Tienda de Muñecos romano 3
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relato en el que Julio luce todas sus facultades imaginativas y narrativas. Comenzó a escribirlo en 195150, o tal vez antes, cuando nadie hablaba de realismo mágico al estilo del que años después pondría de moda Gabriel García Márquez con su celebérrimo Cien años de soledad (1968). De modo que si Julio leyó esta novela, debió sentirse honrado y muy satisfecho de haber coincidido con el admirable narrador colombiano51. Entre las muchas virtudes de este notable relato están los elementos tomados de la propia vida del autor en su viaje de ida y regreso de Europa, la descripción de la hacienda donde nació y pasó sus primeros años, el amor por la naturaleza, proyectado en un decidido sentimiento ecológico de respeto y conservación, la ternura navideña del nacimiento del Niño Dios, simbolizado por un conejito criollo. Y el gran unísono final, en el que Toñito muestra todas las ideas progresistas de quien superó los niveles de barbarie de sus parientes, las cuales resumen los valores del mismo Julio Garmendia. Ahora el presente volumen viene a enriquecer la excelente colección de los clásicos latinoamericanos de la Biblioteca Ayacucho, en la que me consta que Julio Garmendia ha sido esperado por largo tiempo, hasta que le llegó el día de situarse –también él, que nunca lo soñó– junto a los grandes nombres literarios del continente, entre los que por derecho propio le corresponde estar. El volumen que hoy se ofrece tiene la novedad de ser el más completo de este autor editado hasta el presente, por cuanto comprende lo más importante de los relatos que publicó antes de ausentarse; los dos volú50. Esta fecha puede precisarse con exactitud por la declaración dada por Garmendia al periodista de El Diablo Cojuelo, en la entrevista que le hizo con motivo de haber obtenido con La Tuna de Oro (1951) el Premio Municipal de Literatura (Mención Narrativa). En aquella ocasión le reveló al periodista algo que nunca hacía: “Yo tengo en preparación un libro, todavía sin título definitivo, cuya acción se desarrolla principalmente en el estado Lara. Es como un cuento largo, si atendemos a su estructura, pero también podría llamársele novelín, observando su extensión”. El Nacional (Caracas), (14 de diciembre de 1951). Los tres indicios: título dubitativo, ambiente larense y extensión inusual, sólo se corresponden con el cuento largo o novelín El regreso de Toñito Esparragosa (contado por él mismo). 51. Entre los títulos conservados por Garmendia figuró Isabel viendo llover en Macondo (1967).
LA TIENDA DE MUÑECOS Y OTROS TEXTOS
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