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ACID COCO

Mira el video en exclusiva de 'El Amor De Mis Amores', de Acid Coco, aquí. Se estrena el 7 de agosto.

Autor: EDUARDO P. WAASDORP Foto: SANDRA POINTET Artworks: DARIA MECHKAT

La música latina está en un momento interesante. Las propuestas que llegan desde el continente sudamericano están deslumbrando al mundo de la música occidental, que se encuentra en un momento de búsqueda de nuevos referentes. Esto ocurre en el pop, en la música urbana, en la electrónica… y en definitiva en todos los géneros.

Esto queda evidenciado en el surgimiento de una nueva amalgama de proyectos, que buscan fusionar la vanguardia musical con esos pedazos de folklore, que conectan a los autores con sus tierras de origen. Ya hemos visto como diversos y reverenciados selectores musicales, en todo el mundo, han estado explorando las posibilidades que brindan los sonidos clásicos latinos en sus sets y como esto ha evolucionado en una serie de artistas creando un nuevo sonido, tropical, que en estos momentos inunda las playlists de medio mundo con esas propuestas tan interesante

Y justamente así es como surge el proyecto que les presentamos a continuación. Acid Coco (Paulo Olarte Toro y Andrea Olarte Toro) es un dueto colombiano que presenta su magnifico debut en El Palmas Music, sello

afincado en Barcelona que nos ha traído la música de grandes autores, como los venezolanos Ángel Rada o Daniel Grau. Ahora, después del gran release en 7” de El Dragón Criollo, nos trae el debut de Acid Coco, una propuesta variada, colorista, exuberante a nivel sonoro, y que busca traer un pedazo de la música colombiana a los oídos de Europa y el mundo.

Hablamos con Paulo y Andrea sobre los orígenes de la formación, qué vamos a poder oír en su LP debut ‘Mucho Gusto’, su genial proceso creativo, además de recibir una clase magistral sobre historia musical de Colombia y Latinoamérica. ¡Música, maestros!

¡Hola, Andrea! ¡Hola, Paulo! Es un placer tenerles en la revista. ¿Dónde os encontráis ahora? Andrea: ¡Yo en Berlín! Paulo: Yo estoy en Ginebra, Suiza.

¿Cómo estáis en medio de esta situación? Paulo: Aquí en Suiza lo manejaron todo muy bien. Desde que levantaron la cuarentena, todo ha vuelto a ponerse en marcha con normalidad. Hasta el 6 de julio no fueron obligatorias las mascarillas, creo que es algo que hicieron para equipararse con el resto de Europa.

Andrea: En Berlín, incluso cuando cerraron todo, fue todo voluntario. Se abrió todo relativamente rápido, no hubo medidas extraordinarias, los bares ya están abiertos, aunque no discotecas y clubes. El protocolo para el seguimiento está también, aunque al aire libre puedes hacer lo que quieras, y muchas fiestas se están haciendo al aire libre, aunque sea prohibido. Estuvo relativamente suave, Alemania fue de los países que lo ha controlado bastante bien desde el principio.

Suiza ha sido el primero en abrir ocio nocturno sin restricciones, ¿no? Paulo: Sí, aunque sí hay algunas restricciones de capacidad y con algunas medidas de seguimiento. Cuando vas a un club tienes que dejar tu nombre y tu teléfono, hay un protocolo de protección dado por el estado, aunque yo creo que lo hacen solo por cubrirse las espaldas. Al final, aunque la gente lleva mascarilla, uno no sabe si esa persona ha llevado esa mascarilla desechable 100 veces…

Vamos a cambiar de tema y meternos de lleno en vuestra actualidad musical. Está apunto de salir vuestro álbum debut como Acid Coco, que se publicará en octubre, del que ya hay varios singles y un genial video. Cada uno, por separado, ha desarrollado su carrera en diferentes aspectos de la música, hasta ahora que os habéis unido… Hemos empezado a descubrir nuestro origen común, que está muy ligado a la música, porque tenemos unos padres que siempre nos inculcaron la música como algo muy especial. No despreciaban ningún estilo musical y eso formó Y, como decíamos, cada uno desarrolló su carrera por separado… Paulo, más en la música electrónica y en la producción; y Andrea más en el canto y el trabajo vocal. ¿En qué momento surge la confluencia y se convierten en Acid Coco? Eso fue una casualidad que ocurrió en 2016, aunque todo empezó en Todo empezó en 2009, cuando Andrea vivía en Miami. Entonces, Paulo descubrió que cantaba y un tema que ella había escrito le conmovió y quedó el interés por hacer algo juntos. Volviendo a 2016, Andrea fue a Ginebra ese verano y después de paseos, en los lagos, ríos, con cervezas frías (risas), de muchas cervezas frías, tres días antes de que se fuera nos metimos en el estudio y compusimos un tema. En dos días terminamos haciendo 14, que fue el comienzo en el que dijimos “podemos hacer algo y lo hacemos bien”. De esos 14 han sobrevivido dos, ‘La Chancla’ y ‘Me Voy’, que es un son montuno.

