Incluso, en estos tiempos de revolución en el mundo de los recursos humanos, existe una tercera vía incipiente que es la posibilidad que tienen las empresas de captar talento a través de las redes sociales, ya sean las generales o de forma habitual, las profesionales. Tanto es así que es cada vez más frecuente que el trabajo nos busque a nosotros más que al contrario, como ocurría hasta hace poco tiempo. El caso es que nuestro personal branding debe ir enfocado tanto a mejorar la reputación que ya tenemos entre nuestros amigos, familiares y ex compañeros de trabajo o de estudios, como a ampliar la red de contactos que nos facilite un mayor acceso a cualquier oportunidad que pueda surgir en el mercado laboral. Y no basta sólo con mantener una relación más o menos estrecha con ellos, debemos mostrarles qué camino queremos seguir, qué cualidades nos permitirían ser interesantes para que alguien nos contrate o recomiende nuestra contratación, entre otros muchos elementos que iremos desgranando en este capítulo. Debemos pasar de meros espectadores o lectores de ofertas a mantener una actitud activa, a ser protagonistas en positivo del ámbito laboral en el que nos queremos mover.
2. ¿De dónde partimos? Una de las máximas de la publicidad es tener un conocimiento máximo del producto para elaborar estrategias que nos permitan venderlo mejor a nuestro público objetivo. Y eso es lo que debemos hacer con nosotros mismos en esta estrategia de personal branding que os estamos proponiendo. Para ello, debemos tener la capacidad de analizarnos a nosotros mismos, trazar el objetivo que queremos alcanzar en el mercado laboral, en qué profesión queremos desenvolvernos en el futuro. Nos puede ayudar en esa labor como punto de partida eso que los expertos en estrategia empresarial denominan como DAFO, el acrónimo de cuatro palabras clave: Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades.
Guía práctica para la búsqueda de empleo 174