Mensajero 162 ok

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Año 6 TLALNEPANTLA

No. 162 CUAUTITLÁN

Mensajero

Provincia Eclesiástica de Tlalnepantla IZCALLI

ECATEPEC

TEOTIHUACÁN

Domingo 31 de agosto de 2014 TEXCOCO

NEZAHUALCÓYOTL

Donativo: $5.00

VALLE DE CHALCO

Voz del Pastor

¡Feliz regreso a clases!

Pág. 2

Me confesé… ¿y ahora qué hago? Pág. 11

Bienvenido

El ejercicio del intelecto en la formación de los sacerdotes Pág. 12

Obispo Francisco Págs. 5, 9 y 16


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Voz del Pastor

Mensajero DIRECTORIO Excmo. Sr. D. Carlos Aguiar Retes Arzobispo de Tlalnepantla Excmo. Sr. D. Ricardo Guízar Díaz Arzobispo Emérito Tlalnepantla Excmo. Sr. D. Guillermo Or z Mondragón Obispo de Cuau tlán Excmo. Sr. D. Francisco González Ramos Obispo de Izcalli Excmo. Sr. D. Oscar Roberto Domínguez Cou olenc, M.G Obispo de Ecatepec Excmo. Sr. D. Onésimo Cepeda Silva Arzobispo Emérito Ecatepec Excmo. Sr. D. Guillermo Francisco Escobar Galicia Obispo de Teo huacán Excmo. Sr. D. Juan Manuel Mancilla Sánchez Obispo de Texcoco

¡Feliz regreso a clases! “La tarea educativa es una responsabilidad compartida” Ahora que los jóvenes y niños han regresado a clases, vale la pena recordar que la educación es una responsabilidad que todas las personas compartimos. Seguramente muchos de los padres de familia se han hecho alguna de estas preguntas: ¿Cómo educar a mis hijos? ¿Qué hacer para que aprendan en la escuela? ¿Cómo ayudarles a ser personas de bien, de valores, de virtudes y puedan alcanzar sus sueños o aspiraciones más altas? La mayoría de los alumnos cuando inician un nuevo curso escolar hacen sus buenos propósitos y tienen la firme voluntad de estudiar más, respetar a sus maestros, poner mucha atención en clases, leer más y hacer las tareas, y algunos hasta van a misa y piden la bendición del sacerdote. Los buenos maestros después de unas merecidas vacaciones tienen como uno de sus objetivos de vida enseñar y educar a sus alumnos, continuando su preparación personal y elaborar un buen plan de estudios con metas altas para ellos, infundir entusiasmo y despertar interés de sus materias en los estudiantes, y tal vez hacer la diferencia entre los maestros. O simplemente comprometerse por ser un buen profesor, recordando que los maestros siempre son un ejemplo para los alumnos. Todos somos protagonistas de la comunidad educativa: escuelas, maestros, alumnos, padres de familia, Iglesia. La tarea educativa es una responsabilidad compartida. En ocasiones hemos escuchado que en la escuela se enseña y en la casa se educa; sin embargo, no podemos separar enseñanza de educación, ya que la enseñanza es condición de posibilidad para la educación.

Los padres son protagonistas esenciales y primeros responsables para la educación de sus hijos. En el hogar se educa a partir de lo que se enseña, cómo hablar, a comer, a ser agradecido, a pedir disculpas. Las normas de comportamiento, forma de vida o de vestir son otra forma de enseñanza. Cuando tiramos basura o decimos malas palabras, cuando nos pasamos un semáforo en rojo o decimos mentiras estamos enseñando, al igual que cuando ayudamos a los demás, estamos enseñando, cuando leemos, trabajamos, hacemos oración o vamos a misa estamos educando con la simplicidad de nuestro ejemplo. La Iglesia como madre y maestra está llamada ser comunidad educativa de personas nuevas, para una nueva sociedad, por ello debe formarlas como discípulas y misioneras. Incluso debe estar presente en los diversos ambientes educativos si se quiere ofrecer una formación integral de la persona, logrando un equilibrio personal entre sus facultades intelectuales, su cuerpo, espíritu y sus relaciones sociales, que le permita vivir en libertad y con responsabilidad, como persona capaz de comprender y amar, de realizarse a sí misma, con los demás y para los demás. Todos somos figuras de educación, la mamá y el papá en el hogar, el maestro en la escuela, el sacerdote en la parroquia, el policía en la calle, etc. Como discípulos misioneros de Jesús, estamos llamados a ser modelos de identidad, personas admirables y de las cuales aprender. Los niños y los jóvenes necesitan modelos de identidad, una persona ejemplar a quien admirar y de quien aprender. Recordemos que las palabras mueven, pero el ejemplo arrastra, y que el hombre formado es más humano, más espiritual, más dueño de sí mismo, mejor persona.

† Héctor Luis Morales Sánchez Obispo de Nezahualcóyotl

Excmo. Sr. D. Héctor Luis Morales Sánchez Obispo de Nezahualcóyotl Excmo. Sr. D. Víctor René Rodríguez Gómez Obispo de Valle de Chalco Excmo. Sr. D. Francisco Ramírez N. Obispo Auxiliar de Tlalnepantla Excmo. Sr. D. Efraín Mendoza Cruz Obispo Auxiliar de Tlalnepantla DIRECTOR GENERAL Mons. Víctor René Rodríguez Gómez Presidente de la Comisión Provincial para la Pastoral de la Comunicación DIRECTORA EN TURNO Abril Villanueva SUBDIRECTOR Mons. Luis Mar nez Flores CORRECCIÓN Y ESTILO San ago Ma as DIAGRAMACIÓN Y DISEÑO Samuel Nájera COLABORADORES Equipo de la Pastoral de la Comunicación de la Provincia Eclesiás ca de Tlalnepantla. Registro en trámite.

Mensajero Es una publicación catorcenal de la Provincia Eclesiás ca de Tlalnepantla. Se distribuye en la Arquidiócesis de Tlalnepantla y en las Diócesis de Cuau tlán, Ecatepec, Texcoco, Teo huacán, Nezahualcóyotl y Valle de Chalco.

periodicomensajero@gmail.com


3 Editorial La educación, responsabilidad compartida Mensajero

Se ha dicho que en la escuela se enseña y en la casa se educa, sin embargo no es posible separar enseñanza de educación, ya que la enseñanza es condición de posibilidad para la educación. En ese sentido los padres son protagonistas esenciales y primeros responsables para la educación de sus hijos. En el hogar se educa a partir de lo que se enseña; cómo hablar, a caminar, a comer, a ser agradecido, a pedir disculpas; nuestro comportamiento, forma de vida, de vestir, de hablar es también otra forma de enseñanza; cuando tiramos basura, o decimos malas palabras; cuando nos

pasamos un semáforo en rojo o decimos mentiras enseñamos, al igual que cuando ayudamos a los demás; enseñamos: cuando leemos, trabajamos, hacemos oración o vamos a misa educamos con la simplicidad de nuestro proceder. La Iglesia como madre y maestra está llamada a ser comunidad educativa de personas nuevas, para una nueva sociedad, por ello debe formarlas como discípulas misioneras. Incluso debe estar presente en los diversos ambientes educativos si se quiere ofrecer una formación integral de la persona humana, lograr un equili-

Dad al César, lo que es del César

brio personal entre sus facultades intelectuales, su cuerpo, espíritu y sus relaciones sociales, que le permita vivir en libertad y con responsabilidad, como persona capaz de comprender y amar, de realizarse en sí misma, con los demás y para los demás. Todos somos figuras de educación, la mamá y el papá en el hogar, el maestro en la escuela, el sacerdote en la parroquia, el policía en la calle, etc. Como discípulos misioneros de Jesús, estamos llamados a ser modelos de identidad, personas admirables y de las cuales aprender. Los niños y los jóvenes nece-

sitan modelos de identidad, una persona ejemplar a quien admirar y de quien aprender. Recordemos que las palabras mueven, pero el ejemplo arrastra y que el hombre formado es más humano, más espiritual, más dueño de sí mismo, mejor persona. Ahora que los jóvenes y niños han regresado a clases, vale la pena recordar que la educación es una responsabilidad que todas las personas compartimos. A fin de cuentas, es preciso reiterar “todos somos protagonistas de la comunidad educativa”.

