en primer lugar la piedra angular de toda lucha contra la exclusión. Piensa que no se ha luchado por el derecho a ser alojado, vestido o alimentado por un Estado de Providencia que vele paternalmente por las per-

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Ver artículo de Aldo Isuani, Nieto Michel, La cuestión social y el Estado de Bienestar en el mundo postkeynesiano, publicado en la Revista CLAD de febrero 2002.

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sonas sino por el derecho a vivir cada uno de su trabajo, por asociar su ingreso al reconocimiento de una función social. Desde su perspectiva, la cuestión planteada sería ¿cómo pasar de una sociedad de indemnización a una sociedad de inserción?. Este tema sólo podría ser enfrentado mediante la reintegración de los individuos a la esfera del trabajo. De tal suerte, pasar de una sociedad de la indemnización a una sociedad de inserción implica pensar cómo se puede redefinir el modo de combinación de los derechos y los deberes entre el individuo y la sociedad en materia de trabajo y protección social. En torno a la idea de inserción se expresaría, para este autor, el intento de encontrar nuevas modalidades que tendría múltiples dimensiones, tales como la emergencia de vínculos inéditos entre derechos sociales y obligaciones morales, nuevas formas de ofertas públicas de trabajo, la tendencia a mezclar indemnización con remuneración, la constitución de un espacio intermedio entre empleo asalariado y actividad social (Rosanvallon, 1995 ). No se trata de asistir sino de otorgar empleo, para que los individuos sientan que ocupan un lugar en la sociedad. Por tanto, gran parte de su propuesta pasa por impulsar y ampliar mecanismos para otorgar empleo remunerado a las personas desempleadas. Aboga por la idea de un “derecho a la inserción”, que constituiría una instancia que difiere del derecho social clásico, que considera a los individuos como ciudadanos activos, no solamente como asistidos. En tal sentido, los individuos son miembros de una sociedad en la cual tienen derecho a ocupar un lugar, afirmándose entonces no solamente el derecho a vivir, sino el derecho a vivir en sociedad. En una reciente entrevista realizada en la Argentina, Rosanvallon manifestaba que el ingreso de ciudadanía universal es objeto de debate tanto en Francia como en Estados Unidos y otros países, y opinaba que “el ingreso mínimo de inserción (RMI) aplicado en Francia, no es una política de inclusión social, no está diseñado para luchar contra la exclusión, es una política de último recurso, de sustitución de cierto ingreso que, por distintas razones, no se puede obtener de otra manera”. Asimismo agregaba, “no estoy de acuerdo con un ingreso automático basado en la ciudadanía, 34

porque es un principio que podría funcionar en una sociedad virtuosa con una tasa de desempleo baja, pero que puede resultar un salario de exclusión en economías con altas tasas de desempleo en períodos largos. El objetivo de las políticas sociales no tiene que ser el de mantener a los excluidos, tal cual su condición, sino el de incluirlos”. Desde su perspectiva, la nueva situación plantea el desafío de gerenciar situaciones particulares, en donde el objetivo de las políticas sociales no es sólo aportar un complemento que cubra ciertas necesidades o sustituir la falta de un ingreso del trabajo sino producir reinserción social y restitución de derechos. Políticas sociales, inclusión y derechos ciudadanos Conociendo los aspectos centrales de las propuestas que ocupan el centro del debate europeo en la materia, consideramos que varias de las cuestiones que se plantean en torno a la problemática de las políticas sociales pueden resultar pertinentes al momento de evaluar su adecuación al contexto de los países latinoamericanos, y en particular, a nuestro país. La situación latinoamericana nos remite a una enorme proporción de personas en situación de desocupación o subocupación; de precarización laboral, en situación de exclusión, por tanto, será necesario resaltar las líneas argumentales que mejor respondan a este escenario repensando los aspectos tratados con las particularidades que el mismo requiera. Por tanto, si bien es necesario restablecer los llamados derechos de ciudadanía, entendemos que esta resulta una condición necesaria pero no suficiente en tanto favorezca la inclusión social en contextos de exclusión. De tal manera, las propuestas, además de la prestación monetaria, deberían considerar la incorporación de otros componentes que favorezcan la inclusión social. Para ello, se puede abandonar el concepto estrecho de trabajo genuino o productivo para entender el trabajo también, como el “socialmente productivo”, En este escenario, será necesario repensar los ejes centrales que deberían adquirir las políticas para que puedan generar efectivamente un ingre-

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so social y ciudadano. Hay posturas que plantean que este ingreso implicara la articulación de ingresos para desempleados y también la iniciación de actividades económicamente productivas (Bustelo, 2002). El problema de la persistencia de la pobreza crónica que afecta un porcentaje importante de los ciudadanos debería colocarse en el centro de los objetivos de cualquier política social argentina. No sólo debiera pensarse como un proceso por el cual se asegure un participación en el mercado de trabajo, una base sustentable de ingresos sino también debe considerarse la posibilidad de que se asegure la inclusión plena de todas las personas con instituciones que posibiliten la participación de los mismos en los derechos sociales básicos de los ciudadanos. Al respecto, Guillermo O´Donnell, sostiene que la democracia contemporánea y su apuesta incluyente se basa en la idea de agencia, y que el gobierno y el estado se supone que existen en función de y para individuos de derechos subjetivos. De tal suerte, el derecho se constituiría en el eje de lo social. El Estado se convierte no sólo en promotor del desarrollo económico y la equidad social sino también en promotor y garantía de los diversos aspectos de la ciudadanía -política, civil, social y cultural- en democracias de suficiente plenitud y calidad. Este tipo de estado es el ancla indispensable de los derechos de ciudadanía (O´Donnell, 2008). Superar las llamadas “ciudadanía de baja intensidad” (O´Donnell, 2007) en las democracias latinoamericanas será posible en la medida que exista un proceso de inclusión de los excluidos, de integración social, nacional y regional que garantice la titularidad de los derechos y la posibilidad del ejercicio pleno por parte del conjunto. En esta línea, las políticas sociales deben apuntar a los objetivos de la restitución de los derechos ciudadanos. Otra de las aristas que plantea esta temática nos introduce a pensar qué ocurre con el principio de ciudadanía social si el trabajo pierde su centralidad. La figura del trabajador que había adquirido su reconocimienRevista Regional de Trabajo Social -

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to social bajo el status de ciudadano con derechos civiles, políticos y sociales en el seno del Estado de Bienestar hoy se convierte en la de un “ciudadano precario”, al no encontrar un techo a su incertidumbre y a su inseguridad. El eje entonces se centraría en implementar desde los programas sociales los elementos que contribuyan a mejorar, por un lado el ingreso de un grupo familiar vulnerable, pero, a la vez, generen mecanismos que revitalicen al individuo en tanto ciudadano. En tanto, a medida que aumenta el grado de exclusión disminuye la capacidad de hacer valer los derechos ciudadanos. En tal sentido, en los últimos años se viene impulsando, desde organismos como la CEPAL y las Naciones Unidas, (CEPAL, 2006) la perspectiva de protección social desde el enfoque de los derechos. Según el mismo, la titularidad de los derechos es la que debe orientar las políticas públicas. De tal manera, según la CEPAL, la pobreza no es sólo una condición socioeconómica caracterizada por la falta de acceso a los mínimos considerados en una escala de necesidades básicas, sino que ser pobre o excluido es sobre todo carencia de ciudadanía o condición “preciudadana”, en la medida en que se niega la titularidad de derechos sociales y de participación. Dicha postura parte del principio de que la titularidad de los derechos debe guiar las políticas públicas.En este marco, estar socialmente protegido es consecuencia de un derecho básico de pertenencia a la sociedad, es decir, de participación e inclusión. La ciudadanía social, entendida como pertenencia a una comunidad, implica por lo tanto un freno a las desigualdades mediante la acción deliberada del Estado, pues tales desigualdades, más allá de cierto punto, impiden la real pertenencia a ésta a muchos miembros de la sociedad. En este contexto, las políticas sociales deben apoyar a la sociedad a superar sus indefensiones y a reducir las inseguridades que atemorizan a sus miembros ante situaciones que afectan de distinta manera a las personas de acuerdo a su vulnerabilidad. Al respecto, nos parece interesante el apor-

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te de Luciano Andrenacci y F. Repetto (Andrenacci, Repetto, 2007) cuando plantean la perspectiva de un universalismo de nuevo tipo en política social, que se funda en la necesidad de obtener diferentes resultados en la relación entre política social y ciudadanía, contribuyendo a transformar positivamente aquello que representa posiblemente el mayor fracaso relativo de las reformas de los veinte años recientes, esto es, la reducción de las desigualdades y la construcción de ciudadanía. Asimismo, estos autores señalan que las políticas sociales suelen ser identificadas como aquellas políticas públicas que tienen por objeto de intervención común los problemas “sociales”. Pueden adquirir distintas modalidades, la de intervención en el ámbito laboral, asegurando al asalariado contra las irregularidades del ciclo económico (desempleo) y los riesgos individuales de la vida activa. Otra modalidad sería la política de servicios universales, en salud , educación y provisión pública de todo tipo de infraestructura social, y la tercera de las posibles intervenciones sería la política asistencial, que se caracterizaría por un conjunto de mecanismos de transferencia de bienes y servicios a los “pobres” en sentido contemporáneo: individuos y grupos que presentan dificultades y riesgos específicos para resolver su reproducción a través del mercado de trabajo, o acceder a las condiciones de vida básicas garantizadas por el complejo de políticas universales. (Andrenacci, Repetto, 2007..) Recordemos al respecto que Marshall afirmaba (Marshall, 1992), “el ciudadano es un poseedor de derechos, los cuales le permiten ser tratado como un miembro pleno de una sociedad de iguales” Señalar las grandes “funciones” que puede adquirir la política social (Andrenacci, Repetto, 2007) permitiría comprender de qué modo estas últimas son elementos clave para las formas que adquiere, en el mundo capitalista, la ciudadanía. La política social es, en definitiva, un conjunto de intervenciones de la sociedad sobre sí misma (con el Estado como agente institucional), las cuales pautan los modos en que se produce el proceso de integración social. Estas intervenciones establecen o coestablecen condiciones mínimas o básicas comunes de reproducción y socialización para los individuos y grupos que coexisten en el espacio de un Estado-nación. Este conjunto de condiciones mí36

nimas básicas sería el “umbral de ciudadanía”. Por sobre ese umbral, la política social determina igualdades sociales mínimas y desigualdades sociales máximas, que son las pautas esenciales de la ciudadanía moderna. El universalismo, como objetivo de política social, parte del diagnóstico según el cual el problema social más importante de América Latina es la desigualdad. La construcción de igualdad social implica la construcción de sociedades económicamente integradas, socialmente cohesivas y políticamente compartidas, donde las diferencias no configuren segmentaciones. Esto implica, en síntesis, una ciudadanía que se podría hacer efectiva. En tanto, las prestaciones económicas brindadas a través de políticas sociales intentan procurar un bienestar mínimo creemos que sólo mediante componentes que favorezcan la reinserción en el mundo laboral y en una red de sociabilidad, en tanto el individuo recupere las condiciones mínimas para ser considerado un ciudadano de derecho, los individuos pueden reconstruir sus identidades y comenzar a transitar la vida en términos de futuro. La construcción de ciudadanía en las democracias latinoamericanas será posible en la medida que exista un proceso de inclusión de los excluidos, de integración social que garantice la titularidad de los derechos y la posibilidad del ejercicio pleno por parte del conjunto. Para ello, las estrategias en política social debieran apuntar a la inserción de los excluidos, en tanto dicha reinserción que contemple a la vez la restitución en ellos de los derechos ciudadanos, como miembros de pleno derecho de una comunidad. Finalmente, si no se trabaja efectivamente desde los distintos ámbitos hacia la inclusión social, con restitución de los derechos del individuo como ciudadano se seguirá configurando una sociedad a la manera de una suma de individuos hobbesianos, donde la conformación de un “nosotros” ha quedado pendiente.

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Desde la educación popular Humanamente condicionados, humanamente acondicionados. “En la lógica normal, una contradicción es indicio de una derrota, pero en la evolución del saber marca el primer paso del avance hacia la victoria.” E. Morin

- La madera de mi cama fue talada en áreas protegidas de la Selva Amazónica, destruyendo el equilibrio social y medioambiental de comunidades locales y favoreciendo la extinción de especies animales y vegetales.

bres y niños que trabajan en condiciones laborales similares a la esclavitud, cobrando una minúscula parte del precio final del producto. Prendas que fueron fabricadas por una empresa multinacional que elije países donde los salarios son bajos, donde no encuentran trabas relativas a la protección del medio ambiente, y donde no existen o son mínimas las tasas aduaneras, deslocalizando, de este modo, el proceso de elaboración de sus productos, fieles tan solo a los maravillosos principios de eficiencia y máximo beneficio. Además, esta deslocalización hace que los productos viajen muchos kilómetros hasta llegar a nuestras tiendas, con el impacto ambiental que eso conlleva. Muchas veces, la justificación, tanto de los empresarios como de los poderes gubernamentales ante esta situación es la mejora económica e industrial de la zona donde se instalan. Pero en realidad, no se da una verdadera transferencia tecnológica. Los beneficios reales siguen estando en manos de las minorías que ostentan el poder político y económico, y todo esto está influyendo en la desaparición de la industria local y en la dependencia de capitales extranjeros, ya que las divisas conseguidas son utilizadas en buena parte para pagar la deuda externa, muchas veces en forma de condicionamiento impuesto desde fuera.

- Mis prendas de vestir fueron confeccionadas en un país asiático, por mujeres, hom-

- Mi teléfono móvil contiene en su interior un mineral llamado coltán, que se

NO HAY NADA MÁS HUMANO No hay nada más humano que levantarse de la cama un domingo, sin ser despertado por la alarma de un reloj (hoy en día mucho más común la alarma de un teléfono móvil), caminar hasta el cuarto de baño, bañarse, vestirse y dirigirse a la cocina para preparar un café y tomarlo sin prisas, mientras leemos el periódico dominical que nuestro compañero o compañera compró en el quiosco unos minutos antes. Conversamos de cosas banales y nos preparamos para disfrutar del único día en el que no se hace mucho y siempre sabe a poco. Y no hay nada más humano que cuestionar. ¿Qué pasaría si nos preguntáramos el porqué de las pequeñas cosas que nos rodean? ¿De dónde procede la madera con la que fabricaron mi cama, quién confeccionó mis prendas de vestir y dónde las compré, con qué se fabrican los teléfonos móviles, a dónde va el agua corriente, de dónde procede el café, el diario me dice la verdad…? Y no hay nada más inhumano que lo que encontraré en las respuestas:

* Licenciada en Traducción e Interpretación y Master en Desarrollo y Cooperación, Universidad de Granada (España). Miembro de la Campaña de Consumo Responsable de Granada y estudiante de la Maestría en Educación Popular, Multiversidad Fransciscana de América Latina, Montevideo, Uruguay. Ilustración: Francisco RuizGé

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María Ruiz Gutiérrez* encuentra principalmente en la República Democrática del Congo, donde es extraído por compañías occidentales a expensas de una guerra interminable y olvidada, categorizada como “conflicto étnico” y valorada con frases como “estos pobres africanos, además de morirse de hambre, siempre están en guerra”. - La disponibilidad de agua potable es un bien que no estamos acostumbrados a valorar. ¿Cómo sería nuestra vida si dejara de fluir por las cañerías el agua que consumimos cada día? Además, a través de ella dejamos correr jabones, detergentes, aceites, corrosivos, pinturas… que contienen sustancias contaminantes que tardan muchos años en degradarse, permaneciendo durante largo tiempo en el medio ambiente y alterando el equilibrio de los ecosistemas.

dad de nuestro ser, estableciendo entre sí una relación dialógica, un combate invencible, con la coherencia como utopía. No se trata de explicar nuestra existencia como una dicotomía simplificadora, sino de pensar sobre nuestra naturaleza dual y ser conscientes de las contradicciones de nuestra humana condición, para conocernos, para repensarnos y recrearnos. La contradicción es el fundamento del ser. Y asumir la contradicción nos lleva a asumir la complejidad. Y por tanto la multidireccionalidad y la multicausalidad de nuestros actos, de nuestras decisiones, de los hechos. Según el filósofo francés Edgard Morin, el ser humano no es solamente homo

- A los productos ya manufacturados que intentan vender directamente los países del sur se les ponen gravosos aranceles. Las nuevas tecnologías están “patentadas” por las empresas del Norte, de modo que el acceso a ellas no es igual para todos. Esto ocurre principalmente con productos como el chocolate, el café, el té… Y así podríamos continuar con muchos aspectos de la vida cotidiana: el azúcar que le ponemos al café, el papel del cuaderno, los medicamentos, las rebajas o “saldos” de fuera de temporada, las bolsas de plástico del supermercado, viajar en coche en vez de en transporte público, las lámparas, la verdura, la carne, los refrescos, los envases, las zapatillas de deporte, los productos de limpieza, los programas de televisión… ¿Y no es acaso lo inhumano tan humano como lo humano? ¿No es el ser humano capaz de llevar a cabo las mayores atrocidades y al mismo tiempo es capaz de hacer maravillas? Amar y odiar, crear para después destruir, hablar y callar, llorar y reír, abrazar y rechazar, servir a la razón y dejarse llevar por los sueños, sentir la esperanza y sentir la angustia de la duda. Un combate continuo entre las polaridades del ser. Polaridades antagonistas pero interdependientes, que se retroalimentan para construir la complejiRevista Regional de Trabajo Social -

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sapiens, sino también homo demens. Es por tanto la unidad de la naturaleza humana, en su complejidad, fuente de ilimitadas diversidades. El demens del hombre es el reverso del sapiens, y la dialéctica de opuestos no puede resolverse por ninguno de los dos extremos, “vivir en el duelo de los contrarios, es decir, ni en la duplicidad sin consciencia ni en el justo centro, sino en la mesura y en la desmesura, en la esperanza y la desesperanza, […] en el horror y en la maravilla”,1 en lo humano y en lo inhumano. No hay punto final a la incertidumbre potencial que caracteriza a lo humano, y el conflicto seguirá existiendo, ya que no puede resolverse por ninguno de los dos extremos. Y esta esencia compleja y ambivalente del ser humano es, según Morin, fruto de su miedo a la inevitabilidad de la muerte. LA VIDA COTIDIANA TAMBIÉN ES POLÍTICA La historia produce, en el mismo momento, las peores y las mejores posibilidades. Las mejores posibilidades de unos se dan muchas veces a cambio de las peores posibilidades de otros. Desde hace ya demasiados años, el poder político, cuya función debería ser gestionar la sociedad según la voluntad de la población, obedece ciegamente a los dictados del poder económico. Como ciudadanos, nuestra acción política ha de extenderse a todas las esferas de la sociedad y de lo cotidiano. El consumo es una de esas esferas, una pieza fundamental con la que podemos y debemos incidir política y económicamente. Cada vez que compramos, estamos contribuyendo al éxito de una empresa y aceptando sus métodos de producción. Nuestra contribución como ciudadanos consumidores es clave. Ninguna empresa puede sobrevivir sin vender sus productos. Así pues nuestro consumo decide qué empresas van a ser las más poderosas. Pero para saber lo que compramos, debemos disponer de información y, aunque la tengamos, nos llega manipulada a través de la publicidad y los medios de comunicación de masas. El consumismo excesivo y sin medida es causa de desigualdades socioeconómicas que son cada vez más agudas. Si todas las personas del mundo utilizaran los recursos de la Tierra como lo hace la clase consumidora de los países industrializados, eso supondría la completa destrucción del planeta. La vida cotidiana también es política, porque 40

continuamente tomamos decisiones que influyen en nuestro futuro y por ende en el futuro de la sociedad. Pero qué difícil es ver la relación entre nuestras pequeñas decisiones diarias y los efectos que estas tienen sobre el continuo desarrollo de relaciones de dependencia entre países, sobre la destrucción del medio ambiente, las guerras y, en definitiva, sobre la continuidad de un sistema mundial injusto e insostenible. ¡Qué difícil es ver al enemigo en la taza de café! Un enemigo que se desdibuja para introducirse en lo más pequeño, en lo más íntimo de nuestras vidas. Y en esto consiste su éxito. No colaborar con un sistema económico opresor que genera injusticia y destruye el medio ambiente es un deber moral y político fundamental. El sistema nos necesita como consumidores, somos el último eslabón de la cadena y debemos ser conscientes de cómo queremos usar ese poder. Pasar del consumo indiferenciado a la elección deliberada y responsable. Pero qué fácil es vivir tranquilo, sin cuestionar, sin cuestionarse. Bajar el volumen de nuestra conciencia y dedicarse a sobrevivir sin otro objetivo que tener una vida cómoda, sin preocupaciones, sin complicaciones. ¿Será esto comodidad, satisfacción o resignación? A veces, se trata de un sentimiento de víctima y cómplice a la vez, al que no es fácil enfrentarse. Sobretodo cuando las consecuencias parecen tan ajenas. La idea de que las consecuencias de la acción escapan a las intenciones de sus iniciadores ha sido teorizada con el nombre de “ecología de la acción”: “Toda acción escapa cada vez más de la voluntad de su autor a medida que entra en el juego de las inter-retroacciones del medio en el cual interviene”.2 De este modo, la responsabilidad sobre la acción ya no se podría limitar a las intenciones y al poder de influencia de su autor, pero sin embargo, esta cuota de responsabilidad aumentaría en el momento en el que aumenta nuestra consciencia sobre las interretro-acciones del medio. El abandono de la comodidad se vuelve imprescindible para generar alternativas por un sistema más justo y emancipador, más horizontal y organizado desde abajo. Es necesario que se pierda el miedo por la palabra “revolución” y resignificarla, porque “la revolución no se constituye esencialmente como un acto de ruptura, sino como un proceso de cambios capaz de hacer viable la construcción progresiva de nuestra utopía concreta. Esta posición se contrapone a todas las concepciones

