Evangelizar Edición Especial - Junio 2022

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FOTO: Joseph Henao

“No impongan las manos

a nadie sin haberlo pensado bien”

1 Tim 5, 22ª

ISSN 2590-8359

Edición especial Junio 2022

Revista de ayudas pastorales Diócesis de Sonsón Rionegro diosonrio

Diosonriocol


Con el Apoyo del P. Hernán Darío Cardona S.D.B.

EVANGELIO DEL DOMINGO

Domingo 5 de junio

Domingo de Pentecostés “Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra” Primera Lectura: Del libro de los hechos de los Apóstoles 2, 1-11 Salmo 103: “Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra”

De la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 12, 3b-7.12-13 Evangelio: Del santo Evangelio según San Juan 20, 19-23

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros». Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo». Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».

Palabra del Señor

Segunda Lectura:

Pautas de reflexión El término "paz", del hebreo Shalom, indica mucho más que nuestra paz, indica cuanto contribuye a la plena felicidad de las personas. Pero Jesús no se limita a un anuncio verbal, a un deseo, muestra por qué deben ser felices en plenitud. "Dicho esto les mostró sus manos y el costado". Son los signos indelebles de su amor. El amor que lo llevó a dar su vida por sus seguidores (Jn 3,14), no fue la respuesta en una ocasión dramática, sino la actitud normal de Jesús dentro de la comunidad. Jesús en medio de la comunidad protege, defiende, ayuda y aumenta la capacidad de amor de sus discípulos que acogen su oferta de amor, es una actitud permanente y no ocasional. Y los discípulos se alegraron. Si antes tenían miedo, ahora están gozosos "al ver al Señor. Y Jesús les dijo de nuevo: "La paz sea con ustedes". Mientras la primera paz tiene como sustento el amor, que impulsa a Jesús a dar su vida por los suyos, el segundo saludo de paz está motivado por el llamado a sus 2 Nuestra Misión Evangelizar

seguidores para prolongar la acción de Jesús, su misión y anuncio testimonial. Hay un amor que se comunica, un amor recibido de Dios, un amor para comunicar y contagiar a los demás. "Dicho esto, sopló". El evangelista repite las acciones de Dios creador con el primer ser humano "El Señor Dios moldeó al hombre con polvo de la tierra, sopló en sus fosas nasales, un soplo de vida, y el ser humano se convirtió en un ser vivo" (Gn 2,7). El Espíritu, es decir, la fuerza del amor de Dios se comunica a los seres humanos y los hace capaces de amar con generosidad, así como cada uno se siente amado por Dios. Lo que Dios es, su amor, solo puede ser conocido a través de grados cada vez más profundos de conciencia, de experiencia Jesús completa la creación, comunica a los seres humanos el Espíritu, es decir, la misma capacidad de amor que el Padre comunicó a Jesús y que Jesús comunica ahora, a quienes aceptan su invitación para prolongar con su amor

recibido, así como el Padre envió a Jesús. "A los que...", y aquí no usa el verbo "perdonar", sino "liberarse de los pecados". Por "pecado" el evangelista no entiende "culpa, error, carencia", sino una dirección equivocada de la vida. La comunidad debe ser luz de la cual se derrama el amor de Dios. Aquellos que, viviendo en la injusticia, se sienten atraídos por esta luz y se convierten en parte de ella, tienen el pasado (el injusto) borrado por completo. A quienes hacen el mal no les gusta la luz, pero al ver brillar la luz, se retraen aún más en la sombra de la oscuridad. La comunidad tiene una responsabilidad: hacer brillar el amor de Dios. Quienes se sienten atraídos por él, tienen su pasado perdonado, aquellos que en cambio ven en este amor una amenaza para sus intereses, para sus conveniencias, se retiran de él y siguen el manto de la oscuridad y de la muerte (Juan 3,19-21).


Con el Apoyo del P. Hernán Darío Cardona S.D.B.

