Más Allá de la Puerta by Eddy Ryam

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TABLA DE CONTENIDO Camino entre mis pensamientos turbios. Siento el ardor en mi sangre y la carne tiembla sobre mis huesos. La locura se incorpora a mi alma y me deja lejos. Mientras exista aquella llama me revuelco siendo un mal ajeno. Deseo solo cortarte y que sangres desde adentro, no me temas soy un hombre que acaricia poco a poco este mal que lleva desde siempre.

Capítulo 1………… 2 Capítulo 2………… 7 Capítulo 3………… 11 Capítulo 4………… 17 Capítulo 5………… 26 Capítulo 6………… 34 Capítulo 7………… 40

Eddy Ryam.

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come huevos revueltos como un día más, que hizo exactamente lo mismo que el día anterior, no se da cuenta que su patética vida realmente tomó un rumbo totalmente inesperado.

Capítulo 1

Era él de 24 años, e increíblemente se hizo paso en el basto mundo. Trabajaba en casa comprando y vendiendo objetos usados por internet y ganaba mucho, siempre solía mantener la casa muy limpia y ordenada, era muy metódico y exigente con todo, vivía solo, nunca soportó la compañía de su madre quién murió hace ya un par de años, la verdad, nunca la quiso, siempre lo trataba mal, así que le daba igual que no

Era el 7 de abril de 2011, cuando Christian Berdugo que apaga su despertador como un día más, que se levanta de su cama como un día más, que se pone sus pantuflas como un día más, que se mira al espejo como un día más, que toma el periódico como un día más, que 2

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estuviese, se caracterizaba por tener pocas pertenencias, solía sentarse a ver la televisión durante horas y siempre el mismo aburrido canal. Su vida estaba contada de principio a fin, su existencia solo se basaba en repetir los días una y otra vez, cuando algo se salía de su perspectiva no sabía controlarse, no sabía qué hacer, tanto era su obstinación que ya no podía hablar como la gente común; quizás, casi nunca hablo en su vida, muy poco se le veía por las calles, salvo cuando necesitaba comprar algo con extrema urgencia. Era un aislado de todo aquel mundo inmenso y sociable que solo veía por internet o cualquier tonto programa de la televisión. Era tarde

para él, su vida habría acabado allí, solo que nunca imagino que aquel día cambiaría su existencia para siempre. La tarde del 7 de abril, como siempre, Christian se había dispuesto para trabajar. Necesitaba comprar un par de artículos más para luego venderlos por el doble su precio, he allí la raíz de su fortuna. -A ver... ¿que tenemos aquí mmm?- Balbuceó -una cámara digital de 5.2 megapixeles... la compro- siguió mirando-. A ver... un joystick para juegos de computador compatible con casi todos los juegos... huy si quiero

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ver eso lo compro; mmm un muñeco de flexible muy realista hecho por Víctor Cuevas, je, ¿qué idiota compraría esto? ... lo comprodecía balbuceando mientras tomaba un poco de gaseosa y comía su ponqué preferido. -¡terminé!- Exclamó algo exhausto después de terminar su pedido en internet -qué día tan atareado el de hoy, espero que me llegue pronto necesito algo más de dinero, el estúpido casero vendrá pronto a cobrarme-. -Ding dong-, sonó el timbre y una visita no programada en su vida lo haría entrar en caos consigo mismo.

extrañez -no espero absolutamente a nadieEn realidad el no conocía nadie ya que era un tipo muy excéntrico como para ponerse hacer amigos, aunque digamos que sí lo intentó un par de veces, pero sin ningún éxito. Él siempre era una burla para los demás. Toda su vida se había gastado en bromas pesadas, risas, apodos y un montón de cosas que hacían que cada día el odiara más y más a la gente de su alrededor, llegaba a su casa y su madre gastaba el resto del día gritándole infinidades de groserías, e incluso lo maltrataba físicamente, esto lo hizo que su patética vida fuera cada vez más enclaustrada; odiaba a todos y a cada persona, veía

-¿Quién será?, no he pedido domicilio aún- exclamó con

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reflejada en ellos su trágica niñez, donde los insultos eran el pan de cada día. -¿Quién demonios es?- dijo gritando desde el pasillo de su apartamento. -Lo siento- respondió la voz de lo que parecía ser una joven-, no era mi intensión fastidiarte, es que acabo de llegar y no puedo abrir mi puerta; olvidé las llaves adentro, por favor ayúdame-. El chico se quedó atónito, nunca antes alguna chica se le había acercado, salvo las ocasiones en que necesitaban alguna tarea o si era ella, su única amiga en su infancia, la niña que se mudó a otro lugar dejándolo completamente solo, En un acto de valentía contra

todo su pronóstico decidió entreabrir la puerta. -Lo siento, ¿qué deseabas?preguntó Christian en un tono algo más amable-, pero que sea rápido, estoy ocupado-. -Ok, lo que sucede es....Y antes de que terminara la chica de hablar. -Si ya te oí, espérame aquí ya vuelvodijo él entrando nuevamente en su apartamento. La chica hermosa se quedó esperándolo en la puerta que solo se entreabrió, le pareció un poco extraña aquella situación pero no le importo mucho, necesitaba ayuda con urgencia, al cabo de un rato salió Christian portando en su mano solo una tarjeta de súper cliente de

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un almacén. -No habrás puesto el seguroexpresó Christian mientras se acercaba a la puerta -, porque ahí si estaríamos jodidos-. -No, no lo puse- dijo ella -, solo entré el mercado y cuando salí a buscar la otra bolsa...-Puedes callarte por un segundo no puedo concentrarme- dijo él mientras trataba de abrir la puerta con la tarjeta. -Pues sí...- dijo apenada la joven pero creo que eso no va a f...

exitosamente. -Muchas gracias- dijo la joven un poco sorprendida por el hecho. -No importa mientras que no vuelvas a dejar las llaves adentrodijo. -Lo juro, no lo volveré a hacerdijo ella apenada. -Más te valeDiciendo él esto, se fue a su apartamento como rata que busca su nido, dejando a la chica con las palabras en la boca. “soy Katy” balbuceó la chica extrañada, tomó la bolsa que le faltaba y entró a su apartamento.

