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Entrevista a Artur Galocha

«Sis anys, sis casetes», Ed. Bromera Fragmento del cartel de la exposición en La Capella

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No es el único premio que has recibido. Cuéntanos cómo fue la primera vez que recibiste uno.

El primer concurso que gané fue el del cartel de los reyes magos de Alcoy, hace ya 20 años. Era un proyecto que estaba trabajando en clase y que, además, me suspendieron por entregarlo fuera de plazo. La sorpresa vino cuando me dijeron que había ganado. Después iba diciéndole a mi profesor —en broma y desde el cariño— que podía ir a corregirlo a la puerta del ayuntamiento. Ese fue el momento en el que empecé a pensar que sí se podía vivir de la ilustración.

Tuve la suerte de ganar el mismo premio durante tres años consecutivos: los dos primeros desde la EASD Alcoi y el tercero como estudiante de Bellas Artes en Valencia. No esperaba ganar ninguno. Nunca se sabe qué puede pasar. A veces piensas que puedes ser ganador cuando no lo eres y otras veces ganas sin esperarlo.

¿Cómo fue tu experiencia como estudiante de la EASD Alcoi?

Tuve una experiencia muy positiva en la escuela. El ambiente era muy bueno y el nivel de exigencia muy alto. En Bellas Artes aprendí mucho —tanto de los profesores como de los compañeros— pero fue en la escuela donde realmente me enseñaron el ofi cio de ilustrador y me inculcaron que para vivir de esto hay que currar mucho.

¿Cómo es tu día a día?

Pues paso muchas horas de trabajo en mi estudio de Valencia.

Como lo que más hago es trabajo editorial —donde los tiempos son muy justos— el proceso ha de ser muy metódico. La fase de bocetaje e ideación de los encargos es la más divertida, con la que más disfruto y la más creativa. Una vez las ilustraciones están claras, fi nalizarlas es un trabajo mucho más mecánico.

Además, soy profesor en Valencia en un máster privado de ilustración. Me gusta mucho dar clases porque disfruto enseñando lo que sé y puedo compaginarlo con mi trabajo en el estudio.

También me viene bien para desconectar un poco y relacionarme con la gente.

Trabajas sobre todo en el mundo editorial. ¿Estás abierto a otros proyectos?

¡Claro! Aunque mi principal nicho es la ilustración editorial infantil y juvenil, me encanta trabajar en otros ámbitos dentro de la ilustración. He hecho algo de packaging, pero menos de lo que me gustaría. También me lo paso muy bien cuando hago carteles, aunque creo que no soy un buen cartelista.

Colección «Des-Contes», Ed. Bromera

Proyecto Abecedario

The Iron Horse Japan, by OES Tiendo a realizar carteles muy narrativos y es un sector sobre el que tengo que seguir aprendiendo.

¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?

Me gusta que, tras fi nalizar un encargo, el siguiente sea totalmente opuesto. Me gusta que me planteen nuevos retos y que sean difíciles de resolver. El no saber cómo quedará desde el principio. Eso es lo que más disfruto de cada trabajo.

Por último, ¿crees que es un buen momento para vivir de la ilustración?

Las redes sociales pueden ayudar mucho en ese sentido. Cuando yo empecé en este mundo darse a conocer era mucho más complicado. Ahora, aunque la competencia es mayor, el consumo de imágenes es continuo, por lo que cada vez hay más demanda.

