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Efe Rosario

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Herencia Hispana

Herencia Hispana

Efe Rosario es escritor, editor y estudiante doctoral en la Universidad de Cornell en Nueva York. Ha tomado talleres con figuras del mundo literario tales como Crecí en Carolina, específicamente en un lugar con pocos recursos y dominado por la violencia. En ese contexto, uno se acostumbra a tanto reto y a tanta contradicción junta. Desde hace años tenía una necesidad por compartir y reflexionar acerca de esa educación sentimental, además de destacar cómo se resiste en este país, en qué condiciones se sobrevive. Y pese a que escribo más narrativa, la poesía me sirvió para canalizar estas tragedias sin abusar de dramatismos.

Edmundo Paz Soldán, Mayra Santos Febres, Jan Martínez, entre otras. A pesar de haber publicado en revistas y periódicos, El tiempo ha sido terrible con nosotros es su primer

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¿Qué te inspiró a escribir el libro?

proyecto de largo aliento.

¿Por qué lo escribiste?

Mi intención era escribir un tratado de la persistencia y la derrota. Por un lado, quería explorar sobre la memoria, el perdón y la pérdida y, por el otro, revisitar esos episodios en los que uno se ve obligado a crecer millones de años, a llegar a duras certezas muy de golpe. Aunque pudiera parecer una colección pesimista, la obra habla de cómo es posible el amor por encima de todo y ofrece visiones alternativas del futuro.

¿Cuándo y dónde lo escribiste?

En este libro hay poemas que datan de 2008 como también hay composiciones más recientes. Eso no quiere decir que pasé doce años ininterrumpidos preparándolo… uno nunca escribe un solo libro a la vez. Fue a finales de 2018 cuando empecé a notar un patrón en varios textos sueltos que dieron paso al proyecto. El tiempo ha sido terrible con nosotros se fue formando en Puerto Rico, en Argentina mientras hacía estudios de maestría y en Ithaca, Nueva York, donde resido actualmente.

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¿Cómo fue la preparación del libro? ¿Y dónde podemos conseguirlo?

Escribirlo no fue un proceso continuo. Como mencionaba antes, nadie prepara una obra a la vez sino que va viviendo y va diseccionando esas concentraciones de vida que dan para material literario. Es, por lo tanto, un poemario que no nace de la urgencia, sino de la acumulación y la moderación que solo da el tiempo… por más terrible que pueda resultar. Al momento el libro se consigue a través de Amazon (https://www.amazon.com/dp/B08JCWYSBF). Superada la pandemia, esperemos que puedan llegar ejemplares a las librerías del país.

De todos los poemas que escribiste, ¿cuál es el más que te gusta?

Cuesta contestar a esta pregunta… lo que quizá puedo afirmar es que “Siempre me quejaré” es uno de los más representativos de la colección, ya que encierra la cuestión de la persistencia y la derrota en un mismo texto, además de que presenta muy claramente la poética del libro. De hecho, de ese poema fue que salió el título para el poemario. Por otro lado, “El día antes de que Roberto Cosme” es un texto al que siempre regreso, pues trata de la muerte de un compañero de clases de la escuela elemental. Al escribirlo, pude recordar cómo nosotros, sus amigos, lidiamos con dicha tragedia. Igualmente, a “Los niños bostezan” le guardo un afecto especial, ya que nace de una historia que mi padre me compartió hace muchos años. Cuando él era un niño, mi padre y alguno de sus hermanos salían de la escuela y caminaban hasta La Princesa que, para aquel entonces, servía de prisión. Ellos se dedicaban a observar a los presos desde una de las murallas y cuando hicieron de eso una rutina, llegaron a comprar cigarrillos que encendían y lanzaban para que los reclusos pudieran fumar. No sé exactamente por qué, pero esa anécdota siempre me conmovió, por lo que mucho tiempo después sentí la necesidad de escribirla.

¿Cuáles son tus proyectos para el 2021?

Al momento tengo varios manuscritos casi terminados, entre ellos una novela que propone un retrato de un Puerto Rico irregular, ya que la isla no es presentada como paraíso sino como territorio laberíntico y carcelario dominado, principalmente, por fuerzas relacionadas a la violencia, las drogas y el sexo. Dicha representación sirve para visibilizar la convivencia urbana entre individuos de escasos recursos hacinados en viviendas públicas. Esta obra imagina un residencial que no existe, pero que está localizado en la capital del país, reconocida por su densidad poblacional así como también por su peligrosidad. Mediante el desarrollo de un rumor —la amenaza de muerte extendida a uno de los narcotraficantes del lugar—, todos los personajes sufrirán una serie de consecuencias para las que no encontrarán escapatorias gratuitas.

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