Y sorprendentemente, antes de que la joven terminara de hablar se abre la puerta, la chica estaba sin palabras pues el idiota excéntrico vecino suyo le había ayudado

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se comió su ponqué como siempre, era un día normal, excepto por que existía ella, y ya había entrado en su vida. Ding dong, sonó el timbre de la puerta. -Debe ser el pedido- pensó. Se toma pocos segundos para salir de su acuartelamiento e ir a abrir la puerta, pero no era el pedido, eran los artículos que había comprado por la web. -Buenas- dijo el joven del correo -por favor con el señor Christian Berdugo-. -Sí, soy yo- dijo fría y antipáticamente -deme eso para firmarY firmó apresuradamente.

Capítulo 2

Siendo ya de mañana, Sonó el despertado a la misma hora, Christian buscó sus pantuflas como siempre, fue a la nevera como siempre, comió sus huevos revueltos como siempre y se sentó en su computador mientras bebió un poco de su gaseosa preferida y

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El joven del correo aclaró su garganta en señal que deseaba su propina. A lo que él respondió con total desinterés -necesitas jarabe para la tos- cerrándole la puerta en la cara al repartidor. Después de darse cuenta de que no había nadie en el pasillo decidió romper todas sus reglas de nuevo solo para ir en búsqueda de sus nuevas pertenencias. Tomó la primera caja sin ningún riesgo, ya que se había tomado el tiempo suficiente como para que nadie llegase en los próximos 10 minutos, ya conocía de antemano la rutina diaria de sus vecinos, excepto de uno, Katy. Ella era impredecible para él, no sabía nada de ella, no

conocía nada sobre su rutina, así que sucedió sin que él lo esperara. -Hola, ¿qué haces?- dice Katy en tono amigable y solidario. Christian responde asustándose mucho, dentro sus planes no estaba saludar a nadie, y menos a una hermosa chica que amablemente había interrumpido su rutina. -¿Qué haces aquí?- preguntó Christian algo alterado -, se supone que nadie debía estar aquí, ¿de dónde diablos has salido?-. -De mi apartamento- dijo Katy sonriendo -, déjame ayudarte debo compensarte lo que hiciste ayer por mí. -Deja eso en su lugar- dijo Christian en su desespero -, no

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toques nada eso me costó un ojo de la cara. Mientras forcejeaba con Katy la caja, cayó Christian por las escaleras golpeando su cabeza con la pared donde estas dan la vuelta, quedando tendido en el suelo.

-¿Te distes un buen golpe eh?dijo Katy algo preocupada e intentando poner el hielo en su cabeza. -¿Qué haces aquí? ¿Quién te dijo que entraras a mi casa?- preguntaba Christian sorprendido y a la vez enojado -, ¡atrevida! -Pues el hecho de que tú estuvieras inconsciente en las escaleras- respondió Katy. -Mira lo que me pasa por andar ayudando a la gente, no te doy ni la mano y ya te coges el pie- dijo él alzando la voz -. -Oye, que te pasa estoy ayudándote- respondió ella -, estabas en dificultad y los buenos modales dicen que debía ayudarte-.

Al abrir sus ojos, lo primero que ve es su pared, al lado derecho están todas sus cajas y al lado izquierdo está Katy, Con una bolsa de hielo, Christian saltó del susto, Katy había violado su espacio. Nunca nadie había estado con él en esa casa, ni el mismo casero que venía a cobrar la renta todos los primeros días del mes. Nadie, absolutamente nadie había violado su círculo, su espacio, hasta ese día.

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-¿Cómo que ayuda?- dijo él en tono de enojo -me has desordenado toda la casa y has ensuciado mi piso ¿eso es una ayuda?-¿Oye que te pasa? Preguntó ella sorprendida por la reacción de Christian -, te hubiera dejado tirado allí para que te murieras- agregó con enojo -. -Si- gritó él -hubiera sido mejor, así no hubiera visto como dañas mis cosas. -Estúpido- gritó ella mientras salía del apartamento arrojándole con toda su fuerza la bolsa con hielo en la cara. -¡Gracias maldita bruja!- gritó él ya solo en su apartamento.

enojado, su vida era su casa, era demasiado metódico como para dejar algún trapo sucio, o quizás algo fuera de su lugar, patéticamente lo único que hacía era quedarse solo y ordenar todo, no había más. Pero cuando conoció a Katy todo se le salió de control, algo que a él no le gustaba para nada. Al poco tiempo, cuando el dolor no era ya tan intenso se puso a limpiar el desorden. Cuando acabó se dispuso a destapar sus paquetes. -El joystick, mmm... unos 100.000- dijo mientras miraba la primera caja -, una cámara fotográfica 250.000, y a ti, ¡huy!-

En aquel momento se sintió muy

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Exclamó al abrir la tercera caja -que feo eres- dijo mientras miraba dentro -, no sé qué precio tendrás pero caro si has de ser.

Capítulo 3

Era un muñeco flexible de tal forma que podía ubicarse en cualquier posición, así que lo sentó en una silla y allí lo dejo mientras le tomaba fotos para luego venderlo en su página web a sus ineptos clientes que probablemente eran unos inútiles sociales igual que él.

El enojo de Christian por aquél incidente había pasado muy pronto, más de lo que él esperaba, se sentía muy avergonzado por aquella situación con Katy. Esperen un momento. Él nunca había sentido vergüenza por nada, al contrario, solo sentía enojo o frustración porque siempre quiso ser otra

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persona pero nunca pudo. Su mente necia nunca le permitió ser diferente, por alguna razón, en medio de toda su frustración había hecho una vida aislada de los demás y eso lo hacía en parte feliz ya que así él podía ejercer el control de cada suceso, su vida era como leer la misma revista de farándula una y otra vez, pero en aquella ocasión, su odio se había convertido en vergüenza, no podía creer que había tratado así de mal a Katy, una chica amable, que le recordaba mucho a su amiguita de la infancia ¿qué carajos estaba haciendo? ¿En qué diablos pensaba? todo aquel día trato de evitar esos pensamientos que le decían que debía disculparse,

mientras se cambiaba de ropa, observó a el muñeco sentado en una silla. -Sí, lo sé debo disculparme- dijo mirando al muñeco -, pero no será hoy, no tengo ánimo para hablar con nadie, no me mires así- dijo arrojándole una toalla en la cabeza a muñeco. -Estoy loco, hablo con muñecos- diciendo esto se acostó a dormir. Al día siguiente su mente no callaba, mientras trataba de almorzar pensaba en como disculparse, e incluso demoró mucho tiempo ensayando su discurso, ninguno le parecía apropiado. Abrió la puerta, algo impensable,

