Quien ayudo a hitler i maiski editorial progreso 1965

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ve por las notas posteriores de Schulenburg, esta respuesta le disgustó mucho. El embajador alemán no dejó de referirse a las negociaciones tripartitas, a lo que el Comisario del Pueblo soviético respondió que perseguían un fin puramente defensivo. Comentando esta conversación, Schulenburg escribió a Berlín que, a juzgar por todos los síntomas, "el Gobierno soviético se siente ahora más inclinado al mejoramiento de las relaciones sovieto-alemanas; sin embargo, la vieja desconfianza hacia Alemania sigue siendo muy fuerte"*. Vemos, pues, que durante la primavera y el verano de 1939, el Gobierno soviético reveló plena lealtad en las relaciones con las potencias occidentales que participaban en las negociaciones tripartitas. No hubo ninguna confabulación secreta con Alemania dirigida contra ellas. No hubo por la parte soviética ningún intento de formar un bloque con Berlín a espaldas de Inglaterra y Francia y "traicionar" a Londres y París. No hubo nada que recordara ni remotamente las conversaciones de Horace Wilson con Wohlthat. Hasta el mismo mes de agosto, las relaciones germano-soviéticas tuvieron el carácter de relaciones diplomáticas corrientes, con tintes, por cierto, no muy "amistosos". Y las conversaciones entre los representantes de ambos gobiernos fueron también conversaciones corrientes de las que sostienen cada día en todos los puntos de la Tierra los ministros y los embajadores sobre diversos problemas de actualidad. Así lo prueban, de manera indudable, los propios documentos recopilados por nuestros adversarios en los EE.UU. para denigrar al máximo al Gobierno soviético**. Sólo en agosto, cuando las negociaciones tripartitas en* NSR, pp. 40-41. ** He aquí un curioso testimonio, procedente de fuentes poco amistosas, de que el Gobierno soviético no cometió ningún acto desleal. El embajador norteamericano en París, William Bullitt. dice, entre otras cosas, en su informe del 28 de junio de 1939 acerca de la conversación sostenida con el Primer Ministro francés, Daladier: "Daladier dijo que él no creía, naturalmente, las declaraciones rusas (acerca de la lealtad en las relaciones con los ingleses y los franceses.-7.M.); pero ni las embajadas ni los servicios secretos franceses ni ingleses han podido recibir hasta ahora ninguna información indicadora de que los rusos sostengan negociaciones con Alemania (Foreign Relations oí the United Slates. 1939, vol. I, Wash., 1956, p. 278). La cosa es bien simple: esas negociaciones no existieron. ¿Cómo compaginar estas declaraciones de Daladier con sus afirmaciones, citadas anteriormente (véase la pág. 160), de que la URSS sostenía negociaciones con Alemania "desde mayo de 1939" a espaldas de Francia?'

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