Sí que creo que es un buen momento. Simplemente hay que seguir currar mucho. π

Museo «Explora», Sala Modernismo Alcoy

Artur Galocha

Resurgimiento de las infografías

Las infografías han sido el medio visual masivo en la pandemia

Breve presentación

Nació en Lugo, 1983, se licenció en periodismo en la Universidad Complutense de Madrid. En la actualidad es director de arte de las revistas Líbero y Retina e infografi sta de El País. Ha trabajado como infografi sta en los diarios españoles El Mundo, El Correo Gallego y Público y en el italiano Corriere dello Sport. Ha sido director de Arte de Cambio16 y Tentaciones De repente, de un día para otro, nos encontramos ante una pandemia mundial a causa del coronavirus, con la sanidad colapsada y unas medidas restrictivas para mantenernos confi nados en casa. Desde que comenzó la crisis sanitaria debido al covid-19, no hemos dejado de estar pendientes de los datos diarios. Las terribles cifras diarias de contagios y fallecimientos se han convertido en una parte diaria conectando con nuestra pequeña realidad confi nada con la enorme magnitud de esta pandemia. Ahí, los datos, su exactitud y su representación, se vuelven esenciales. Y algunas visualizaciones se viralizan casi tanto como el coronavirus, pero con mucho mejor diagnóstico. Es evidente que durante la pandemia la información tiene un valor crucial. Donde la velocidad es tremendamente rápida ya que día a día los datos cambiaban y cambian y generan conclusiones distintas. Por ello el papel del diseño gráfi co ha cobrado gran relevancia, donde había que informar a la población de forma clara y sencilla, y de

ahí el gran protagonismo de las infografías, una herramienta muy eficaz para visualizar datos de una forma ordenada y jerarquizada.

¿Cómo definirías tu trabajo durante tus años de experiencia en el sector del diseño?

Yo me metí en esto del diseño porque quería diseñar periódicos. Así que estudié periodismo. Eso me llevó a conocer la infografía y descubrir que era el lugar en el que más a gusto estaba uniendo la información periodística con diseño. Y desde entonces, allá por 2005, soy infografista. También he sido director de arte de algunas revistas, que, al fin y al cabo, la manera en la que presentes la información también es periodismo. Toda mi relación con el diseño tiene de fondo el periodismo. Ya sea haciendo infografías, revistas o incluso portadas de libros.

Es evidente que durante la pandemia la información ha tenido y tiene un valor crucial ¿Crees que la gente ha sido consciente de la importancia que tiene el diseño gráfico en nuestra vida cotidiana? ¿En qué ámbitos ha podido tener mayor incidencia?

Creo que sí ha sido consciente. La manera en la que cuentas el virus y su expansión hace que llegues a más o menos gente y la información les quede más o menos clara. Y aunque no seas consciente, el diseño está ahí y cuanto menos te moleste, mejor. Creo que ha incidido en explicar la expansión pero sobre todo en los cuidados que hay que tener, las situaciones que hay que evitar… Esta misma semana hemos publicado un gráfico con distintos escenarios y cómo se propaga el virus con y sin medidas. Creo que explicarlo de una manera tan sencilla, valiéndose del diseño, ha hecho que se haya compartido mucho y la gente sea consciente de la importancia de usar mascarilla, separarse y ventilar.

En un contexto de incertidumbre donde la información va cambiando tan rápidamente, ¿cómo ayuda el diseño «editorial» en general en la comprensión de lo «qué está pasando» ?

Consumimos la información de manera cada vez más rápida. Y si lo haces de una manera visual llega mucho antes que con un texto de 1.000 palabras.

¿Cuál puede y debe ser la función del diseñador gráfico en la crisis del coronavirus?

Pues creo que la misma que fuera de la crisis. Comunicando de una manera clara, atractiva y molestando poco. Y usando mascarilla y guardando la distancia de seguridad.

Parece ser que las infografías han resurgido con fuerza por la necesidad que tienen las instituciones de ofrecer una información rápida y eficaz sobre medidas de seguridad, en su lucha contra el coronavirus ¿qué importancia están teniendo las infografías en la lucha contra la pandemia? ¿Crees que los diseñadores están haciendo bien su trabajo en este campo?

Creo que mucha gente que no había visto el valor de las infografías y los datos en los diarios lo está viendo con esta pandemia. Por eso que te comentaba antes, hay procesos o datos que explicas con un diagrama o un gráfico y que con un texto de 1.000 palabras no llegas a explicar de manera tan clara y tan concisa. Y sí, desde el New York Times, Washington Post, SCMP, Bloomberg, The Guardian, Reuters… se está haciendo una labor pedagógica brutal.

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