“Alma y Corazón para la ganadería” Estancia La Victoria Hace más de 5 décadas, la familia Van Humbeck fundó Estancia La Victoria en el kilómetro 234 de la Ruta Transchaco Departamento de Presidente Hayes. Por herencia, Mariana Van Humbeck y su esposo Héctor Garcete, son los actuales encargados de manejar este negocio familiar. “A mi siempre me gustó el campo”, comienza diciendo Héctor. “Con Mariana tuve la oportunidad de meterme a full a trabajar en esto y acá estamos: se hizo negocio de familia”, agrega el ganadero. Mariana proviene de una familia de autentica tradición ganadera. La familia Van Humbeck fue pionera en inseminación artificial en el país, y la Estancia Santa Ana, de los abuelos de Mariana, marcó toda una época en la ganadería paraguaya. Héctor, por su parte, proviene de una familia que se dedica al ejercicio del derecho desde hace varias generaciones. Su padre y hermanos son abogados y tiene una hermana economista. Héctor estudió contabilidad y administración de empresas, para después dedicarse, al lado de su esposa, a la ganadería. El matrimonio recibió el establecimiento chaqueño en 1987 con 8.000 hectáreas y hace dos años adquirieron una propiedad colindante con la que alcanzaron una extensión de 15.000 hectáreas. Fue en 1993 cuando Mariana y Héctor comenzaron a invertir en un emprendimiento ganadero propio: Estancia “La Ponderosa”. Adquirieron una primera fracción de 1.500 hectáreas, pero actualmente el establecimiento cuenta con 9 mil hectáreas, 6 mil de las cuales están cubiertas con pastura artificial. La Ponderosa está establecida a 90 kilómetros al noreste de la ciudad de Loma Plata, en el Departamento de Alto Paraguay. Estancia La Victoria es la que concentra la mayor parte de la cría. Ahí se destetan los machos y se llevan a la invernada. La Ponderosa se dedica exclusivamente al negocio de la invernada.
Aunque anteriormente la base del hato de esta empresa familiar fue el cebú, fueron cambiando paulatinamente hacia el Braford y el Brangus. Actualmente los rodeos de cría están predominantemente formados por estas razas, y aunque siguen teniendo algunas vacas con base cebú, todo el servicio se hace con toros Brangus y Braford. Héctor Garcete es un ganadero que aprendió el negocio trabajando arduamente en la pecuaria desde hace 20 años, y ha logrado, junto a su esposa crecer muchísimo. “A parte de conocer todo lo que sea el manejo del ganado, y el manejo de la estancia, hay que tener una visión comercial en esto. Eso fue lo que nos ayudó a crecer”, sostiene Héctor como reflexión de experiencia. Para este matrimonio dedicado por completo a la pecuaria este es un negocio con un futuro enorme. “Yo apuesto totalmente a la ganadería. Invierto, sigo invirtiendo, si tengo posibilidad compro mas campos, hacemos pasturas artificiales. Le doy mi alma y mi corazón”, dice emocionado Héctor. Además de esta visión de avanzada del negocio, Héctor y Mariana, dedican tiempo y trabajo a la introducción de nuevas pasturas y leguminosas, invirtiendo en tecnología en la medida de sus posibilidades. La ganadería puede ser una profesión ingrata para muchos, pero para la familia Garcete, según ellos mismos consideran, no es así. “Cuando estoy lejos extraño a mi familia”, relata Héctor. Cuando los hijos eran más pequeños acompañaban con frecuencia al matrimonio al Chaco. Ahora van a la escuela y al colegio, y Mariana se queda con ellos en Asunción manejando desde la ciudad la administración de las estancias. “Ese es un problema que todos los ganaderos tenemos, sobre todo nosotros que vamos mas lejos al campo… pero todo esto tiene sus frutos”, asegura Héctor.
Estancia Karanday Poty 3