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ARTESANIA TÍPICA BOLIVIANA, UNA MIRADA HACIA UN SECTOR QUE VA EXTINGUIÉNDOSE EN UN CONTEXTO GLOBALIZADOR
por: Christian Gabriel Gutiérrez Barrios *
En el Estado Plurinacional de Bolivia, se destacan dos culturas representativas a lo largo de su desarrollo social, histórico y antropológico, la Incaica y la Tiahuanacota, ambas con cualidades y expresiones artesanales y artísticas similares en cerámica, orfebrería, tejidos y figuras líticas de diverso significado y utilidad.
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En el presente artículo se aborda un análisis socioeconómico de lo que representa la importancia de la actividad artesanal en un segmento poblacional que va transformando su orientación laboral productiva - artesanal hacia una simple figura comercial de intermediación de productos importados.
La artesanía conjuga dos elementos fundamentales de nuestra política cultural: el valor patrimonial de las tradiciones y el aporte de la cultura al desarrollo económico. Es fundamental que áreas como la educación, identidad y patrimonio, asociatividad creativa, comercio justo, fortalecimiento gremial, intersectorialidad, entre otros, estén presentes en espacios de difusión y socialización como el que representa la revista digital “LOS DUKES DE HARTRICK”.
En esta primera presentación me centraré en la cultura Tiahuanacota principalmente, una de las culturas más desarrolladas y adelantadas que se desen- volvió en Bolivia, la cual alcanza tres épocas: la antigua, la clásica y la decadente. El progreso artístico artesanal de ésta cultura, se reflejó claramente en las ruinas y restos arqueológicos encontrados posteriormente; testimonio de una alta técnica y habilidad con los materiales, heredando destrezas y capacidades por generaciones; éstas prácticas no solo se manifiestan en la parte altiplánica del Municipio, sino también en otros contextos urbanos citadinos y con diferentes materiales, técnicas y procedimientos.
La artesanía es un importante recurso para un turismo que gusta de apreciar las expresiones populares del arte en diversos materiales. El binomio recursos naturales y cultura ha sido exitoso en otros países que vieron aumentar los ingresos económicos de sus poblaciones rurales y urbanas con proyectos que resaltan las peculiaridades culturales de su gente y las bellezas naturales de su entorno.
Desde la Revolución Industrial, la artesanía ha ido retrocediendo ante la industria manufacturera, al tiempo que la gente ha pasado de los productos artesanales hacia los bienes de producción masiva. Esto se debió, sobre todo, al precio, pero también a la pobre calidad de la producción artesana para uso popular (Kadt, 1984).
Desde el momento de la intervención del Eurocentrismo en América, se observa una paulatina destrucción de las culturas establecidas en estas tierras; sin embargo, el encuentro de estos dos mundos y la imposición de una cultura sobre otra, no significó necesariamente la total destrucción de la forma de pensar del indígena, sus creencias y conocimientos de distinta índole, heredados ancestralmente; el nativo se dio modos para mantenerla y practicarla dentro de las posibilidades en las que ahora ya se encontraba.
Los artesanos en la época de la colonia, ocuparon un sitio de mediana importancia, ellos se encargaban de transformar distintos tipos de materiales de bienes de uso o decorativos, de acuerdo a la necesidad o requerimiento de los colonizadores. Ésta sociedad se constituyó sobre la base de un usufructo del trabajo indígena.
Existieron gremios y artesanos de todo tipo y variedad, desde la élite de “plateros” y “guerreros” hasta los oficios más bajos de “albañiles” y “carpinteros”, la expansión de los obrajes con mano de obra indígena enfrentó a menudo prohibiciones y obstáculos de las autoridades coloniales en estricta política mercantilista, las colonias no debían poseer industrias que compitieran con las existentes en la metrópoli.
En este periodo la artesanía típica en todas sus expresiones, prácticamente no tenía ningún impacto económico o de usufructo comercial entre quienes la desarrollaban; sin embargo, las creaciones en tejidos típicos, fueron de vital importancia, ya que la vestimenta típica del indígena, reflejaba un indicador distintivo entre los actores de aquel tiempo entre diferentes clases sociales existentes.