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que consideran la revolución como un episodio político explosivo concentrado en un momento de desmantelamiento del orden existente, planteando la construcción de la sociedad socialista a partir de la pretendida institución de un “nuevo” Estado que emergía de una confrontación espectacular entre la fuerza revolucionaria y la fuerza del gran capital. Rechazamos esta concepción de la revolución inspirada en patrones militares de confrontación, por ser irrealizable en las condiciones actuales y, aunque fuera realizable, ser inadecuada para el resultado pretendido por ser antidemocrática e incapaz de contar con la participación activa de la mayoría de la sociedad en su realización”.3 Una revolución que empiece por nosotros mismos, por cambiar lo “inhumano” de nuestra condición. Revolucionar nuestro pensar, nuestro actuar y nuestro sentir, como tres aspectos inter-conectados y constituyentes de nuestro “siendo”, como tres campos de batalla, sin limitar nuestra búsqueda del sentido y de nuestras utopías a uno solo y buscando la coherencia desde un sentido holístico. Descubriendo la relación yo-sociedad-revolución.

Para el antidemocrático sistema de mercado somos más individuos y menos masa en la medida en que podemos consumir. Aunque el consumismo y sus efectos homogeneizantes nos convierten en más masa y menos individuos. Nuestra existencia deja de ser un proyecto individual y desafiante a construir, para convertirse en un proyecto diseñado según las necesidades del sistema. Apartarse de ese diseño se convierte en una opción problemática, excluyente y llena de un gran sentimiento de impotencia. Y uno se encuentra a sí mismo en un doble sentimiento, el de víctima y el de cómplice, siendo la toma de conciencia activa un posible motor del cambio y la comodidad la recompensa de la complicidad. Parafraseando a Freud: “lo que cada uno haga con esta diferencia, marca su posición en la vida”.5

Los cambios que se desarrollan en nuestra propia persona son más radicales y fuertes que aquellos cambios emprendidos desde arriba, en los que se desliga lo político de la realidad humana. No dejarnos acondicionar, sino construir juntos nuestras propias condiciones humanas, como algo vivo y en transformación.

LA CAMPAÑA DE CONSUMO RESPONSABLE DE GRANADA

Sentirnos responsables para con los que más padecen los efectos de la injusticia, aunque no los tengamos enfrente. Encontrarle el sentido a nuestra existencia en el desarrollo de esa lucha. Aunque inevitablemente y como parte de nuestra humana condición, dudemos de a dónde irán a parar nuestros actos, nuestras palabras, nuestros pensamientos, “¿acaso se van?, y ¿a dónde van?”.4

tianos de base, etc. Nuestros objetivos fundamentales son los de crear conciencia ciudadana, incidir en los

Desde hace ya catorce años, diversos colectivos de Granada vienen desarrollando una campaña de «Consumo Responsable». Entre ellos se encuentran grupos ecologistas, de derechos humanos, ONG de desarrollo, entidades de economía alternativa, grupos cris-

hábitos de consumo y dar a conocer las alternativas existentes para un consumo más ético, ecológico y solidario.

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Morin, E., Mis Demonios, Editorial Kairós, Barcelona 2005. Morin, E., El Método VI: La Ética, Ediciones Cátedra, Madrid 1986. 3 Romero. M.,“La izquierda después de la caída… ¿Adiós a la revolución?”, , Revista Compañero Nº 6 - julio-agosto, 1993, IV Época. 4 Rodríguez, Silvio -“¿A dónde van?”, Canción del álbum “Mujeres”. 5 Freud, S. “El malestar en la cultura”, O.C.t XXI, Amorrortu, BsAs, 1982. 2

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Lidia Abel*

Salud Mental e identidad profesional. Trabajo de reconstrucción del pasado en el relato de vida de personas en situación de internación.1 En la práctica usual de entrevista por parte de los profesionales del servicio, los relatos son organizados de acuerdo al protocolo del profesional. Su razón de existencia es dar cuenta de la enfermedad de acuerdo a una codificación preestablecida. En este marco, la recolección de relatos de tipo “personal” es asignada por parte de los médicos a los trabajadores sociales. De este modo, los profesionales en conjunto dan respuestas técnicas y al mismo tiempo sociales a los padecimientos, a través de modalidades de atención y actividades ejercidas sobre sujetos. La forma elegida para el encuentro con el otro fue la entrevista, considerada como una interacción que produce, sin importar la modalidad que adopte, efectos sobre el otro entrevistado. El punto de partida fueron algunas consideraciones hechas por Pollak, en relación con el abordaje de las condiciones en que la puesta de la palabra tenía lugar y con los contenidos que cada acto de habla ponía a jugar.2 En este sentido, el esfuerzo que guió esta experiencia fue apartarme de una identidad atribuida para encontrar nuevos lugares desde donde nombrar disciplinarmente. Palabras clave: salud, internación, entrevista, relato.

In usual practice interview by service professionals, the stories are organized according to the protocol of the professional. Their reason for existence is to report the disease according to a preset code. In this context, the collection of accounts of such «personal» is assigned by the medical social workers. Thus, professionals who provide answers together are technical and social while suffering through health care procedures and tasks performed on subjects. The form chosen for the encounter with the other was the interview, considered as an interaction that occurs, regardless of the modality adopted, effects on the other interviewee. The starting point were some remarks made by Pollak, in relation to addressing the conditions under which the placing of the word took place and the content that each speech act began to play. In this sense, the effort that led to depart from this experience was assigned an identity to find new places from which to appoint disciplinary way. Keywords: health hospital, interview, story.

Introducción. “No lamentar, no reír, no detestar, sino comprender”.3 El siguiente texto pretende explicitar el camino teórico y metodológico adoptado progresivamente en el trabajo con personas internadas en un Servicio de Subagudos de un Hospital Neuropsiquiátrico. En el Hospital como institución de cura y control se atiende la enfermedad desde el saber médico, identificado como la forma correcta de atención del proceso salud/enfermedad. Los profesionales son quienes dan respuestas técnicas (y al mismo tiempo sociales) a los pade-

cimientos a través de actividades, que se ejercen sobre sujetos y están saturadas de valores e interpretaciones que se construyen a partir de los métodos seguidos y los materiales empíricos. Los médicos proponen como finalidad de la asistencia brindada en la Sala la “desintoxicación” de aquellas personas que padecen la “enfermedad” llamada “síndrome de dependencia al alcohol” mediante la internación durante un período de entre 30 y 40 días para lograr la “abstinencia total”. La internación es concebida por los profe-

* Licenciada en Trabajo Social (Universidad Nacional de la Plata). Doctoranda en Antropología Social (Universidad Nacioanl de San Martín). Docente de la UNLP. Residente de Trabajo Social en salud mental entre los años 2005-2007. lidiaabel@yahoo.com.ar

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sionales como “una conducta [asumida] para proteger [a los pacientes]”, durante la cual se establece como regla la no ingesta de bebidas alcohólicas y se realiza un “control médico periódico”.

da al trabajo social (y asumida) de ‘alerta constante’ para dar solución a aquello que desborda y siempre es urgente, es decir, todo

En la práctica ordinaria de entrevista por parte de los profesionales del servicio, los relatos son organizados de acuerdo al protocolo del profesional porque su razón de existencia es dar cuenta de la enfermedad de acuerdo a una codificación preestablecida. La recolección de relatos de tipo “personal” es asignada por parte de los médicos a los trabajadores sociales en el marco de lo que denominan un “trabajo de esclarecimiento” centrado en la familia -definida en términos cosangüinidad y convivencia- (lo que significa “aunar criterios” (imponerlos) respecto de la enfermedad y su tratamiento) cuyo objetivo es “devolverlos” a ellas. Dicho trabajo de esclarecimiento significó en los hechos por indicación explícita de los médicos tratantes y sin contar con la posibilidad de decidir sobre los pasos a seguir ni conocimiento anterior sobre la situación específica de los pacientes: envío de telegramas o comunicación telefónica con los familiares, tramitación de pasajes gratuitos para líneas de transporte, asesoramiento sobre cuestiones particulares (gestión de recursos o de la vida) a los pacientes o a sus familias. Esto fue acompañado por una demanda constante –la cual fue atendida- de resolver “cuestiones operativas” que según la visión -implícita- de los médicos aliviaba la consulta: atender el teléfono o la puerta, llevar mensajes entre médicos o a enfermería, llevar y traer historias clínicas, verificar que la medicación provista fuese la prescripta, mediar con otros servicios del hospital, etc., etc., Esto llenó las mañanas con una actitud pedi-

lo que los médicos no pueden explicar desde lo fisiológico y deriva en frustración. No obstante esto, se intentó llevar adelante otro tipo de práctica profesional. De esta manera, la forma elegida para el encuentro con el otro desde la profesión en la sala fue la entrevista, considerada como

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El presente trabajo fue realizado en el primer año de la Residencia de Trabajo Social en un hospital neuropsiquiátrico. El interés de Pollak era conocer las condiciones que hacían posible el testimonio, ya que para su interpretación el sostenía que era condición necesaria preguntarse sobre sus formas. 3 Spinoza en Bourdieu, Pierre (1999), La miseria del mundo, Buenos Aires: Fondo Cultura Económica. 2

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una interacción que “se cumple bajo la coacción de estructuras sociales” que produce, sin importar la modalidad que adopte, efectos sobre el otro entrevistado (Bourdieu, 1999).4 En este sentido, el esfuerzo que guió esta experiencia fue apartarme por partida doble de una identidad atribuida para encontrar nuevos lugares desde donde nombrar. Por un lado, de la identidad asignada desde su internación a los pacientes con quienes trabajé con la aspiración de entrar y comprender la singularidad de cada historia de vida. Por otro lado, de aquella que me fue impuesta en tanto funcionaria menor del estado y encargada de cumplir las funciones llamadas «sociales», para construir mi propio punto de vista sobre el trabajo social. (Bourdieu, 1999). Sobre lo que hace a un individuo hablar/ ser escuchado. El punto de partida del trabajo llevado adelante fueron algunas consideraciones hechas

por Pollak, las cuales guiaron mi recorrido en la sala.5 Se consideró que las pacientes, al haber sido internadas, habían sido colocadas en ruptura con su mundo familiar y social y arrancadas de él. Esto las situaba en un universo que envolvía toda su vida y que las forzaba a adaptarse y a adoptar formas de relación y habla diferentes de las habituales. Además, las historias individuales de las mujeres en cuestión tenían una marca que en el contexto de la internación y luego de ella (en virtud de haber estado internadas) las definía (y al mismo tiempo ponía en cuestión su identidad); por ello la forma de acercamiento a la comprensión fueron los relatos de vida. Si el diagnóstico de cada mujer en situación de internación y su destino (en términos de tiempo de internación y determinación del momento de la externación) dependía de las decisiones que el médico tratante realizaba luego de cada situación de encuentro (y de los actos de habla que en ellos tenían lugar), se imponían dos necesidades.

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La cuestión no es, siguiendo a Bourdieu (1999), la diferencia entre una situación de entrevista construida (científicamente) y una que no lo es, porque partimos de considerar que siempre ha habido construcción, sea esta consciente o no. Se trata de saber que distorsiones de todo tipo se inscriben inevitablemente en la entrevista y de dominarlas a través de una práctica metódica y reflexiva. 5 Pollak, Michel y Natalie Heinich (2006), “El testimonio” en Memoria, olvido, silencio. La producción social de identidades frente a situaciones límite, La Plata: Al Margen. 6 El interés de Pollak era conocer las condiciones que hacían posible el testimonio, ya que para su interpretación el sostenía que era condición necesaria preguntarse sobre sus formas. 7 Pollak sostiene que en la experiencia concentracionaria la defensa de la integridad física y la preservación de la identidad moral constituyen dos polos en una tensión que intenta la “permanencia de sí”. Para el autor el testimonio sobre esa experiencia “pone en juego la memoria y una reflexión sobre sí”; constituye parte de un “trabajo de gestión de la identidad” en el que se interpreta, ordena o reprime toda experiencia vivida, las concepciones de sí y del mundo en virtud del cual “la persona aparece como dotada de continuidad y coherencia”. 8 El “alcoholismo” es diferente de la “ebriedad” cuya periodicidad es irregular (Saignes, Thierry (comp.) (1993), Borrachera y memoria. La experiencia de lo sagrado en los Andes, Bolivia: IFEA-Instituto Francés de Estudios Andinos). 9 La atención se organiza en el hospital en el horario de la mañana (la cantidad de días y horas dedicadas a la atención queda a criterio de cada profesional y de los acuerdos entre ellos) alrededor de la consulta externa (se trata de encuentros con pacientes que alguna vez estuvieron internados y continúan el tratamiento ambulatorio y tienen como objetivo retirar la medicación prescripta con anterioridad, o con sus familiares por el mismo motivo o por pedidos de reinternación en caso de recaída del paciente en cuestión; puede tratarse también de consultas de primera vez). El resto del tiempo es dedicado a entrevistas con los internados en el servicio. Una parte del tiempo distribuido en dos recesos (antes de comenzar la atención y cerca del mediodía) se destinan a encuentros entre los profesionales, en un espacio con una pequeña cocina. 10 Cuando se trata de personas que tienen dos o más internaciones en el servicio puede pasar que no sea necesario formular en forma explícita las preguntas “precisas” y en serie ya que las tiene incorporadas y un relato construido en función de ellas. Entonces el profesional a cargo puede formular una sola pregunta que dispare un relato, preguntas del tipo “¿Querés explicarme cómo es tu situación?”, “¿Qué pasó?”. 44

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Por un lado, abordar las condiciones en que la puesta de la palabra tenía lugar y, por otro, los contenidos que cada acto de habla ponía a jugar.6 Dos aspectos que se entrecruzan en la consideración de que en la situación de entrevista no sólo se recopilan datos factuales sino que también se construyen las identidades de quienes interactúan. Se procuró prestar atención a toda la trayectoria de la persona, en orden a que el relato pudiese superar el período de la internación, partiendo de la idea de que, en el contexto de la Sala, podían generarse condiciones en las que, al situar la propia experiencia en el relato mayor de la vida, se pusiera a jugar una reflexión sobre sí.7 En este sentido el relato fue concebido, no sólo en su función informativa (de recolección de datos que pudiesen servir al médico para precisar el diagnóstico), sino como instrumento a partir del cual los entrevistados recuperasen los sentidos que asignaban a su vida. El interés por conocer la historia de los actores en cuestión fue el disparador de la solicitación de las entrevistas. Se trabajó con aquellos que tuvieron disposición a hablar y reconstruir su experiencia. Para hablar del alcoholismo de los entrevistados se consideró necesario atravesar dos tipos de filtro: el de la experiencia y concepciones propias sobre el abuso o la ingesta adecuada de alcohol y el de los documentos (historia clínica/discurso médico-legal) a través de los que el entrevistado es presentado, que tienden hacia la incomprensión o el desprecio del otro. Así, la situación del alcoholismo (u otro consumo) se tomó como un elemento más en la vida y su relato, partiendo de denominar alcoholismo8 a la “práctica cotidiana de tomar regulares cantidades de alcohol”, la cual tiene “efectos fisiológicos”; suprimir dichos efectos es la función principal que asumen los profesionales (Saignes, Thierry, 1993). Esta denominación se extendió al consumo de otras sustancias como opiáceos. Las tomas de palabra durante el período de internación en frente de los profesionales en el hospital9 tienen lugar en respuesta a preguntas precisas, las cuales luego serán registradas en la Historia Clínica.10 La forma Revista Regional de Trabajo Social -

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que adoptan los documentos en los cuales son asentados los relatos de los pacientes11 condiciona el tipo de informaciones recopiladas, cada una de las cuales implica un contenido y un sentido diferentes que operan cuando el relato es puesto en juego en cuanto a su contenido y a la función que cumple. Dichos relatos están enmarcados por el principio de la prueba: mediante la contrastación de entrevistas sucesivas se persigue que los datos recogidos sobre la vida de los pacientes revele una visión verdadera sobre su enfermedad. En este contexto, los relatos están organizados de acuerdo a un protocolo formalizado: número de historia clínica y de carpeta (apartado de la historia clínica donde se archivan informes provenientes de juzgados y profesionales de otras instituciones asistenciales), código de enfermedad de acuerdo a los nomencladores médicos internacionales (F10-61/62 síndrome de dependencia al alcohol, F70-79 trastornos de la personalidad [y del comportamiento del adulto], etc.),12 fecha y modalidad de internación (acta de urgencia, acompañado por familiares, policía, vecinos, etc.), fecha de cada consideración sobre el actor en cuestión (en su presencia o no), nombre del profesional a cargo de la situación, nombre, fecha y lugar de nacimiento, profesión, domicilio del consultante; el registro se realiza según una fórmula que se repite: EPA: des/aseado, des/prolijo, actitud pasiva/activa, conducta im/procedente, capacidad mnésica (no) conservada, lenguaje de ritmo y curso a/normal”, etc., seguido de la firma y el sello del profesional. La palabra del entrevistado desaparece en las interpretaciones del profesional de turno sobre hechos, personas, acontecimientos. Las emociones y todo lo que no está directamente ligado a la determinación de la enfermedad es eliminado, hasta el punto que el encuentro puede transformarse en un interrogatorio cuyo fin es una puesta en cuestión de la información ofrecida.13 El relato registrado se limita a datos factuales sobre el período de la internación. No hay información sobre la vida antes y después. Estos registros no permiten comprender a los actores en todos sus problemas. Se los