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salió de su apartamento sin planearlo previamente, salió sin importarle lo que iba a pasar al otro lado de la puerta (nunca pensó en eso), intentó tocar la puerta de Katy como cinco veces pero ninguna de esas cinco se atrevió hacerlo así que se devolvió a su casa. -¿Qué carajos estoy haciendo? Se preguntaba mientras se dirigía a su puerta -no debí haber salido, no sé qué me pasa, estoy actuando extraño, me sudan las manos necesito un poco de Aripiprazol. A raíz de sus múltiples maltratos Christian comenzó a presentar un cuadro no muy alentador, sufría de depresión continua y trastornos de ansiedad fuertes, todo sucedió en su adolescencia, por fortuna fue

tratado a tiempo, pero le dejo sometido a un tratamiento con fármacos de por vida, no podía vivir sin sus pastillas, Christian se había jodido la cabeza y esas pastillas lo mantenían cuerdo. Inmediatamente fue a buscar esas pastillas en su botiquín, tomó un vaso con agua de la nevera, y adentro de su boca su dosis, se miró a través de su reflejo en el refrigerador, ¿por qué tenía que tomar esa mierda?, ¿los doctores estarían en su contra?, todos lo están. Se sentó en su sillón y encendió la televisión. Pasaron un par de horas para que se diera cuenta de que se había

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quedado dormido en el sillón, en la tele únicamente había ese ruido que emite al no haber señal, él se levantó asustado había tenido un mal sueño, se pasó todo el día pensando en Katy, miro el reloj que marcaba las siete de la noche, se acostó en su alcoba y puso el despertador a la hora acostumbrada pero no podía quedarse dormido. Por unos instantes se quedó mirando a su muñeco, veía como lo miraba, de pronto, el muñeco espabiló y él inmediatamente se asustó y se sorprendió. -En realidad sí que das miedo.dijo tapándose de pies a cabeza con su sabana dándole la espalda al muñeco. -Lo sé- respondió el muñeco

susurrando. Por cosas de la misma vida sucedió lo más extraño del mundo, El despertador sonó a la hora programada pero Christian no se levantó, se había quedado dormido por primera vez, se levantó dos horas más tarde de lo acostumbrado, cuando se levantó se sorprendió mucho nunca antes le había pasado, era extraño, en aquellos instantes se dio cuenta de que su vida estaba cambiando pero no le dio la importancia que requería pues solo fue una vez y se juró que jamás pasaría de nuevo. Aquel día tuvo que reprogramarse, aun así, empezaron

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a sucederle cosas que jamás pensó que le sucederían, comenzaron a pasarle una serie de eventos desafortunados. -¿Qué diablos pasa conmigo?Tomó sus llaves y salió de su casa meditando en los sucesos de su vida que estaban cambiando. -Espera un momento, ¿qué hago acá afuera? ¿Para qué salí?Trató de abrir la puerta con la llave pero esta se cayó de su mano, cuando se agachó recogerlas, se dio cuenta de que Katy lo observaba bastante sorprendida, su actitud daba miedo, Katy estaba sentada en un asiento que había en el pasillo de ese piso. -No sabía que estuvieras aquí, anda, búrlate, no serias la primera-

decía Christian un poco avergonzado por su actitud. -No hay problema, solo leo un poco, me pareció un buen lugar para hacerlo, allá tú espacio y acá el mío, o es que acá también es tu espacio, si lo es me voy enseguidaal decir esto ella trato de levantarse. -No, no, quédate donde estas- dijo Christian acercándose al asiento -, no te preocupes ¿puedo sentarme?dijo Christian algo titubeante. -Siéntate, yo no muerdo. -Que buen libro ese- dijo mientras miraba el libro que leía Katy -, al final la Amelia no puede sopor… mejor me callo o me tiro el final mejor que lo leasSe quedó un par de minutos callado mirando al tejado sin decir

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nada, hasta que soltó las palabras mágicas. -Lo sinto -¿Cómo? -Lo ssnto -¿Decías algo o me pareció escuchar mal? -Que lo siento, ¿ok? Ya lo dijedijo algo avergonzado -es que no estoy acostumbrado a este tipo de actividades, estaba un poco alterado y quizás dije cosas que no debía, bueno, si dije cosas que no debía, creo que estuvo mal de mi parte, lo siento-. -Mmm, ok digamos que tuvimos un mal comienzo, y una fatal segunda impresión, comencemos de nuevo, hola- dijo Katy extendiendo la mano para saludar -

mucho gusto me llamo Katy soy tu nueva vecina. - Hola soy Christian, y soy el tipo que te insulto hace días. - Oye pero se supone que no nos conocemos. - Pero sí te conozco, te ayude con tu puerta. - Tú sí que eres… diferente eh... ¿quieres?- dijo mostrándole una caja de chicles que comía. - No gracias no consumo ningún producto cuyo objetivo sea desprogramar tu sistema digestivo, ya que al masticar continuamente hace que este sistema se active- dijo Christian-olvídalo, me tengo que ir a hacer cosas, eh, te veo otro día, siento haberte insultado, chao-. Diciendo esto se levantó de allí

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rápidamente y abriendo su puerta se encerró en su apartamento. -¿Qué demonios me sucede con esa chica?, no puedo manejar estose repetía constantemente.

Capítulo 4

Cada día pasaba y Christian se metía un dilema en su mente, era claro que su vida había cambiado, ya sea para bien o para mal, pero había cambiado algo que a él le asustaba mucho ya que no conocía nada del nuevo rumbo que estaba

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tomando, algunas cosas mejoraron y él se dio cuenta, su odio había mermado, ya no estaba rabioso todo el tiempo, incluso podía sonreír cuando estaba con ella. Cada vez era más amigo de Katy e incluso solían quedarse horas dialogando en el pasillo, Christian más cordial y sociable, algo que nunca se imaginó que sería; salía de su casa, iba a comprar su comida y compraba cualquier cosa para su vecina, lo que era una vida normal para muchos era algo nuevo para él. Estaba atravesando una nueva etapa en su vida una etapa que pronto acabaría pues no imaginaba que las cosas tomarían otro giro inesperado.