¿En qué parte de Colombia se criaron? Fue en diferentes ciudades. Nacimos en un sitio, nos criamos en otros… Somos una mezcla de diferentes sitios de Colombia, hemos vivido en muchos lugares. Somos ciudadanos universales. Pero nuestras principales influencias vienen de Cali y Bogotá.

¿Y cuáles fueron esas influencias? La influencia musical que tenemos es muy vasta, viene de todas partes, no discriminamos ningún genero. Luego está el hecho de que Paulo se fue de Colombia siendo muy pequeño, en una edad en la que no se le pregunta a un hijo si se quiere ir o no del país. Eso provocó que durante los años de la infancia, que estuvieron viviendo fuera,Paulo se aferrase a la música colombiana como una forma de mantener una identidad. Al regresar a Colombia, la música tropical, como en toda Latinoamérica, forma parte de la vida diaria: en el taxi, en el bus, en las tiendas, los mercados… Así no te guste, la conoces toda y la puedes bailar toda, porque has crecido con ella.

Y, ¿cómo describirían esta escena musical en Colombia? La escena de Colombia está en un excelente momento. Desde siempre han ocurrido cosas interesantes, es parte de la cultura. Había un intercambio caribeño, con países como Venezuela, Panamá, México, las islas, Ecuador o Perú. Con la cumbia llega el fenómeno global, que llega desde la Patagonia hasta Alaska. Fue la época de (Discos) Fuentes, de otros sellos que tuvieron su momento, y luego viene un parón, que llegó con la era del rock. Con el rock en español la preminencia se la llevaron países como Argentina, Chile o México y a principios de los 90, con Carlos Vives y Shakira, de repente Colombia se vuelve un foco mundial de la música. Era algo que no había pasado anteriormente. Colombia, hasta ese momento, el intercambio cultural musical más grande lo había tenido directamente con África, a través de los puertos se intercambiaban discos con países como Senegal, Camerún o Congo. Eso hizo surgir géneros como la champeta, por ejemplo. Pero la escena nacional, como tal, quedó un poco enterrada, al no ser algo que tuviese una salida comercial muy grande en ese entonces.

Con Carlos Vives y Shakira la gente empezó a mirar hacia Colombia y llegaron Los Aterciopelados (banda de rock alternativo colombiana, liderada por Andrea Echeverri y Héctor Buitrago). Ellos fueron la primera banda colombiana en conseguir el éxito que ya habían conseguido bandas argentinas, chilenas o mexicanas.

En los 2000, entre ese año y 2010, empezaron a surgir muchas cosas nuevas, muchas mezclas con música electrónica, la gente empezó a mezclar techno, house, drum & bass, entre otros, con música tradicional, pero elaborando aun un camino. Era todavía una búsqueda. Y en 2010 llegó el segundo boom colombiano, que se dio con Bomba Estéreo, por un lado, y con Sistema Solar, por otro. Desde entonces, han surgido muchas propuestas interesantes y en este momento es cuando están saliendo más proyectos de colombianos que viven fuera de Colombia. Gente como Combo Chimbita, en Nueva York; o como algunos proyectos que Paulo ha montado con otros músicos colombianos en Ginebra. Ese tipo de experiencias enriquecen mucho y reconectan con nuestra gente colombiana. Esos momentos de reunirse, tomarse unas chelas, experimentar y hacer música, es algo que no habíamos vivido. Particularmente Paulo – que tiene una exitosa carrera como productor de música electrónica en Europa, pero siempre en solitario – valora mucho esto, porque es como traer un pedazo de Colombia a Europa.