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concibe como “toxicómanos” 14 (Le Poulichet, 1987)15 y una vez internados en la sala quedan atrapados en esta denominación que los constituye en objetos de intervención social (al ser considerados un “flagelo social”) y jurídica (en tanto la ley interviene cuando “el medio social” se queja, entonces el enfermo es constreñido a curarse). Los discursos científico, moral, jurídico, social construyen el “alcoholismo” como entidad y eligen al “alcohólico” como su representante. (Le Poulichet, 1987) En este espacio se sitúa el habla de los pacientes. En él las normas de la moral (y

de la ciencia) la predeterminan mediante un conjunto de reglas, que generan sanciones y censuras específicas.16 (“¿Qué daño te hace el alcohol?” pregunta en la primera entrevista un médico a una mujer refiriéndose a “síntomas”. “Vomitar” le responde ella. Entonces él le dice “el tema es darse cuenta”. Sobre otra paciente le dice “no deja de tomar [porque] no está convencida que es una enfermedad tan grave”).17 La dificultad para hacer coincidir el relato con dichas normas introduce una “desviación” en la toma de la palabra, puede dar lugar al silencio o a la ‘mentira’ porque la experiencia del internado medida de acuerdo a los parámetros morales de los

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Para los autores es “la forma del testimonio” la que aparece como condición Pueden darse –según la concepción que rige en el servicio- trastornos psiquiátricos que acompañen el “abuso de sustancias” (que se da cuando un “patrón maladaptativo del uso” que a través de “síntomas” manifiesta “que el uso de la sustancia ha interferido la vida de la persona”) (Suárez Richards, Manuel (1995), “Los trastornos relacionados con el uso de alcohol y otras sustancias” en Introducción a la psiquiatría, Buenos Aires: Editorial Salerno). Dicho diagnóstico dual o comorbilidad se da en los casos en que el “síndrome de dependencia al alcohol” está acompañado por, por ejemplo, “trastornos de la personalidad” manifestado a través de lo que se consideran como alteraciones de la conducta normal definida según parámetros morales del médico tratante. Por ejemplo, puede imponerse a una mujer dicho diagnóstico porque no cumple con funciones que el médico considera pertinentes: hacer las compras, tener una sola pareja (hetero)sexual, etc. 13 Cuando se sospecha que un paciente miente se realizan entrevistas presenciadas por más de un profesional, pueden hacérseles varias preguntas a la vez con sentidos contrarios, entonces sin importar lo que responda la respuesta es siempre incorrecta a una de las opciones. Si un paciente “transgredió“ la norma de “no ingestión” se le puede preguntar ¿Tomaste, cuándo fue la última vez que tomaste, no tomás desde tu internación en la sala?”. También se le pueden realizar preguntas sobre los acontecimientos durante su último “permiso de salida” en el cual visitó por ejemplo a su familia y luego del relato, se hace entrar a la familia y se inducen confrontaciones entre ambos lados de la cuestión para que prueben la veracidad de sus dichos; el profesional aparece en un lugar autoasignado de mediación y neutralidad desde el que hace sugerencias. 14 Tóxico es psíquica y fisiológicamente pero también es una denominación dada a su contexto socioeconómico y cultural. Las regulaciones fisiológicas y psíquicas están sometidas a las mismas regulaciones, lo que determina que el individuo es excluido de su acto y por lo tanto no es considerado como actor. 15 Le Poulichet, Sylvie (1987), Toxicomanías y psicoanálisis. La narcosis del deseo, Buenos Aires: Amorrortu editores. 16 Una forma invertida de tal moralización que también implica condena es el intento de comprender “las conductas de embriaguez” como posibilidad de vencer inhibiciones o como refugio a situaciones de conflicto. Se pierde de vista que el alcohol puede adquirir diferentes significados de acuerdo a la comunidad de que se trate. Saignes (1993) sostiene que desde dichas comunidades puede verse como un cuestionamiento de la autoridad y la jerarquía o como medio para tramitar la relación de una comunidad con el mundo extrasocial o de las divinidades. 17 La condena de la “ebriedad” y su asociación automática con la falta de “recursos psicológicos y materiales” de ciertos sectores sociales puede dar cuenta de una relación de determinación y no de condicionamiento enmascaradora de las condiciones materias de existencia de dichos sectores. 18 A continuación narro la experiencia de intervención con una de las cinco pacientes con las cuales trabajé en profundidad durante los cinco meses que duró la práctica profesional en la sala. El resto de los casos, si bien estuvieron orientadas por los mismos criterios y similares concepciones, no condensan como esta experiencia todos los puntos que se han ido planteando. 12

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profesionales la vuelve incomunicable. Es conveniente considerar los relatos (y sus registros) en este marco. Por esta razón es que el silencio (o la mentira) como respuesta a la solicitación de datos factuales en el dispositivo de entrevista predominante puede remitir a diversos modos de gestión de la identidad que resultan de un trabajo de (re)acomodamiento al mundo. También el silencio puede dar cuenta de la falta de autorización social (o institucional) para la toma de la palabra. Con una mujer triste («Tomo [pastillas] por la vida, la vida es triste, en la infancia, ahora»).18 Conocí a Aurora a través de las indicaciones de su médico tratante.19 El objetivo que me transmitió y en pos del cual yo debía trabajar en un “interrogatorio” con ella –él la llama por el apellido 20 - era que la ‘paciente’ “dejase claro” a qué lugar iba a ir cuando fuese dada de alta y con quién, para entonces citarlos para una entrevista con el médico en orden a dejar asentadas en la Historia Clínica las condiciones de la externación.21 El supuesto que orientó las indicaciones del médico fue que “la verdad” de Aurora (para él de su alcoholismo) se encontraba en su motivación/decisión22 en forma individual-familiar.23 La siguiente mediación entre Aurora y yo fue su Historia Clínica. Transcribo las anotaciones realizadas en la historia clínica por diferentes profesionales. Número 140411, carpeta 12888. Carlos, Aurora Andrea. Documento Nacional de Identidad 20957544. Nacida el 9 de enero de 1952 en San Salvador de Jujuy. Domiciliada en la casa 3 del Barrio Soldán en Luján, provincia de Buenos Aires. Tuvo dos ingresos. El primero entre marzo y mayo y el segundo en septiembre de 2005 (figura un ingreso en el 2000 durante dos días, pero no se puede dar cuenta de él porque su registro es confuso e incompleto.). Ambos por presencia espontánea para internarse en la Sala mediante un contacto realizado por un médico del hospital, por abuso en el consuRevista Regional de Trabajo Social -

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mo de opiáceos desde 1992 (el que comenzó como un tratamiento por dolores en las piernas) a causa de cuadro depresivo por separación de la hija (comillas) quien partió a Jujuy (es fruto de una violación en Jujuy a la salida del trabajo). El abuso derivó en aislamiento, pérdida del trabajo en la Administración Pública Nacional (trabaja desde los 17 años), angustia, llanto. La compra del tramadol es difícil de sostener por su pareja desde hace 16 años, Alberto Di Carlo teléfono, porque se sostiene a través de changas. Es impotente. Tiene 8 hermanos: Carmen (50), María (49), Ruth (42), Anabela (40), Sandra (37), Candela (35), Gustavo (33) y Mariano (30). El primer encuentro tiene lugar en la última de una serie de oficinas, perteneciente a uno de los médicos de la sala.24 Luego de mi presentación como trabajadora social y la explicitación de la solicitud del médico (traducido a ella como la realización de un trabajo conjunto que tenga como eje pensar la externación), se da la palabra a la paciente (¿Usted qué piensa? No sé, ¿qué quiere que le diga? Lo que usted quiera, qué le parece... Ah), otorgándole la posibilidad de establecer la duración del encuentro y los contenidos intercambiados. Esto está guiado por el esfuerzo de neutralizar el hecho de que “el derecho a la palabra y la obligación de

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responder”, esto es, la asimetría entre interlocutores, son constitutivos de toda entrevista dirigida por “intenciones normativas”, a la cual podríamos denominar “administrativa” por sus fines burocráticos –siguiendo a Bourdieu (1999: 545)25. Dos elementos actuaron como atenuantes de esta asimetría: la proximidad social y cierta complicidad entre mujeres (generada), lo que permitió una

forma de intercambio donde primó la comprensión y la tranquilidad (532). Ella organizó el relato sin despegarse de la información ya vertida en la historia clínica. Se adhirió a un discurso y una modalidad de pregunta (y de respuesta esperada) que había sido apre(he)ndido a lo largo de los encuentros tenidos con los profesionales en las diferentes internaciones.

19 De las 10 camas destinadas a mujeres en la Sala rara vez se ocupan 6. se considera que el abuso de alcohol es una “enfermedad” que predomina en los varones. Es una forma de sanción por anticipado a las mujeres que sufren este padecimiento, es decir, por ser mujeres, madres y esposas, no deberían ser alcohólicas. 20 Los pacientes son llamados por sus apellidos. En el caso de que se los refiera en alguna conversación puede ser a través de su apellido seguido de alguna característica que lo identifique y “de” quién es, qué medico lo trata. 21 Cuando son solicitadas las altas definitivas de los pacientes suele asentarse –en especial cuando hay un Tribunal de Familia que supervise al paciente- el domicilio donde vivirán, bajo la responsabilidad de quién y los acuerdos que se hicieron con el paciente y sus familiares antes de la externación que en general tienen que ver con las condiciones de vida y el compromiso de continuar con un tratamiento ambulatorio (lo que puede incluir asistencia periódica al hospital para retirar la medicación o asistir a un grupo coordinado por uno de los médicos cuyo objetivo es el sostenimiento de la abstinencia). Esto tiene como objetivo resguardar al médico jurídicamente en caso de que se genere algún problema entre el paciente y su entorno luego del alta. 22 Dice un médico a dos hermanas de una paciente: “[Ella] no tiene motivación para dejar de tomar”. Después que un paciente le cuenta que su hermano veterano de la guerra de Malvinas ya no es más alcohólico, el médico le dice mientras asiente con la cabeza: “En el fondo vos sabés que es una elección tuya. Vos elegiste tomar. Claudio elige. Podés elegir qué vida querés llevar. [Es cuestión de] saber usar la libertad; [cuando salgas de acá] vas a ser absolutamente libre para hacer lo que quieras. Vos más o menos te estás dando cuenta cuál es el lugar correcto. Vos sos el artífice de tu destino”. Cuando Claudio se retira, el médico me dice “parece que motivación tiene[, ¿no?]”. 23 Podría ser interesente situar este supuesto como parte de las funciones (auto)asignadas por el médico y su cambio en el marco de una institución del Estado. Esto es, al cambiar/reducirse las funciones del Estado también cambiaron la de los “funcionarios” en su seno. La aspiración es ahora sólo una “caridad del Estado destinada (...) a los «pobres meritorios»”. El mérito en Sala Carrillo estaría dado por el arrepentimiento, el reconocimiento de la enfermedad y las ganas de dejar de tomar. Así ”la acción del Estado contribuye [al análisis como si fueran] un agregado heterogéneo [y atomizado]”, desatendiendo cualquier componente estructural en la lectura de las situaciones individuales (Bourdieu, 1999: 16). 24 Los pacientes de la sala y los médicos en presencia de pacientes llaman a la psicóloga –generalmente- “doctora” como una forma de dar “legitimidad” y reconocimiento a su intervención (suele acompañar al tercer médico en la atención y supervisa la práctica de tres psicólogas practicantes de un curso de psicodrama). Cabe agregar que de la cuestiones de funcionamiento cotidiano (limpieza, orden y compra de yerba, café, papel higiénico, bidones de agua, etc., se encargan las mujeres). La apropiación del espacio físico -bajo la forma de relaciones entre la distribución espacial de los agentes y sus funciones- traduce y afirma un determinado ejercicio del poder en la Sala (Bourdieu, 1999: 122), donde el discurso médico (y el consiguiente tratamiento farmacológico), estatal (de control) y la división de tareas de acuerdo a prescripciones de género determinan las modalidades de atención. 25 En la realización de las entrevistas se tuvo presente como horizonte una afirmación de Bourdieu respecto de esta asimetría y sus efectos: “Si la violencia simbólica inherente a la asimetría entre interlocutores muy desigualmente provistos de capital económico y sobre todo cultural puede ejercerse con una ausencia tan perfecta de discreción, es porque los agentes encargados de llevar adelante el interrogatorio se sienten con mandato y autorización del Estado, poseedor del monopolio de la violencia simbólica legítima, y porque, pese a todo, se los conoce y reconoce como tales” (Bourdieu, 1999: 545). 26 La decisión de no tomar nota durante el desarrollo de la entrevista tenía como fin mantener el contacto visual con la paciente. Los médicos en general toman nota y realizan el interrogatorio sin dirigirse visualmente a los pacientes. 27 Porque se parte de entender que “lo propio de su punto de vista [de la ciencia] es ser un punto de vista sobre un punto de vista” (Bourdieu, 1999: 543).

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Durante la entrevista (y su posterior registro pues no se tomó nota durante el primer encuentro)26 se prestó especial atención a no incurrir en deslizamientos que confundan “las voces” de Irma y la mía.27 Es interesante observar que no usó nombres propios ni situó los acontecimientos en el tiempo o en lugares. Se realizaron pocas y medidas intromisiones solicitando nombres (“¿cómo se llama su marido?), años (“¿qué edad tiene su hija?”) y lugares (respecto de alguno de los hermanos “¿vive en Luján?”) y a ella que se implique en el relato (“¿Por qué le parece que todo cambió?”). Su relato fue entrecortado, interrumpido por baches de silencio, en algunos parecía que se había detenido a pensar, en otros que se recuperaba de mi pregunta como azorada. Planteó -aunque luego de la primera mención sobre la externación no realicé ninguna pregunta al respecto- recurrentemente a lo largo del encuentro que vive como una disyuntiva (entre San Isidro, Luján y Jujuy) la decisión del lugar al que ir cuando el médico le dé el alta y con quién. (“El 23 me voy le dije a Carmen, después hablé con Alberto, mejor me interno para estar bien y después voy. Es doloroso irme [de Luján]; es mi casa, tengo mis plantas, mis perros, todos mis recuerdos. Si voy a San Isidro, Carmen no me va a dejar tomar. Si voy a Jujuy, mi hija tampoco. Pero allá no voy a conseguir trabajo. Celeste me dice ¿para qué querés trabajar? Para eso quiero trabajar: para irme a la mañana y volver a la noche, porque es denso [refiriéndose a la casa de su madre]. En cambio Alberto hace lo que le digo, me compra pastillas. Por ahí el problema no es Alberto sino mis hermanos. Pero pasa algo y todos recurren a mí porque soy la más grande. Me tengo que alejar de ese entorno [porque] está denso).28 A la información recogida en la Historia Clínica se agregan algunos datos que completan la información. La han llamado Moira durante toda la vida aunque su nombre legal sea Aurora. (Me pide que la llame así.) Su hija Celeste tiene 32 años y es odontóloga (se pagó la carrera siendo mecánica dental); nació en Tucumán, donde vive con la abuela María (72 años) y la tía Candela (profesora), quien Revista Regional de Trabajo Social -

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le dice que está loca porque toma las pastillas (Candela la manda a mi mamá, “antes la mandaba mi papá”). Madre y padre se establecieron en Jujuy provenientes de Irán (“se habrán conocido en el barco”). “Cuando éramos chicos era todo lindo”, la madre esperaba al padre que venía del trabajo arreglada con “esos vestidos que se ponían entonces [y] se sentaban en el patio a tomar mate”. “Después todo cambió. No sé por qué.” Todos nos tuvimos que ir de ahí.” Vivió en Buenos Aires durante algunos años hasta que se fue a Luján. “Me dio miedo”, (“no sé cuándo [me mudé] porque iba [durante años] los fines de semana”) porque Celeste iba a una escuela primaria donde “fumaban pasto [y] yo pensaba que la iban a intoxicar, no sabía”. “Celeste se puso más contenta en Luján (aunque parece que habla de sí misma). Se compró una moto”, en cambio en Buenos Aires “salía siempre conmigo”. Con Alberto, “el hombre”(lo llamó así al principio), está hace 22 años. Dice al mismo tiempo “es bueno, trabaja todo el día” y “estoy todo el día sola”. Su hermana Carmen vive en San Isidro y es espiritista. “Se hizo una casa de rico: con patio de invierno. Tuvo suerte se casó con un empresario. Pero está triste” porque las dos hijas se fueron a España a vivir (una tenía una casa en Olivos); está separada de hecho del marido, lo mandó a Corrientes porque ahí tiene un criadero de pollos; tiene una casa en Palermo “cerca del zoológico [a la que] va los fines de semana a pasear”. Además Moira tiene 5 hermanos en Dolores. Los dos hermanos varones son “decentes, buenos”. Gustavo “es alcohólico”. “Vivió conmigo toda la vida”, desde los 10 años. Toma desde que se fue a Dolores, cuando lo dejó una novia “no sé lo que le hizo”. Mariano “vive para las hijas (“tiene dos nenas”)”. Le dice que no tome porque se va a convertir en Gustavo, pero él le contesta que sólo toma el sábado, cuando está de descanso, que lo deje, que todos los demás días trabaja. Sonia tiene gemelos de 18 años que son drogadictos y por eso un día le pegaron, la arrastraron de los pelos. (Les dijo “juntá las zapatillas porque va a llover” y ellos contestaron “qué dijiste víbora”.); hace años que está en tratamiento por depresión:: pesa más

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de 100 kg. “por los antidepresivos que toma».Yo le digo “internate para curarte”, el marido no le dice nada, trabaja todo el día. Ninguno tiene relación con Zulema. Las hermanas mujeres “la llaman como si estuviera distante”. Los siguientes encuentros transcurrieron en una atmósfera calma (en las entrevistas conjuntas con el médico no hablé pues quería sostener el clima amable generado; sólo la saludé cordialmente cuando entró y cuando el médico la despidió). El segundo encuentro fue pautado (durante la primera entrevista quedamos en encontrarnos a la misma hora el mismo día en el mismo lugar para seguir conversando) y retomé donde ella se había quedado. Una vez finalizada la primera entrevista cuando salía me dijo que tiene una hermana que se llama Ruth y vive en Tucumán; comencé la segunda entrevista repitiendo esto. Puse énfasis en los baches de tiempo que habían aparecido en el primer relato y en el intento porque se situara como su protagonista. El encuentro fue muy intenso con momentos de llanto y risa y de cambio constante de la actitud corporal como si se transportara y el recuerdo se tradujera en su cuerpo (siempre sentada, cuando hablaba de su hija su cuerpo se desplegaba y se abría; cuando habló de la relación con sus hermanos se sumergió en él y su cara se puso gris de ojeras). Luego hubo algunos encuentros más, breves, la mayoría informales (intercambios en el pasillo) y mediados por la presencia de terceros (el médico, el marido, otros pacientes, etc.). En el último encuen-

tro, solicitado por ella, me contó que se iba, que se fugaba, porque la internación no era lo que ella había esperado (como parte de un imaginario de “cura instantánea de la enfermedad”), que estaba mal físicamente (como si el síntoma se hubiera apoderado de su cuerpo y todavía no supiera qué hacer con la tristeza), que “acá hay que rogar para que te atiendan” (como si irónicamente hubiese comprendido la lógica de una institución estatal). Me vine a Buenos Aires por la desesperación, a los 21 años con Celeste con 6 meses, porque mi papá le quizo pegar con un palo de escoba. Una vez en Buenos Aires y de vacaciones de invierno en Jujuy, vió a uno de los hermanos con marcas de golpes. Le dijo al padre si vos no los cuidás me los llevo. Candela tenía 10 años y Gustavo 7. Si mi madre lo quiere soportar que se quede, nunca se decidió a separarse. Carmen y Anabela vinieron a los 18 años, casadas y con sus maridos. En 1994 regresa a Jujuy por tiempo indefinido a cuidar al padre. (Renuncia al trabajo porque le parece poco ético seguir sosteniéndolo cuando no sabe cuándo va a volver. Aunque el jefe le pidió que no renunciara y que se tomara el tiempo que necesitara.) Lo cuida 25 días en el Hospital por una insuficiencia cardíaca (se había internado porque yo le dije, por eso mis hermanos se enojaron) y más de dos años en la casa, hasta su muerte (murió mientras dormía). Carmen y Anabela regresan con ella; Candela ya se había vuelto (a los 16 años porque no le gustaba Capital Federal). Tuvo