Fue entonces que, de ese modo, quienes tenían el poder político y económico encontraban particular preferencia en vestirse con prendas y productos que se importaban desde el continente Europeo como España, o desde el continente Asiático, mientras que los indígenas originarios, se vestían con prendas que ellos elaboraban con diseños y materiales que conocían ancestralmente.
La “artesanía típica” fue tomada en cuenta solamente por el indígena fuera del interés español o criollo, los cuales centraban su atención a la minería que significó sin duda el sector más desarrollado. En este periodo histórico, algunos oriundos fueron influenciados por el arte del viejo mundo dando lugar al arte barroco; pero los indígenas, si bien en muchos casos simulaban estar de acuerdo con lo que se les imponía a la fuerza, como por ejemplo con argumentos clásicos de la religión, nunca renunciaron a sus creencias heredadas ancestralmente; más por el contrario, en aquella época la iglesia se encontraba en proceso de expansión y corrupción basada en el poder político y económico que ejercía, siendo que el predicador euro centrista se sentía satisfecho con ver a su capricho, en lo que él ordenaba más allá de lo que realmente el indígena creyera o pensara en su interior.
Ya en la época de la República, la artesanía típica continuó relegada con mayor intensidad, sobre todo en las ciudades más que en el área rural en donde las condiciones de desprecio y discriminación hacia los usos y costumbres de la cultura autóctona, no fueron diferentes de cuando la Colonia estuvo establecida en América, donde durante los primeros años la producción de prendas y productos artesanales continuaba sin mayores variaciones en áreas rurales de Bolivia, siendo la actividad principal de intercambio de bienes y servicios el trueque predominantemente entre indígenas.
De acuerdo a varios estudios sociológicos y antropológicos, en la generalidad de los casos, los indígenas lograron hacer prevalecer las características ancestrales y su cosmovisión, principalmente en artículos y piezas de vestir, productos de cerámica, orfebrería y por otro lado, los rituales, los cuales se deben sobre todo a dos razones fundamentales:

Primero, que ellos pretendían recuperar el control político en algún momento y establecer con su identidad heredada sin ninguna alteración en las tierras en las que nacieron.
Actualmente el sistema de gobierno Plurinacional de Bolivia, hace referencia al término Incaico, denominado Qhapaq Ñan, que es conceptualmente “el comprender gran parte de nuestra historia y la magnitud de nuestra herencia andina”. Es entender lo bien organizados que se encontraban nuestros antepasados y cómo a partir de esta red vial, los pueblos contemporáneos todavía pueden seguir tejiendo un futuro de esperanza. El Qhapaq Ñan está constituido por un complejo sistema vial (caminos preincaicos e incaicos) que durante el siglo XV los incas unificaron y construyeron como parte de un gran proyecto político, militar, ideológico y administrativo que se conoció como Tawantinsuyu.
Segundo, sentirse acostumbrados a la discriminación y desplazamiento de la sociedad criolla que fue despiadadamente racista como antes lo fueron los europeos en la Colonia, siendo que ya no les afectaba ser vistos por los blancos como inferiores.
Para concluir esta primera parte; considero que el mundo de la actividad artesanal típica y las cadenas productivas que representan, fueron y serán concebidos como respuesta alternativa a las diversas e innumerables problemáticas que atraviesa la sociedad boliviana en la actualidad como por ejemplo el desempleo.
Lo que se pretende con este artículo en su primera parte es, darle un enfoque global respecto a lo que concierne a la creación de artesanía típica; siendo necesario para ello, formular objetivos puntuales para conocer la situación real actual que atraviesa el sector e identificar algunas alternativas de desarrollo socioeconómico que puede existir en un entorno globalizado que amenaza sin duda, la presencia del Arte Popular en la vida cotidiana de los bolivianos en particular y del resto del planeta en general que, poco a poco se homogeniza con los utilitarios masivos que impiden y truncan cualquier posibilidad de emprendimiento local.
Se debe considerar a las cadenas productivas como alternativa de desarrollo para la artesanía típica, con una adecuada política económica dirigida a la incorporación de la cadena productiva para la artesanía típica, de este modo se obtendría un impacto dinámico entre sectores relacionados que se reflejaría en el incremento del empleo y mejores condiciones de vida de quienes trabajan y transforman con sus manos la materia.
* Es Comunicador, Periodista e Investigador