Domingo 12 de junio

Solemnidad de La Santísima Trinidad

EVANGELIO DEL DOMINGO

“Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo; al Dios que es, al que era, y al que ha de venir”

Palabra del Señor

Primera Lectura: Del libro de los Proverbios 8, 22-31 Salmo 8: ¨Señor, Dios nuestro, que admirable es tu nombre en toda la tierra” Segunda Lectura: De la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 5, 1-5 Evangelio: Del santo Evangelio según San Juan 16, 12-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga Él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues no hablará por cuenta propia, sino que hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir. Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que recibirá y tomará de lo mío y os lo anunciará.

Pautas de reflexión El amor recibido se transforma en amor comunicado, y dilata nuestro corazón y a Dios le permite infundirnos su amor. Por lo tanto, cuanto más amamos, más entendemos a Jesús, la expresión visible de un Dios que es solo amor. Los discípulos aún no son capaces de aceptar esta realidad porque no están listos para entregar el don de su vida en el servicio a los demás. Quienes, como Jesús, están listos para servir con el don de su vida, que no indica solo el sacrificio extremo de la cruz, sino orientar su vida poniendo, como único valor de su existencia, el bien de las personas, único valor innegociable, captan el anuncio de Jesús. Quienes viven así permiten que Dios les comunique el Dios que es. Y Jesús añade: "Cuando venga, el Espíritu de verdad", por tercera vez, este Espíritu es llamado así en estos capítulos del Evangelio, "Él los guiará a toda verdad plena". Estar en la verdad y

hacer la verdad significa insertarse en el dinamismo de amor del Espíritu de Dios que dirige, lleva al ser humano, a entregar sus fuerzas para el bien de los otros. La comunidad crece, surgen nuevas necesidades, nuevos retos, ¿cómo responder? Aquí, la presencia del Espíritu, que pone como valor absoluto, no negociable, el bien de las personas, nos descubre nuevas respuestas a las necesidades inmediatas de la comunidad. Esta es la garantía de la presencia del Espíritu de Jesús resucitado en su comunidad. "Él me glorificará porque tomará lo que es mío", lo que es de Jesús, es decir, la plenitud del amor del Padre, el Espíritu, "y les anunciará". No es una idea que se proclama, sino un Espíritu, una energía de amor, que solo se comprende en las obras que revelan este amor. Cuanto más abrimos la mente y el corazón al amor de Dios para comunicarlo a los demás,

cuanto más permitamos que Dios se manifieste a sí mismo, más lo entenderemos. Por este motivo, las autoridades religiosas no conocían quién es Jesús y no sabían quién es Dios, porque estaban cerradas al amor; para ellos lo importante era la ortodoxia de la doctrina y no el bienestar de las personas. Y Jesús concluye: "Todo lo que el Padre posee es mío", la plenitud del Padre es la plenitud de amor expresada por el Espíritu y el Padre lo ha comunicado a su Hijo: "Por eso he dicho que tomará lo que es mío y se lo anunciará". Jesús retoma el mismo anuncio: el anuncio no es una idea o un principio en el aire, sino una experiencia de amor. Y la tarea de la comunidad no es transmitir ideas, sino hacer que todos los creyentes experimenten el amor, la vida plena.

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EVANGELIO DEL DOMINGO

Domingo 19 de junio

Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo “Cada vez que comen y beben, proclaman la muerte del Señor”

En aquel tiempo, Jesús hablaba del reino y sanaba a los que tenían necesidad de curación. El día comenzaba a declinar. Entonces, acercándose los Doce, le dijeron: «Despide a la gente; que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida, porque aquí estamos en descampado». Él les contestó: «Dadles vosotros de comer». Ellos replicaron: «No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos a comprar de comer para toda esta gente». Porque eran unos cinco mil hombres. Entonces dijo a sus discípulos: «Haced que se sienten en grupos de unos cincuenta cada uno». Lo hicieron así y dispusieron que se sentaran todos. Entonces, tomando Él los cinco panes y los dos peces y alzando la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los iba dando a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Comieron todos y se saciaron, y recogieron lo que les había sobrado: doce cestos de trozos.