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Durante la entrevista no toqué dos de los puntos que operan con mayor violencia en la construcción que sobre Irma hace el discurso oficial a través de la Historia Clínica y la presentación del médico: que fue violada y tuvo una hija producto de dicha violación y que está en pareja con un hombre impotente sexualmente por esa razón 29 Santa Cruz, María Isabel (1994), “Sobre mujeres e igualdad o por qué todos somos iguales pero algunos son más iguales que otras” en Varios Autores (1994), Mujeres y Filosofía I. Teoría filosófica de género, Buenos Aires: Centro Editor de América Latina. 30 Pollak, Michel y Natalie Heinich (2006), “Memoria e identidad social” en Memoria, olvido, silencio. La producción social de identidades frente a situaciones límite, La Plata: Al Margen. 31 Se tuvo en consideración la caracterización de Pollak (2006) sobre la memoria. Algunos de estos elementos son . “La memoria es selectiva. No todo queda registrado”, “es, en parte, heredada, no se refiere solamente a la vida física de la persona”, se configura en función de las preocupaciones del hoy (37), es construida (consciente o inconscientemente) teniendo como referencia a los otros (de acuerdo a “criterios de aceptabilidad, de admisibilidad, de credibilidad”) con los cuales se negocia y se disputa. (38) 50

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a los hijos de Sandra hasta los 3 años porque ella tenía depresión posparto. Le pido a Dios que si mi padre fue muy injusto que lo perdone. Nos pegaba mucho. No me dejaba trabajar. Iba verde a trabajar. Ya no sabía qué ponerme. Me llevaba y me iba a buscar al trabajo. Le pregunté cuando estaba convaleciente ¿por qué nos pegabas tanto? Él respondió estoy loco ahora o estuve loco ahí: nunca les pegué. Entonces me enojé. En 1997 decide ir a Dolores para cumplir con Alberto quien le había mandado plata durante esos dos años y medio. Celeste no quizo volver, se quedó en Jujuy. Ella la deja para que no sufra lo mismo que ella. A Alberto lo había conocido a través de la Administración Pública y de algunos de sus familiares quienes habían ido a pedir ayuda para que lo operasen de los pies (tenía «pie equino» y se ríe de eso). Cuando ella le consiguió las cosas que necesitaba fueron a tomar un café. Era bueno, campesino, me dio pena. En ese entonces Celeste estaba en la escuela primaria. Moira empezó a tomar pastillas cuando los gemelos vivían con ella y Celeste ya estaba en la secundaria. Un médico psiquiatra que estaba de guardia en el Congreso le recetó unas pastillas nuevas para aliviar el dolor que tenía en las piernas a causa de las várices. Y después siguió porque las pastillas le aliviaban el cansancio, trabajaba todo el día y criaba a los hermanos y a la hija, le permitían mantenerse despierta para cuidar al padre por la noche, le permiten no sentirse triste y estar sola todo el día en Luján. Distorsiones en el relato o gestión de la identidad. Práctica profesional e interpretación. El trabajo social constituye un colectivo heterodesignado cuyas características le vienen por exclusión o contraposición con las que corresponden a la disciplina hegemónica, dueña de la facultad de designar y asignar. El acceso al espacio (médico-)hospitalar somete al trabajo social a una tensión, a una necesaria “ambivalencia”: debe adoptar “los colores y los rasgos” de quienes habitan un espacio sin perder de vista un horizonte de alteración de su estructura. (Santa Cruz, 1994.) Por esto, el punto de partida de las Revista Regional de Trabajo Social -

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prácticas profesionales en la Sala fue aquello que se conforma como “lo específico” del trabajo social en el hospital, lo que desborda lo fisiológico, y en el discurso médico hegemónico, lo que desborda al hospital y se sitúa por fuera. Lo social y lo familiar como objeto de intervención asignado fueron tomados y transformados en la posibilidad de construcción de la intervención con un doble horizonte, el de recuperación de los sentidos otorgados a las propias vidas por parte de quienes se encuentran internados y el de visibilización de espacios donde situar la práctica profesional. En la práctica ordinaria de entrevista por parte de los profesionales del servicio son ocultadas las condiciones en que se viabiliza la puesta de la palabra y la tensión entre lo decible y lo indecible que estas condiciones generan. Es decir, los profesionales solicitan un relato y determinan qué informaciones van a ser recolectadas y de qué manera, a través de qué tipo de interrogantes, en qué lugar, etc. Esto implica que, para interpretar lo que el entrevistado dice (y no dice), es necesario dar cuenta de las condiciones en que ello tuvo lugar. Así, el silencio puede provenir de la necesidad de ajustarse a las representaciones dominantes y, lo que a primera vista es una información falseada, puede ser un permiso para transmitir una situación dolorosa. (Pollak, 2006.) La puesta en suspenso de la vida cotidiana durante el período de internación, instala la preocupación por la propia identidad y, por consiguiente, coloca la posibilidad de su reconfiguración. En este contexto, las entrevistas pueden constituirse en un lugar de organización de la propia identidad, donde entran a jugar la interpretación del pasado y de la propia memoria (Pollak, 2006) Desde el trabajo social, se encararon las tareas de habilitar condiciones para que la experiencia de los entrevistados fuese comunicable y de interpretar dicha experiencia y su relato, posibilitando una doble reconfiguración identitaria. Por un lado, la de los pacientes con quienes trabajé y, por otro lado, la mía como trabajadora social.

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Lilián Toledo Fulco*

La pertinencia de la dimensión personal en la operación psicosocial “Si no soy yo: ¿quién?, si no es ahora: ¿cuándo? “ Rabi Hillel

Escribo estas palabras luego de terminado el articulo, y me preocupó ver cuán centrado parece estar en la verticalidad, en lo individual. Quizás una cierta fragilidad en nuestras tramas sociales, de los reticulos de sostén sea la situación emergente, y por tanto, la mismidad de cada quién necesita ser trabajada, revisada, alimentada como una planta delicada, en un mundo que no cuida la armonía de sus diferentes componentes. Por eso tienen lugar estas reflexiones. En este contexto de colectivos frágiles, contingentes, es más necesaria la tarea de entretejer y más cuidado han de poner los tejedores de no entreverar unos hilos con otro . Y si no es ahora… Palabras Clave: operación psicosocial, actitud psicosocial, intervención.

El punto de partida que da sentido a estas palabras es que los y las operadores y operadoras psicosociales, en tanto tales, somos también emergentes de una trama vincular, social y genérica. Por ello nuestra elección por este oficio nos obliga a revisar las características constitutivas de esa, nuestra “emergencia”, para poder incluirlas en la planificación de la tarea, desde lo metodológico y desde lo ético, situados y situadas en un paradigma centrado en la comunicación (Jiménez, L; Rebellato, J. L.; 1997) desde el cual la vida es reproducida, recreada desde la acción comunicativa con cada gesto, en cada movimiento. La condición de posibilidad para esta revisión reside en el establecimiento de un dispositivo técnico donde aprender a modelarnos en función de lograr ser instrumentos flexibles en la escucha tanto como rigurosos en la direccionalidad de nuestra intervención. Un dispositivo que demande

y proporcione esas múltiples miradas que necesitamos; convocadas desde distintas perspectivas y saberes de si y de los otros. Para lograrlo, no solo la confrontación teórica nos modelará para proponernos como diapasones de las resonancias de otros, necesitamos, además, un camino que transite el puente desde el cuerpo hacia la palabra. Quienes trabajamos en este oficio, en medio de su transitar vamos escuchando mensajes que piden alivio, modificación, sostén. Mensajes que, en medio de los vericuetos de lo cotidiano, no logran ser verbalizados o compartidos: aquellos que tomarán prestados los códigos de otras áreas del acontecer subjetivo y se convertirán en indicios que habrá que descifrar desde los vínculos, o en los signos del cuerpo. Hablo por ejemplo de los suicidios por accidente de tránsito, suicidios éticos por impunidad, trastornos alimenticios, ataques de

* Operadora en Psicología Social desde 1990, título homologado en 2001 por la Escuela de Psicología Social de Quilmes, Provincia de Buenos Aires, Argentina. Se desempeña en diferentes proyectos del medio y forma parte del equipo del Programa de Educación Popular. Montevideo, Uruguay. liliantf@adinet.com.uy

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pánico por no saber (en) que lugar (nos) ocupa el/la otro/a, úlceras por no hacerle un espacio al diálogo interno y reconocer las emociones en juego, dificultades en la intimidad, etc. En unos/as y otros/as los mensajes negados pueden convertirse en una palabra no dicha que habita solitaria nuestro cuerpo, sea como sensación, temperatura o tensión. Esta conmoción se expresa también en quienes ocupamos la posición de acompañante, esclerosando nuestra capacidad de vibración, enmudeciendo las palabras que guían hacia la emergencia del conflicto o deteniéndonos gestos que conducen hacia los necesarios duelos, peleas o muertes. Las líneas que escribo buscan convencer sobre la importancia de hacer visible la dimensión1 personal de la operación psicosocial. Y este es el nudo sobre el que proponemos trabajar (nos). Encuentro que la pertinencia de esta reflexión radica en que nuestra tarea consiste -centralmente - en acompañar a las personas a transitar por el terreno de las ansiedades, para que ese tránsito les permita diseñar, de acuerdo a su estrategia y tomando en cuenta la logística existente y pasible de conseguir, las mejores condiciones para el surgimiento de proyectos donde emerja la vida. Estoy convencida de que esto no se logra solamente “explicitando” voluntades y formulando objetivos, sino apoyándonos en una construcción a la vez porfiada y tierna del entre vinculante: el llamado retículo (O. Bricchetto, 2000). Otra manera de plantearlo sería afirmar que no existe posibilidad de una operación psicosocial si no se ha invertido proceso para

realizar ese entretejido y desarrollado tarea para el establecimiento de una ligazón entre las diferentes necesidades encontradas por convocatoria de la operación psicosocial, sostenida en ese retículo: fino tejido de identificaciones, proyecciones, transferencias y contra-transferencias que han de ser cuidadosamente puestas en juego desde el/la operador/a psicosocial (de aquí en adelante OP). Es para esta dimensión de la tarea, sobretodo, que el ser, la persona 2 del/de la Operadora Psicosocial requiere ser trabajada en espacios donde recupere sus heridas, sus marcas, en fin: su memoria, desde el sostén de lo vincular, transitando ese puente que va desde el cuerpo hacia la palabra; siendo ésta -la palabra- una síntesis de su ser en vibración. Un ser “engenerado”; un ser que es habitado, atravesado por el género, lo que implica la posibilidad de un aprendizaje que según el orden cultural en el que se inscriba, le proporcionará modelos de relación consigo mismo/a más o menos estimados, amables y amados. Por ello es que les propongo considerar a la persona del operador/a como una dimensión primordial de la operación psicosocial, dimensión que es necesario considerar explicita y tozudamente a la hora de planificar o revisar su implementación, siendo esta operación un “retejimiento” vincular. Constituirían la dimensión personal de la operación psicosocial, nuestro mundo interno, sus contradicciones y el conocimiento que tengamos de las mismas; nuestra experiencia vital; la búsqueda de la coherencia entre el hacer el pensar y el sentir; nuestra actitud ante la vida en cualquiera de sus formas, la capacitación que elegimos y la que

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Operación Psicosocial: la totalidad de acciones realizadas para investigar y actuar con los contenidos internos de las personas y las condiciones externas (grupales, institucionales y comunitarias) que posibilitan sus relaciones, la satisfacción de sus necesidades y los cambios buscados en el contexto. Esta operación, realizada por los protagonistas y el trabajador, ha sido contratada previamente entre las partes y se concreta en una o varias intervenciones psicosociales. Oscar Bricchetto. 2

El concepto de persona deberá ser analizado en alguna de sus versiones filosóficas; para nosotros es “el actor de la historia que emerge de las determinaciones pero que se configura también por decisiones donde juega su voluntad.” Oscar Bricchetto, La Metáfora Lúdica. Revista Regional de Trabajo Social -

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desechamos, nuestra concepción de la realidad; nuestros amores y nuestros dolores; lo que imaginamos y lo que no podemos imaginar, nuestra cotidianeidad. Todo confluye para alimentar esta dimensión, otorgarle densidad, enriqueciendo esa caja de herramientas, así como condicionando la selección de las mismas, a la hora de operar y fundamentando la obligatoriedad de ser sostenida por el ejercicio de actitudes éticas congruentes con un enriquecimiento de dicha dimensión que no vaya en desmedro del marco conceptual que las orienta.

Cómo desplegar la dimensión personal de la Operación Psicosocial. Si aceptan este planteo, aceptarán también que el trabajo sobre esta dimensión requiere de la mayor rigurosidad y compromiso, porque constituye la habitación y abrigo de las lecturas que despleguemos sobre nuestra práctica transformadora. Al llegar a este punto, se vuelve urgente y necesario distinguir esta dimensión de la Actitud Psicológica,3 que constituye el núcleo fundamental de la capacidad operativa para intervenir en ese campo interaccional que es la O.P. A mi modo de ver, la actitud psicológica es un anudamiento construido procesualmente por la persona del/a Operador /a Psicosocial direccionado hacia la O.P.; en cambio, la dimensión personal es una medida a considerar a la hora del momento reflexivo, especialmente desde lo ético, en búsqueda de la pertinencia y coherencia del hacer en sus aspectos metodológicos, técnicos e ideológicos.

3

Para llevar adelante la consideración de esta medida de la operación y con el fin de sistematizarla me apoyé en la idea de “guías del corazón humano” 4 que propone el Subcomandante Marcos, entendiéndolas como orientaciones integradoras del ser profesional, ético, estético y afectivo del/la operador/a psicosocial. Ellas son: memoria, verdad, vergüenza, honestidad, respeto a uno/a mismo/a y al otro/a y amor. También les propongo tres caminos para el trabajo sobre nuestras personas, acompañados/as de estas guías : 1. engenerarnos, 2. enmemoriarnos, 3. eticarnos.

1er. Camino: El genero oculto de la operación psicosocial.5 Parada en este primer “camino” siento la urgencia de descorrer el velo: me encaramo a las “aes” disponibles y me planto en la comprobación de que tomar como parte del diseño la dimensión personal de la operación psicosocial, le abre paso al género como un rasgo diferenciador en las opciones instrumentales elegidas por dicha persona, a la hora de operar. Por ejemplo: este articulo lo escribe una mujer de 50 años, quien desde sus caminos y opciones disponibles ha llegado a comprender que el entrenamiento recibido como género femenino le proporcionó algunas herramientas en lo que tiene que ver con el

Act.Psicológica.: Modalidades relativamente estables de hacer, sentir y pensar.

4

“La memoria, nos dijeron, es una de las siete guías que el corazón humano tiene para andar sus pasos. Las otras seis son: la verdad, la vergüenza, la consecuencia, la honestidad, el respeto a uno mismo y al otro, y el amor. La memoria funda siempre el mañana; Subcomandante Marcos, Ejército Zapatista de Liberación Nacional, México, 24 de marzo de 2001. 5

Parafraseando el libro de Clara Coria «El sexo oculto del dinero»

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«En forma provisional entendemos por Etica aquella disciplina que integra la Filosofía de la Práctica y desarrolla un análisis reflexivo, crítico y racional en torno a las normas, a los valores y a las actitudes de los sujetos responsables en sus comportamientos sociales.» J.L. Rebellatto/L.Giménez; Ética de la Autonomía: desde la práctica de la psicología con las comunidades; 1997,Roca Viva, Editorial. 54

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descentramiento de la necesidad propia, básico para la instalación de ese retículo de sostén que constituye la operación psicosocial (OP). La crianza de los hijos, el lugar en la pareja, el tiempo que destinamos(o no) al desarrollo personal son heridas abiertas en cada una de nosotras por el sistema sexo-género dominante que -sin embargo o por serlo- , también estas heridas son las que permiten un corrimiento de la propia necesidad para dar lugar al desarrollo del otro/a. Las mujeres tenemos la responsabilidad de seguir transformándonos -aceptando que no somos todas iguales- para poder alejar el riesgo de enfermarnos de pasividad. También los varones en su diferencia, podrán y quizás desearán ir reaprendiendo el sostén así como enseñándonos a desplegar la agresividad en tanto fuerza que va en pos de la concreción de proyectos. La incorporación de la dimensión personal me permitió entre-tejer escenas, intuiciones y conceptualizaciones, sin menospreciar nada, aprendizaje que me proporcionó la lectura desde el género en tanto atravesamiento, y que creo, puede enriquecer el oficio de empollar esperanzas tanto en varones como en mujeres, siempre que lo develemos, lo desarmemos y encontremos en sus pliegues nuestra capacidad de aprender, desnaturalizando obviedades particularizadas en cada cuerpo y cada historia personal.