Una tarde Christian había comprado un regalo a Katy, la segunda parte del libro que estaba leyendo, estaba como loco, era el cumpleaños de su amiga e iría la felicitaría, le daría el libro y se vendría a ver la segunda temporada de su serie preferida, ese era su plan, aunque muy en el fondo quería quedarse un rato y compartir tiempo con ella ya que eso lo hacía un tipo diferente, algo que le causaba un poco de fascinación. Se cambió de ropa, se perfumó un poco, y salió al ruedo, trató de golpear la puerta, pero se dio cuenta que ella estaba un poco ocupada atendiendo una llamada. -Mejor dejo que termine de hablar y toco, no quiero interrumpir-

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pensó en aquel instante, lo que no pensó era que iba a escuchar la conversación. -No, pues todo muy bien gracias, el apartamento es muy grande, y bonito tiene una vista excelente, tengo cerca un par de parques y el Gimnasio me queda como a tres cuadras me gusta el lugar.- decía Katy hablando por el teléfono -. Bueno que te diría son buenas personas- continuó -, aunque tengo un tipo como medio loco al lado, un patán, grosero, parece un psicópata, es muy extraño, ojala no termine violándome o asesinándome, pues cara de eso si tiene- decía en un leve tono de burla -, si claro que me cuidare.- continuo diciendo Katy sin percatarse de que Christian

estaba al pie de su puerta escuchando todo. Christian se quedó anonadado, recordó todas aquellas personas que le habían hecho daño, recordó cuando lo molestaban, recordó cada apodo que tenía, recordó toda su patética vida, la vio pasar ante sus ojos en aquel instante como si fuera a morir, su indignación era mucha, le dolió el alma, había decidido no ser más alguien solitario y esto es lo que le pasaba, maldijo a Katy y a su vida. Tiró el libro allí en la puerta y corrió a su apartamento, entró para jamás salir, como tenía que ser; destrozó un poco algunas cosas de la rabia que contenía era mucha, cerró la puerta de su cuarto, se lanzó en su cama, justo enfrente del

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muñeco, que parecía como medio burlarse de él. -¿Qué me miras maldito?- gritó Christian al muñeco -, sé muy bien lo que hago, de aquí no saldré más y moriré aquí en mi cuarto como tiene que ser, si eso haré, aquí tengo todo lo que necesito para sobrevivir. Retomaré todo como antes, eso, eso, no volveré más a tocar el suelo de allá afuera, allá hay gente muy mala ¿sabías? y es mejor que te quedes aquí conmigo, no querrás que te lastimen, mírame a mi soy el fruto de una sociedad podrida, ella me hizo así, ellos me hicieron como soy, yo no pedí ser así. Maldita sea, cada vez me juzgan como si fuera un monstruo, simplemente soy alguien con

muchos problemas, pero no saldré de acá, esta es mi realidad y debo aceptarla, si eso haré, seguiré con mi vida como si nada hubiera pasado- gritó -¿Qué diablos estoy haciendo? hablando un estúpido muñeco- dijo al darse cuenta de su situación -, necesito mis pastillas, donde las deje maldiciónSalió a buscar sus pastillas desarmando todo a su paso, Christian había dejado de tomarlas desde que se había vuelto amigo de Katy. -Pzz, pzz, oye tú – se escuchó desde la habitación. -Se metieron los ladrones- fue lo primero que pensó Christian. Tomó el primer objeto contundente que encontró, salió en

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dirección de su cuarto a enfrentarse con el que fuera. -Cualquier persona que se encuentre en esta casa, no estoy de humor hoy así que será mejor que se largue- decía con un poco de miedo, pero aun con rabia. Cuando pasó por la cocina tomó un cuchillo y se acercó cada vez más a su habitación, en la que todavía se escuchaban ruidos, cuando entró, ¡que sorpresa! -Digan WhiskeyUn flash de una cámara le cegó por unos instantes, mientras sus ojos se recuperaban de la luz que lo cegó, blandía el cuchillo de un lado a otro, intentando cortar al gracioso ladrón. -¡No te escondas maldito, te

encontraré y te despellejare por entrar a mi casa, estúpido ladrón no te llevaras nada de aquí, te encontrare y te asesinare! -Uff, cálmate, cálmate viejo, estas un poco alterado y es bueno- dijo la voz del supuesto ladrón -pero por favor no queremos accidentes y es mejor que dejes el cuchillo allí, soy tu muñeco el que compraste por la página-. -¿En serio eres tú?- decía Christian titubeando mientras trataba de examinar. -Pues claro no seré un ladrón disfrazado tratándome de robar tus calzoncillos, estúpido- decía el muñeco con tono irónico. -En verdad eres tú- dijo Christian al percatarse de que efectivamente

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era el muñeco -, ¿pero cómo es posible?, sabía que debía comprarte, eres mágico o algo así. -Sí, sí, sí, ya basta de formalidades, mi nombre es Mike, y tus lloriqueos no me dejan descansar en paz, así que decidí hacerte un poco de compañía. -Maldita sea enserio hablas- decía Christian sorprendido- deja que lo sepan mis amigos del blog, será genial-. -Creo que no sería conveniente ya que tienes una muy mala reputación, todos ahí están dementes y no queremos que esos amiguitos de mentiras tuyos sepan que le hablas a un muñeco. Y si, hablo y mucho.- agregó Mike. -Veo que estas resignado a quedarte aquí,

solo, pues no será necesario que estés solo, te haré compañía. A ver ¿qué tienes para distraerte? ¿Esto que es, estas bromeando?, esta porquería no lo jugaría ni una vieja solterona con la casa llena de gatosdecía mientras revisaba unos videojuegos en el escritorio. -Compro cosas inservibles en internet para luego venderlas, no uso nada de lo que compro. ¿Enserio me dices que compras estas porquerías para luego venderlas? sí que tienes pantalones ¿eh?, yo no vendería esto ni porque me ganara el noventa por ciento-. Decía Mike tomando algunas cosas -¿Que pretendes hacer en tu primer día de cárcel?-Voy a ver la T.V, así que cállate-

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Dijo Christian encendiendo el televisor -¿tu comes? -Por supuesto- respondió Mike ahora sentado en el sofá -pídeme esas papas con sabor a pollo y una gaseosa negra, ahhh y un ponqué de chocolate por favor-. -¿Cómo apareciste allí?, olvídalo.- dijo Christian tomando el teléfono y llamando a pedir un domicilio. -No se te olvide mi pedido- dijo Mike pero ahora desde la nevera.¿qué te pasa? ¿Solo frascos de esta basura es lo que comes? -Y de lo que pido a domiciliorespondió Christian que ya no se le hacía tan extraño estar hablando con un muñeco. A los pocos minutos sonó el

timbre -Ding dongLlegó el chico de los domicilios, y Christian lo despachó inmediatamente, casi echándolo a patadas. -¿oye pero sí que estás enojado eh?- le pregunto Mike. -No me vengas a joder ahora, no estoy de humor-. -Nunca lo estas, mírate, ¿que carajos haces aquí pudiéndote ir a divertir?-. -¿Qué has dicho? -Nada, olvídalo cosas de muñecos, nada que puedas entender, cosas de personas normales-. -¿Qué estas insinuando, muñeco del demonio?-