¿Y de ese momento a la grabación del disco? ¿Cómo fue el proceso? Después de ese primer encuentro con Andrea, Paulo la llamó tiempo después, y le dijo que se montase en un avión para terminar de grabar el resto del disco. Voló a Ginebra y en 10 días, más o menos, sacamos el resto de temas e hicimos la selección para este disco. Las cosas fluyeron bien rápido.

Hablando ya del disco, que se llama ‘Mucho Gusto’, y que va a salir en El Palmas Music, quería preguntaros por los detalles concretos, porque hay toques de todos los estilos: rock, balada electrónica, hip-hop; ‘La Chancla’, que es inclasificable… Está muy presente el folklore colombiano… ¿Teníais alguna referencia en mente a la hora de crear este disco? La verdad es que no. Este disco tiene un sonido especial porque cuando empezamos a tocar, la guitarra de Paulo no estaba disponible y le prestaron una Gibson Les Paul clásica, que pesaba como 14 kilos, con un sonido rockero, muy gordo, especial y grave. Lo que él llevaba por dentro salió solo, al empezar a tocar, y hubo ratos de cumbia, de champeta, el techno-merengue, baladas hip-hop, salsa, son montuno… Era algo que fluía solo, sin pensar mucho de donde iba.

El caso de ‘La Chancla’ es una champeta y nunca lo pensamos así. Estábamos en el estudio, hacía mucho calor y se habían acabado las cervezas. Así que fuimos a por más y al cerrar la puerta del apartamento y ponernos las chanclas, a Paulo se le ocurrió la línea de bajo y empezamos a tararear ‘La Chancla’… y así estuvimos cantando ‘La Chancla’, mientras estábamos en la tienda, pagando y todo (risas). Cuando llegamos a la casa, Paulo grabó el bajo, montamos el beat y dos horas después estaba listo. Fueron procesos muy espontáneos, sin una influencia especifica, sino más bien de mucha gente y muchos estilos, de forma inconsciente.

La costa del pacífico colombiano es un centro importante de música y folklore en Colombia. ¿Hay alguna influencia de la música típica de la costa pacífica en el disco? Hay mucho, por supuesto. Especialmente por nuestro origen caleño. Cali es una ciudad que está a una hora de la costa pacífica, la población en su mayoría es afrodescendiente… Así que muchos de los que somos de Cali también tenemos sangre negra.

Al oír vuestro disco, es inevitable pensar en ciertos matices, que recuerdan a clásicos colombianos como Fruko y sus Tesos o El Combo de los Galleros. ¿Cómo puede un sonido que fue creado a mitad del siglo pasado ser compatible con la música que se hace en 2020? Es que es música que nunca dejó de existir y evolucionó por su cuenta. Y un factor que es clave: Latinoamérica estuvo demasiados años bajo la influencia directa de la cultura estadounidense, de la que poco a poco nos hemos ido liberando, pero seguimos estando muy adoctrinados. Es una teoría propia, pero el artista blanco estadounidense, durante años, intentó mantener esa primera posición en la música. Y lo logró durante mucho tiempo, de buena o mala manera. De hecho, cuando llegó el género disco, esa prominencia dejó de ser tan fuerte. Pero con la llegada del hip-hop ya no hubo nada que se pudiera hacer para detener el avance de la música negra. Eso también ayudó a que en otros lugares del mundo, y en otros momentos, la gente empezase a darse cuenta de que ese legado es motivo de orgullo y no un motivo de vergüenza. En Latinoamérica la gente siempre ha intentado parecerse a EEUU, porque nos inculcaron que ese era el modelo a seguir. Es una doctrina que ha prosperado por la falta de educación y de medios de superación. Nuestros países han sufrido mucho por esa carencia. Se nota que, en la actualidad, las nuevas generaciones están muy orgullosas de quienes son y de sus orígenes.

