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DIVERSIDADES

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DIVERSIDADES

DIVERSIDADES

por María Eugenia Gómez Maidana

El siguiente escrito posee como finalidad visibilizar la existencia de los distintos modos de ser en nuestras expresiones, identidades y orientaciones desde la niñez. Mostrar la importancia de construir nuevas maneras de vincularnos que no repitan el modelo heteronormativo, es decir, que reproduzcan el binarismo de hombre- mujer, masculino- femenino y el conjunto de representaciones sociales que constituyen esas categorías de género.

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Por el contrario, repensar los estereotipos, los mandatos sociales, las expectativas sociales y los fenómenos de construcción de la realidad social permite contribuir en crear un mundo sin violencias.

Nos resulta importante hablar de infancias libres porque consideramos a las niñeces como sujetes de derecho, el punto de partida para describir y visibilizar las juventudes tempranas es a partir del paradigma de los derechos humanos. Lo cual nos posibilita pensar en esta franja etaria con capacidad de autonomía progresiva, toma de decisiones y voz propia.

Esta premisa nos invita a reflexionar en el adultocentrismo que interpela a las infancias, entendido como la supremacía adulta sobre las niñeces a fin de imponer de manera autoritaria como único saber la experiencia adulta dejando invisibilizado el conocimiento subjetivo de las personas que no lo son.

Entonces romper con la norma es motivo suficiente de psicologización o patologización, por lo cual el desafío actual de nuestra época es romper los discursos constructores de significado provenientes de las lógicas institucionales. Tales preconceptos y mandatos difieren del deseo de la niñez, dejando de lado la singularidad y expresión única e irrepetible de cada configuración subjetiva.

Es pertinente preguntarnos ¿Qué pasa cuando empiezan las niñeces a elegir, juegos, colores o identidades no esperables? Es ahí donde cuestionarnos y repensar el orden social naturalizado establecido nos habilita hacia la construcción de una nueva escucha y mirada libre de prejuicios, limitaciones, exclusión y represión de toda forma de ser en el mundo.

Así las crianzas que propician espacios de juego libres, dan lugar a la libertad de ser y que se manifieste la identidad que se desee, donde la creatividad, la imaginación y la construcción de vínculos de pares no son condicionados por lo lúdico, la vestimenta o la actividad de manera sexista, sino por el valor, el interés y el deseo propio.

Por lo tanto, el respeto por las diversas existencias de las expresiones o identidades se vuelve una problemática de agenda pública que consideramos merece ser visibilizada a fin de interpelarnos como miembros de la sociedad, en qué contribuimos como ciudadanes al acceso a los derechos de las infancias travesti trans y no binarias.

En materia de derechos la Ley de Identidad de Género N° 26.743 es pionera en establecer el dere- cho a la identidad de género, a su reconocimiento y al libre desarrollo de la misma desde temprana edad.

Se entiende por identidad de género la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente, coincida o no con el sexo asigando al nacer. Tal definición podemos interpretarla pensando en que la genitalidad no define nuestra identidad y que aquello que no se nombra no existe, si no existe no tiene derechos, por lo cual las infancias libres y niñeces disidentes necesitan nuestro acompañamiento para aumentar la expectativa de vida actual de 35 años en la población trans y su real inclusión social.

En la actualidad somos muchas las agrupaciones de personas que contribuimos en dicho cambio de paradigma a nivel local, provincial y nacional para conocer los recorridos, los aportes y quienes promueven mejorar la calidad de vida de las niñeces y adolescencias disidentes les compartimos las redes de algunas asociacionesfundaciones:.

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