A mis queridos seminaristas Por: Pbro. Gustavo Montoya Reyes

Por: CODIPACS Ecatepec A través del paso del tiempo, la Iglesia ha experimentado diversas críticas respecto a sus “riquezas” y se le ha cuestionado cómo las “distribuye”, situación que a la fecha sigue y seguirá siendo foco de opiniones encontradas. En nuestro país la nota que despertó nuevamente comentarios es la Reforma Fiscal encaminada a las Asociaciones Religiosas (A.R.). En México, hay más de 8,000 asociaciones de muy diversas religiones: oriental (hinduista, budista, Krishna), judía, islámicas y cristianas (ortodoxos, protestantes, evangélicos, cristianos, testigos de Jehová y católicos). Desde 1992 existe una Ley de Asociaciones Religiosas donde el Estado mexicano reconoce la personalidad jurídica de las A.R. dándoles derechos y obligaciones, entre ellas, el pago de sus contribuciones. Respecto a la Iglesia Católica, hay diversidad de Asociaciones Religiosas: diócesis, parroquias, seminarios, congregaciones femeninas, congregaciones masculinas, etc. Cada A.R. está dada de alta en el Sistema de Administración Tributaria (SAT), paga sus impuestos y presenta informes conforme lo establecido a través de las diferentes misceláneas fiscales de cada año. Para muchos, la nota era que nunca habían cumplido con estas obligaciones

y ahora deberían hacerlo; esto es falso. Tanto las A.R. de la Iglesia Católica en México como las A.R. de otras religiones han cumplido con sus obligaciones fiscales. En estos momentos, lo complejo para algunas A.R. es cumplir con la miscelánea que obliga a declarar mediante un comprobante digital por internet, ya que no cuentan con la infraestructura suficiente para hacerlo. Esto no significa que la Iglesia no esté de acuerdo, hay A.R. que ya están en proceso de adaptación a las nuevas reformas para declarar abiertamente sus ingresos y gastos a la luz del Señor y de los hombres. La palabra del Evangelio nos dice: “Y cuando ellos llegaron, le dijeron: Maestro, sabemos que eres veraz y que no buscas el favor de nadie, porque eres imparcial, y enseñas el camino de Dios con verdad. ¿Es lícito pagar impuesto al César, o no? ¿Pagaremos o no pagaremos? Pero Él, dándose cuenta de su hipocresía, les dijo: ¿Por qué me estáis poniendo a prueba? Traedme un denario para verlo. Se lo trajeron, y Él les dijo: ¿De quién es esta imagen y la inscripción? Y ellos le dijeron: Del César. Entonces Jesús les dijo: Dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios. Y se maravillaban de Él (Mc. 12, 14-17). Por lo tanto, queda claro: al SAT lo que corresponde, y a Dios lo que es de Dios.

(Juan 1, 31-41). Al día siguiente Juan se encontraba de nuevo en el mismo lugar con dos de sus discípulos. Mientras Jesús pasaba, se fijo en Él y dijo: “Ése es el cordero de Dios”. Los discípulos le oyeron decir esto y siguieron a Jesús, quien se volvió y, al ver que lo seguían, les preguntó: “¿Qué buscan?” Le contestaron: “Rabí (que significa Maestro), ¿dónde te quedas?” Jesús les dijo: “Vengan y lo verán.” Fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con Él aquel día. Eran como las cuatro de la tarde. Andrés, el hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que siguieron a Jesús por la palabra de Juan. Encontró primero a su hermano Simón y le dijo: “Hemos encontrado al Mesías” (que significa el Cristo). A. Curso introductorio Juan el Bautista identifica, ante sus jóvenes discípulos, a Jesús itinerante junto al Jordán y estimula en ellos su seguimiento. Mis queridos jóvenes seminaristas: ustedes, después de haber tenido un preacompañamiento, han decidido, con la ayuda de Dios, ingresar al curso introductorio para que vaya madurando cada vez más su opción a la vida sacerdotal. Pido a la Virgen María en su advocación de los Remedios que les vaya introduciendo cada vez más al gran mundo del amor de Dios. Bienvenidos hermanos en Cristo. B. Etapa Discipular El encuentro con Jesús será lo que provoque el inicio de la futura comunidad discipular. El discípulo es aquel que, con un corazón dócil y humilde, escucha la Palabra de Dios, la ama, la encarna en su persona, la hace suya, vive de ella y para ella siempre con una actitud de servicio.

Aquí hago referencia a la segunda etapa. C. Configuración con Cristo Buen Pastor El candidato al sacerdocio ministerial ha de configurar su vida con Cristo Buen Pastor en una actitud siempre de servicio amoroso. Para ejercitarse en esta actitud de servicio recibirá de Dios, a través de la Iglesia, los diversos ministerios. Será presentado en los ministerios como aquel que es exhibido en la pista de carreras para competir por un premio. Se le dará el ministerio del lectorado y tendrá que dar a conocer desde el ambón, mediante la proclamación de la palabra, al amado, no amado. Recibirá el acolitado con una actitud de servicio y dispondrá el pan y el vino para que el sacerdote de Cristo pida al Eterno Padre que por el Espíritu Santo lo convierta en el Cuerpo y la Sangre de su Hijo Jesucristo. En esta actitud de servicio amoroso, se configurará con Cristo Buen Pastor. Mis queridos seminaristas: Llevar a cabo estas dos últimas actitudes es un gran reto que solamente unidos a la gracia de Dios podrían realizar. Muchas veces se nos hace más fácil escuchar otras palabras, atender los llamados del mundo, hacer más caso a los medios de comunicación… Pero no escuchamos lo que Dios quiere en nosotros para el bien de los demás. Seminaristas: Los encomiendo a la Virgen María en su advocación de los Remedios, nuestra Madre, y le pido que un día Dios haga resplandecer su rostro sobre ustedes.


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Caminar Diocesano

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“Todos tienen derecho a recibir la alegría del Evangelio: Los cristianos tenemos el deber de anunciarlo sin excluir a nadie” (EG 14) Por: Ivonne Calderón Romero CODIPACS Ecatepec Jardines de Morelos, Ecatepec, 17 de agosto de 2014.- Con gran entusiasmo y alegría, en punto de las 8:30 horas se llevó a cabo el VII Encuentro de Comunidades en la Parroquia de Todos los Santos, de la Diócesis de Ecatepec. El objetivo es compartir como “comunidad de comunidades” esta experiencia que año con año se realiza en compañía de su párroco, Pbro. Eduardo Pierson Espinoza. Se hace oración y se alaba al Señor, integrándose como una gran familia, donde cada uno comparte los avances y dificultades que durante el año han enfrentado en la vida de comunidad. En esta ocasión se contó con la presencia de la Dra. María Libia González, de Colombia, quien actualmente imparte el Diplomado de Procesos Diocesanos de Pastoral para la provincia de Tlalnepantla. La Dra. González compartió su experiencia sobre la vida de las comuni-

dades que viven un proceso, motivando de esta manera a los asistentes a perseverar. Asimismo, en torno al lema del encuentro de este año, el Pbro. Roberto Concha González, rector del Seminario, hizo una reflexión muy asertiva acerca de algunos números de la Exhortación Apostólica del papa Francisco Evangelli Gaudum, mostrando los asistentes gran interés ante ello. En el momento de la Hora Santa, la asamblea parroquial abrió su corazón hacia Jesús Eucaristía, dándole gracias y poniendo ante su presencia los frutos y anhelos de este caminar. Aproximadamente a las 15:30 horas se compartieron los alimentos, ocasión donde la fraternidad y la convivencia se hicieron presentes, finalizando de la mejor manera con la Celebración Eucarística, presidida por nuestro párroco. Se entregaron las cruces de las nuevas pequeñas comunidades y se motivó a todos a continuar firmes en este crecimiento: “Todos y todo en comunidad”.

San Juan Bautista, nueva Cuasi Parroquia en la Diócesis Por: Leandro Medina Cabrera CODIPACS Valle de Chalco Tlalmanalco, Méx., 18 de agosto de 2014.- En un ambiente de alegría y ante la presencia de sacerdotes y fieles, se realizó la erección de la Cuasi Parroquia de San Juan Bautista, teniendo como sede la comunidad de Atzacualoya y como su primer pastor al Pbro. Raúl Amaro Villarreal. La celebración eucarística fue presidida por el vicario episcopal de Ntra. Sra. de la Asunción, el Pbro. Esteban Flores Aguilar, y se leyeron: el Decreto de Erección en el cual se incluyen como sufragáneas a las comunidades de: Pueblo Nuevo, San José Zavaleta y Santo Tomás Atzingo; así como el nombramiento del administrador parroquial. Las letras canónicas fueron suscritas por el Señor Obispo Víctor René Rodríguez Gómez, quien después de escuchar al Consejo Presbiteral y teniendo en cuenta el bien de los fieles, determinó la

creación de una nueva Cuasi Parroquia, para una mejor atención pastoral de estas comunidades. Durante la predicación, el vicario episcopal exhortó a los fieles a colaborar con su pastor en la construcción de una Iglesia fraterna, que viva la unidad, que se preocupe por conocer la Palabra de Dios, buscando crecer como comunidad cristiana para vivir y hacer presente el Evangelio. Asimismo, se exhortó al padre a integrarse al Plan Diocesano de Pastoral y fortalecerlo en la comunidad, para hacer crecer la semilla del Reino de Dios y consolidar la comunidad eclesial en la fe cristiana. Por su parte, el padre Raúl -a quien acompañaron fieles de la Parroquia del Sagrado Corazón, Valle de Chalco, Méx., donde sirvió como vicario- hizo su profesión de fe y la renovación de sus promesas sacerdotales ante el vicario episcopal y, tras tomar posesión, agradeció a los sacerdotes y fieles presentes.