Como decíamos, el disco sale en El Palmas Music, sello que ya ha dado varias joyas, como los discos de los maestros venezolanos Ángel Rada o Daniel Grau, o el 7” de El Dragón Criollo (uno de los alias de Paulo). Ahora presenta este ‘Mucho Gusto’, vuestro disco debut. ¿Cómo surge vuestra relación con El Palmas? Sabemos que os une una bonita amistad con su dueño, mi compatriota, el venezolano Maurice Aymard… A Maurice le conocemos desde hace 15 años, de su época administrando Galaktika. En torno a 2005-06 contacta con Paulo, que ya había sacado cosas de música electrónica en sellos alemanes. Le pidió que le mandase tracks para Galaktika y el contacto se mantuvo con los años, siempre con muy buen rollo. Como sabes, entre latinos nos juntamos y nos entendemos inmediatamente, y hubo muy buena onda. Con Galaktika la relación termina en 2016, cuando Paulo sacó el disco ‘El Escándalo De Tus Ojos’, muy electrónico, pero también muy latino, con vocales en español…

Y lo cierto es que desde los comienzos de Acid Coco, Maurice ha estado detrás de nosotros, con muchas ganas de publicarnos el trabajo. Fue entonces cuando acordamos sacar el 7” de El Dragón Criollo/La Jungla (alias de Paulo), para que hubiera una pequeña transición entre un disco tan electrónico como el de Ángel Rada, y uno tan tropical como el de Acid Coco.

Finalmente, el single para ‘Yo Bailo Sola’ salió recientemente y ya está en algunas de las playlists más importantes en diferentes plataformas, como Spotify o YouTube, con números bastante decentes.

Justamente, os queríamos preguntar por ‘Yo Bailo Sola’, el single que acabáis de sacar, que viene con un mensaje de empoderamiento y feminismo potente… Lo que ha ocurrido con esta canción es muy curioso. La letra la escribió Paulo, hace un año, en un cuaderno de notas que tiene para apuntar ideas, pensamientos, etc. y esa letra estaba pensada para una cumbia. Está escrita en primera persona, inicialmente desde la perspectiva de un hombre, que cuenta lo que le dice una mujer. Con la cumbia pasa algo interesante, porque la cumbia es un baile de cortejo, en el que no hay un contacto físico – a diferencia de lo que se piensa hoy en día –, que surgió entre los esclavos e indígenas. La inspiración de este track viene de esas viejas cumbias de los años 50, de Pacho Galán o Lucho Bermúdez, de poesía campesina, donde describe donde están, las tradiciones, lo típico del lugar… Y al ser Andrea la que canta, la canción tomó un rumbo totalmente diferente, con ese mensaje de empoderamiento, especialmente con estrofas como “si yo bailo sola/todos vamos a gozar”. Otra parte también habla de “yo te voy a enseñar/que tú no tienes que acosar”. Acosar es una palabra negativa y es algo que pasa realmente en el baile, que hay hombres que piensan que porque una mujer baile con él, ya está dando pie a otras cosas. El baile es el baile, y lo demás es lo demás. Uno bailando puede tener mayor o menor contacto físico, pero eso no significa nada más allá, a no ser que exista una atracción por las dos partes. Uno puede tocarse mientras se está bailando, pero no tiene una connotación sexual. Como tú sabes, en Latinoamérica bailamos porque es parte de nuestra cultura. No es un tema feminista, pero si que es una canción de empoderamiento, de la fuerza y el respeto que debe significar ser mujer. Ambos somos padres – Andrea tiene dos hijas y Paulo, tres – por lo que sabemos a lo que se enfrentan las mujeres en este mundo.

Dentro de poco va a salir el video del segundo single, ‘El Amor De Mis Amores’, dirigido por Gabriel Bonnefoy y con la dirección artística de Daria Mechkat. ¿Qué nos pueden contar? Maurice (Aymard) siempre quiso hacer un video de alguno de los temas del álbum. Desde el principio quería que tuviera la presentación adecuada y quería hacerlo con todo el esmero. Estuvimos viendo la idea y Daria Mechkat (que es la esposa de Paulo), aportó las ideas y se discutió con el director, Gabriel Bonnefoy. Nos juntamos, hicimos el video y el resultado se verá pronto. Creo que es la intención de todos la de posicionar la banda como un referente del sello. El formato video es una forma genial de presentar a una banda y a un álbum que viene muy interesante, que va a tocar a mucha gente.

Finalmente, Andrea, Paulo, ¿tenéis algún otro proyecto planeado para este 2020? Estamos los dos metidos al 100% en Acid Coco, aunque Paulo sigue con El Dragón Criollo y está metido en un proyecto que se llama Contento, con el artista colombiano afincado en Barcelona, Sano. De esto, saldrá un trabajo de salsa-punk, que se editará también en El Palmas Music. Además, Paulo también está desarrollando una banda que se llama Jaguar, en Ginebra, con otros músicos colombianos, centrado en la música caribeña. Ver video

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