Palabra del Señor

Primera Lectura: Del libro del Génesis 14, 18-20 Salmo 109: “Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec” Segunda Lectura: De la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 11, 23-26 Evangelio: Del santo Evangelio según San Lucas 9, 11b-17

Pautas de reflexión En la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, oramos este texto de san Lucas. Jesús con sus discípulos se retiró a Betsaida, fuera del territorio judío. Pero las multitudes se enteraron y lo siguieron. Las multitudes se sienten atraídas por Jesús porque sienten en su persona la respuesta de Dios a la necesidad de plenitud que cada ser humano lleva dentro.

opuesto: "Que se sienten", literalmente “recostarse”. En las comidas de fiesta, en las cenas solemnes, los comensales comían recostados en divanes, pero ¿quién podía comer así? Los señores que tenían sirvientes, criados y esclavos. Jesús pide a la comunidad de discípulos que se aseguren de que los presentes se sientan señores, y los discípulos, se ponen a su servicio.

Los doce tratan a Jesús casi como si no supieran que están en una zona desierta, sin comida, su interés es enviar a la gente lejos. La gente no está cansada de escuchar la enseñanza de Jesús, al menos no lo dice el texto, son los discípulos quienes piensan así, se interesan solo en sí mismos. Pero Jesús les dice: "Denles Ustedes de comer". Literalmente el evangelista escribe: "Denles algo de comer". El significado es doble. Además del obvio "consigan alimentos" existe el significado de asumir una responsabilidad "denles ustedes de comer" (Lc 9,13).

"En grupos de unos cincuenta". Los números en la Biblia, de ordinario, tienen un significado figurativo, simbólico, nunca matemático o aritmético. Cincuenta es la acción del Espíritu. Pentecostés sucede a los cincuenta días (Hch 2,1-12), por lo tanto, cincuenta y sus múltiplos indican la acción del Espíritu. Lo hicieron así y todos se sentaron (recostaron). Todos los comensales son tratados como “señores”.

Entonces Jesús da una orden a sus discípulos: "Que se sienten" (Lc 9,14). Mientras los apóstoles usaron el imperativo "Envíalos, despídelos" (Lc 9,12), Jesús responde con otro imperativo 4 Nuestra Misión Evangelizar

Y aquí el evangelista anticipa los gestos de Jesús en la Última Cena (Lc 22,14-20). Jesús tomó los cinco panes y los dos peces, levantó los ojos al cielo, (en comunión con Dios) recitó la bendición sobre las especies, ... dio gracias, es decir, tenemos este pan y estos peces, porque son un don de

Dios y los dones de Dios son para compartir, para multiplicar los efectos de su acción creadora. Los “rompió, rasgó” (partió) y se los dio a los discípulos para que ellos los dieran a la multitud. Los discípulos no son los amos, los dueños de este pan, sino servidores cuya tarea es distribuir este pan al pueblo. No depende de ellos decidir quién es digno y quién no debe tomar este pan, participar o no en esta mesa, su tarea es solo distribuir. El evangelista concluye: Todos comieron hasta saciarse. Cuando se comparte hay abundancia para todos. Y recogieron los panes no consumidos: doce canastas. ¿Por qué doce? Doce es el número de tribus del pueblo de Israel. Gracias a la decisión de compartir los panes se resuelve el problema del hambre. Mientras las personas acaparan para sí, se aferran a sí mismas, hay injusticia y hay hambre, cuando lo que uno tiene no se considera exclusivo y propio, sino que se comparte para multiplicar la acción creadora del Padre, hay abundancia.


Con el Apoyo del P. Hernán Darío Cardona S.D.B.