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-¿Yo? nada, simplemente que tú mismo te jodes la vida. Existen formas simples de salir de los problemas-¿Qué insinúas?-eh picarón, ¿quieres saberlo todo?- dijo Mike algo sonriente bueno algo simple, ¿qué te causan las demás personas? Quizás odio, sufrimiento, te ofenden, hablan a tus espaldas, se burlan de ti, ¿cierto?-Sí y, ¿que con eso? -Que hay formas de hacerse respetar-¿Cómo cuales a ver?-Siendo cabrón, hasta los tuétanos- Dijo Mike apretando puños y dientes -míralo de esta forma, ellos te fastidian, pues tú

fastídialos también, es como una especie de pago por todo el sufrimiento que has tenido. -¿Una venganza?-Tú mismo has puesto las palabras-¿pero qué tipo de venganza?-Eso amigo, esa era la pregunta correcta, tienes talento- dijo con una sonrisa tenebrosa -Quítales lo que más quieren y te temerán, haz que cuando mencionen tu nombre huyan despavoridos, que cuando te vean quieran correr, y veras que jamás se burlaran de ti-. -Un momento ¿que estas insinuando eh?-Ay por Dios, no la has pillado, acabales la vida, arráncaselas, ciégalos para siempre, sácales las

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tripas, derrama cada gota de sangre de sus pellejos, ¿entiendes? -¿Quieres que mate gente?, ¿estás loco?-Yo no soy el que hablo con muñecos, pero míralo de este modo, ¿qué diablos hacen los demás por ti? sabes bien que los odias, a cada persona de este maldito mundo ¿cierto? no hay mucha diferencia, toma algo de ellos como ellos tomaron algo de ti, es tu derecho, ¿cuánto has tenido que soportar? dime, es hora de que ellos te teman, que tiemblen, véngate de cada persona que te hizo daño y de cada persona que te hará daño-No lo haré- dijo Christian con un tono alto de voz -, no seré un

maldito asesino y ya cállate la maldita boca, me quedare aquí y listo, no volveré a salir-. -Ok tu veras pero piénsalo, escúchame-Cállate intento ver la T.V.-

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rompiendo el silencio. -Hasta que te vayas de mi casa y me dejes solo- respondió Christian. -Técnicamente no puedo irme, tu eres mi dueño, y créeme necesitas compañía. No puedo creer que te la pases todo el día así, algo divertido tienes que hacer, vamos a ver- dijo mirando a la ventana de la habitación -fiu fiu, que tenemos aquí una linda vista ¿eh?, uff, pero que mujer, mira tiene buen trasero ¿no lo crees?-¿De quién carajo estás hablando?-Vamos no me digas que no la has visto aún, vi cuando la espiabas, ¿te gusta cierto?-A mí no me gusta nadie, y menos esa maldita traidora-

Capítulo 5

Christian trató de seguir con su vida, se levantaba a la misma hora, ordenaba el apartamento, trabajaba un poco, veía la T.V, leía el periódico, e ignoraba a Mike, lo que se había convertido en una tarea más en su diario vivir. -¿Hasta cuándo no me vas a volver a hablar?- dijo Mike

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-Huy, esas sí que son palabras mayores, pero traidora y todo, se merece una buena sacudida-Si tanto te gusta háblale, pero te advierto, es una cualquiera-. -No me importa, con tal de que sea buena en la cama, pero es imposible soy un muñeco, cien por ciento plástico, y hecho en Taiwándijo Mike -A ti te gusta ella cierto, no me puedes mentir, lo veo en tu rostro ¿Cómo se llamará? -Se llama Katherine AcevedoRespondió Christian mientras miraba su computador -, pero le gusta que le digan Katy, se mudó hace poco, le gusta leer y las películas de suspenso, escucha mucho Brith rock, Oasis, Coldplay, y bandas de ese estilo, no fuma,

bebe solo a veces, cuando está con sus amigas, es demasiado descomplicada, y le gusta estar en forma -Un momento, ¿no que no te gustaba?, sí que le conoces bien-. -Nada que una página social y un poco de sentido común no pueda saber, tonto - Dijo Christian señalando la pantalla del computador. -Bravo te felicito- dijo Mike -, eres un genio lo admito. Pero te desperdicias ¿sabes? tienes talento, puedes hacerlo y lo sabes no lo niegues, aunque no lo creas te conozco, se quién eres, créeme que quieres venganza-. -No me jodas más con ese tema, creí haberte dicho que no haré

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nada-. -Ok pero no te enojes conmigo, recuerda que no tienes muchos amigos y soy el único que te aguanta- dijo Mike -. ¿Qué te hizo ella como para que no le hablaras?preguntó -, porque de ella me dejo hacer lo que sea-. -Ella, cree que soy un maniático, psicópata, cree que la violare o la matare-. -¿Enserio?decía Mike burlándose de Christian -pero veo que no está tan alejada de la realidad, linda pero inútil, se merece un castigo por eso ¿no lo crees?-Claro que si- respondió Christian -, trataba de ser amable y solidario, pero no eso no va conmigo, las

personas siempre hacen daño golpean con sus palabras y matan a diario-. -Si es cierto tienes razón, alguien debería enseñarles a no ser así, ¿pero quién podría ser? ¿Por qué no lo intentas tu eh? -No me jodas ya con eso-Hay por favor, sonaré como un disco rayado pero sabes que tengo razón, mírate, ve lo que eres ¿en qué te han convertido? estás demente, ¿no lo crees?- decía Mike mientras caminaba por la habitación -¿sabes algo? a nadie le importas y lo sabes, no eres nadie, no tienes nombre en esta sociedad, eres peor que un insecto, eres basura, estas podrido por dentro ¿no crees que tendrías lugar si tal

