ANAMNESIS:
Anamnesis propiamente dicha
1. Anamnesis próxima o enfermedad actual
2. Anamnesis remota
1. Comienzo brusco, lento o insidioso; en un hecho determinado 2. Evolución cronológica de los síntomas 3. Tratamientos seguidos
Personal
Antec. mórbidos Venéreos Ginecológicos Hábitos
Familiar
Excepto como guía general, no es aconsejable el uso de una forma estereotipada. Ello daría al paciente la sensación de que falta interés personal en su problema, y limitaría la extensión de algunos datos importantes. La historia debe ser tomada en privado, el interrogatorio abierto, simpático, concreto, palpitante de interés, y lo primero que debe registrarse son los datos referentes a nombre, edad, domicilio, estado civil y ocupación. Muchas veces, sin embargo, por las condiciones del paciente o por su gran aprensión, es conveniente pedirle de inmediato que cuente cuál es la razón que lo ha traído al médico (síntoma principal). Luego, en el curso de la conversación, puede obtenerse información detallada en relación a su enfermedad actual, a su historia ocupacional, a sus hábitos y a su historia familiar y conyugal.
I. ENFERMEDAD ACTUAL O ANAMNESIS PROXIMA El diagnóstico ofrece dos aspectos: encontrar lo que explique el padecimiento del enfermo y conocer el estado orgánico funcional, aunque no haya manifestaciones directas de uno o varios sistemas. Habitualmente el médico presta atención al motivo por el cual es consultado y, en general, el enfermo se siente tal porque padece- en una u otra forma y en grados diferentes de intensidad. Lo importante es que el médico inquiera ante todo sobre esto. De esta manera, este patodiagnóstico (diagnóstico del motivo del padecimiento) es la tarea fundamental del médico. Para Jiménez Díaz hay principios fundamentales que deben tenerse en cuenta en la exploración inmediata del paciente. Estos principios son: a) Interés: El médico debe abstraerse de todo y concentrar su atención sobre la- afección de su enfermo. La historia deberá hacerla personalmente, poniendo pasión en este trabajo, para que le sirva para hacer el diagnóstico y, sobre todo, conocer y hacer vibrar al enfermo. b) Sinceridad mental: La exploración clínica ha de hacerse con diligencia, tratando de que no queden pasajes oscuros en ella, síntomas sin explicación, matices sin esclarecer.
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