
5 minute read
AYUDANDO A NUESTROS ANIMALES A SOBRELLEVAR EL CALOR DEL VERANO
Escrito por A.J. Tarpoff, DVM, MS, Kansas State University
Traducido por Jose Valles, MS, Production Animal Consultation
El ganado es altamente adaptable y puede desarrollarse en casi cualquier entorno de la Tierra. Dicho esto, los factores estresantes ambientales pueden impactar fuertemente la salud del ganado. Durante los meses de verano, el estrés calórico a menudo es nuestro enfoque para mejorar la comodidad del ganado.

Hay varios factores ambientales que desempeñan un papel en la comodidad del ganado, incluyendo la temperatura, la humedad, la radiación solar y la velocidad del viento. El monitoreo de estas condiciones es fundamental para asegurar que modifiquemos nuestro manejo cuando las condiciones ambientales cambian. El ganado maneja fisiológicamente el calor de manera muy diferente a la mayoría de las especies. Sus capacidades de sudor están subdesarrolladas en comparación con otros animales, por lo que dependen de la disipación del calor a través de su sistema respiratorio (enfriamiento por evaporación a través del aire húmedo que exhalan) y a través de la convección (movimiento de aire). Esos sistemas generalmente no se dan abasto durante la carga de calor del día. Sin embargo, el ganado acumulará carga de calor durante las horas del día y la disipará rápidamente durante las horas de enfriamiento durante la noche (se necesitan de 4 a 6 horas para que el ganado vuelva a su temperatura normal). Cuando el ganado experimenta estrés calórico, los productores a menudo observan un comportamiento muy diferente en sus animales. Los comportamientos comunes son la reducción del consumo de alimento, aumento del tiempo de estar de pie, hacinamiento alrededor de los bebederos, aumento de la frecuencia respiratoria (jadeo) y los movimientos en búsqueda de sombra
(cuando no hay sombra disponible, el ganado tiende a juntarse en grupos para “darse sombra” el uno al otro).
Las estrategias de mitigación de estrés calórico son implementadas para aumentar la comodidad del ganado durante estos tiempos estresantes. Cada operación implementará estrategias de manera diferente debido a su situación única de alojamiento de ganado.
No todos los animales dentro de un grupo se verán afectados de la misma manera durante eventos de estrés calórico. Algunos factores individuales que contribuyen a la capacidad de los animales para controlar el calor pueden ser el pelaje (de verano o invierno), el color del pelaje (obscuro o claro), genética o incluso problemas de salud previos. El ganado que tuvo neumonía anteriormente en el periodo de alimentación puede ser más susceptible al estrés calórico más delante en el período de alimentación.
Las estrategias para mitigar el estrés calórico generalmente se centran en el manejo, el agua, el medio ambiente y la nutrición. Es muy importante minimizar el manejo del ganado durante los periodos de estrés calórico. El pesaje, el procesamiento, el muestreo y el embarque del ganado son tareas necesarias, pero durante los periodos de calor, deben realizarse estratégicamente durante las primeras horas de la mañana para asegurar la comodidad del ganado. Las necesidades diarias de agua del ganado casi se duplican a medida que la temperatura aumenta de 70°F a 90°F. Cuando ocurren los primeros episodios de calor del año, es muy importante asegurarse de que los bebederos automáticos se hayan ajustado a la capacidad máxima, ya que muchos tienen niveles de capacidad de invierno y verano por separado. Los productores también pueden optar por aumentar la capacidad del bebedero durante los eventos de estrés calórico. Algunas de estas prácticas incluyen agregar bebederos adicionales, llenar los bebederos adicionales diariamente o en eventos extremos de estrés calórico, usar sacos de arena para seccionar una parte del comedero y llenarlo de agua.
Nutricionalmente, manejamos el ganado a lo mejor de nuestra capacidad para minimizar el calor de la fercorrales mentación y al mismo tiempo asegurar un consumo adecuado. Las raciones mixtas totales que se entregan al ganado en las operaciones de corrales de engorda e instalaciones de acopio por lo general son raciones fáciles de digerir que minimizan el calor de la fermentación. Como ejemplo, el pasto de mala calidad produce mucho calor de la digestión en el ganado debido a su composición fibrosa en comparación con el maíz y coproductos de maíz. Durante los eventos de calor, el ganado por lo general consume menos. Es en estos momentos de estrés calórico que nuestros nutriólogos y gerentes de las operaciones de corrales de engorda cambian las estrategias de alimentación para asegurar que el ganado no coma en exceso cuando el clima se enfría y para reducir la probabilidad de un malestar digestivo.

