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Ser dealer, ¿más fácil de lo que suena?
from Psicodelia
¿más fácil de lo que suena?
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dice Roberto, vendedor de drogas en Bogotá.
En las películas y documentales que hemos visto a lo largo de nuestras vidas, hemos construido una misma concepción sobre los vendedores de droga: hombres de complexión gruesa, altos y muy temperamentales. Aunque no podamos negar que exista alguno con estas características, por lo general no es así. Los dealers están más cerca de nosotros, de lo que pensamos; probablemente en nuestro círculo social y, como todo el mundo, tienen una vida rutinaria y relativamente tranquila.
Roberto es dealer de un barrio popular de Bogotá. Desde joven tuvo distintos trabajos en los que siempre tenía problemas con sus jefes; cansado de esta situación, empezó a vender sustancias psicoactivas por su propia cuenta. Su experiencia ha estado marcada por diversas anécdotas. En entrevista para Psicodelia, reveló el inicio de su negocio y el trasfondo detrás de la venta de estupefacientes.
Psicodelia: ¿Quién es Roberto?
Roberto: Nací en este barrio y he vivido acá siempre, me gradué hace pocos meses de la Universidad. Estudié Diseño Gráfico y desde pequeño he trabajado para alguien en distintas empresas. Siempre tenía problemas con eso, pues discutía con mis jefes. Entonces, durante la universidad, vi que mis amigos gastaban mucho dinero en drogas pero no era sencillo conseguirlas.
P: ¿Cómo se convirtió en dealer?
R: Apenas me gradué de la universidad, me contrataron donde hice las prácticas. Duré cuatro meses y me cansé de estar madrugando todos los días, saliendo a las cinco de la mañana, cumpliéndole a alguien y, además, recibiendo miserias, entonces renuncié. En ese tiempo conocí a unos amigos que fumaban mucho y pensamos en invertir, entre todos, para vender marihuana. Al final no quedamos en nada, así que decidí trabajar por mi cuenta y fui a comprar una libra de marihuana.
P: ¿Cuánto dinero le costó?
R: Me costó 290 000 pesos, eso fue en agosto del año pasado; ahora está más barata, cada vez baja más. Empecé a distribuir de a poquitos, por medio de un amigo en Ciudad Bolívar. Yo tenía una red de clientes por Twitter, y mi idea era que le daba los clientes y yo no tenía nada que ver con la venta cara a cara. Pero eso fue otro problema, porque este tipo a veces no me enviaba la plata y se quedaba con la yerba, por eso yo lo dejé, para evitar pleitos, y empecé a vender por mi cuenta.
P: Navegando en redes sociales, como Facebook o Twitter, es muy sencillo encontrar grupos y páginas de venta de drogas a domicilio, al igual que al por mayor. ¿Son rentables este tipo de negocios?
R: Con el tiempo me metí a los grupos de Facebook y ahí empecé a vender mucho más; también trabajaba de mensajero y entonces aprovechaba. Comencé a tener varios clientes, es cuestión de ser constante. A mí me ha ido realmente bien porque soy constante en el trabajo y ya tengo una clientela definida.
P: Aparte de ser dealer, ¿es consumidor? ¿O es cierto eso de que el dealer no debería consumir su mercancía?
R: A mí nunca me dieron ganas de consumir drogas, pero creo que de todos los dealers que he conocido, soy el único que no consume porque, de resto, hacen esto para también costearse sus drogas. Por eso no les rinde la plata.
P: ¿Dedicarse a esto ha sido una buena decisión?
R: Realmente, es un buen trabajo. Han pasado meses en los que no he trabajado y vivo muy bien, sin embargo, a veces uno piensa mucho en el trasfondo, ¿sabes? Por ejemplo, en los campesinos que son obligados a cultivar y vender la planta bien barata a los narcos, para que uno venga y la venda acá sin problema. La verdad, no me preocupa mucho la gente que compra; cuando le vendo a alguien, pero veo que está muy acabado por las drogas, le dejo de vender… igual sé que lo conseguirá de alguien más, pero yo estoy tranquilo.
P: ¿Qué cree que hará a futuro? ¿Continuará vendiendo sustancias alucinógenas?
R: He pensado en hacer mi propia empresa de diseño gráfico, estoy cerca de tener algo para empezar a invertir en eso. También me gustaría ir más a lo legal cuando se legalice la marihuana completamente, porque de todo lo que he vendido es la que más da dinero.