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vez dejas que te lleven tus instintos? -¡No soy un maldito animal, idiota!-Si es cierto, pero ¿de qué te ha servido comportarte como un ser humano?, te han jodido la vida, estas frito por ellos, no sirves para nada, vendiendo cosas por internet no serás nadie, déjate llevar, siente como un suave cuchillo corta a alguien, anda, ahí tienes tu primera víctima, enséñale a respetarte, enséñale que tenía razón al decir que debía haber tenido cuidado contigo, hazlo, sé que tienes los pantalones suficientes para hacerlo, sería divertido, sabes que sí, ándale-¡Te dije que no maldita sea!-

gritó Cristian bastante enojado -, cállate la maldita boca, deja mi vida en paz, estúpido loco, muñeco del demonio-. Christian empezó a lanzar lo que encontraba tratando de dañar a Mike pero a este no le sucedía nada. -Oye así, eso, me encanta, tienes buena actitud, sigue, deja que te consuma tu ira, eso es, así enójate con ellos con el mundo, has lo que te digo y vivirás, déjate llevar, uh sí que tienes fuerza en tus manos, estrangularías a personas en tan solo unos minutos- decía Mike un poco excitado. -¡Que te calles maldición déjame solo, no quiero que me jodas más!decía Christian desesperado y casi llorando.

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-¡Qué demonios! tú…- exclamó Christian dejando tirados la almohada destrozada y el cuchillo que poseía. Asustado por el hecho y temblando quizás de miedo y de rabia al mismo tiempo, Christian se puso las manos en la cabeza, y corrió a la sala donde en un rincón se tiró desesperado a taparse los oídos, y a repetir: “quiero que te calles, quiero que te calles”. -Ándale no te pongas así- dijo Mike acercándose a Christian vamos levántate de allí, sabes lo que quieres, solo hazlo y te juro que me callare, levántate de allí basura inútil, vamos no puedes hacerlo ni para eso sirves, escúchame cuando te hablo- dijo tratando de levantar a

-Oye pero no es para tanto solo intento motivarte un poco, ándale hagámoslo tengo unas ideas que nos pueden servir-¡No quiero oírte más maldito demonio, te mandare al infierno!dijo Christian que salió de la habitación y tomó un cuchillo de la cocina, se abalanzó contra Mike quien no se esperaba eso, se ensaño con él apuñalándolo una y otra vez, no descansaba, quería destrozarlo, acabarlo, destruirlo a él y a cada una de sus palabras. -Así, así, así, bien pero sería mejor con una persona real y no con una almohada- le susurro Mike al oído de Christian que no se había dado cuenta de que efectivamente apuñalaba una almohada.

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Christian de ese rincón- oye escúchame-

-Maldicióndijo Christian corriendo hacia su habitación y cerrando su puerta con seguro. -Oye hubieras visto la cara que pusiste- gritaba detrás de la puerta , hey amigo, déjame entrar, deja de comportarte así, no seas llorón, era una broma, hey sabes lo que tienes que hacer y no lo haces, solo soy un consejero, un mensajero que te muestra el camino, tú debes tomarlo, te juro que si lo haces no te hablare, lo juro, palabra de muñeco, anda, vamos abre la puerta diviértete un poco, lo quieres tanto o más que yo, ábreme. -Cállate maldito- gritó Christian. Él sabía que desde muy adentro él quería vengarse, quería cobrarse las miles de veces que lo patearon, lo

Christian ignoro tales palabras y no dejaba de repetir: “quiero que te calles, quiero que te calles”, estaba dispuesto a quedarse allí hasta que el muñeco se callara por completo, de repente se dio cuenta que los insultos cesaron, que la voz de Mike no estaba, lentamente se levantó del suelo, miró a su izquierda, y no lo vio, miro a su derecha y no estaba, al parecer se había ido; cautelosamente se movió hacia la cocina sin saber que sorpresivamente Mike le esperaba. -Hola, cabeza hueca- dijo Mike saliendo de debajo de un mesón y burlándose.

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ultrajaron, lo molestaron, quitándole así la vida que siempre anhelo, haciendo de él una persona jodida, solitaria llena de odio y rencores que terminarían acabándole la vida, se quedó mucho tiempo allí en ese cuarto encerrado mientras Mike insistió en la puerta hasta que Christian cedió. Mike Era un muñeco persistente, además tenía razón, eran ciertas sus palabras, debía quitarles algo, debían pagar por ser prejuiciosos, tienen que pagar por hacerle daño a la gente, pagarían por vivir, temblarían de miedo cada vez que su nombre se mencione, y le gustaba que le tuvieran miedo, que temblaran, porque así tendría un lugar en la vida, y seria recordado

por siempre, a nadie se le borran los muertos, nadie olvida que hay gente que asesina, las personas no olvidan a ese tipo de gente, porque quizás tocan a tu puerta, y terminaría tu vida, el miedo hace que las personas se paralicen, hace que las personas se oculten, hace que las personas no se atrevan a nada y eso era lo que él quería, solo que no se había dado cuenta, hasta que Mike se lo mostró. -Mike, lo haré, ganaste, lo harédijo resignado. -¿Enserio?- dijo Mike -, bien, esto es excitante, lo harás bien-. -¿Qué tienes en mente?- pregunto Christian abriendo la puerta. -Bueno, para empezar haremos que tu nombre sea recordado, que te

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teman, debes matar a tu vecina, debe ser algo perfecto, y no te apresures, fíjate ella pronto vendrá se extrañara de tu ausencia, además con todo el alboroto que has armado en estos días, vendrá a verte, tenlo por seguro. -Si es cierto- dijo Christian dirigiéndose a la sala. -Allí lo haremos, será nuestra oportunidad-. -Está bien, esperaremos que toque la puerta, y la matare aquí-. -Buen plan, que todos sepan que fuiste tú quien hizo esta atrocidad, debes empacar, guarda lo necesario, después que lo hayas hecho nos iremos de esta ciudad, buscaremos una identidad falsa, y con tus ahorros viviremos un

tiempo, seguirás vendiendo tus porquerías por la web de día, y de noche asesinaremos personas, todo será perfecto-. -Sí, eso haré-. Así Christian se sumergió en la maldad que habitaba dentro de él, se dejó seducir por cada palabra que le dijo Mike, no era lo suficientemente fuerte para haber resistido, su maldad tomó por completo su corazón y esclavizo a su alma que no pudo hacer nada ante tal fuerza, la maldad de Christian era mucho más poderosa de lo que él creía, tantos años guardando rencores y sufrimientos habían hecho de él un monstruo que jamás se imaginó, se había convertido en un asesino que no

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solo lo haría una vez, sino muchas y con más pasión, con más diversión, Christian necesitaba un empujón para que dejara salir sus deseos más reprimidos y ese empujón se lo dio Mike, su muñeco, que lo aconsejo, lo acorraló y sacó de él lo peor, lo que nunca quiso ser.