2° Camino. Enmemoriarse: resignificar el proyecto en el útero de los vínculos. Me he mudado más veces de lo que hubiera deseado y creía hasta hace un tiempo que esto constituía una debilidad, un contratiempo. Sin embargo, este entrenamiento en el desarmar y rearmar espacios de tarea, de vida, se constituyó en una metodología rigurosa en sus pequeños gestos, porque, como en las mudanzas, la necesidad de los preparativos para el cambio hacen que se revise, se limpie y se reordenen los papeles, las ropas, flores secas, los jarrones y a través de estos movimientos de resignificación de lo pasado, vamos también eligiendo lo más adecuado para el momento y el Revista Regional de Trabajo Social -

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lugar al que nos dirigimos. El lugar que dejamos es umbral del hogar futuro, siempre que lo re-signifiquemos. La memoria, en el tejido de un retículo operativo, es una guía portada desde el corazón y puesta en movimiento por el riel de la comunicación desde el lenguaje, por el puente de la narración: el instrumento de la operación es la palabra, que emana de la totalidad del cuerpo, y es más que cualquier otra cosa, vibración. Volcada en el seno de la operación psicosocial, la palabra reteje los vínculos de entre todos/as, y así el colectivo que se va reconstruyendo nos ampara de no perdernos de las otras seis (la verdad, la vergüenza, la consecuencia, la honestidad, el respeto a uno mismo y al otro, y el amor). Tomando los aportes de Félix Vázquez, me referiré en estas líneas a la memoria en tanto “definida por su carácter social, es decir, por ser proceso y producto de significados compartidos, engendrados por la acción conjunta de los seres humanos en cada momento histórico” (...) “La memoria no es, entonces, una restitución anacrónica del pasado, sino que es una reconstrucción del presente realizada y actualizada a través del lenguaje y las prácticas sociales.” Este posicionamiento respecto de la memoria, como sujetos/as, nos conmina a preguntarnos para qué hacemos lo que hacemos: cuál de nuestras escenas internas están en juego y cuales nos obnubilan; qué sentido tiene nuestra acción, cuánto nos estamos descentrando de nuestra necesidad o manipulando a partir de la necesidad de los otros/ as. Y nos va empujando despacito hacia la brújula de la ética…

3er. Camino. Eticarnos. Pido disculpas por el neologismo del subtítulo, pero esta puesto para subrayar el intento de correr el eje de cualquier aspiración dogmática o totalizadora. Más bien quisiera situar este punto- casi- como un movimiento íntimo, aunque sostenido en la producción colectiva. Siendo la operación psicosocial, antes que

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nada, un tejido tensado desde las ligazones de lo transferencial, la reflexión en búsqueda de lo ético,6 es una necesidad más teórico-ideológica que técnica. Así es que propongo esa reflexión sobre nuestras actitudes tanto en la instalación como en el devenir de la OP, en la búsqueda de dicho fundamento. La transferencia intenta instalar en una escena actual, el argumento de una escena interna e histórica, desde la cual se adjudican roles al vínculo que vamos tejiendo en el aquí y ahora, “dramas” que corresponden a otro contexto, a otra situación. En la transferencia, los distintos actores y actrices implicados repetimos, recordamos y por ello, reconstruimos matrices de relación con e/la otro/a, modelos de relación que fueron “in-corporados” desde la trama social predominante. Esta ligazón permite encontrar lo nuevo “el otro”- desde el camino de la reproducción de lo conocido, y aquí es donde reside -a una misma vez- su condición posibilitadora y la delicadeza de su esencia, ya que puede acercarnos al /la otro/a tanto como impedirnos reconocerlo en su novedad. Acude a nuestro auxilio la actitud psicológica, con su exigencia de descentramiento, continencia, tolerancia a la frustración, al conflicto, etc. Actitud alojada en la persona, que se despliega en y a través de ella. También desde lo transferencial podemos asomarnos al planteamiento de existencia de la dimensión política de la O.P., en tanto implica la condición de establecimiento de juegos de sometimiento y resistencia, de juegos de poder, que tomarán prestada la modalidad según sea la concepción predominante en la construcción de lo social. Es así que Rebellatto7 proponía algunos ejes para esta revisión que pueden aportarnos líneas de fuga para ese proceso de “eticamiento” permanente y sistemático y que creo recogen la articulación entre lo personal y lo político; en tanto un aporte a

la construcción de vínculos sanos: 1.- proceso de construcción de saberes, en el entendido de que los mismos se potencian si dialogan, si se consideran entre sí. Por ejemplo: el saber de los “ técnicos” y los de los diferentes participantes, los saberes que tenemos y los que podremos hacer emerger afectados por el encuentro. 2.-descentramiento y aprendizaje de la escucha, en la necesidad de corrernos de nuestra propia demanda para que el protagonismo de los y las otros/as tenga espacio de despliegue. Y en este sentido es, tanto escucha del otro/a como de sí mismo/a 3.- tensiones entre involucramiento y distancia, en la dirección de establecer un puente de tarea que permita el devenir transferencial sin posicionarse en una burocrática abstinencia. 4.- el tema del dinero, que establece un encuadre de trabajo, de contrato de servicio y quizás también de generación de plus valor. El transito por estos cuatro puntos coloca limpiamente en el eje de lo ético , el lugar en que consideramos a los otros y a la producción de saberes y de relaciones de poder, centro conceptual de la operación psicosocial. Para cerrar estas palabras, subrayo mi ocupación por la dimensión personal de la O.P. en tanto diapasón que al vibrar, puede ampliarnos las posibilidades de comprensión y de operación. En nuestro cuerpo habita el otro/a así como lo habitamos y para nosotros/a es una regla insoslayable el no colonizar su propia vibración. …y que la guía del amor nos sostenga en esta ardua tarea de crecer como personas, entretejiéndonos. 7

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J. L. Rebellatto/ L. Giménez; «Ética de la Autonomía: desde la práctica de la psicología con las comunidades», 1997, Roca Viva Editorial. 56

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parte del terapeuta para que el sujeto pueda proyectarse en el futuro, para construir líneas posibles de devenir, a partir de una conscientización de sus cartografías, de su plano de inmanencia. Nocepto, hermano de la noción de Proyecto como la entendía Pichón Rivière; nos orienta en nuestra praxis profesional para la búsqueda de la potencia de lo imaginario para la producción de lo real. Para pensar sus proyectos esforzamos a “Carlos” a moverse en su pliegue subjetivo, a nivel de sus interioridades, familiaridades y diferentes vecindades. Lo invitamos a mapear constantemente su territorio, buscando líneas desterritorializantes que lo promuevan al cambio. Lo instrumentamos en los recursos que el Estado y otras instituciones ofrecen, experiencia que vivenciamos conjuntamente, pues el poliverso institucional al que recurrir toma formalidades e informalidades que la lógica técnica no siempre logra discernir. Para el despliegue de este trabajo, que está en plena edificación, nos propusimos temporalmente trabajar tres

meses más tras la externación, pero también nos comprometemos a culminar la tarea, esto es: que “Carlos” logre estar medianamente parado como sujeto social, con un básico de necesidades desplegadas en sus posibilidades de ser cubiertas. Aún estamos lejos de ese propósito. Se confirma lo difícil de un trabajo micro psico-social con intenciones de generar una inclusión social digna. La doble categorización de su condena: loco y delincuente; le marca un siniestro estigma. El desmontaje del personaje “del chorro”, no sólo es posible con un cambio exclusivo de su subjetividad, pues esta no se modificará si no hay estímulos que le ayuden al cambio. El diagrama institucional por ahora visualizado, no ofrece nada claro en ese sentido. Todo cuesta, nada se facilita. Y lo perverso de todo esto muestra que esta falla no es tal, sino que es parte del circuito social. Nuestra propia situación estatal y socio-institucional genera su propia fábrica de locos y delincuentes.

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Romina Olejarczyk*

¿Para quiénes son las viviendas? Reflexiones en torno a la definición de los listados de adjudicatarios en los proyectos de construcción de viviendas. El presente artículo reflexiona en torno a los diversos criterios y técnicas de selección de “adjudicatarios” que se ponen en juego en los proyectos de construcción de viviendas en un Municipio del Area Metropolitana de Buenos Aires. Estos proyectos se encuadran en el Plan Federal de Construcción de Viviendas que se viene implementando en la Argentina desde el año 2004. Este Plan implica una ruptura en relación a las políticas de décadas atrás dado que se destinan fondos a la construcción de viviendas con una magnitud que no tiene precedentes en Argentina. Este financiamiento permite la construcción en el país de proyectos de vivienda nueva y proyectos de mejoramiento de vivienda existente. En el primer caso, los Municipios diseñan proyectos de urbanización de acuerdo a la disponibilidad de terrenos dentro de su territorio. En el caso de estudio se utilizan estos fondos principalmente para urbanizar villas y asentamientos. Interesa destacar que durante el proceso de construcción de estos proyectos se despliegan luchas y disputas por la definición de los posibles adjudicatarios de las viviendas, en las cuales participan distintos actores locales. En este marco se construyen y reelaboran los criterios y técnicas que utilizan los equipos técnicos del Municipio a fin de arribar a una posible resolución, estableciendo listados de adjudicatarios dentro del universo de ciudadanos con derecho a una vivienda digna. Palabras claves: plan de viviendas, adjudicatarios, criterios, técnicas, ciudadanos.

This article reflects on the various approaches and techniques for selecting «awarded» that come into play in the housing projects in a municipality of Buenos Aires Metropolitan Area. These projects fall under the Federal Plan Housing Construction that is being implemented in Argentina since 2004. This plan involves a break in relation to the policies of decades ago because funds are allocated to housing with a magnitude that is unprecedented in Argentina. This funding allows the country to build new housing projects and projects to improve existing housing. In the first case, the municipalities of urban design projects according to the availability of land within its territory. In the case study used these funds primarily to develop villages and settlements. Interesting to note that during the construction of these projects are deployed struggles and disputes over the definition of the possible winners of the houses, which are involved in various local stakeholders. In this framework, construct and redefine the criteria and techniques used by technical teams of the municipality in order to reach a possible resolution, establishing lists of winners within the universe of people with the right to adequate housing. Keywords: housing plan, bidders, approaches, techniques, citizens.

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Licenciada en Trabajo Social, egresada de la Facultad de Ciencias Sociales de la U.B.A. Actualmente alumna del Doctorado en Ciencias Sociales de la misma Facultad y Becaria de Posgrado (Tipo I) del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Miembro del Proyecto UBACYT: “Contradicciones entre segregación socio-espacial y exaltación cultural en la ciudad de Buenos Aires”, que dirige la Dra. Maria Carman. Durante 2003-2010 participó como investigadora en formación en dos proyectos dirigidos por el Dr. Mario Heler. Se desempeñó como Trabajadora Social en diversos organismos públicos vinculados a la problemática habitacional en el Área Metropolitana de Buenos Aires. romi_olejar@yahoo.com.ar 58

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INTRODUCCIÓN El Plan Federal de Construcción de Viviendas (PFCV) se lanza en la República Argentina en el año 2004 con los siguientes objetivos: -Consolidar la evolución decreciente del déficit habitacional; -Fortalecer el proceso de reactivación económica del sector habitacional y de la industria de la construcción; -Contribuir a la disminución del índice de desempleo a través de la generación de 360.000 puestos de trabajo; -Instrumentar programas de capacitación para la provisión de los recursos humanos necesarios; -Mejorar la calidad de vida de los hogares.1 Este Plan se implementa en todo el país y se desagrega en distintos Programas que responden a dos grandes líneas de intervención: la construcción de vivienda nueva y el mejoramiento de la vivienda existente. Entre los Programas que se mencionarán en este trabajo cabe considerar el Subprograma de Urbanización de Villas y Asentamientos precarios y el Subprograma de construcción de viviendas con Municipios. La implementación del PFCV, descentralizada en los Municipios, presenta diferencia de criterios en cuanto a la selección de adjudicatarios, la localización de las viviendas dentro del territorio municipal, la conformación de equipos técnicos para su implementación, etc. Este Plan implica una ruptura en relación a las políticas de décadas atrás en la Argentina dado que se destinan fondos a la construcción de viviendas con una magnitud que

no tiene precedentes: una inversión de 3.900 millones de pesos argentinos destinados a la construcción de 120.000 viviendas en todo el país, de las cuales 48.000 estaban destinadas al Área Metropolitana de Buenos Aires.2 (AMBA) En este artículo se mencionan aspectos vinculados a un Municipio que se ubica en el sur del AMBA, lindante con la Ciudad de Buenos Aires. Allí,el Programa se implementa a través de su Secretaría de Obras Públicas. Los equipos a cargo se dividen en un área técnica y un área social. La primera formada principalmente por Arquitectos, Ingenieros, Agrimensores; la segunda por Trabajadores Sociales, Comunicadores Sociales, Sociólogos, Politólogos y Psicólogos. La información que aquí se menciona surge de una recolección inicial de datos provenientes de dos fuentes. Por un lado, información oficial de la Subsecretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda de la Nación, del

1

Esta información está disponible en la página oficial de la Subsecretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda de la Nación www.vivienda.gov.ar 2

El AMBA «es la continuidad urbana de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (de aproximadamente 200 km2 y 3.000.000 de habitantes) y los Partidos de la Provincia de Buenos Aires que lo rodean (de aproximadamente 3.600 Km2 y una población cercana a los 9.000.000 de habitantes)» en www.atlasbuenosaires.gov.ar a Marzo 2011. Revista Regional de Trabajo Social -

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Instituto Provincial de la Vivienda y del Municipio,3 así como artículos publicados que analizan los mencionados Programas. Por otro lado, informes sociales, registros de talleres y notas de campo producidas por los equipos. La información que reúne este trabajo, principalmente aquella vinculada a la visión de los actores implicados en el proceso de adjudicación de las viviendas, son datos preliminares producto de una primer recolección de información extraída del caso de estudio durante el período 2008-2010. La producción de la ciudad... Elementos para pensar las políticas de construcción de viviendas. La ciudad capitalista puede ser visualizada como un valor de uso complejo, dado que reúne distintos valores de uso particulares. Pero es más que la suma de ellos porque produce efectos de aglomeración: en ella se producen las condiciones generales de reproducción del capital a través de la reproducción de las condiciones generales para la producción-circulación del capital y la reproducción de la fuerza de trabajo. En términos de Topalov, la ciudad es una forma de la socialización capitalista de las fuerzas productivas. Ella misma es el resultado de la división social del trabajo y es una forma desarrollada de la cooperación entre unidades de producción (…) la ciudad concentra las condiciones generales de la producción capitalista (TOPALOV: 1979: 9) (la cursiva es propia). En relación con la producción de las condiciones generales para la producción-circulación del capital, cabe señalar que en la ciudad no sólo circulan mercancías, sino también otros bienes y servicios que tienen valor de uso pero existen debido a la desvalorización del capital público. Entre estos podemos identificar el transporte público y la construcción de caminos. Estos bienes son producidos principalmente a partir de la intervención estatal debido a que su producción no es rentable para el capital, el cual además la obstaculiza cuantitativa y cualita60

tivamente. Esto se debe a que cada capital privado busca la ganancia y al hacerlo obstaculiza la formación de los efectos útiles de aglomeración. En este proceso el capital intenta sacar provecho de los beneficios de la localización de estos bienes y servicios producidos por el Estado.4 Lo que Topalov denomina el proceso ciego de concentración espacial de los capitales (TOPALOV: 1979: 19) genera condiciones de rentabilidad superiores que posibilitan al capital apropiarse de la sobreganancia de localización en el espacio. Esta concentración espacial produce un desarrollo desigual de la ciudad. Algunas zonas no reúnen las condiciones generales requeridas por el capital para su valorización y quedan entonces sin ser explotadas. Como contracara, aquellas zonas que sí reúnan las condiciones se verán sobreexplotadas. La acumulación desigual promueve una dinámica de hiper-concentración espacial del capital junto con el subdesarrollo en otras, reflejando las dos caras de la acumulación desigual. Las intervenciones del Estado sobre la ciudad se despliegan en el centro de esta concentración desigual del espacio, muchas veces reforzándola. En relación con este tema Wacquant expresa que se dan los de efectos del Estado proyectados sobre la ciudad: Incluso donde parece ausente a primera vista, aunque se muestre pasivo o espasmódico, sigue siendo el Estado, por medio de su acción multiforme, el que determina la forma de los mercados de vivienda, del trabajo y de los títulos educativos y también la distribución de los bienes y servicios de base, y el que, de este modo, gobierna la conversión del espacio social en espacio físico apropiado. (WACQUANT: 2006:18) Desde la perspectiva de Topalov, el Estado también interviene para garantizar la reproducción de la fuerza de trabajo. Esta última es considerada una mercancía y como tal, su valor de cambio tendrá un precio establecido por el salario. Este carácter de la fuerza de trabajo como mercancía se opone a su reproducción ampliada, dado que sólo contempla la reproducción inmediata, que-

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dando por fuera los momentos en que el individuo no trabaja, la satisfacción de aquellas necesidades que tienen que ver con bienes duraderos como la vivienda y que además exceden la reproducción del trabajador dado que abarcan a todo su grupo familiar. En este sentido, pueden identificarse necesidades asociadas al precio de la fuerza de trabajo y necesidades disociadas del salario. En el marco de esta contradicción entre necesidad y valor es que la intervención del Estado se justifica, en tanto garantiza una parte del consumo popular. Se configura así un sistema público de mantenimiento de la fuerza de trabajo que apunta a la satisfacción de las necesidades disociadas bajo dos formas: la transferencia monetaria y el suministro directo de valores de uso. Las reivindicaciones de los trabajadores en cada momento histórico incorporan la inclusión de la satisfacción de ciertas necesidades a través del denominado salario indirecto. La vivienda como mercancía posee un valor de uso, es decir, es indispensable para la reproducción de los trabajadores, y un valor de cambio, es un bien que circula en el sector inmobiliario. En este movimiento se valorizan otros capitales vinculados con su producción, como son los capitales de la construcción, bancarios, inmobiliarios, etc. Estos dos aspectos de la vivienda-mercancía entran en contradicción, dado que el valor de cambio de la vivienda en el mercado -su precio- es inaccesible para la mayoría de la población aunque es un bien indispensable para su reproducción. Para Topalov hay tres aspectos propios de esta contradicción que

deben analizarse en cada momento y lugar histórico. En primer lugar, la política de vivienda afecta la valorización de los capitales particulares del mercado inmobiliario; en segundo lugar, incide en la reproducción de la fuerza de trabajo y por lo tanto es de interés para todos los capitales ya que se contribuye a la explotación de la mano de obra; por último, la política de vivienda es una herramienta para la hegemonía de las clases dominantes. La intervención del Estado no sólo aporta en incrementar la disponibilidad de viviendas más allá de las que son producidas en el sector inmobiliario, sino que además modifica las condiciones de consumo de este bien: cambia el costo del consumo y por lo tanto, el impacto en la reproducción ampliada de las familias. También establece formas para ese consumo, lo que hoy podríamos denominar pautas de habitabilidad: condiciones físicas, de infraestructura, de cantidad de personas por cuarto, etc. Sin embargo, en la mayoría de los casos los diseños de los proyectos de vivienda se realizan sin contemplar quiénes serán sus habitantes, dejando por fuera las particularidades en las formas adquiridas de habitar el espacio urbano, su mirada y opinión respecto de lo que será el espacio cotidiano de vivienda del grupo familiar. En este escenario de variadas disputas y actores poco organizados para el diálogo con las autoridades municipales, lo que finalmente sucede es que los equipos técnicos definen las características de estos barrios. Se lleva a cabo entonces una proyección del nuevo espacio urbano desde una mirada técnico-profesional pero no desde la realidad

3 La Subsecretaría de Desarrollo Urbano y vivienda, dependiente del Ministerio de Infraestructura de la República Argentina, es el Organismo estatal encargado de la planificación, seguimiento y evaluación de este plan. El Instituto Provincial de la vivienda de la Provincia de Buenos Aires es el Organismo encargado de coordinar la ejecución del plan en la mencionada Provincia. Por último, cada Municipio se encarga de la ejecución de los proyectos de construcción de vivienda dentro de sus límites territoriales. Cabe señalar, que los Municipios o Departamentos son en Argentina la más pequeña unidad gubernamental. En este sentido son una sociedad local que se diferencia de la nacional y que agrupa grupos, clases y relaciones económicas particulares. 4

Acerca de la producción de bienes y servicios en el AMBA ver Pirez, Pedro. Gestión de servicios y calidad urbana en la ciudad de Buenos Aires Revista EURE. Chile.1999, vol.25, n.76. pp. 125-139. Revista Regional de Trabajo Social -