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Caminar Diocesano

Es fundamental la vida del Espíritu en la vida del Obispo

Una respuesta silenciosa al llamado Divino Resumen de la homilía de Don Guillermo Ortiz Mondragón, Obispo de Cuautitlán “El espíritu del Señor está sobre mí”. Todos en el mundo buscan un sentido en su vida. El obispo tiene una certeza en su existencia: Dios Padre le ha dado la vida en el Espíritu. La certeza del obispo en la presencia del Espíritu en su vida es fundamental para él y le encausa en su desarrollo integral hacia una identidad precisa modelada por el amor. Esta identidad de elección comporta la estructuración de una personalidad pastoral, que en su más profundo sentido implica la misión, el envío. No sale de sí para manifestarse a sí mismo, sino para que se manifieste en él la vida, el mensaje, la doctrina, el Evangelio, la vida de Cristo Buen Pastor que convoca a la ovejas, las reúne y acompaña, va delante de ellas para guiarlas, detrás para animarlas y en medio de las mismas para conocerlas.

“Te exhorto a que reavives el don de Dios que recibiste cuando te impuse las manos”. ¿Cómo mantener esta verdad con toda claridad para que desde el interior nos impulse a ser? ¿Cómo reavivar algo que no es nuestro, que de por sí no nos pertenece?, ¿podré reavivar el Don de Dios? La respuesta es sí, pues el regalo se cumple en la medida que es recibido, cuando se entrega de corazón y se recibe en esa misma intensidad. La novedad de la vida, Cristo, nos llega por María. Ella es nuestra Madre, educadora cercana con su delicadeza y ternura. La relación del obispo con María es clara, como hijo, cuidado por ella y educado desde su fidelidad para el ministerio. “El Señor me protegerá para siempre”, es la oración que sella tu corazón, querido hermano Francisco, es la oración del obispo, quien ha sido ungido, elegido en Cristo desde la eternidad, es eco del Magníficat cantado junto con la que es dichosa generación tras

generación. En esta fiesta que es también acción de gracias, nos unimos a ti, hermano Francisco, para agradecer al Padre por tus papás que te enseñaron las primeras oraciones, te guiaron para que crecieras como hombre de Dios. Y a tus hermanos, con quienes caminaste esa primera etapa de tu historia, preparación y ambiente para que el Señor te llamara. Contigo damos gracias a tus primeros catequistas y educadores en la fe en el Seminario y en los primeros años de vida sacerdotal. Ahora no son sólo un recuerdo, sino una experiencia en la que descubres cómo el Espíritu del Señor se cernía ya sobre ti, te guiaba en silencio para tu respuesta vocacional, tu entrega. Desde ahora oramos por ti y contigo al Padre, por intercesión de María, para que Él te configure plenamente en su Hijo Jesucristo Pastor Eterno con la fortaleza, el gozo, la unción del Espíritu Santo. Que así sea.

Visita Pastoral a la Basílica de Nuestra Señora de los Remedios Por: María Luisa Ramírez Comunicaciones Tlalnepantla Una conmemoración importante para los católicos como lo es la Asunción de María fue la fecha elegida para la visita pastoral del Arzobispo Mons. Carlos Aguiar Retes, acompañado de su Obispo auxiliar Mons. Efraín Mendoza a la Basílica de Ntra. Sra. de los Remedios. Esta visita llenó de gran alegría a toda la feligresía de esta comunidad y a los sacerdotes que brindan su servicio en la Basílica. El primero en llegar a la comunidad fue su excelencia Mons. Efraín Mendoza, quien fue recibido por parte de la comunidad, encabezada por el rector de la Basílica, Mons. Francisco Cano Chabolla, y los sacerdotes vicarios. Posteriormente se dio lectura al Modelo de Situación de la comunidad de los Remedios, donde se expusieron algunas situaciones que anteriormente se tenían, mismas que fueron detectadas cuando los sacerdotes actuales aún no daban servicio en la Basílica. Es importante mencionar que el trabajo realizado por el rector actual de la Basílica ha contribuido a erradicar los problemas identificados en dicho Modelo. Al finalizar la presentación de éste,

Mons. Efraín Mendoza mencionó lo importante de esta visita, pues es un acercamiento del pastor con su comunidad. Dijo que no debemos olvidar lo que el papa Francisco quiere para la Iglesia Católica, que es vivir en unidad y ser una sola Iglesia, no buscar la fractura entre las comunidades de zona o decanato, sino encaminar siempre nuestra labor como Iglesia a la unidad; no olvidar que Cristo es la cabeza y nosotros su iglesia, su cuerpo. Así, trabajando juntos y guiados por la palabra de Dios estaremos logrando esa comunidad católica unida que el papa Francisco quiere conseguir. También recordó al pueblo que una herramienta esencial para lograr esa comunidad es la humildad y la misión, tal como nos puso de ejemplo Jesús. Más tarde, Mons. Efraín Mendoza entregó algunos obsequios que el Arzobispo mandó a los feligreses y que son importantes para prepararse rumbo a la misión de la Arquidiócesis del próximo año, como son la palabra de Dios, los cuatro Evangelios y el compendio del catecismo católico. El recibimiento de su Excelencia, el Arzobispo Mons. Carlos Aguiar Retes,

fue un momento especial para todos, lleno de alegría y paz, ya que la Virgen de los Remedios lo recibió. Su Excelencia se dirigió junto con Mons. Efraín Mendoza a la Capilla del Santísimo a realizar una pequeña oración. A su salida de la capilla dirigió a esta comunidad unas palabras, agradeciendo a todos por ese recibimiento. Posteriormente se llevó a cabo la celebración de la Eucaristía encabezada por su Excelencia Mons. Carlos Aguiar y concelebrada

por Mons. Efraín Mendoza, Mons. Francisco Cano, los vicarios de la Basílica y otros sacerdotes que acompañaron en este día especial. Al término de la Eucaristía, la comunidad de la Basílica de Ntra. Sra. de los Remedios convivió en el claustro de este recinto, compartiendo el pan y la alegría que se respiraba en este sitio por la presencia de nuestro pastor, su Excelencia el Arzobispo Mons. Carlos Aguiar Retes.


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Iglesia Universal / Iglesia México

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Segundo concurso de la canción

Famulus Dei 2014 Por: Fabiola Perdomo, CLAT El año pasado se llevó a cabo el primer concurso de la canción, titulado Famulus Dei, con la finalidad de dar a conocer el talento en la Diócesis de Tlalnepantla y así lograr la unidad en las familias de amor y fe, siendo dicho concurso parte de las actividades del Congreso para la Familia, realizado en ese mismo año. Por eso la Arquidiócesis de Tlalnepantla, a través del Consejo de Laicos de la Arquidiócesis de Tlalnepantla (CLAT), invita a participar en el segundo concurso de la canción Famulus Dei 2014, donde están convocados: coros, estudiantinas, rondallas y tunas que no sean profesionales, cuenten con un mínimo de 10 integrantes y pertenezcan a parroquias, colegios católicos y congregaciones religiosas.

Los interesados en participar deberán componer una canción cuyo tema, en esta ocasión, es “La misión y la juventud”, con una duración de tres a cinco minutos. El concurso se desarrollará en tres eliminatorias los días 11, 18 y 25 de octubre, cerrando con la gran final el 8 de noviembre en el Teatro Centenario de Tlalnepantla. Las inscripciones están abiertas a partir del 15 de agosto hasta el 28 de septiembre, y podrán realizarse escribiendo al correo electrónico: juani4993@yahoo.com con atención al Lic. Juan Guillermo Ramírez Basurto o a través del perfil de facebook AMTER mexiquense, donde podrán consultar las bases. El jurado estará conformado por especialistas en la materia. Los criterios de calificación tomarán en cuenta la instrumentación, espiritualidad, ejecución vocal, cali-

dad interpretativa y desenvolvimiento escénico. Las decisiones de los jueces serán inapelables de acuerdo con las bases establecidas. Los premios a los ganadores son: Primer lugar, acordeón y guitarra. Segundo lugar, contrabajo y guitarra. Tercer lugar, tricordio y guitarra. Cabe mencionar que a todos los grupos participantes se les otorgará un reconocimiento de participación y los 10 primeros lugares tendrán la oportunidad de grabar su tema en el disco conmemorativo, siendo la canción triunfadora quien titule el disco. En el marco de los 50 años del año jubilar, este concurso permite llegar a todos los rincones de la Iglesia e incluir a los fieles laicos que desean compartir los dones recibidos por Dios Padre y que constituyen una riqueza invaluable para la misión a la cual han sido llamados.

“Ya nunca más esclavos, sino hermanos”, tema de la Jornada Mundial de la Paz Ciudad del Vaticano, 21 de agosto de 2014.- El Papa Francisco anuncia el tema del mensaje para la 48a Jornada Mundial de la Paz que se celebrará el uno de enero de 2015: “Ya nunca más esclavos, sino hermanos”. Con frecuencia se piensa que la esclavitud sea un hecho que pertenece al pasado. Sin embargo, esta plaga social se encuentra fuertemente presente también en el mundo de hoy. El Mensaje para el 1º de enero de 2014 estaba dedicado a la fraternidad: “La Fraternidad, fundamento y camino para la paz”. El ser todos hijos de Dios hace, en efecto, a los seres humanos, hermanos y hermanas con igual dignidad. La esclavitud hiere mortalmente dicha fraternidad universal y, por tanto, la paz. La paz, en efecto, tiene lugar cuando el ser humano reconoce, en el otro, un hermano que posee la misma dignidad.

