La huella del Lobo y otros cuentos
La primavera llegó despertando a la naturaleza y a los animales que reclamaban amor como todos los años. La selva bullía como loca. Baloo intuía que el corazón del muchacho libraba una batalla entre el afecto por sus amigos y el deseo de vivir entre los suyos. Él y Bagheera, hubiesen querido ayudarlo, pero al chico no le gustaban los consejos y más de una vez miraba a los ojos a la pantera, haciendo que ésta bajara su mirada. Esta cualidad la repetía con el resto de los animales de la selva y poco a poco se sentía cada vez más solo, ya que nadie podía sostenerle la mirada y se volvía día a día, más temeroso para los habitantes de la selva. Mamá loba lo observaba. - Estamos felices de que hayas vuelto, ranita - le dijo - pero ya sos grande y tenés que regresar con
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