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cotidiana de quienes lo habitarán, trasladando preconceptos y valores que les son ajenos: (…) esta política opera en función de algunos presupuestos sociales y urbanos (…) la demanda de la población es una vivienda nueva (…) ello presupone entonces un receptor de la vivienda estático, que no vive “en ninguna parte” sin relaciones construidas, sin redes y/o reciprocidades que le facilitan la vida, sin bienes personales, y lo que es fundamental sin considerar qué situaciones y localización urbana le permiten la inserción laboral y la generación de ingresos” (FERNÁNDEZ WAGNER:2006:8) En la medida en que la intervención estatal avanza en la construcción de viviendas se abre el juego a toda una serie de pautas para su consumo, que impacta en la definición de quiénes serán sus habitantes. En el PFCV se los denomina “adjudicatarios de vivienda”. ¿Para quiénes son las viviendas? Definición de los “listados adjudicatarios”

de

Para el Instituto Provincial de la Vivienda el Subprograma de Urbanización de villas y asentamientos está dirigido a “los habitantes de villas y asentamientos de la región metropolitana bonaerense y los grandes aglomerados urbanos del interior”. En el caso del Subprograma de Construcción de viviendas con Municipios se expresa que “resulta prioritario constituir un grupo familiar o consensual, tener capacidad de pago de acuerdo a la operatoria y no haber sido ninguno de los miembros del grupo conviviente beneficiarios de viviendas financiadas por el Estado, excepto quienes acrediten haber constituido un nuevo grupo familiar”.5 Los Municipios, tomando como base las directivas de la Subsecretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda y del IPV, establecen criterios para la selección de las familias beneficiarias. En primer lugar, cabe destacar que la población dentro de la cual se seleccionará a las familias es, en el caso del Subprograma 62

de Urbanización de Villas y Asentamientos, aquella que se encuentra habitando ciertos territorios seleccionados en el Municipio con estas características, sin que se acepten inclusiones de familias o miembros nuevos de manera posterior a la fecha de realización del censo.6 En el caso de la población que no vive en villas o asentamientos, un primer criterio que establece una línea de acceso tiene que ver con familias que fueron desalojadas y están en situación de calle, o familias con algún miembro que se encuentra atravesando un problema de salud de tal magnitud que debe mudarse urgentemente del lugar actual de vivienda, ya que las condiciones de este espacio agravan el problema. Entonces los criterios para la selección de las familias adjudicatarias tienen que ver más con características en su composición, principalmente cantidad de miembros, edades, situación de salud, ya que desde aquí se puede definir la cantidad de ambientes necesarios para cada una, considerando además el indicador de hacinamiento definido por el Instituto Nacional De Estadísticas y Censos (INDEC). Pero en la mayoría de los casos, y considerando que la definición de los adjudicatarios se produce una vez ejecutado el proyecto, las familias se seleccionan teniendo en cuenta a aquellas que reúnen las características requeridas por la vivienda construida, es decir, si el proyecto se conforma de unidades habitacionales de 2 ambientes se seleccionarán familias que se compongan en principio de no más de 4 personas. En este ejemplo, observamos claramente que consumirán este bien quienes se amolden a los criterios establecidos por el Municipio según las características de las viviendas disponibles y no según los requerimientos de las familias que solicitan vivienda. En este punto, cabe señalar que el censo realizado a las familias pierde sentido si únicamente consideramos que su finalidad sería identificar a la población a fin de diseñar las viviendas según sus requerimientos.7 Pero el censo también actúa como una herramienta de acuerdo entre el Municipio y la población de los territorios implicados, en

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tanto se establecen criterios metodológicos para su realización y cortes temporales a partir de los cuáles los cambios en la composición de los hogares y viviendas no serán contemplados. En muchos casos, de manera posterior al censo, se realiza una asamblea con los vecinos de manera tal de hacer la puesta en común y la ratificación de datos. A partir de este acuerdo, firmado por todos los presentes, éste no puede sufrir modificaciones ni agregado de información. Por lo tanto, el censo también presenta una utilidad ligada al control de las poblaciones implicadas, ya que se identifica familia por familia como está compuesta esa población. Es, asimismo, una herramienta de contención, dado que es la primera respuesta del Municipio ante los reclamos o conflictos en un territorio. También es una base de datos con una información importante en la articulación con otras áreas municipales y no municipales interesadas en trabajar con las poblaciones censadas. Finalmente, el censo genera efectos de identidad en las poblaciones censadas que dan lugar a nuevas alianzas y conflictos territoriales. Es común escuchar en los reclamos de vecinos la distinción entre “censados” y “no censados” para justificar por ejemplo la incorporación de un nuevo miembro al grupo familiar como un aspecto legítimo frente a la situación de una ocupación nueva en el barrio con fecha posterior a la realización del censo.

Otro aspecto a considerar es lo que Topalov denomina efectos de arrastre de las políticas de vivienda. En tanto el Estado interviene garantizando la satisfacción de una de las necesidades de reproducción de los trabajadores, sus reivindicaciones tienden a avanzar hacia otros campos de su reproducción incrementando y re-legitimando la intervención del Estado, así como sentando las bases acerca de las condiciones de vivienda socialmente reconocidas como necesarias de ahí en más. En las entrevistas y charlas informales con las familias que resultan seleccionadas para ser adjudicatarias de una vivienda, surge como dato que estas consideran la adjudicación de una vivienda como una “gran ayuda” por parte del Estado que les permitirá ocuparse de otros temas que urgen a la familia, sobre en todo en lo que refiere a la salud de sus miembros. Estas expectativas quedan en principio en un plano intrafamiliar y se suman en algunos casos a reclamos colectivos respecto del entorno barrial y a espacios de cuidado común o recreación que forman parte del proyecto urbano donde se insertan las viviendas. Pero al ser población que en la mayoría de los casos proviene de un proceso de selección familiar resuelto con criterios del Municipio, la posibilidad de reclamo colectivo se relativiza y muchas veces depende de que el Municipio cree los espacios que permitan la generación de estos reclamos.8

5 Esta información fue extraída del folleto electrónico sobre “los federales en la Provincia de Buenos Aires” que se encuentra disponible en la Página oficial del IPV a la fecha de presentación de este trabajo. 6

La metodología con la cual se selecciona a los beneficiarios tiene como técnica principal la realización de un censo. De su análisis se extrae la cantidad de grupos familiares que habitan en ese territorio y, por lo tanto, la cantidad de viviendas necesarias. El censo constituye en un documento que establece un acuerdo entre el Municipio y los habitantes acerca de quiénes serán los legítimos adjudicatarios. Las viviendas se finalizan mucho tiempo después de la realización del censo y en este período su composición se modifica notablemente. Por este motivo algunos vecinos reclaman por la incorporación al censo de nuevos miembros de la familia (hijos, familiares con quiénes comparten la casa, etc.) ante esta situación se presenta la necesidad de hacer permanentemente acuerdos con los vecinos acerca de la definición de los adjudicatarios. 7 Cabe destacar que este procedimiento suele ser muy costoso, y no sólo por el nivel de gastos en recursos humanos (en el caso de estudio muchas veces este proceso se realiza con la contratación de consultoras) sino que implica un costo en la construcción de la relación con las familias involucradas. Algunas villas y asentamientos han sido censados reiteradas veces, generando en las familias la idea de que el Estado les pide datos una y otra vez (desde distintas oficinas) y los recursos no llegan, desgastándose en este proceso la predisposición de las mismas a vincularse con los equipos técnicos responsables, en el caso que nos interesa, de acompañarlas hasta la mudanza a sus nuevas viviendas. 8 En el caso de estudio se implementan espacios de taller previos a la mudanza con el fin de que los vecinos se conozcan y avancen en definir algunas de estas cuestiones.

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Pero más allá de los criterios que establezca el Municipio para la selección de los adjudicatarios, si ampliamos la mirada para observar cómo se vinculan con otras formas de acceso a la vivienda en la ciudad, nos encontramos con que el acceso a las viviendas en una sociedad presentará diferencias entre los distintos sectores sociales. Los que puedan pagar el precio accederán a las viviendas que se producen y circulan en el mercado, los que no puedan lo resolverán con las alternativas más precarias del mercado o con aquellas que se producen y circulan en mercados informales (CRAVINO: 2006). Ahora bien, la definición de los adjudica-tarios también se vincula con procesos de disputas que despliegan los actores implicados. En algunos casos la incorporación de familias es el producto de la presión de actores locales y políticos; en otros la decisión se vincula a cierta coyuntura política. En ambos, entran en juego disputas tanto individuales como colectivas. En el caso de las primeras pueden observarse estrategias como el utilizar algún referente9 dentro de la jerarquía municipal para lograr ser incorporado a la lista de familias adjudicatarias o el posicionarse como un actor de posible conflicto para las autoridades municipales frente a la realización de algún acto político en el territorio de influencia. En el caso de las estrategias colectivas, puede observarse la presión ejercida por grupos de vecinos que, movilizados o no por algún referente, entran en diálogo con las autoridades municipales, y muchas veces con reclamos fundamentados en razones de salud (conflictos ambientales con riesgos puntuales para su población) “logran” ser incorporados dentro de la lista de adjudicatarios. Esto puede producir enfrentamientos entre los vecinos de un mismo espacio territorial dado que cada proyecto se conforma de un número limitado y definido a priori de viviendas. La ejecución del proyecto implica la tarea por parte del Municipio de negociación con la población originaria del territorio acerca de quiénes serán los futuros pobladores de las viviendas así como de qué manera impactará la presencia de más familias en el barrio. Así son objeto de rechazo por parte de los pobladores actuales (principalmente en barrios de clase media). Lo que más preocupa es el incremento en el cupo de instituciones escolares y en los servicios de salud, que ya presentan dificultades en la provisión de sus servicios y se verían 64

“sobrecargadas” ante la presencia de más usuarios. Otro aspecto que preocupa es el posible aumento de la inseguridad en el barrio (entendida como el incremento de las actividades delictivas) a partir de la llegada de otros actores de afuera.10 Estas disputas por el acceso a la vivienda que produce el Estado nos remite a la cuestión de los derechos sociales: ¿Para quiénes es legítimo que se construyan estas viviendas? ¿En qué medida los sujetos implicados se reconocen como legítimos destinatarios de las mismas? El concepto de des-mercantilización (ESPING ANDERSEN: 1990) puede aportar elementos para este análisis. La des-mercantilización tiene que ver con procesos que permiten que los individuos de una sociedad puedan satisfacer sus necesidades independientemente de su participación en el mercado de trabajo, es decir, que su reproducción no dependa de su condición de trabajador asalariado. Al generar esta dependencia del mercado, los procesos de mercantilización fortalecen al capital y debilitan al trabajador. Por el contrario, la desmercantilización fortalece los procesos de acción colectiva de los trabajadores, en tanto les permite pensarse por fuera de esta dependencia. Entonces la des-mercantilización también tiene que ver con la prestación de un servicio entendido como un asunto de derecho (ESPING ANDERSEN:1990: 41) En la República Argentina la vivienda entendida como un asunto de derecho, incorporada por lo tanto a la agenda pública, nos remite al período de las presidencias peronistas (1945-1955). Durante este período se construyeron los denominados “barrios obreros”, destinados a los empleados de distintos rubros del comercio y la industria, un ejemplo de esta política es el barrio “Ciudad Evita” en el Partido de La Matanza. Se promulgó la Ley 13512 que dio origen al régimen de propiedad horizontal permitiendo la subdivisión y venta de propiedades en altura. En cuanto a los alquileres cabe destacar la política de congelamiento de precios, prórroga de contratos y rebaja, así como la restricción y suspensión de desalojos. Pero la principal política estuvo ligada a créditos baratos desde el Banco Hipotecario Nacional para la construcción privada de la vivienda.11 Si bien el escenario político y social ha sufrido significativas modificaciones en las últimas décadas, el acceso a la tierra y la vivienda como parte de los derechos sociales ha que-

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El PFCV provee un bien por una vía que no es mercantil, es decir, aquellos que se beneficien con la adjudicación de la denominada vivienda social la adquieren con la misma lógica con la que el Estado provee un equipamiento colectivo. De hecho, en la mayoría de los casos las viviendas construidas por el Estado no llegan a constituir la escritura definitiva, sus habitantes poseen documentos que habilitan a ocupar el inmueble pero no a hacer su uso pleno: no lo pueden alquilar, no lo pueden vender, quedan por tiempo indefinido vinculados al Estado en tanto éste es quién valida su ocupación y quién tiene el poder de revocar este permiso. Este es un punto en el cual se sitúan variadas discusiones sobre la apropiación o no de las viviendas, no sólo desde una mirada legal de la propiedad, sino también desde los procesos organizativos que se despliegan con el fin de mantener el estado físico de los barrios construidos. Entonces el PFCV provee un bien que no produce el mercado: la vivienda de interés social, en este sentido libera a los individuos de la necesidad de depender del mercado para la satisfacción de sus necesidades habitacionales, pero ¿Qué pasa si observamos los mecanismos de producción de esta vivienda? A los fines de avanzar con este análisis, será útil distinguir entre dos momentos que nos remiten a la intervención del mercado: la producción del bien vivienda y su consumo. En cuanto al primero, cabe destacar que la construcción de las viviendas se realiza a través de empresas privadas que se presentan a licitación pública. La elección de este mecanismo favorece el incremento en los capitales del mercado de la construcción, el cual es uno de los objetivos del Programa como se mencionó en el primer apartado. En lo que refiere al proceso de consumo del bien producido, cabe señalar que las viviendas una vez otorgadas serán escrituradas y abonadas en cuotas por cada familia. Aquí es dónde se presentan debates acerca de cuánto cuesta la vivienda y cómo se paga. Por un lado, se les pide a las familias capacidad de pago (al menos declarativamente) Revista Regional de Trabajo Social -

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dado instalado en las reivindicaciones de las clases populares hasta nuestros días. Esta visión de la vivienda como un asunto de derecho y por lo tanto, parte de la política del Estado, atraviesa las disputas en relación con sus legítimos adjudicatarios. Los destinatarios de la vivienda estatal siguen siendo los sectores populares, ya no mayoritariamente trabajadores empleados formalmente sino principalmente los trabajadores del mercado informal y los desempleados. Entonces la política estatal se mueve siempre dentro de una tensión en relación con el grado de inmunidad de mercado permisible en cada momento histórico.12 Desde esta perspectiva las políticas sociales en distintos países y momentos históricos pueden ser evaluadas por su potencial desmercantilizador. Tres dimensiones nos acercan a dilucidar esta posición: las normas para el acceso a los bienes y/o servicios producidos por una política; si los beneficiarios deben o no reponer los ingresos otorgados; el alcance de los derechos proporcionados.

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porque deben devolver la mayor parte del dinero que costó construir las viviendas. Esto implica para cada una resolver el modo en que obtendrá el dinero. Podemos deducir que en algunos casos esto se hará vía el salario en el mercado formal, pero mayoritariamente a través de actividades en el mercado informal de trabajo o del cobro de planes sociales o pensiones del Estado. Entonces por más que las familias accedan a la vivienda a través de la adjudicación estatal y no de la compra en el mercado, las posibilidades de pago de la vivienda, así como de los impuestos y servicios dependerán de su singular capacidad de subsistencia. En resumen, esta política de construcción y entrega de viviendas aporta a la desmercantilización en tanto los adjudicatarios acceden a su vivienda a través de mecanismos dispuestos por el Estado en sus distintas Jurisdicciones y no por la libertad de com-

pra en el mercado. Pero el pago de la vivienda, su escrituración y la posibilidad de pago de impuestos y servicios estará condicionada por la fuente de ingresos de sus futuros habitantes, y por lo tanto, a sus actividades de subsistencia. Reflexiones Finales En este trabajo se realizó un recorrido sobre distintos aspectos que hacen a la implementación de un proyecto de construcción de viviendas. En primer lugar, su vinculación con la producción de la ciudad y la vivienda como un bien que se produce y circula dentro de ella. Luego, me enfoqué en los procesos que conllevan la selección de sus futuros habitantes, los denominados “adjudicatarios”. Los criterios que se construyen y las técnicas que se utilizan para arribar a esta definición interpela el rol del Es-

9 En la “jerga municipal” entendida como el lenguaje nativo propio de esta institución, se denomina referente a aquel sujeto que ocupa para cierta población un lugar de consulta o resolución de conflictos dado que posee un canal de diálogo directo con las autoridades municipales. En algunos casos, los referentes son empleados municipales reconocidos por los habitantes de los barrios como un canal de diálogo fluido con el Municipio. En otros casos, el referente puede ser un vecino del propio barrio que se construyó como tal, ya sea porque movilizó el proceso de diálogo con el Municipio o porque fue elegido a través de algún mecanismo como puede ser la votación por Manzanas (procesos de elección que usualmente utiliza el Municipio para conformar un grupo de diálogo y negociación en cada barrio en el cual se lleva a cabo un proceso de urbanización) 10

Este posible aumento de la inseguridad se vincula a los aspectos que construyen la identidad villera en la CABA que trabaja Cristina Cravino. La autora establece un quiebre en la construcción de la identidad de la villa “desde afuera” en la década del ´90: estos territorios comienzan a ser identificados como lugares de aglomeración de la delincuencia, lo cual conlleva a la construcción de una imagen de peligrosidad de sus habitantes. Esto tiene que ver para la autora con que “los medios de comunicación están construyendo (…) una naturalización muy perversa donde se iguala ocupante irregular a delincuente. Esta identificación se apropia de la característica de “ilegalidad” de su vivienda y la extiende a su condición de actor social” en «Las transformaciones de la identidad villera ...la conflictiva construcción de sentidos» publicado en Cuadernos de Antropología Social N°15 FfyL UBA. Pág. 37. Por su parte, Javier Auyero, pensando a la marginalidad urbana en Buenos Aires desde el modo en que Wacquant la conceptualiza, rescata cómo ciertos discursos dominantes “racializan a la población villera (…) Así, el villero, sea boliviano, paraguayo o provinciano (pero siempre “no de aquí) termina siendo (construido como) el otro repugnante y nocivo” en Parias Urbanos, Introducción. Manantial. 2010. Pág. 26. Estas percepciones de las villas como lugares de perdición y peligrosidad no sólo circula en los discursos de los medios de comunicación o en la opinión pública de la que podríamos denominar clase media, sino que también se hace presente en la población que se postula para ser adjudicatario de una vivienda. En las entrevistas para evaluar una posible adjudicación es frecuente recibir como petición la información de la ubicación exacta de las viviendas ante la posibilidad de que se encuentren cerca o dentro de la trama de una villa 11 Dado que no es objetivo de este trabajo profundizar en las políticas de vivienda de este período sólo se mencionan algunas de las medidas que son para mí las más significativas. 12

Para Esping Andersen los conflictos en la historia de la política social giran en torno al grado en que los individuos pueden mantener un nivel de vida aceptable más allá de su participación en el mercado de trabajo, por eso se refiere al grado de inmunidad de mercado permisible en cada contexto histórico. En Esping-Andersen, G. Los tres mundos del estado de bienestar. Capítulo 2: «La desmercantilización en la política social» Pág.60. 66

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tado en la provisión de un bien que es reconocido como un asunto de derechos, y por lo tanto, de los ciudadanos. La necesidad de establecer “recortes” dentro de una población donde todos tienen derecho al acceso a una vivienda en tanto ciudadanos argentinos interpela el criterio de universalidad de esta política, se puede seguir profundizando en la pregunta de: ¿Para quiénes son las viviendas? Así como avanzar en pensar de qué otras políticas debería ser acompañada la política de construcción de viviendas con el fin de garantizar al conjunto de los ciudadanos sus derechos de acceso y uso pleno de los bienes y servicios de la ciudad. La noción de des-mercantilización permite pensar a la política de construcción de viviendas en tensión con la forma que asume la producción de viviendas en el mercado. Las diferentes vías de acceso a la vi-

vienda digna y las distintas posibilidades con que cuentan los ciudadanos para garantizar este derecho nos lleva a pensar que este universo de los llamados ciudadanos presenta profundas diferencias si acercamos la mirada a sus diferentes capacidades, recursos y potencialidades. El Estado interviene entonces sobre un universo de ciudadanos, aquellos que no pueden acceder a la vivienda a través del mercado y en este sentido incide en la oferta de viviendas, fomenta la concreción de un derecho básico. Pero también se requiere analizar y repensar el análisis de los criterios y técnicas que llevan a la construcción del “listado de adjudicatarios” porque implica establecer un nuevo “recorte” en el marco de una ciudadanía ya diferenciada a partir de los lugares ocupados en el mercado.