Capítulo 6

Solo pasaron un par de días para que Katy le entrara la curiosidad de saber de Christian, le parecía muy extraño el no verlo, no sabía nada de él, así que decidió ir a su apartamento. Como era muy grosero y no le gustaban las visitas inesperadas, pensó que sería mejor

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tener una buena excusa para tocar a su puerta; debía conseguirla. Cuando salía de su apartamento casualmente subía por las escaleras un repartidor. -Buenos días señorita- dijo el repartidor -el señor Christian Berdugo Martínez, ¿vive aquí?, traigo un domicilio. -Si claro- respondió Katy -él no se encuentra en el momento, pero tranquilo yo le recibo el pedido, no ha de demorarse, salió a comprar unas bebidas, es que vamos a cenar juntos. -Ok, son 25 000 pesos- dijo él. -Tome, gracias quédese con el cambiodijo ella-. -Gracias- dijo el repartidor marchándose.

Tenía en sus manos una excusa perfecta, así que toco a la puerta. -¿Quién diablos es?- preguntó Christian desde adentro de su apartamento. -Hola soy Katy- respondió ella -el del domicilio se equivocó y me dejó al parecer tu pedido-Ya voy un momento.- respondió Christian abriendo la puerta. ¿Cómo terminaste con mi pedido?-Es que también había pedido algo, así que me confundí creyendo que era el mío-respondió ella- Oye está un poco desordenado- dijo mirando el apartamento -Ah sí, lo que pasa es que he estado ocupado con un montón de

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pedidos y no he tenido tiempo de arreglar nada. -Sí, ya veo. -Siéntate espera y busco el dinero para pagarte lo del pedido, mi cartera debe estar en el cuarto. -Ok no hay prisa.

la mano y le dio un billete de 50 000. -¿Cuánto era?- dijo él. -25 000 pero no tengo cambiodijo ella. -No te preocupes me lo das después, no vas a desaparecerte-Sí, claro como quieras, me voy y gracias por el libro sabía que habías sido tú. -De nada- respondió Christian mientras la veía abrir la puerta- oye, ¿quieres comer algo? hay suficiente para los dos, no quiero comer solo hoy- dijo antes de que ella se fuera. -mmm, es que… -Ohh tranquila si no puedes no hay problema. -No, espera, si acepto, gracias por la invitación.

Christian se dirige a su cuarto a buscar su cartera, en él se encontraba Mike. -no olvides lo que te hizo- dijo el muñeco -, merece esto, recuerda ponerle algún trapo en la boca no queremos aquí la policía antes de tiempo. -Si lo sé, ya tengo claro lo que haré- dijo Christian en voz baja. Salió del cuarto con la cartera en

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-Bueno entonces siéntate ya te voy a servir.

en su sofá, Katy estaba interesada en conocer un poco más del libro que leía, Christian era un aficionado a aquel libro, era una saga de libros llenos de muchas fantasías y aventuras, al rato Katy miro el reloj. -Me tengo que ir- dijo Katy -debo hacer una llamada-. Christian estaba inmóvil sabía lo que venía después. Debía ponerle el cojín de su mano en la boca y debía sacar el cuchillo que había guardado y apuñalarla hasta que muriera, pero no era capaz. -oye, ¿te encuentras bien?preguntó ella al notarlo un tanto extraño. -No, no estoy bien, y tú tampoco si no te vas de mi casa ya- dijo él.

Katy se sentó sin saber lo que le esperaba, sin conocer el plan de Christian. Este tomó dos platos y empezó a servir, miró a la derecha y vio los cuchillos, tomó uno y lo escondió en uno de sus bolsillos. -La mesa está servida- dijo Christian -¿Gaseosa o cerveza? -Dame una cerveza- dijo Katy -no sabía que bebías. -Hay tanto que no sabes de mí. -Comamos entonces. -Comamos La cena empezó dialogaban poco, más bien lo suficiente como para no aburrirse, al terminar, se sentaron

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-Pero, ¿qué te pasa si tú me has invitado?-. -Lo sé pero lárgate de mi casa en este instante y no lo volveré a repetir-. -Hey, no te entiendo ¿para eso me invitas? ¿Para echarme como una perra?-No, pero si no te vas de mi casa te juro que te arrepentirás de no haberlo hecho, ¡lárgate de una buena vez, carajo!-. -Tú sí que estas demente, busca ayuda- dijo saliendo Katy del apartamento y tirando la puerta.

escondido. Si tan solo Katy se hubiera tomado un segundo más, no estaría viva en esos instantes, Christian tiró el cuchillo en el suelo, se levantó lentamente, se fue al cuarto y se lanzó en su cama. -Por Dios que estoy haciendodijo Christian -yo no quiero hacer esto, ¿en qué me estoy convirtiendo?-¿Qué demonios fue eso? ¡Maldición!- le dijo Mike un poco alterado. -Yo no soy así, no puedo hacerlo. -Patrañas, malditas patrañas, tanto planearlo para que lo echaras a perder- dice Mike paseándose de un lado a otro desesperado. -No soy capaz de hacerle daño, no

Christian quedó por unos segundos inmóvil en el sofá. Ya estaba listo para matarla, tenía en su mano el cuchillo que había

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puedo simplemente no puedo. -¡Si puedes hacerlo! ¿No lo recuerdas? “Ella es una maldita perra” me dijiste, y entonces ¿dónde queda tu venganza? ¿Qué hay de todo nuestros planes? echaste a perder todo con esos cargos de conciencia, te estás jodiendo la vida ¿no lo ves? tu destino es ser un asesino, y tú lo sabes, no luches contra tu instinto, deja que te tome, estas nadando contra la corriente, ¿qué demonios piensas hacer?, estúpido. -No sé qué hacer, pero algo sí no haré y es matar a alguien ¿me escuchas? no matare a nadie, no puedo hacerlo, no lo haré, maldición ¿cuándo entenderás eso? cállate de una buena vez maldito,

no puedo vivir en paz en mi casa, lárgate de mi vida. -Que más quisieras que echarme, pero sabes que no puedes hacerlo, yo soy tu, y siempre estaré susurrándote al oído, no me callaré, siempre te estaré diciendo lo que eres, siempre te estaré vigilando, siempre estaré contigo, así anda has lo que quieras, solo sé que a donde vayas iré. -Crees que no lo sé, idiota, déjame dormir por lo menos, quiero descansar.dijo Christian poniéndose una almohada en la cabeza y dándole la espalda al muñeco -No te dejare en paz, nunca te dejare en paz, este es mi trabajo y lo amo- dijo Mike.