En el mundo contemporáneo, son múltiples los abominables rostros de la esclavitud: el tráfico de seres humanos, la trata de los migrantes y de la prostitución, el trabajo esclavo, la explotación del hombre por el hombre, así como la mentalidad esclavista respecto de las mujeres y los niños. Y sobre esta herida especulan vergonzosamente individuos y grupos aprovechando la situación causada por tantos conflictos en curso en el mundo, así como por el contexto de la crisis económica y de la corrupción. ¡La esclavitud es una terrible laceración abierta en el cuerpo de la sociedad contemporánea, es una gravísima herida en la carne de Cristo! Para combatirla eficazmente, es necesario ante todo reconocer la inviolable dignidad de toda persona humana, además de mantener inamovible la referencia a la fraternidad, que requiere la

superación de la desigualdad, en base a la cual un ser humano puede hacer esclavo a otro, y el consiguiente compromiso de proximidad y gratuidad a favor de un camino de liberación e inclusión para todos. El objetivo es la construcción de una civilización fundada sobre la igual dignidad de todos los seres humanos, sin discriminación alguna. Para ello, es necesario también el compromiso de parte de los ámbitos de la información, de la educación, y de la cultura en favor de una sociedad renovada y configurada para la libertad, para la justicia y, por tanto, para la paz. La Jornada mundial de la Paz ha sido deseada por Pablo VI y es celebrada cada año el primero de enero. El Mensaje del Santo Padre es enviado a las Cancillerías de todo el mundo e indica además la línea diplomática de la Santa Sede para el año que comienza.


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Evangelización y Misión Continental

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Hoy lo que convence al mundo es ser testigo de la fe Por: Comisión de Comunicación, Diócesis de Teotihuacán Al leer el Evangelio de Marcos, nos encontramos como mandato final de Jesucristo estas palabras: “Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda criatura”. Por lo mismo, la Iglesia se halla ante un reto y un deber: evangelizar. La evangelización no sólo tiene que ver con las cosas exclusivamente espirituales, debe buscar la conversión del corazón, propiciar que se transforme la realidad social que está en contra de los planes de Dios. Hay también quienes la consideran como una actividad que sólo debe ocuparse de la promoción humana y social, descuidando los valores espirituales como la oración, los sacramentos o la gracia del Espíritu. Hay finalmente quienes sólo toman en cuenta determinados aspectos, reduciéndola a una forma muy personal e incompleta de interpretarla. La realidad es que evangelizar es acercar a los más alejados a Dios. ¿Qué debe hacer entonces la Iglesia?, ¿qué debe hacer cada comunidad cristiana?, ¿qué debe hacer cada bautizado?

Ser instrumentos fieles en la mano de Jesucristo para llevar a todos el misterio de la salvación, continuando la misión que el mismo Jesucristo trajo al mundo recibida del Padre. La catequesis es una herramienta fundamental para enseñar a los demás las verdades de la fe que no se conocen. Con ella se puede llegar mucho más allá que nuestra actividad externa. Jesús, contemplando la gran cosecha que había por delante, fue lo primero que nos encargó. Para lograr esto, el testimonio es imprescindible. Hoy al mundo lo convencen los testigos, no los maestros, aun en medio de nuestras limitaciones. Si los de afuera ven consecuentes la fe y el testimonio, serán arrastrados hacia Jesucristo y su Iglesia. Hablar de Nueva Evangelización tampoco significa que la anterior haya sido inválida. Significa que hay desafíos nuevos a los cuales ahora es urgente responder. No significa proponer un nuevo Evangelio diferente al primero. Hay un sólo Evangelio del cual se pueden sacar nuevas luces para los problemas nuevos y tiende a formar comunidades maduras en la fe y dar respuestas

a la nueva situación que vivimos, provocada por los cambios sociales y culturales de la modernidad. Si una tarea específica tiene la Nueva Evangelización es la de suscitar la adhesión personal a Cristo y a la Iglesia de tantos bautizados que hoy viven sin creer en el cristianismo, porque han

perdido el sentido de la fe, e incluso ya no se reconocen como miembros de la Iglesia y llevan una existencia alejada de Cristo y del Evangelio. Evangelizar para que los alejados puedan aceptar el plan de Dios en su propia vida y descubrir el significado de Él.

Sentarse a los pies de Jesús… Por: Monique, comunicadora parroquial . Diócesis Valle de Chalco Hola, mi nombre es Mónica, actualmente coordino el grupo de monaguillos en la comunidad Sagrado Corazón de Jesús, ubicada en la colonia Darío Martínez, municipio de Valle de Chalco. Quiero platicarte los motivos que rodearon mi decisión de servir a Dios dentro de dicho grupo, decisión que me asombra y llena de alegría. La escena en la que Jesús visita la casa de Marta y María (Lc. 10, 38-42) desde hace tiempo despierta una gran inquietud dentro de mí. Marta, quien “lo recibió en su casa”, se encuentra ocupada y preocupada por cumplir con los deberes del hogar. La imagino cansada y sudo-

rosa, preparando la comida que habría de ofrecer a su “visita especial”. Mientras tanto, María, confiadamente, se encuentra “sentada a los pies” del Maestro, escuchando su palabra. Marta, al ver que su hermana no le ayudaba, le dice a Jesús: “¿Señor, no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo?”. Contrario a lo que seguramente Marta pensaba que diría, Jesús contesta: “Marta, Marta, tú te inquietas y te preocupas por muchas cosas. En realidad, una sola es necesaria. María escogió la mejor parte, que no le será quitada”. La determinación con la que Jesús responde a Marta no deja de asombrarme. No hay duda, “sentarse a los pies” de Jesús, seguirlo, escucharlo… amarlo, es una elección personal que no depende de Dios, sino del uso de nuestra libertad. Sí, seducida un poco por la decisión de María y la respuesta que Jesús le dio a Marta, es así como hace aproximadamente un año “escogí la mejor parte”: familiarizarme con Jesús –escucharlo como María–, mediante mi servicio dentro del grupo de monaguillos. A veces nos preocupamos por “muchas cosas” que nos proveen de riqueza material, pero que, al final del día, poco reconfortan nuestro espíritu. Jesús,

aquella tarde, contesta a Marta que, entre tantas cosas que hay por atender en este mundo, “una sola es necesaria”: atenderlo a Él. Y es que, si le prestamos atención, Él nos atiende a nosotros. El misterio que rodeaba la visita de Jesús a la casa de Marta era que “no iba a ser atendido, sino a atender”; acto de amor que, desde un principio, aceptó María. Ciertamente, hace un año, elegí atender a Jesús, pero dentro de una pastoral vinculada con la infancia. No puedo ocultarlo, los niños son un sector de la sociedad que está, considero, poco atendidos. La mayoría de las prácticas y discursos alrededor de la infancia buscan procurarlos materialmente, cosa que sin duda es importante; pero hay otra que considero casi nadie contempla. Poco se enseña a los niños a reconocerse como personas dotados de cuerpo y alma; casi nunca se les enseña a reconocer sus emociones ni tampoco a manejarlas. En su condición de personas, merecen ser escuchados, aunque no se les enseña a escuchar y, mucho menos a escucharse. Y, en este contexto, tampoco se dedica tiempo para “presentarles” a Dios. No a un Dios-obligación, el que les exige “no hablar” durante la misa y memorizar oraciones que nada les

dicen, para así ser acreedores a la fiesta de su primera comunión. Sino a un Dios-Persona, con quien pueden platicar y ser escuchados, un Dios que los acompañará, pese a todo, hoy y siempre; un Dios que los conoce bien; un Dios que si lo experimentan desde su infancia, sabrán que será el único que más adelante podrá combatir a los enemigos que no pocas veces provocan la infelicidad del mundo. Lamentablemente, poco se cuida el alma. En este sentido, quisiera que en cada encuentro con los monaguillos pueda presentarles a ese Dios-Persona, quien, sobre todas las cosas, sabe amar. Quisiera que en la medida de mis fuerzas y competencias, pueda proporcionarles las armas para combatir a los enemigos de la paz interior, que cuando ellos crezcan, el roquete que ahora portan en cada misa no sea un recuerdo guardado en el ropero junto con sus “osos de peluche”, sino un signo material que les dará la certeza de que Dios está con ellos. En fin, me gustaría también que a lo largo de mi vida recuerde que Jesús es la “mejor parte” y, si estoy convencida de ello, absolutamente nadie me la podrá quitar.