Bibliografía · Cravino, Cristina. Las transformaciones de la identidad villera ...la conflictiva construcción de sentidos en Cuadernos de Antropología Social N°15 FfyL UBA. Pp. 29-47. 2002. · Cravino, María Cristina. Las villas de la ciudad. Mercado e informalidad urbana. UNGS. 2006. · Esping-Andersen, G. Los tres mundos del estado de bienestar. Capítulo 2: La desmercantilización en la política social. Ediciones Alfons El Magnànim, Valencia.1990. · Fernández Wagner, Raúl. Interrogantes sobre la sustentabilidad de la política habitacional Argentina presentado en Seminario Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Hábitat Popular. Construcción y Participación del conocimiento. Córdoba, 29 y 30 de Noviembre de 2006 en http://www.infohabitat.com.ar/web/ Agosto 2010. · Harvey, David. Urbanismo y desigualdad social. Capítulo 2: Procesos sociales y forma espacial: La redistribución del ingreso real en un sistema urbano. Siglo XXI de Madrid. España. 1973. 1977. · Instituto Provincial de la Vivienda Buenos Aires. Información sobre el Plan Federal de Construcción de Viviendas: folleto sobre los Programas Federales en Buenos Aires; Historia de la vivienda social en la Provincia de Buenos Aires disponible en http://www.vivienda.mosp.gba.gov.ar/programas/f_federal.php Agosto 2010. · Pirez, Pedro. Gestión de servicios y calidad urbana en la ciudad de Buenos Aires, Revista EURE. Chile.1999, vol.25, n.76. pp. 125-139. · Subsecretaria de Desarrollo Urbano y Vivienda. Información sobre el Plan Federal de Construcción de Viviendas: presentación del Programa 2004 y 2005; Convenio Marco Programa de Urbanización de Villas y Asentamientos y Reglamento operativo disponible en www.vivienda.gov.ar/ Agosto 2010. · Svampa, Maristella La Sociedad Excluyente. La Argentina bajo el signo del neoliberalismo. Capítulo 3 Mutaciones de la Ciudadanía. Ed. Taurus. 2005. · Topalov, Ch. La urbanización capitalista. Capítulo 1: Las contradicciones de la urbanización capitalista. Capítulo 2: Urbanización y reproducción de la fuerza de trabajo: contradicciones de la fuerza de trabajo-mercancía y fundamento del sistema público de mantenimiento. Capítulo 3: Urbanización y reproducción de la fuerza de trabajo: contradicciones de la socialización capitalista del consumo. Capítulo 4: Las políticas estatales de equipamientos colectivos: reflexiones sobre el nacimiento de la vivienda pública en Francia e Inglaterra. Edicol. México. 1979. · Wacquant, Loic. Los condenados de la ciudad. Gueto, periferias y Estado. Siglo XXI. 2007. · Wacquant, Loic. Parias Urbanos. Marginalidad en la ciudad a comienzos del Milenio. Manantial. 2010. Revista Regional de Trabajo Social -

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Any Bares* - María Cabo**

Sistematización participativa de experiencias: seguridad y convivencia ciudadana. La sistematización es un proceso permanente y acumulativo, de creación de conocimientos a partir de experiencias de intervención en una realidad social, como un primer nivel de teorización sobre la práctica. Es un proceso colectivo de recuperación y lectura crítica, que permite la construcción de sentido de la experiencia. La sistematización participativa no es un proceso individual realizado por un especialista sino un proceso colectivo de producción de conocimiento. Cada participante aporta desde su experiencia individual para construir una visión colectiva. Dicho proceso de producción de conocimiento rescata la dimensión subjetiva del conocer, es situacional y está orientada a la acción, se construye y re-construye de manera cotidiana por los sujetos colectivos que la desarrollan. Consideramos que las propiedades ya no están en las cosas sino “entre” las cosas, en el intercambio, por esta razón nos embarcamos en una experiencia de sistematización participativa la cuál nos ha generado interrogantes en relación a los aspectos teóricos y metodológicos. ¿Como dialogan el saber popular y el saber académico en el proceso de construcción de conocimiento?; ¿Que conocimiento se produce a partir de este diálogo? Palabras Claves: Sistematización participativa - producción de conocimiento colectivo- educación popular.

The systematization is an ongoing and cumulative, building knowledge from experience of intervention in social reality, as a first level of theorizing about the practice. It is a collective process of recovery and critical reading, which allows the construction of meaning from experience. Participatory systematization is an individual process performed by a specialist but a collective process of knowledge production. Each participant contributes from their individual expertise to build a collective vision. This process of knowledge production rescues the subjective dimension of knowing, is situational and is action-oriented, built and re-build on a daily basis for collective subjects that develop. We believe that the properties are no longer things but «between»things, in exchange, for this reason we embarked on a systematic participatory experience which has raised questions in relation to theoretical and methodological aspects. How lore converse and academic knowledge in the knowledge construction process?; What knowledge is produced from this dialogue? Keywords: Participatory Systematization - production of collective knowledge, popular education.

Presentación de la experiencia Este artículo es producto del trabajo realizado conjuntamente con la Mesa Local para la Convivencia y la Seguridad Ciudadana de la Zonal 3 de Montevideo. Esta sistematización se comienza a fines del año 2009, y en este momento estamos en la etapa de elaboración de productos finales, que consta de dos partes: un documento escrito y una actividad de devolución del proceso a la comunidad.

Brevemente contaremos los objetivos y el plan de acción de esta Mesa que demanda al Núcleo Interdisciplinario “Pensamiento crítico en América latina y sujetos colectivos” una sistematización de los 3 años de experiencia en la zona. Las Mesas Locales para la Convivencia y la Seguridad Ciudadana son una iniciativa del Ministerio del Interior con apoyo del PNUD que nace en el año 2006, a partir de:

* Licenciada en Psicología, egresada de la Universidad de la República Oriental del Uruguay. Estudiante Especialización en Configuraciones Vinculares (Asociación Psicoanalítica de las Configuraciones Vinculares- AUPCV). ** Licenciada en Trabajo Social, egresada de la Universidad de la República Oriental del Uruguay, Docente del Programa C mcabo81@gmail.com Integral Metropolitano del Servicio Central de Extensión y Actividades en el Medio, UdelaR.

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· La necesidad de un mayor involucramiento de la comunidad a cuestiones vinculadas con la seguridad ciudadana · Redefinir el concepto de seguridad vinculado a la convivencia · Cambiar la imagen de la gestión policial Las Mesas se proponen ser ámbitos de participación ciudadana, de intercambio entre las autoridades nacionales y locales, policiales, vecinos y organizaciones sociales; para contribuir a generar medidas concretas a nivel local en el tema de seguridad y convivencia. La Mesa Local del zonal 3 realizó un diagnóstico de la situación de la zona en materia de seguridad. Para ello recibió los informes diagnósticos de la Junta Departamental, Concejo Vecinal, Red de Infancia y Policlínica de la zona. “Los problemas emergentes en nuestros barrios fueron: venta y consumo de drogas, violencia en sus diferentes manifestaciones, no integración y fractura social por deterioro de normas de convivencia” En base al diagnóstico realizado en la primera etapa de conformación de la mesa, se elabora un plan de acción que se concretó en cuatro ejes a desarrollar en el año 2009: · Centro de Información y Escucha. Funciona en forma semanal en el CCZ3 y su objetivo es informar y asesorar a familias, vecinos y/o usuarios con consumo problemático de drogas, sobre distintas opciones terapéuticas (públicas y privadas) que brindan tratamiento de rehabilitación en la zona y en todo Montevideo. · Campeonato de “fútbol en la calle”. Su objetivo es promover valores positivos para la convivencia: solidaridad, respeto, integración, juego en equipo, así como la recuperación de un espacio público para el deporte y la recreación. · Talleres de Seguridad Pública. Se realizan con diferentes actores de la comunidad: instituciones, comisiones barriales, sociales, deportivas, vecinos, etc. La función es pensar y trabajar en conjunto medidas preventivas en cuestiones de convivencia y seguridad, problemáticas en relación a las drogas (venta o consumo) y violencia doméstica. Revista Regional deTrabajo Social -

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· Talleres Culturales..Organizados por una comparsa “esquinera” y abordan desde la promoción cultural y artística problemáticas de convivencia, adicciones, violencia, e integración.

Sistematización Participativa de Experiencias: Aproximación a la construcción histórica. Como plantea Oscar Jara algunos autores ubican los antecedentes de la sistematización entre los años 50 y 60 relacionados a la profesionalización del servicio social, a partir del modelo norteamericano basado en el “metodologismo ascéptico”. Desde esta perspectiva el concepto de sistematización se relacionaba con “recuperar, ordenar, precisar y clasificar el saber del servicio social para darle un carácter científico-técnico a la profesión y elevar su status ante otras especialidades”. (Jara Oscar, 2008:16). En la primera mitad de los años 70 en el marco de la denominada reconceptualización de la profesión de Trabajo Social el concepto de sistematización se comienza a asociar a la crítica de la realidad latinoamericana del momento, cuestionando el “metodologismo ascéptico”. Esta nueva mirada del concepto promueve el recuperar y reflexionar sobre la experiencia como fuente de conocimiento con un objetivo de transformación de la realidad (Jara Oscar, 2008:15). A partir de la segunda mitad de los años 70 y en el marco del análisis de la realidad

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latinoamericana, la sistematización recorre otros caminos además del trabajo social: la educación popular y la educación de adultos. Ambas propuestas de educación comienzan a difundirse en América Latina como respuesta a la crisis del momento que se le llamó década perdida de América Latina”, teorizando e implementando iniciativas de sistematización en un principio aplicada a sus propios programas.1 Oscar Jara afirma “en la acción y en la reflexión de los educadores y educadoras populares latinoamericanos de los años 70, Freire pasó a ser una referencia fundamental. La articulación de su propuesta desde la educación, con la teoría de la dependencia en el campo de las ciencias sociales y con la teología de la liberación (…) contribuyó definitivamente a conformar un contexto teórico coherente y afirmativo para un sector creciente de activistas sociales y políticos”. (2008: 16) Otro de los aportes esenciales en estos años en la construcción conceptual de la sistematización surge en el ámbito de las ciencias sociales en busca de un “nuevo paradigma epistemológico” para la producción de conocimiento científico de la realidad. Nuevo paradigma que da surgimiento a otra corriente en la investigación social, denominada Investigación Acción Participativa (IAP), que fue desarrollada por el colombiano Orlando Fals Borda. La IAP se entiende como una investigación que tiene como objetivo la participación de los sectores populares en el análisis y autoinvestigación de su propia realidad con la intencionalidad de una transformación social en favor de mejorar su calidad de vida, y en pos de generar procesos de objetivación en las personas de su condición de oprimido y excluido. (Jara Oscar, 2008:17) En síntesis la sistematización se nutre de seis corrientes teórico-prácticas que buscan definir los marcos y modelos de intervención de la práctica social a partir del análisis de la realidad particular latinoamericana. Dichas corrientes son: trabajo social reconceptualizado; la educación de adultos; la educación popular; la teología de la liberación; la teoría de la dependencia y la investigación acción participativa. En los últimos años la sistematización se convirtió en un cuerpo metodológico muy adecuado para el estudio y reflexión de la acción colectiva. Y no solo por la calidad de sus resultados, sino porque el mismo proceso de investigación genera

una indagación auto-reflexiva entre los participantes que los coloca en un lugar de incidir en sus prácticas y comprender el contexto en que se desarrollan. Si bien hay un consenso acerca de una concepción interpretativa y crítica de la sistematización que se aleja de una visión utilitaria y opuesta a la orientación positivista. El término “sistematización” sigue siendo utilizado de forma ambigua, no habiendo una única concepción del mismo. Algunas definiciones que se relacionan con una búsqueda de alternativa a los métodos ortodoxos que dominan el campo de investigación, confluyen desde un marco epistemológico más dialéctico, interpretativo, crítico e histórico en una diversidad de conceptualizaciones en desarrollo y constante revisión. El taller permanente de sistematización en Perú expresa que: “La sistematización es un proceso permanente y acumulativo de creación de conocimientos a partir de la experiencia de intervención en una realidad social”. El Centro Latinoamericano de Trabajo Social la define: “La sistematización describe, ordena, reflexiona analíticamente el desarrollo de una experiencia práctica con respecto a diferentes aspectos teóricos, metodológicos, contextuales, históricos e institucionales”. “La sistematización es aquella interpretación crítica de una o varias experiencias, que a partir de un ordenamiento y reconstrucción, descubre o explicita la lógica del proceso vivido, los factores que han intervenido en dicho proceso, como se han relacionado entre sí, y por qué lo han hecho de ese modo”. (Oscar Jara, 1994: 24) “Una modalidad de conocimiento de carácter colectivo, sobre practicas de intervención y acción social a partir del reconocimiento e interpretación crítica de los sentidos y lógicas que la constituyen, buscan potenciarlas y contribuir a la conceptualización del campo temático en que se inscriben”. (Torres Alfredo 1996:14) Estas aproximaciones nos llevan a describir algunas de las características más importantes de la sistematización:

1

Las pioneras en este planteamiento son : El Centro de Estudios del Tercer Mundo de México – Centro de Estudios de la Educación- Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales- Red ALFORJA (Centroamérica) – Consejo de Educación

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·

Se sistematiza con los protagonistas de las experiencias, solo ellos son capaces de dar cuenta de su recorrido y vivencia en relación a las prácticas para luego problematizarlas.

·

Produce un nuevo conocimiento como primer nivel de conceptualización a partir de la práctica concreta.

· Reconstruye el proceso vivido permitiendo tomar distancia de lo experimentado vivencialmente y así reordenar y clasificar. Convertir la propia experiencia en objeto de estudio e interpretación teórica. · Ordena conocimientos desordenados y percepciones dispares. Explicita intenciones, intuiciones y vivencias acumuladas a lo largo del proceso. Proceso de construcción de la demanda: La experiencia de la Mesa Local de Convivencia y Seguridad Ciudadana de la zona 3 de Montevideo. En la planificación 2009-2010 de la Mesa Local se previo la sistematización del proceso de trabajo desde sus inicios hasta la ejecución de su plan de acción (2007-2009). Se demanda a la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República a través del “Núcleo Interdisciplinario: Pensamiento Crítico en América Latina y Sujetos Colectivos” un aporte metodológico conceptual para la sistematización de su experiencia. Desde el Núcleo se plantea una propuesta de sistematización participativa, generando acuerdos en los fundamentos metodológicos y la disponibilidad para trabajar en conjunto. Consideramos que el momento adecuado para realizar la sistematización de una experiencia es aquel en que los integrantes del equipo de trabajo sienten la necesidad de revisar su acción, ya sea para mejorar lo que están haciendo o para plantear nuevas formas operativas. Esto fue lo que ocurrió en la primera etapa de esta sistematización, ya que el punto de partida surge como una necesidad sentida por algunos miembros de la Mesa Local. Por tanto en esta primera fase del proceso de sistematización era necesario trabajar la motivación e indagar el interés que existía en todos los integrantes de la mesa. Es así que se conforma un grupo denominado “grupo motor”, con el objetivo de darle sostén y continuidad a la sistematización. Con dicho grupo se trabajó en la planificación de los talleres, elaboración de estrategias de Revista Regional de Trabajo Social -

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convocatoria, comprometiendo a cada uno de los actores involucrados en las diferentes etapas del proceso. Momentos metodológicos en una sistematización participativa. Antes de comenzar a introducir los momentos metodológicos de una sistematización nos parece necesario problematizar en relación a la concepción existente detrás de toda metodología. La sistematización participativa de experiencia parte de una concepción metodológica de la educación popular, la cual tienen como objetivo central contribuir al conocimiento y transformación de la realidad por parte de los sectores populares. “Los desafíos metodológicos -aunque impliquen la búsqueda de herramientas técnicas, por supuesto- deben ser asumidos con la definición de criterios y principios metodológicos que permitan estructurar toda una «estrategia» de trabajo: planificar, diseñar, ejecutar, evaluar y sistematizar procesos ordenados y coherentes, que tengan una secuencia lógica acumulativa y que den por resultado una transformación cualitativa de la situación de la cual se partió”. (Jara Oscar, 5) El autor propone romper de forma radical con la idea de reducir lo metodológico solo a la búsqueda de herramientas o de técnicas. Lo metodológico se relaciona con el cómo vamos a lograr nuestros objetivos, cómo vamos a trabajar un determinado tema y cómo esto se va a relacionar con los interés y motivaciones de cada uno de los protagonistas, es por esta razón que lo metodológico no puede ser reducido a lo meramente instrumental. Sustentados en esta concepción metodológica, no existe un método único ni universal de sistematización, ya que el método es una herramienta que debe adecuarse a la práctica y al contexto sobre el cuál se va a actuar, así como también a los tiempos y estilos de quién lo va a implementar. Sin embargo existen lineamientos generales que nos ayudan en la organización de la planificación y diseño de la sistematización. Oscar Jara realiza una propuesta metodológica organizada en cinco tiempos. Cada uno de estos tiempos tiene algunos elementos constitutivos. Ellos son:

1. 2. 3. 4. 5.

El punto de partida Las preguntas iniciales La recuperación del proceso vivido Análisis e interpretación crítica de la experiencia Puntos de llegada

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tizar. Son los hilos conductores que atraviesan toda la experiencia y de los cuales extraemos información esencial para el momento del análisis e interpretación crítica.

1. El punto de partida En este primer momento del proceso el objetivo es promover la motivación de los participantes con el proceso de sistematización, indagando en sus intereses y haciéndolos protagonistas de la experiencia. De esta forma se apunta a la consolidación de un “grupo motor” integrado por los actores involucrados desde el cuál se intenta generar sostén y apropiación con el proceso a partir de su participación en el diseño y planificación del proyecto de sistematización. Para esto es sustancial haber “vivido la experiencia” y tener interés en participar de la sistematización. 2.

Las preguntas iniciales

En este momento se inicia la sistematización propiamente dicha. Es decir, se definen tres aspectos esenciales que orientaran todo el proceso · Delimitación del objeto a sistematizar · Definición del objetivo · Precisión de los ejes de sistematización El objeto delimita el lugar y el tiempo de la experiencia a sistematizar. La pregunta disparadora es “el que” se quiere sistematizar, es decir si se quiere visualizar la experiencia en su conjunto, una etapa en particular o un tema o problemática específica. El objetivo implica preguntarse “el para que” se quiere sistematizar, orientando el sentido y utilidad de la acción. Hay que preguntarse sobre la riqueza que contiene la experiencia sobre la cuál nos interesa profundizar y rescatar aprendizajes. Los ejes son los aspectos que definimos como centrales de la experiencia a sistema72

3. Recuperar el proceso vivido Se trata de la reconstrucción de la experiencia que se ha elegido para sistematizar dando cuenta del proceso tal cuál este se desarrollo. Este momento se divide en dos pasos fundamentales por un lado la descripción de la experiencia, organizando y clasificando la información, tratando de generar una mirada ordenada de la práctica. Por otro lado la recuperación histórica dando cuenta de lo sucedido, en esta recuperación es esencial los puntos de vista de los diversos participantes en el proceso. No solo los integrantes del grupo motor, sino a todas las personas que de alguna forma han sido parte del proceso histórico de la experiencia. Este momento permite tener una visión panorámica del recorrido de las acciones, así como vislumbrar el futuro en base a los resultados esperados y los novedosos que se pueden develar. 4. Análisis e Interpretación crítica de la experiencia El análisis es el momento más importante de la sistematización, ya que interpretamos críticamente para descubrir los hilos ocultos y tejer sentidos. Ubicando la experiencia en un contexto social y político más amplio. Facilita la organización y visualización de los conocimientos producidos durante la práctica. Se generan conocimientos y aprendizajes que enriquecen la práctica cotidiana y nuevas propuestas de trabajo para el colectivo. Al pensar las contradicciones que se expresan en la propia experiencia a la luz de los conocimientos acumulados se crea un espacio de intercambio que profundiza sobre las conceptualizaciones manejadas por el colectivo para el desarrollo dichas prácticas. La práctica “oculta” los conocimientos que le dan sentido y se explicitan en el proceso de sistematización y es en el momento del análisis que se ponen en discusión esos sentidos ocultos.

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5. Puntos de llegada Este momento lo integran dos ejes centrales; formulación de las conclusiones y la comunicación de los aprendizajes. La fase anterior de análisis e interpretación crítica debe tener como producto la formulación de conclusiones teóricas y prácticas, expresando las principales respuestas a las preguntas formuladas en la propuesta metodológica. Llegamos así al último tiempo de esta propuesta metodológica, el cual es una nueva forma de arribar al punto de partida enriquecidos con el ordenamiento, reconstrucción e interpretación crítica de las experiencias sistematizadas (Oscar Jara, 1994:122).