EVANGELIO DEL DOMINGO

Domingo 26 de junio

Décimo Tercer Domingo del Tiempo Ordinario “Tú eres, Señor, el lote de mi heredad”

5, 1.13-18

Cuando se completaron los días en que iba a ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros delante de Él. Puestos en camino, entraron en una aldea de samaritanos para hacer los preparativos. Pero no lo recibieron, porque su aspecto era el de uno que caminaba hacia Jerusalén. Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le dijeron: «Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo que acabe con ellos?». Él se volvió y los regañó. Y se encaminaron hacia otra aldea. Mientras iban de camino, le dijo uno: «Te seguiré adondequiera que vayas». Jesús le respondió: «Las zorras tienen madrigueras, y los pájaros del cielo nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza». A otro le dijo: «Sígueme». Él respondió: «Señor, déjame primero ir a enterrar a mi padre». Le contestó: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios». Otro le dijo: «Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de los de mi casa». Jesús le contestó: «Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás vale para el reino de Dios»

Palabra del Señor

Primera Lectura: Del primer libro de los Reyes 19, 16b.19-21 Salmo 15: “Tú eres, Señor, el lote de mi heredad” Segunda Lectura: De la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas Evangelio: Del santo Evangelio según San Lucas 9, 51-62

Pautas de reflexión Hay una expresión del Antiguo Testamento: "volver la cara hacia alguien", que indica hostilidad. Por ejemplo, en el libro del profeta Jeremías leemos "Vuelvo mi rostro contra esta ciudad", y la ciudad es Jerusalén (Jr 21,10; 44,11; Jb 7,19; Lm 4,16; Am 9,4). O en el libro del profeta Ezequiel al que se refiere el evangelista, el Señor dice: "Hijo del Hombre, vuelve tu rostro hacia Jerusalén y habla en contra de su santuario" (Ez 4,7; 21,2.7; 5,8). Dice san Lucas: "Mientras se cumplían los días en los cuales sería elevado en alto", el evangelista ya anuncia la pascua: muerte resucitada, de Jesús, "Jesús tomó la firme decisión", literalmente el evangelista escribe "endureció su rostro". La referencia es a Ezequiel, el Hijo del hombre que volvió su rostro contra Jerusalén, contra su santuario. "Y, Jesús, partió hacia Jerusalén". El camino de Jesús hacia Jerusalén tiene, quizá, varios motivos: ser testigo del amor compasivo de su Padre ante las autoridades, judías y romanas, frente a los facilitadores del templo e incluso, en ambiente de pascua, con

todos los peregrinos. Es un llamado a la conversión, al cambio de vida. Jesús evangeliza los lugares difíciles. También, en san Lucas, tiene el sentido de “ascensión”, es decir, llevarnos a todos sus seguidores en el contexto de la Pascua, al encuentro con el Padre y el Espíritu. Entrar en la dimensión Trinitaria. No es un camino fácil y quienes quieran ir con Jesús debe tomar decisiones. Jesús es un Mesías pacífico y según las coordenadas de su Abba, mientras muchos discípulos y gentes del pueblo esperan un Mesías militar, político, a la manera del rey David. Por esta razón, el evangelista presenta aquí tres personajes anónimos -el número tres según el estilo de Lucas representa la totalidad- a quienes Jesús pide una ruptura radical con el pasado, la casa, la familia y, sobre todo, con el padre que representaba la tradición. Así que al primero -va por el camino- de Samaria que se declara dispuesto a seguir a Jesús, Jesús dice "las zorras y los pájaros" que eran considerados los animales

más insignificantes e inútiles. Pues bien, los seres más inútiles tienen un refugio, "pero el Hijo del hombre", que es este hombre que realiza en sí mismo el proyecto de Dios, "no tiene dónde reposar su cabeza", significa total marginación e incomprensión. A otro es Jesús quien le dice "Sígueme". ¿Por qué? Porque su padre, que representa la tradición, murió ante él. Pero al que quiere enterrar a su padre, es decir, venerar esta tradición, Jesús responde "Que los muertos entierren a sus muertos", por lo que la tradición es un mundo de muertos que debe ser manejado por los muertos, pero la persona que acoge a Jesús debe abrirse por entero a la novedad. Lo mismo para el último: "Te seguiré, Señor, pero permíteme despedirme de los que están en mi casa". Jesús dice: "Nadie que ponga su mano en el arado y luego se vuelva hacia atrás es digno del reino de Dios"" La nueva realidad del Reino no permite la nostalgia del pasado. El vino nuevo requiere odres nuevos.

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12 - 15

Agosto

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