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Iglesia y Actualidad

Mensajero

Solemnidad de la Asunción de María

Por: Pbro. Jesús Melquiades Gadea Navarro, Diócesis de Valle de Chalco En el marco de la fiesta de la Asunción de María, en Amecameca, Estado de México, con una celebración eucarística, donde asistieron más de 25 sacerdotes, se dio el momento propicio para hablar del modelo ideal de nuestra Diócesis de Valle de Chalco. Así como la Virgen María fue asunta al cielo en cuerpo y alma, es así como cada uno de los fieles de la Diócesis de Valle de Chalco deben poner los ojos en aquel ideal del cual nuestra madre santísima ya participa; sin embargo, para que ella pudiera participar de tan grande don, fue necesario que aceptara el proyecto que Dios le había propuesto por medio del Arcángel Gabriel. Vivió y experimentó todo lo que una mujer de su tiempo debía vivir, pero siempre procurando hacer la voluntad de Dios. En compañía de José, su esposo, formó el carácter de Jesús, quien es el Salvador. A partir del 19 de diciembre de 2013, con la promulgación del “Plan Diocesano de Pastoral”, la Diócesis de Valle de Chalco tiene ya un ideal de Iglesia que queremos construir llamado Modelo Ideal; siendo conscientes de la situación actual de nuestra diócesis, la hemos descrito en lo que llamamos Modelo de

Situación. Para alcanzar este propósito y, teniendo en cuenta nuestra situación hoy en día, hemos hecho un serio discernimiento formulando nuestros obstáculos y potencialidades en lo que denominamos Modelo de Diagnóstico, conociendo nuestras luces y sombras. También hemos diseñado un itinerario marcando etapas a corto, mediano y largo plazo en el Modelo Operativo, con las líneas de acción para el trabajo pastoral que debemos realizar. El elemento esencial y la relación que se tiene con la Solemnidad de la Asunción es no perder de vista aquello que queremos alcanzar. Así como la Virgen María fue asunta al lugar donde todos queremos participar, así nuestra Iglesia particular de Valle de Chalco debe tener fijos los ojos en el ideal que deseamos, y que se resume muy bien en el lema y se describe mejor en nuestro objetivo diocesano para el primer año de la primera fase de la primera etapa: Lema: “Una iglesia con rostro humano que sea la más segura, la más digna y la más bella del mundo”.

Objetivo: “Todas las personas que habitan en la Diócesis de Valle de Chalco reconocen su propio valor, el de los demás y el valor de su cultura; se conocen mutuamente, se reconocen, se aceptan y se respetan, mediante actitudes y encuentros comunitarios organizados, a partir de la cultura y religiosidad del pueblo, para sensibilizarse y disponerse a ser una comunidad fraterna”.

Que la Virgen María, madre, amiga y compañera del camino nos ayude y bendiga para que llevemos con éxito nuestro “Plan Diocesano de Pastoral” en todas y cada una de las etapas y fases. Que todos los miembros de esta amada Diócesis: obispo, sacerdotes, religiosos, fieles y habitantes construyamos juntos una Iglesia cada vez mejor, coronando así todo esfuerzo conjunto.

Inauguración del ciclo escolar 2014-2015 “Colegio y Centro de Estudios Superiores Nezahualcóyotl” Por: Abril Villanueva y Sofía Godínez Chimalhuacán, Méx. El pasado 18 de agosto el Pbro. Rolando Estevez Ramírez, Director del Colegio Nezahualcóyotl, ubicado en el centro de Chimalhuacán, junto con Don Juan Manuel Mancilla Sánchez, Obispo de Texcoco, inauguraron el ciclo escolar 2014-2015 en sus áreas de Preescolar, Primaria, Secundaria y Preparatoria. Dentro de esta ceremonia civil se inauguró también el Centro de Estudios Superiores Nezahualcóyotl y su incorporación a la UNAM, para lo cual hicieron presencia autoridades académicas como el Dr. Ramiro Jesús Sandoval, Director General de Incorporación y Revalidación de Estudios de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); la Lic. María Elena Curi Naime, Subdelegada Federal de la Secretaría de Educación Pública (SEP) en el Estado de México; y el Lic. Juan Carlos Salgado Siles, Director del Área de Derecho del Centro de Estudios Superiores Nezahualcóyotl, área con la que se abre la posibilidad de estudios de licenciatura.


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Celebremos la Fe

Así, devotos absolutos, entregados fielmente, oraron juntos…

Una estampa de fe y amor Por: Lic. Elisa Soto Pastoral de la Comunicación, Cuautitlán Posados a los pies de María Santísima y expuestos a la intercesión de San Juan Diego, así, devotos absolutos, entregados fielmente, oraron juntos nuestro Obispo de la Diócesis de Cuautitlán, don Guillermo Ortiz Mondragón y el que fue nombrado primer Obispo de la ya nueva Diócesis de Izcalli, Mons. don Francisco González Ramos en la casa de San Juan Diego, conocida como “El Cerrito”, justo antes de que empezaran su recorrido por la porción del pueblo de Dios que estaba por nacer. Una estampa sin duda añorable, profunda, fraterna; llena de humildad, de entrega, de unión; una imagen que invita a unirse a ese encuentro tan personal con Cristo que sólo logra la oración, el diálogo que viene del corazón y que va

hacia el corazón de Dios. En estos tiempos de inmensa necesidad de hacer oración por la vida pastoral de la Iglesia, estos dos enviados de Cristo a pastorear su rebaño, sin duda pidieron la luz del Espíritu Santo y su sabiduría para poder transmitir con humildad el amor de Dios, en su ministerio pastoral. Y en ese momento tan íntimo de encuentro con Cristo, demostraron que la oración nace de la pequeñez humana y se encuentra con la grandeza divina. Ambos se abandonaron en las manos de Dios y de la Virgen Morena, no sólo en sus peticiones, sino en su existencia, y a través de este acto de fe y de amor, estos hombres hechos de oración, demostraron que la oración también es amor y si la oración es amor, también podemos orar “con todo el corazón, con toda la mente, con todo el espíritu y con todas las fuerzas” (Cf. Lc 10, 27), tal como lo hicieron ellos.

Si éste y aquél pudieron ser santos, ¿por qué no lo voy a poder ser yo?

San Agustín, Doctor de la Iglesia Doctor de la Iglesia es un título otorgado por el Papa o un Concilio Ecuménico a ciertos santos en razón de su erudición y en reconocimiento como eminentes maestros de la fe para los fieles de todos los tiempos. Los doctores de la Iglesia han ejercido una influencia especial sobre el desarrollo del cristianismo, sentando las bases de la doctrina sucesiva, o interpretando de forma esclarecedora y perdurable vastos campos de la Revelación. En el cristianismo primitivo el título se adjudicó espontáneamente a ocho de los Padres de la Iglesia, entre ellos a San Agustín. San Agustín nació en África del Norte en 354, hijo de Patricio y Santa Mónica. Él tuvo un hermano y una hermana, y todos ellos recibieron una educación cristiana. Su hermana llegó a ser abadesa de un convento, y, poco después de su muerte, San Agustín escribió una carta dirigida a su sucesora, incluyendo consejos acerca de la futura dirección de la congregación. Esta carta llegó a ser posteriormente la base para la “Regla de San Agustín”, en la cual este santo es uno de los grandes fundadores de la vida religiosa. Patricio, el padre de San Agustín, fue pagano hasta poco antes de su muerte, lo cual fue una respuesta a las fervientes

oraciones de su esposa, Santa Mónica, por su conversión. Ella también oró mucho por la conversión de su entonces caprichoso hijo San Agustín, quien dejó la escuela cuando tenía 16 años. Mientras se encontraba en esta situación se sumergió en ideas paganas, en el teatro, en su propio orgullo y en varios pecados de impureza. Cuando tenía 17 años inició una relación con una joven con quien vivió fuera del matrimonio durante aproximadamente catorce años. Aunque no estaban casados, ellos se guardaban mutua fidelidad. Desde los 19 hasta los 28 años, para el profundo pesar de su madre, San Agustín perteneció a la secta herética de los maniqueos. Entre otras cosas, ellos creían en un Dios del bien y en un Dios del mal, y que sólo el espíritu del hombre era bueno, no el cuerpo ni nada proveniente del mundo material. La conversión de San Agustín llegó a través de la poderosa intercesión de su madre Santa Mónica; así la gracia triunfó en la vida de San Agustín. Él mismo comenzó a asistir y a ser profundamente impactado por los sermones de San Ambrosio en el cristianismo. Asimismo, leyó la historia de la conversión de un gran orador pagano, además de leer las epístolas de San Pablo, lo cual tuvo

un gran efecto en él para orientar su corazón hacia la verdad de la fe católica. Durante un largo tiempo, San Agustín deseó ser puro, pero él mismo le manifestó a Dios: “Hazme puro… pero aún no”. Un día, cuando San Agustín estaba en el jardín orando a Dios para que lo ayudara con la pureza, escuchó la voz de un niño cantándole: “Toma y lee; toma y lee”. Con ello, él se sintió inspirado a abrir su Biblia al azar, y leyó lo primero que llegó a su vista. San Agustín leyó las palabras de la carta de San Pablo a los Romanos capítulo 13:13-14: “Nada de comilonas y borracheras; nada de lujurias y desenfrenos… revestíos más bien del Señor Jesucristo y no os preocupéis de la carne para satisfacer sus concupiscencias.” Este acontecimiento marcó su vida, y a partir de ese momento él estuvo firme en su resolución y pudo permanecer casto por el resto de su vida. San Agustín fue bautizado en la fe católica. Luego de su bautismo, su madre cayó muy enferma y

falleció poco después de cumplir 56 años, cuando San Agustín tenía 33. Ella le manifestó a su hijo que no se preocupara acerca del lugar donde sería enterrada, sino que sólo la recordara siempre que acudiera al altar de Dios. Éstas fueron unas palabras preciosas evocadas desde el corazón de una madre que tenía una profunda fe y convicción. El amor de San Agustín hacia la verdad a menudo lo llevó a controversias con diversas herejías. En 430, San Agustín se enfermó y falleció el 28 de agosto de ese mismo año. Él es un ejemplo para todos nosotros: un pecador que se hizo santo y que nos da esperanza a todos.