Propuesta metodológica elaborada por la Mesa Local de Convivencia y Seguridad Ciudadana de la zona 3 de Montevideo. Objeto Proceso de conformación de la mesa y su inserción territorial en relación con las instituciones en el periodo 2007-2009. Objetivo · Mejorar y trasmitir la experiencia. · Reconstruir y analizar críticamente la experiencia. · Para no comenzar de cero cada nueva etapa. · Aprender de lo transitado. · Evaluar procesos para conectarse con las fortalezas y debilidades. · Para que no se pierda la riqueza de lo hecho. · Para corregir errores. · Acumular más fuerzas para trabajar. · Dar continuidad a lo que se esta haciendo · Dar espacios de integración y participación a otros actores locales. · Como herramienta para informar a los vecinos (de lo que se hizo y lo que se hará) de forma de sumar su aporte. Ejes 1- Relacionamiento Interinstitucional 2- Convivencia 3- Prevención Revista Regional deTrabajo Social -

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Recopilación histórica Primer Etapa: Conocimiento de la zona y Realización del Diagnóstico. ¿Por qué la realización de un Diagnóstico Zonal? ¿Quiénes tienen que participar en este Diagnóstico Zonal? ¿Cuál es el Rol del Ministerio de Interior en éste Proyecto? Segunda Etapa: Elaboración de un Plan de Acción en relación al Diagnóstico realizado ¿Qué hacemos y cómo lo hacemos? ¿Que estrategias se implementaron y porqué? Tercer Etapa: Vivencias en la Ejecución del Plan. ¿Mejoró el relacionamiento ComunidadMinisterio del Interior? ¿Qué cosas cambiaron, cuáles no?

Análisis e interpretación Crítica Momento de contraponer el proyecto de sociedad y el modelo de alternativa de convivencia que se maneja en el colectivo, las propuestas planteadas en relación a ese modelo y lo que realmente se estaba haciendo. Se cuestiona sobre la comunidad, quiénes son la comunidad, quiénes son los vecinos, que participación tienen en la mesa, en la toma de decisiones y en particular que lugar tienen los jóvenes en este proceso.

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Hacia una forma de producir conocimientos desde la experiencia. Una de las dificultades que hemos encontrado en relación a esta apuesta metodológica, es poder identificar con claridad las confluencias y diferencias entre la sistematización, la evaluación y la investigación. Realicemos un ejercicio de diferenciación, para luego, como nos dice Oscar Jara, recordar que estas tres actividades son hermanas de una misma familia y que la complementariedad es inevitable. Evaluar: Medir y valorar, juzgar en cuanto a la calidad de un proceso o producto con base en criterios teóricos y metodológicos previamente definidos. Al igual que la sistematización, tiene como objeto de conocimiento la práctica reflexionada por los mismos sujetos que la protagonizaron. Pero el propósito de la evaluación consiste en medir los resultados (cuantitativos y cualitativos) alcanzados, confrontándolos con el diagnóstico inicial. Investigar: Buscar sistemáticamente soluciones a problemas prácticos o teóricos, generando conocimientos científicos. En la investigación social el objeto no se limita a la propia experiencia, sino que puede abarcar múltiples fenómenos, procesos y estructuras. Es un ejercicio teórico que tiene como punto de partida algún “marco teórico” o “hipótesis” que se validan o invalidan generando conocimiento científico. Sistematizar: Reconstruir experiencias, analizar e interpretar críticamente lo ocurrido o lo obtenido para llegar a profundizar y comprender la práctica. La sistematización es la extracción de aprendizajes basada en una interpretación crítica de la lógica integral (holística) de experiencias, reconstruyendo sus procesos y/o contenidos. Busca descubrir las articulaciones estructurales e históricas en juego en las dinámicas de desarrollo local así como el tejido de significados resultando de las interacciones entre actores Federico Coopens- Herman Van de Velde “Sistematización: Texto de referencia y de consulta”

Haber vivido la experiencia constituye el punto de partida de la sistematización pero también el punto de quiebre entre sistematización e investigación: mientras se investiga lo desconocido, se sistematiza lo conocido (lo vivido). Por tanto el conocimiento adquirido no es neutro y no intenta “saber un poco más” sino por el contrario en la sistematización se extrae conocimiento de la experiencia desde un posicionamiento ético y político que se propone la transformación de los sujetos y de las prácticas. Al decir de M. Montero (2005:108) “las cinco 74

dimensiones de un paradigma (ontológica, epistemología, metodológica, ética y política) deben verse como una suma integradora. Estas cinco dimensiones son consideradas como aspectos inherentes al proceso de construcción del conocimiento, que de modo consciente o inconsciente, están siempre presentes y marcan el modo de conocer”. Por esta razón nos preguntamos por la producción de conocimientos que genera la sistematización, ya que para lograr la integración de estas cinco dimensiones es imprescindible realizar algunas deconstrucciones. Lo que nos plantea J.L Rebellato (2002: 13) es en primer término, desestructurarnos, desandar, desarmar certezas para poder re-armar algo diferente con los actores sociales. Esto implica deconstruir miradas binarias para ir al encuentro con el otro, miradas arraigadas en nuestras formas de ver y acercarnos a la realidad. Los desafíos epistemológicos propuestos por la sistematización al asumir la producción de conocimiento a partir de la práctica son:

Unidad sujeto y objeto del conocimiento Intenta descubrir sentidos, articulando entre la dimensión ideológica y la afectiva, entre el saber popular y el saber académico. Proponiendo que todo sujeto es portador de conocimiento como resultado de su práctica. Rescatando lo subjetivo para dar nuevas lecturas, nuevos significados desde las narrativas sentidas y pensadas. Generando un proceso de reflexividad que permita auto-observar el proceso y las implicancias personales en dicho proceso. Objetivando la vivencia para observarla y luego darle un lugar en el análisis. La subjetividad se transforma, así, en un dato objetivo de la realidad histórico-social, y además, constituye el factor activo, transformador y re-creador de las situaciones objetivas. “Esta actitud autocrítica es consecuencia de una ruptura con el paradigma tradicional que dicotomiza el objeto de la investigación del sujeto investigador. Reconociendo que somos parte de la dinámica a analizar, tenemos que aceptar ponernos a nosotras/os mismas/os en tela de juicio, incluyendo lo que hasta entonces, teníamos como sagradas certidumbres” (Federico Coopens, Herman Van de Velde, 2005: 28).

Conocimiento Localizado y Orientado a la Práctica. Se teoriza en relación al proceso de reflexión de la acción. Se realiza una lectura colectiva de la

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experiencia que permite que el conocimiento sea transmitido. Entendemos por práctica una actividad intencionada que se sustenta en conocimientos previos y que tiene por objetivos la modificación de la situación inicial. Estas acciones son llevadas a cabo por personas que cuentan con una determinada lectura de la realidad, que identifican algunos problemas sobre los cuales consideran están en condiciones de actuar. En la sistematización lo que se intenta es visualizar cuál fue el recorrido de esa acción, para lo cual se explicitan todos los conocimientos producidos en la práctica y se los confronta con aquellos con que se contaba inicialmente y con el conocimiento teórico vigente. “En la sistematización se habla de conocimiento práctico, ya que lo que pretende es enriquecerlo, en diálogo con los enfoques teóricos vigentes y mediante un proceso metódico de descubrimiento y explicitación de los procesos y productos de conocimientos presentes en la práctica” (Bernechea Mercedes, 1994: 9)

Concepción Dialéctica de la Realidad Hablamos de concepción de la realidad en el sentido que lo plantea Oscar Jara como una “manera de concebir la realidad, de aproximarse a ella para conocerla y de actuar sobre ella para transformarla”. (Jara Oscar, 1994: 55) Algunas de las consideraciones centrales para concebir la realidad de forma dialéctica son; concebir la realidad como una totalidad, como proceso histórico y en permanente movimiento. Esto implica pensar la realidad como un todo integrado, cuyas partes no se pueden entender aisladamente, no como un todo homogéneo, sino pensar en una realidad compuesta por diversas y múltiples partes que la componen y descomponen simultáneamente. Por tanto, desde esta concepción la realidad es producto del quehacer humano, es construida por nuestro accionar. Esto genera constantes movimientos, debido a que las tensiones entre los elementos que la constituyen, la modifican y le producen alteraciones y confrontaciones con los demás elementos. En ese sentido, los desafíos propuestos por la sistematización tienen resonancia con lo explicitado por Boaventura de Sousa Santos (2009: 87) cuando nos habla de la configuración de un paraRevista Regional de Trabajo Social -

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digma emergente. Ante la crisis del paradigma dominante, esta nueva configuración emergente nos permite pensar desde una “epistemología de las ausencias”. La epistemología de los conocimientos ausentes parte de la premisa de que las prácticas sociales son prácticas de conocimiento. Nos preguntamos: ¿Cuál es el conocimiento que producen las prácticas sociales? ¿Para que y para quién sirve este conocimiento? En nuestro transito por la experiencia de sistematización hemos construido junto a los actores y en un diálogo permanente y creador ente los diferentes saberes, una aproximación a esta forma de conocimiento producto de las diferentes visiones y el quehacer del colectivo.

Referencias Bibliográficas Antillón Mena Roberto (2002). ¿Cómo lo hacemos? Para construir conocimientos a través de la sistematización de la práctica social. México: Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario. Bernechea Mercedes, González Estela, Morgan María (1994). La Sistematización como producción de conocimientos. Consejo Educación de Adultos de América Latina (CEAAL). Revista “La Piragua” Nº 9: 4-16. Boaventura de Sousa Santos (2009). Una epistemología del Sur. México: Siglo XXI, CLACSO. Coopens Federico, Herman Van de Velde (2005). Sistematización: Texto de referencia y de consulta. Programa de Especialización en Gestión del Desarrollo Comunitario Nicaragua: CURN/CICAP. Freire Paulo (1970). Pedagogía del Oprimido. Madrid: Siglo XXI. Guiso Alfredo (2001). Procesos, acciones y saberes en la investigación social. Medellín: Funlam. Jara Oscar (1994). Para sistematizar experiencias. S. José de Costa Rica: ALFORJA. Jara Oscar (2008). Sistematización de experiencias: un concepto enraizado en la realidad latinoamericana. Revista Internacional Magisterio Nro 33: 14-18. Montero Maritza (2005). Introducción a la Psicología Comunitaria. Desarrollos, conceptos y procesos. Bs. Aires: Paidós. Rebellato José L. (2002). Horizonte de un paradigma emancipativo. Su articulación con la práctica comunitaria. Revista de Unión Latinoamericana de Psicología Nº 0: 5-16. Torres Alfonso (1996). La formación para la producción de conocimiento. Santiago de Chile: CEAAL

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espacio A D A S U 1. XI Congreso Nacional de Trabajo Social y Primera Conferencia Latinoamericana de Bienestar Social y Trabajo Social.

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Estimadas/os colegas: Como es de su conocimiento, los días 12,13 y 14 de mayo de 2011 se llevará a cabo en la sala de Conferencias de la Intendencia de Montevideo, nuestro XI Congreso Nacional de Trabajo Social y la Primera Conferencia Latinoamericana de Bienestar Social.

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Al respecto nos hemos mantenido en contacto con Uds. desde el mes de noviembre de 2010, cuando la Comisión Interinstitucional comenzó a reunirse y planificar la tarea. Hoy estamos enviando el Programa del Congreso con un importante número de conferencias y talleres ya confirmados.

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Hemos tenido una gran aceptación en el número de ponencias y posters presentados y esperamos que esos tres días del evento sean una oportunidad de encuentro y desarrollo de temas que mejoren nuestro accionar profesional.

También la Comisión de Ética del Colectivo Profesional, tiene reuniones periódicas en nuestra sede social, al igual que se vienen reuniendo por temas profesionales las colegas de la Comuna Canaria y el Equipo Social del Plan Juntos.

Esperamos a nuestros colegas nacionales y también están anunciados un importante número de colegas latinoamericanos y aún europeos.

Consultas que las/os colegas quieran hacer llegar a los grupos de trabajo, lo pueden realizar en el horario de lunes a viernes entre las 9 y las 20 h a través del correo electrónico o por comunicación telefónica.

Desde acá deseamos la mejor producción intelectual en el evento. Les adjuntamos el programa hasta ahora confirmado.

4. Servicios permanentes de ADASU

2. Comisión Directiva Informa

ABOGADO LABORAL

Esta Comisión Directiva está culminando su período de dos años. El ejercicio culminó el 31 de marzo de 2011 (sobre todo el económico por cierre de Balance). Una vez terminado el Congreso Nacional se llamará a Asamblea Ordinaria a los efectos de poner en conocimiento de los socios la Memoria y el Balance del período 20102011, ya que el 2009-2010 fue presentado el año pasado. En esa Asamblea Ordinaria deberemos nombrar la Comisión Electoral que dirija el acto eleccionario para nombrar nuevas autoridades. Adasu necesita de más socios/as dispuestos a continuar la gestión realizada a la fecha. Participemos en la Asamblea Anual Ordinaria y sigamos apoyando nuestro gremio!!!

3. Comisiones de Trabajo

Dr. Fernando Delgado Tel. 2916 8694 E-mail: ferdel@adinet.com.uy

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L al año gratuitamenSe entrega tres veces te a las/os socias/os que se encuentren al día con la cuota. BIBLIOTECA HERMAN KRUSE Enviarnos mail con la consulta sobre el libro o material que se necesite. HORARIO DE ADASU La sede está ubicada en la calle Defensa 1662 y se encuentra abierta de lunes a viernes en el horario de 9 a 20 h La Comisión Directiva se reúne los días martes a partir de las 18.30 h

En 2011 comenzaron a funcionar dos equipos de trabajo que se nombraron en la Asamblea Extraordinaria de octubre de 2010. Estas fueron la Subcomisión de Estudio del Arancel Profesional y la Mesa de Derechos Humanos. Nombradas en esa Asamblea Extraordinaria fue a comienzos de 2011 que comenzaron a trabajar y están funcionando en la Institución. Mucho nos alegra volver a tener ese movimiento de nuevas comisiones ya que algunas que funcionaban anteriormente dejaron de hacerlo en este último año.

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CONVENIOS CLUB SOCIAL Y DEPORTIVO JUVENTUS Actividades de Educación Física, de Esparcimiento, Sociales, de Complementación Cultural y Campamento. Exoneración de cuota de ingreso para socios y familiares. Para acceder al beneficio tienen que traer el formulario de inscripción de Juventus a ADASU para que lo firmemos y sellemos.

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PARQUE DE VACACIONES

La bonificación por inscripciones grupales será del 20%

UTE -ANTEL - MINAS Pensión completa: desayuno, almuerzo y cena. Piscinas, Zona de deportes y juegos infantiles, Reserva forestal y espacios verdes, Mini-tambo, Vivero. Para acceder al beneficio tienen que enviar un mail a ADASU para hacer la reservación. Piden que sea con tres meses de anticipación.

Librería y Editorial EPPAL Descuento de un 15% del precio de tapa en libros, revistas y otros materiales de su local en la calle Santiago Labandera 705. Tel. 2308 4449 - 094 13 82 80 E-mail: eppal@internet.com.uy web: www.revistatrabajosocial.com

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CLUB DEPORTIVO AEBU Club deportivo, Camping de Piriápolis, Biblioteca. Presentar recibo de pago de ADASU o carta membretada acreditando que es socia/o. SERVICIO DE COMPAÑIA: ACOMPAÑA Compañía en domicilio y sanatorio. Servicio de Enfermeros titulados. Consultar por extensión de horarios. Para solicitar el servicio comunicarse con el promotor Gustavo Espíndola al tel. 25220747 E-mail: gespindola@montevideo.com.uy

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CASMU Titular y Grupo Familiar. Cuenta corriente anual compuesta por 6 órdenes a consultorio para medicina general y especialidades, sin cargo y de uso individual. Servicio de Emergencia Móvil 1727. Jóvenes: Servicio odontológico. Para solicitar el beneficio consultar con el promotor: Alejandro Szodo, Tel. 23043983 094 196397 Servicio de Emergencia Médica SEMM Además de cubrir las 24 hs., los 365 días del año, el local de la Asociación; otorga a l@s soci@s que se quieran afiliar al servicio un descuento en la cuota mensual. También quienes se afilien por primera vez tendrán como beneficio que durante un año todos los meses impares pagarán el 25% de la cuota y en el mes 13 un 50% de descuento en la misma. Instituto Universitario CLAEH Otorgará el 15% en Especialización de Políticas Sociales y un 10% en los demás cursos a desarrollar por la institución a tod@s l@s soci@s de ADASU. Revista Regional de Trabajo Social -

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PROMOCIÓN SI LE FALTAN NÚMEROS DE SU COLECCIÓN DE REVISTAS Promoción para todos los Socios/as de ADASU que reciben la REVISTA REGIONAL DE TRABAJO SOCIAL podrán acceder a la EDICIÓN DIGITAL con un 50% de DESCUENTO ACCEDA ON LINE DESDE CUALQUIER LUGAR DONDE SE ENCUENTRE En esta modalidad el socio/a recibe todas las revistas editadas desde el año 1999 hasta la fecha a través de nuestra página www.revistatrabajosocial.com Información por los teléfonos 2308 4449 - 094 138280 eppal@internet.com.uy

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MULTIVERSIDAD FRANCISCANA DE AMÉRICA LATINA (miembro de CEAAL) Desde 1989 formación alternativa, crítica y propositiva en Educación Popular Auspicia Pontificia Universidad de San Buenaventura, Roma, Italia

Diploma y Maestría de Educación Popular Cursos, talleres y jornadas para el año 2011 ABRIL Inicio miércoles 27: “Asesoramiento de práctica” (requisito haber aprobado Raíces o Historia de la EP), ANUAL, de 19.30 a 22.00 h, cada 15 días. Docente: Blanca Acosta Inicio miércoles 27: “Elaboración del Trabajo Final” (requisito haber aprobado Raíces o Historia de la EP y Asesoramiento de práctica), 8 sesiones, de 19.30 a 22.00 h, cada 15 días. Docente: Hernán Varas Toledo Inicio sábado 30 (abril y mayo) -“Desarrollo y consolidación de competencias para la facilitación de procesos socio educativos”, 5 sesiones, de 9.00 a 13.00 h Docentes: Marcos Sarasola y Cecilia von Sanden

MAYO Taller: “¿Acto educativo… acto creativo?” Jornadas días sábados 7 y 14, de 9 a 13.00 h Docentes: Fernando Roel y Ana María Saravia Inicio martes 24 de mayo: “Del derecho y del revés: Educación para el desarrollo humano a debate”, 8 sesiones, de 19.30 a 22.00 h Docente: Cecilia von Sanden Inicio miércoles 25 de mayo: “Narrar experiencias a través del documental”, 8 sesiones, de 19.30 a 22.00 h Docentes: Alicia Cano y Leticia Cuba Inicio jueves 26 de mayo: “Comunicación en las organizaciones sociales”, 8 sesiones, de 19.30 a 22.00 h Docentes: Alicia García, Martín Martínez y Fernando Silva Contenidos de los cursos a disposición Cursos en Montevideo, interior o la región.

CUPOS LIMITADOS Inscripciones abiertas en horario de secretaría - Lunes a jueves, de 16.00 a 20.00 h MFAL- Canelones 1164 - Montevideo - Uruguay Tel. 2 900 76 48 - 2 902 23 62

Multiversidad Franciscana de América Latina multiversidad@adinet.com.uy http://www.facebook.com/pages/Multiversidad-Franciscana-de-America-Latina/136322519766392

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