La mitigación del calor ambiental tiene muchas opciones. Construir corrales con montículos en el centro del corral que permitan que el ganado acceda a la brisa que puede estar bloqueada al nivel normal del corral es un método. Tareas sencillas como podar la hierba que existe a lo largo de las cercas y mover los montones de pacas de heno para aumentar el flujo de aire pagan dividendos en la comodidad del ganado. Los sistemas de rociadores también se pueden utilizar durante las horas de la noche para enfriar el piso del corral antes del calor del día siguiente. A menos que el ganado esté completamente empapado hasta la piel, no deben utilizarse durante las horas del día por el riesgo de aumentar la humedad. El suelo descubierto puede absorber una enorme cantidad de calor durante el calor del día, alcanzando temperaturas de hasta 140°F. Camas de paja de trigo o rastrojo de maíz extendidas sobre el suelo del corral pueden reflejar la radiación solar y no absorbe el calor como el suelo descubierto. La cama puede reducir la temperatura del suelo del corral por aproximadamente 25°F.
Se pueden utilizar sombras adecuadas en algunas situaciones, suponiendo que estén construidas correctamente para que no bloqueen las brisas importantes que refrescan al ganado y al mismo tiempo reduzcan la radiación solar que absorbe el suelo. Muchas preguntas, como el retorno de la inversión, el rendimiento del ganado y el tipo de ganado en el que se utilizan, rodean la utilización de sombras en la industria ganadera. Para comenzar a abordar estas preguntas y preocupaciones, nuestro equipo de investigación en la Universidad Estatal de Kansas realizó un estudio durante dos años en un programa de acopio en la Unidad de Crianza de la Universidad Estatal de Kansas para evaluar el uso de la sombra, así como también la estrategia de alimentación (alimentación limitada con una dieta alta en energía y baja en almidón en comparación con una alimentación completa de dieta alta en forraje). Se eligió ganado de acopio debido a que hay muy poca investigación disponible sobre el efecto de la sombra en becerros recién llegados. El estudio se realizó utilizando 40 corrales de ganado cada año durante un periodo de crecimiento de 90 días durante los meses de verano. Nuestros hallazgos significativos consistentes mostraron que la sombra, inde pen dientemente de la práctica de alimentación, mejora el promedio de ganancia diaria por un 7%, aumenta el consumo de alimento por un 6%, mejora la eficiencia alimenticia por un 4% y mejora la comodidad del ganado (medida por los puntajes de jadeo). Además de estos hallazgos, los animales que recibieron sombra redujeron su uso (consumo) de agua por un 11%. Cambiar las practicas de alimentación a una ración más fácil de digerir también redujo el uso de agua y aumentó la comodidad del ganado.
El manejo del ganado a través de episodios de estrés calórico debe involucrar múltiples estrategias. Prepárese ahora para la respuesta específica de su operación.
Monitoree de cerca las condiciones climatológicas y esté preparado para implementar su plan cuando se pronostiquen niveles de estrés calórico durante tres o más días con un enfriamiento mínimo durante la noche.
A.J. Tarpoff nació y creció en Edwardsville, Illinois. La familia de A.J. era propietaria y operaba una planta procesadora de carne y un restaurante de cortes de carne. Recibió su licenciatura en zootecnia en la Universidad Estatal de Kansas en el 2010. En el 2012, recibió su doctorado en medicina veterinaria (D.V.M., por sus siglas en ingles) y una maestría en ciencia biomédica en la Universidad Estatal de Kansas. Paso cuatro años en la practica de producción de corrales de engorda antes de regresar a su alma máter para servir como veterinario de extensión de ganado de carne en Kansas. A.J. tiene un puesto de 70% de extensión, 20% de investigación, y 10% de docencia. Trabaja estrechamente con productores, veterinarios practicantes y miembros de la industria para brindar extensión y educación relevante para mejorar la salud del ganado y la productividad de la industria de la carne.

Este artículo está disponible en inglés en la página 32.