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Familia

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Los abuelos: tesoro de nuestra sociedad

Por: Mons. Luis Martínez Flores CODIPACS Ecatepec El 28 de agosto se celebra en México el día del abuelo. Desde el ámbito de la fe, los abuelos son expresión de la bendición de Dios, por eso la Biblia dice: “… que veas a los hijos de tus hijos, paz a Israel” (Sal 128,6). Hay muchos personajes en la Sagrada Escritura que son ancianos y dan ejemplo con diversas virtudes: Abraham, nuestro padre en la fe y su esposa Sara; los ancianos Simeón y Ana que estuvieron en la presentación del niño Jesús en el templo. Por otra parte, la Iglesia recuerda a los “Abuelos de Jesús”, San Joaquín y Santa Ana. En México hay más de 10 millones de adultos mayores, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Más de 6 millones de hogares tienen a un adulto mayor como jefe de familia, en 2.2 millones de hogares viven adultos mayores dependiendo de sus hijos y nietos, y un millón de adultos mayores viven solos. Otros datos que

dio a conocer el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) en 2010 muestran que en nuestro país el 29.9% de las personas mayores de 60 años han sentido alguna vez que sus derechos no han sido respetados por su edad; el 40.3% tiene problemas económicos, el 37.3% problemas de salud (acceso a servicios de salud y medicamentos), y el 25.9% tiene problemas laborales. Ante estas realidades, al celebrar a los abuelos y a los adultos mayores, es bueno recordar las enseñanzas llenas de sabiduría del papa Francisco, quien desde la inauguración de su Pontificado les ha dado un lugar especial, por eso dijo: “Los abuelos deben ser cuidados con amor porque a menudo se quedan en la periferia de nuestro corazón” (misa de inauguración del Pontificado, 19 de marzo de 2013). Por otra parte, también mencionó: “Los abuelos no son muebles viejos, son el tesoro de nuestra sociedad. Vivimos en un tiempo en el cual los ancianos no cuentan. Es feo decirlo, pero se des-

cartan, porque dan fastidio… Un pueblo que no respeta a los abuelos no tiene futuro, porque no tiene memoria, ha perdido la memoria… Los abuelos han

tenido un rol heroico en la transmisión de la fe en tiempo de persecución” (Homilía de Santa Marta, 19 de noviembre de 2013).

El amor, una alianza indisoluble

Por: Ma. del Carmen Máximo Lozada, comunicadora parroquial Diócesis Valle de Chalco “Mi amado es mío y yo de mi amado”, dice el libro del Cantar de los Cantares; sin embargo, en nuestra sociedad actual,

las relaciones de pareja son de corta duración, porque se ha sustituido el amor por el egoísmo. Pero, ¿cuál era el proyecto original de Dios para el hombre y la mujer? En el libro del Génesis encontramos la respuesta: “Por eso deja el hombre a su

padre y a su madre, y se une a su mujer y se hacen una sola carne” (Gen 2, 24). “Sean fecundos y multiplíquense, llenen la tierra y sométanla” (Gen 1, 28). Así fue como desde el momento de la creación el matrimonio y la familia quedaron instituidos. Al continuar nuestro recorrido histórico-bíblico por los libros del Antiguo Testamento, encontramos que durante muchos siglos la poligamia fue una práctica común entre el pueblo de Israel, pues el varón podía tener tantas esposas como sus recursos se lo permitieran. El concepto y la práctica del matrimonio monogámico se abrió paso poco a poco y de manera natural. En la predicación de los profetas predominó siempre la alegoría nupcial; el profeta Malaquías refirió que la relación entre los esposos está marcada por una auténtica alianza, a semejanza de la alianza establecida entre Dios y su pueblo (Mal 2,10-16). Como para todas las cosas buenas, Dios nos dio un modelo a imitar: la Sagrada Familia. Jesús nació y creció en el seno de una familia, que es el modelo de la familia cristiana. Durante su

ministerio, Jesús reafirmó lo establecido por Dios desde el principio en el plan divino, confirmando la dimensión unitiva y procreativa en la relación entre el hombre y la mujer: “Lo que Dios unió no lo separe el hombre” (Mt 19,6). En sus enseñanzas en torno al matrimonio y la familia, San Pablo continuó a su vez las enseñanzas de Cristo: “Si alguno se casa debe saber que ya no se pertenece, sino que pertenece a su mujer y viceversa; pero los casados deben tener bien claro que el Matrimonio es para siempre” (1 Cor 7 1,11). El papa Francisco insiste en sus discursos sobre la necesaria fidelidad y el cultivo del amor entre las parejas: “Peleen cuanto quieran pero nunca terminen la jornada sin hacer las paces… Tienen que caminar unidos hacia el futuro, ya que mientras se camina se habla, se conoce y se crece en familia”. El amor es un lazo indisoluble que permite al matrimonio y a la familia convertirse en el espacio apropiado para concretar la fe. Si aprendemos a amar, lo hemos aprendido todo.


@joven

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Historia de la vaquita Un maestro de la sabiduría paseaba por el bosque con su fiel discípulo cuando vio a lo lejos un sitio de apariencia muy pobre y decidió hacer una breve visita al lugar. Durante la caminata le comenta al aprendiz sobre la importancia de las visitas, de conocer personas y las oportunidades de aprendizaje que tenemos de estas experiencias. Llegando al lugar constata la pobreza del sitio. Los habitantes, una pareja y tres hijos, casa de madera, vestidos con ropas sucias y rasgadas, sin calzado. Se aproxima al padre de familia y le pregunta: ¿En este lugar no existen señales de trabajo ni comercio, cómo hacen el señor y su familia para sobrevivir aquí? El señor calmadamente respondió: “Amigo mío, nosotros tenemos una vaquita que nos da varios litros de leche todos los días. Una parte del producto la vendemos o la cambiamos por otros géneros alimenticios en la ciudad veci-

na y con la otra parte producimos queso y derivados para nuestro consumo, y así es como vamos sobreviviendo.” El sabio agradeció la información, contempló el lugar por un momento y se fue. En el camino le ordenó a su fiel discípulo: “busca la vaquita, llévala al precipicio de allá en frente y empújala al barranco.” El joven espantado vio al maestro y lo cuestionó sobre el hecho de que la vaquita era el medio de subsistencia de aquella familia. Percibía el silencio absoluto del maestro y fue a cumplir la orden. Así que empujó la vaquita por el precipicio y la vio morir. Aquella escena quedó grabada en la memoria de aquel joven durante algunos años. Un día, el joven resolvió abandonar todo lo que había aprendido y regresar a aquel lugar para contarle todo a la familia, pedir perdón y ayudarlos. A medida que se aproximaba al lugar veía

todo muy bonito, con árboles floridos, habitado, niños jugando en el jardín. El joven se sentía triste y desesperado imaginando que aquella humilde familia tuviese que vender el terreno para sobrevivir. El joven preguntó a un hombre por la familia que vivía allá hace unos cuatro años, quien le respondió que aún seguían viviendo allá. Asombrado, el joven entró corriendo a la casa y reconoció a la misma familia que visitó hace algunos años con el maestro. Elogió el lugar y preguntó al dueño de aquella vaquita: “¿cómo hizo para mejorar este lugar y cambiar de vida?”

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El señor entusiasmado le respondió: “Nosotros teníamos una vaquita que cayó por el precipicio y murió, de ahí en adelante nos vimos en la necesidad de hacer otras cosas y desarrollar habilidades que no sabíamos que teníamos, así alcanzamos el cambio que ven tus ojos ahora.”

Me confesé… ¿y ahora qué hago? Por: Abraham Soto “Tus pecados son perdonados. Vete y no peques más”, dijo el sacerdote a José, un joven que decidió confesar las faltas que había cometido, luego de muchos meses de guardar su pecado por temor a lo que le diría el sacerdote. José salió del confesionario y fue con mucha devoción a la Capilla del Santísimo a cumplir su penitencia: cinco Padrenuestro y cinco Ave María. Estaba muy arrepentido y le pedía a Dios que le ayudara a no volver a caer en el mismo pecado que lo había alejado de su gracia. Finalmente, José se dijo: Bueno, por fin me confesé… ¿Y ahora qué hago para no volver a pecar? Así como José hay muchas personas que no se confiesan porque no tienen tiempo, porque les da igual, porque le tienen miedo al sacerdote, porque ya se acostumbraron, porque nunca encuentran al padre en la parroquia, porque les conviene vivir así aunque sepan que es pecado, en fin, tantas razones y excusas. El primer paso es reconocer el pecado y su daño, y el segundo es tener la valentía de confesarlo con un sacerdote que se convierte en el mismo Jesús, quien te espera para darte su amor y perdonarte.