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Christian no dijo nada y quedándose dormido, olvidó allí acostado toda su vida, durmió como nunca había dormido. Su vida no tuvo ningún sentido, y lo sabía, ese maldito muñeco dejó ver su lado más oscuro y se asustó, tenía que hacer algo pero aquella noche sólo quiso dormir.

Capítulo 7

Al día siguiente no se levantó como siempre, le importaron poco las pantuflas, su casa era un desastre, todo estaba desordenado, no tuvo en cuenta al muñeco, fue al baño, comió como siempre, y se sentó al frente del muñeco, que permanecía inmóvil, allí se pasó el día mirando a su verdugo, y

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comprendió que aquel muñeco, no era nada más que el mismo, aquella horrible persona con sed de sangre era él, era como mirarse al espejo, se dio cuenta que con su vida, terminaría algún día siendo el asesino que tanto temía, comprendió que su vida era una basura porque él lo había hecho así. Miro al muñeco y vio su futuro, un futuro oscuro y vil, no quiso eso para él, así que decidió cambiar su destino, decidió no ser más quien era, decidió que su rumbo sería distinto. -Ya te comprendí maldito, y sé qué haces parte de mí, y sé que seguirás aquí, nunca te iras ¿cierto? pues entonces seré cada vez más fuerte escúchame bien, seré capaz

de ignorarte para siempre, pedazo de mierda, no tomaras el control de mi vida, no quiero ese destino. -No serás capaz, y lo sabes, algún día tendré el control, puedes correr cuanto quieras pero no te podrás esconder de mi- dijo Mike estando mirando por la ventana. -Si podré hacerlo y temes eso ¿verdad? pues lo lograre maldito no seré más Christian el idiota enclaustado mi vida cambiara por completo y podre ser libre, recuerda que existes gracias a mí y si yo quiero lo dejas de hacer pedazo de mierda. -Que patético te vez- dijo Mike mírate al espejo, no eres nadie, y me dices a mí que cambiaras patrañas, estas frito-

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Al oír esto Christian comprendió lo que debía hacer, No podía dejar que aquel monstruo tomara el control de su vida porque sería fatal, comprendió que debía ser valiente, corrió al baño y busco todas sus pastillas, había dejado de tomarlas. -Si yo no existo tú tampoco existes- dijo Christian tomando todas las pastillas que había encontrado de los frascos - muérete maldito demonio-¡No! ¿Qué haces tonto? ¡No lo hagas, estúpido, no te tomes eso!gritaba Mike desesperado al ver como Christian sacaba las pastillas y se las tragaba -¡no!-Demasiado tarde pedazo de mierda- dijo Christian después de

introducir varias pastillas a su boca. Mike sentándose en el suelo, sonrió, mientras miraba como a Christian se le iba la vida. -Que irónico nunca dude que podrías matar, pero no conté con que lo hicieras contigo mismosuspira y le dice- te seguiré- fue lo último que escucho Christian, que cerró los ojos. Tantas cosas que vivió Christian en su vida, tanto que odió; odió a su madre, odió a las personas, vivió siempre escondido tras la cortina, que no se dio cuenta que incubaba un monstruo dentro de sí, era un buen tipo después de todo, era un hombre capaz, de luchar contra sí mismo, fue muy valiente al hacer lo

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que hizo, nunca dejo que su vida fuera tomada por completo por la maldad que yacía dentro de su cuerpo, maldad que cada día se comía sus entrañas y dejaba entreverse por el tiempo, vivió cerrando las puertas de su mente, vivió siempre aferrado a sus recuerdos trágicos y no era para menos, su vida no fue fácil, pero un hombre siempre es capaz de conocerse, y saber qué es lo que quiere en realidad, es la gran diferencia entre nosotros y los animales, tenemos la capacidad de controlar nuestros más oscuros instintos y buscar lo que anhelamos, de eso se dio cuenta Christian un poco tarde para su vida pero por algo alguien dijo: “nunca

es tarde para arrepentirse, nunca es tarde para hacer lo correcto”. Tirado allí en el suelo Christian paso tres días; creyó haber muerto pero no fue así, solo durmió profundamente; lo primero que vio al abrir sus ojos, fue al muñeco, sentado donde lo había dejado la última vez, antes de que le hablara. Se asustó un poco y se extrañó, pensó que todo había pasado y fue así, su casa estaba vuelta nada, tenía una nueva vida que vivir, miro el día tan bonito que había afuera así que decidió salir. Tomó una camisa, se la puso busco sus zapatos y se los coloco y miró por última vez al muñeco.

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-Te estaré esperando, maldito amigo, pero esta vez estoy listo- le dijo sonriendo al muñeco mientras salía de su casa.

mundo nuevo y desconocido, un mundo que le abriría los ojos, pero en ese mundo también estaba Mike, y no sabía en donde iba a parar.

FIN

El día no podía haber sido más hermoso, el sol se asomaba por entre las nubes mientras el caminaba, llego a un parque cercano, se paró a admirar la belleza que nunca vio; niños jugando, familias sonriendo, mujeres corriendo, todo era perfecto a su parecer; abrió sus manos y alzo su rostro, cerro sus ojos y respiro profundo, se dio cuenta que la vida era bella si la sabía vivir, se dejó llevar por el viento y su vida se transformó en otra, una vida que le traería un

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Eduardo Pimienta León, conocido como Eddy Ryam, un joven aficionado a la escritura, poesía, música. Ingeniero Electrónico pero escritor maldito por pasión. “De todos los oficios útiles en la vida elegí el peor de todos, porque alimenta mi alma y mi espíritu pero abandona mi bolsillo”. Publica sus relatos en la web, y escribe en su Blog personal. Tiene una obra titulada Cada rosa tiene espinas que publica periódicamente por capítulos desde Novelistik.

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FOOLERS GROUP 2014  Fotografía: Eduardo Pimienta. Eddyryam@gmail.com Barranquilla – Colombia.