Luego de la confesión viene lo más difícil, la lucha contra ti mismo, la constancia de permanecer en el amor de Jesús al no cometer nuevamente el pecado. El enemigo es fuerte y te presenta las tentaciones en la casa, en la universidad, en el trabajo, en el parque, en el cine, en la propia Iglesia. Si tu pecado es criticar: muérdete la lengua y piensa antes de hablar. Pregúntate si lo que estás diciendo es cierto y te consta. Si es así trata de contribuir en la solución del problema de la otra persona, ora y actúa. Aconséjalo, enséñale, acércate y dale una mano. Si tu pecado son las drogas: recuerda la vez que compraste una manzana y te salió podrida por dentro. Por fuera se veía con buen color pero por dentro estaba podrida y dañada. Así se vuelve tu cuerpo cuando fumas o consumes drogas o bebidas alcohólicas. Aléjate de los lobos que se dicen llamar tus “amigos”. Un amigo no te exprime ni busca dañarte, tampoco te conduce al pantano oscuro y deprimente que te lleva poco a poco a la muerte. Piensa en tu familia, en tu pareja, en tus hijos. ¿Cuánto sufrirán al verte en un hospital o en camino a la muerte? Si tu pecado es el sexo: toma un trozo de cinta adhesiva y ponla una y otra vez en la palma de tu mano, verás que

luego de muchos “pega y quita” pierde el pegamento y finalmente no sirve para nada. Haz la prueba y verás. Así nos pasa cuando tenemos sexo con una y otra persona, a veces sin conocerla; nuestro valor se pierde y luego seremos desechados. Te propongo la castidad como un medio de valentía y compromiso con Dios y con tu futura esposa o esposo, que si bien no lo conoces ahora, pronto estará agradecido porque le fuiste fiel sin conocerla/o. Es muy difícil, pero no imposible lograr. Caerás, pero te levantarás y hoy sí para no volver a caer jamás. No olvides que tienes muchas armas para ser constante y perseverar hasta el final. Asiste a Misa, reza el Santo Rosario, la Coronilla a la Divina Misericordia, y lo que es fundamental: confiésate a menudo para que eso te asegure la cercanía y paz con Dios. Si tienes temor y no te animas a confesarte, pídele un poco de valentía a la Virgen María, ella te dará el valor y acompañará en el confesionario. Recuerda que el sacerdote inicia la confesión diciendo: “Ave María Purísima…”. Y no lo olvides: “Tus pecados son perdonados. Vete y no peques más”. Artículo tomado de catolicosconaccion.com


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Dios te llama

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El ejercicio del intelecto en la formación de los sacerdotes

Por: Pbro. Guillermo Buendía Miembro del equipo formador, Seminario San José, Diócesis de Nezahualcóyotl La formación intelectual es una de las dimensiones formativas del Seminario, que de manera integral con la humana, la espiritual y la apostólica forman al sacerdote. Pero... ¡cuidado!, porque a través de esta distinción se puede colar una imagen errónea de la formación intelectual: la de algo separado, independiente o autónomo respecto a las demás dimensiones. Con la desventaja de que frente a la formación "humana" (¡sugerente...!), "espiritual" (¡preciosa...!) o "apostólica" (¡entusiasmante...!), la "intelectual" puede parecer la menos motivante o la más aburrida de las cuatro. Se puede entrever lo inseparable de estas dimensiones en estos ejemplos: Sería imposible comprender el valor de la sobriedad en el vestir o la impor-

tancia de cultivar un lenguaje adecuado (formación humana) si la gente no se fuera consciente de las implicancias psicosociales y culturales de la vestimenta y de la comunicación (formación intelectual). Sería imposible vivir adecuadamente la Eucaristía como centro de la vida del Seminario o la oración personal como un valor fundamental del presbítero (formación espiritual) sin conocer y valorar la liturgia y la oración en la historia del cristianismo y de la Iglesia (formación intelectual). Sería imposible prestar un buen servicio catequético, decir una buena homilía o administrar bien una parroquia (formación apostólica) sin haber profundizado en los contenidos y metodologías de la catequesis y de la homilética, y sin conocer los principios básicos de la administración parroquial (formación intelectual). Por eso, se trata de adquirir, por medio del noble ejercicio del intelecto (don de

Dios al ser humano), los conocimientos básicos para el ejercicio de un buen ministerio presbiteral. ¿Qué clase de párroco sería uno que conociera de memoria el derecho canónico, pero no tuviese el tino y la sabiduría de aplicarlo con prudencia y misericordia con el humilde fiel que a él acude? ¿O uno que fuera experto en la historia de la Iglesia medieval, pero no buscase responder a los desafíos pastorales de la hora presente y del lugar concreto en que se sitúa su parroquia? La formación intelectual, a la cual el seminarista le da el tiempo más precioso y abundante de su día, busca formar hombres maduros que sepan reflexionar y conozcan los contenidos esenciales de la revelación divina. Todo su intelecto está en función y al servicio de ese hombre entero que es pastor del rebaño. El fiel, en primer lugar, necesita ser acogido, escuchado, comprendido y ayudado. Necesita un pastor que humana, espiritual, intelec-

tual y pastoralmente lo conduzca a una vivencia gozosa de su fe y a un compromiso consecuente con ella. En concreto, los estudios del Seminario Mayor están articulados en tres etapas, a saber, Propedéutico o curso introductorio, Filosofía y Teología. En el Propedéutico “se trata de que el alumno se conozca y clarifique sus motivaciones hasta llegar a la convicción, bien fundamentada, de que el sacerdocio diocesano puede ser el camino de su vida”: dicen los documentos de la Iglesia. El tiempo de Filosofía se desarrolla en tres años de estudios de los principales tratados de la filosofía e importantes materias humanistas. Ahora, de manera reiterada, el papa Francisco nos ha dicho que: “La evangelización en profundidad de su pueblo es su preocupación primordial para conseguir una verdadera reconciliación”, para la cual el intelecto del sacerdote esté al servicio de su pueblo. www.diocesisdeneza.mx


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Iglesia y Cultura

Fe y razón: dos verdades que proceden de Dios Por: Comisión de Comunicación, Diócesis de Teotihuacán Teológicamente, tanto la verdad de la fe como la verdad de la razón proceden de Dios, como Creador del hombre y de la razón humana, y como Autor de la Revelación sobrenatural. La fe y la razón son dos formas de convicción que subsisten con más o menos un grado de conflicto o de compatibilidad. La fe generalmente es definida como fundamento en una creencia, como una convicción que admite lo absoluto. Mientras que la razón es fundamento en la evidencia, lo cual aproxima el objeto de fe a la idea del mito. La fe cristiana y católica es verdadera por estar fundada en la Palabra de Dios; la inteligencia humana conoce la verdad con certeza. Así se entiende que la fe y la razón no pueden oponerse, porque la verdad no puede ser contraria a la verdad. Por el principio de no contradicción, dos proposiciones contradictorias no pueden ser ambas verdaderas. En términos generales, hay algunas perspectivas respecto a la relación entre fe y razón, y que podrían ser: el racionalismo que sostiene que la verdad debería ser determinada por la razón y el

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análisis de los hechos, más que en la fe, el dogma o enseñanza religiosa. La teología considera que fe y razón son compatibles, de manera que la evidencia y la razón finalmente llevan a la creencia en la fe. La fe y la razón son dos formas de convicción que subsisten con cierto grado de conflicto o de compatibilidad. La fe generalmente es definida como fundamento en una creencia, como una convicción que admite lo absoluto. Mientras que la razón se fundamenta en la evidencia, lo cual aproxima el objeto de fe a la idea del mito. La diferencia entre filosofía y teología consiste en que el teólogo recibe sus principios de la Revelación, y considera los objetos de que se ocupa como deducibles a partir de lo revelado; mientras que el filósofo capta sus principios por la sola razón, y considera los objetos de que se ocupa no como revelados, sino como captables por la luz natural de la razón. Entonces hay verdades propias de la teología: serían aquellas verdades conocidas por revelación y que no pueden ser conocidas por la razón, y verdades propias de la filosofía: que se basa en el razonamiento de las cosas.

Tender los puentes para la eficiencia pastoral Por: Samuel Nájera Cuautitlán Izcalli, Méx. 25 de agosto 2014.- Al iniciar la última semana del diplomado “Procesos Diocesanos de Pastoral a la Luz de Aparecida y la Metodología Prospectiva”, que se impartió en Casa Lago-Sede CEM del 4 al 29 de agosto a cerca de 50 agentes de pastoral provenientes de las ocho diócesis de la Provincia Eclesiástica de Tlalnepantla, y de las diócesis mexicanas de Saltillo, Tepic y Ciudad Valles, los participantes recibieron la visita de Don Carlos Aguiar Retes, Arzobispo de Tlalnepantla, quien acompañado por Don Efraín Mendoza Cruz, obispo auxiliar de Tlalnepantla y de algunos sacerdotes, dirigió su saludo señalando inmediatamente su alegría y esperanza por la experiencia formativa que realizaron durante un mes el conjunto de sacerdotes, religiosas y laicos, que en sus diócesis apoyan el impulso del Plan Diocesano de Pastoral en la unidad de una misma espiritualidad de comunión y de una misma metodología prospectiva. Cada Iglesia Particular elabora de forma independiente su análisis de realidad y su proceso de renovación pastoral.


14 Sección Infantil ¡Es momento de hacer ORACIÓN!

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Amiguito, te invitamos a hacer oración en todo momento. Te recordamos que Jesús siempre está con go y que Él es la fuerza que necesitas para seguir adelante. Resuelve la Sopa de Letras, en ella encontrarás cinco intenciones para nuestra oración. P

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Oremos por: 1. 2. 3. 4. 5.

Jesús, acuérdate de mis amigos. Te doy gracias por todos ellos. Son muy buenos y los quiero mucho. Protégelos y cuídalos. Acompáñalos siempre de día y de noche, y en todas partes. Que gocen de buena salud y crezcan sanos. Si alguno se enferma, Señor, ayuda a que sane pronto. Te pido por las familias de mis amigos, sus padres, hermanos, abuelos, que todos estén bien. Cuida mucho a mis amigos, y que aprendamos a vivir cada día más unidos. Amén.


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La Sal y Luz del mundo

¡Comprométete!

A lo largo de nuestra vida, seguramente nos vamos a encontrar, o ya lo hemos hecho, con diferentes tipos de católicos, que se diferencian por los distintos grados de compromiso o de respuesta que le dan a Dios. Nos encontramos primero con un tipo de católico que abunda como el pasto; a éstos los vamos a llamar: católicos de agua, son aquellos que lo único que tienen de católicos es el nombre, pues en algún tiempo muy lejano sus padres los bautizaron, pero, aunque son Hijos de Dios, nunca lo han reconocido como Padre. Son aquellas personas que se dicen católicos ante la sociedad, pero

que no van a misa, no comulgan y ni hablemos de que se confiesen ni de que hagan caridad con algún hermano; ellos simplemente viven su vida al margen de todo Dios que pueda existir. ¿Conocemos alguno?... creo que sí. Luego nos encontramos con los católicos de aire, o llamados comúnmente golondrinas, pues van, vienen, vuelven... son aquellos que luego de hacer un retiro, un campamento, quedan con todas las fuerzas y son los supercatólicos, pero cuando pasa un poco el tiempo se van porque se aburren. No le encontraron el verdadero sentido a las cosas, entonces, cuando no pasa nada extraor-

dinario, se cansan; pero luego cuando se sienten mal, necesitan o los llaman, vuelven pero tarde o temprano vuelan hacia lugares más cálidos. ¿Conocemos alguno?... Creo que sí. Tenemos otro tipo de católicos a los que vamos a llamar católicos de plomo, son los famosos fanáticos, ratones de sacristía, santurrones y que cuando los vemos venir, generalmente decimos: “¡Uh, que pesado!”... ¿Alguno quiere ser así? Son aquellos que andan con la Biblia bajo el brazo para decir a todos que son católicos, será por eso que cuando abren la Biblia todos salen corriendo. Este tipo de católicos quiere resolver todo con Padrenuestros pero sin comprometerse. ¿Conocemos alguno?... Creo que sí. Finalmente, tenemos al católico al que debemos apuntar, es el que aguanta todo por todos, y que por eso le decimos católico de fierro. Éste tiene de todo un poco, pues distribuye su tiempo entre el compromiso con Cristo, con su familia (que es también su compromiso) y su trabajo o su estudio. Es aquella persona que no sólo nos va a decir que le pidamos a Dios que solucione nuestro problema, sino que también él nos ayudará, es el católico al cual muchos acuden porque ven en él a un Hombre de Dios, alguien que nunca los va a dejar solos. Y tú.... ¿de qué lado estás? Jesús te pide que te quedes de su lado.

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Nos pide que ante su llamado no nos quedemos callados aunque nos equivoquemos, pero que le digamos el porqué de las cosas. Los fariseos, a quienes tanto criticaba Jesús, hacían lo contrario (Mc. 3, 1-6). Cuando Jesús les preguntaba algo ellos sólo callaban y cuando Él se retiraba murmuraban contra Él; a Jesús no le gusta que hablen a sus espaldas, ¿a ti sí?, ¡a mí no! Él quiere que nosotros le digamos las cosas de frente, o seremos como los ídolos de los que nos habla el salmo 113b, 1-7: tienen boca y no hablan... y aquellos que los siguen son iguales. Por eso Jesús nos pide la actitud de Pedro, quien, aunque a veces metía la pata, se animaba a hablar (Mt. 16, 1323). Jesús elogia la buena respuesta de Pedro y corrige su respuesta incorrecta, y sobre él tiene la confianza de edificar su Iglesia... ¡aunque se equivoque! Y tú... ¿de qué lado estás? Hay muchas maneras de contestar al llamado que Jesús nos hace, sólo es necesario saber que a Jesús no podemos darle otra cosa que no sea lo que hemos recibido de Él. Las cosas que Él nos propone están siempre al alcance de nuestra mano, y en ellas siempre encontramos lo que buscamos. Fuente: Martín Daniel González, ecatolico.com

Encuentro Vicarial de Laicos Las obras de la Iglesia son Cristo por la misericordia de Dios Por: Ana María Vergara Ayala y Ma. Magdalena Moreno Escobedo, comunicadoras parroquiales Texcoco, Méx. 23 de agosto 2014.- En la Vicaría San Antonio, en instalaciones de la Santa Iglesia Catedral de Texcoco, se llevó a cabo el encuentro de grupos, movimientos y asociaciones laicales; el Pbro. Alejandro Valencia Valverde fue el expositor del tema: “Vocación y Misión de los Laicos en la Iglesia y en el mundo”. El mensaje primordial fue la motivación a trabajar en comunión sin excluir a nadie. Los grupos, asociaciones y movimientos participantes fueron: Adoración Nocturna, Renovación Carismática, Encuentros Conyugales, Camino Neocatecúmenal, Taller de Oración y Vida, Escuela de Pastoral, Solidaridad y justicia, Acción Católica Femenil y Juvenil, Orden Franciscana Seglar, Lithos Misioneros, Movimiento Familiar Cristiano, Vela Perpetua, Virgen de Guadalupe, Sagrado Corazón de Jesús, Virgen

de Candelaria, Llama de Amor. Se les motivó a trabajar en sus parroquias, apegados al plan diocesano, con el objetivo de socializar con su comunidad tomando en cuenta los diferentes carismas. “El plan Diocesano de Pastoral es un instrumento con metodología que nos ayuda a encontrar juntos, en comunión, el camino para la construcción del reino favoreciendo a la misma Iglesia”, palabras del vicario de Pastoral, Pbro. Erasto Pacheco Ramos, quien también los invitó a conocer el ser y que hacer de cada movimiento o grupo y llevar el mensaje a toda su comunidad parroquial. Durante el encuentro Mons. Juan Manuel Mancilla Sánchez, obispo de Texcoco, hizo presencia y en su mensaje dijo que “las obras de la Iglesia son Cristo por la misericordia de Dios, y está avalada y fortificada por la fe en el Hijo de Dios que iluminó todo con su santidad y su profunda relación con el Padre. Ustedes aman a Jesucristo por-

que es la luz, la roca y la fuente de agua viva que hay en esa roca llamada Pedro, que como en el desierto, nos maravilló con la frescura del agua; agua del bautismo, agua en la Eucaristía haciendo una Iglesia que camine con la fe y la fuerza del Hijo de Dios”.

Como última parte se llevó a cabo un foro donde compartieron experiencias aportando sus carismas al Proyecto Diocesano de Renovación Pastoral. La jornada se dio por terminada con la Celebración Eucarística presidida por el Pbro. Manuel Valenzuela Martínez.


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Mensajero

Un acontecimiento que reflejó fraternidad, respaldo y amor

Obispo: un persona que mira con el corazón

Por: P. Gustavo SP Diócesis de Cuautitlán El nacimiento de una nueva vida genera en el corazón del ser humano ilusión y esperanza, al mismo tiempo que suscita sentimientos de responsabilidad y entrega por guiar esta nueva vida hacia el sendero del bien y de la plenitud. De esa misma forma, en el sentido pastoral y eclesial, el nacimiento de una nueva diócesis y de un nuevo Obispo genera

en el pueblo de Dios y en sus pastores emociones rodeadas de esperanza y fraternidad, que se reflejan en el apoyo colegial y el testimonio. Es por ello que la erección de la nueva Diócesis de Izcalli y la ordenación episcopal de Monseñor Francisco González Ramos, quien fue designado a dar testimonio del amor del Padre, por medio de su ministerio pastoral en esta Diócesis, fue un acontecimiento lleno de alegría y acompañamiento para quienes fueron

testigos. Es prudente decir que la palabra Obispo es el término con el cual se designó a los sucesores de los Apóstoles, siguiendo el modelo del Señor que es el primer Obispo, guardián y pastor de las almas. La palabra Obispo indica a una persona que contempla desde lo alto, una persona que mira con el corazón. Así es como los fieles miran a sus pastores, como aquellas personas que son guiadas por el Espíritu de Dios y

que son dóciles a su enseñanza. Esto adentra a la contemplación sobre la importancia de la presencia del pastor en la guía y cuidado de su Diócesis. Demos, pues, la bienvenida a Mons. Francisco, tal como lo hicieron sus hermanos obispos, en ese acto que reflejó fraternidad, acogimiento, respaldo y amor, y dispongámonos a caminar junto a este nuevo pastor del pueblo de Dios.

¡Felicidades Diócesis de Izcalli!


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