Evangelizar 082 - Octubre 2020

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ISSN 2590-8359 | No. 82 Octubre 2020

Satisfacciรณn de Obra


“Solo si nos dejamos reconciliar en el Señor Jesús con el Padre y con los hermanos podemos estar verdaderamente en paz. Y esto lo hemos sentido todos, en el corazón, cuando vamos a confesarnos, con un peso en el alma, un poco de tristeza. Y cuando sentimos el perdón de Jesús, ¡estamos en paz! Con aquella paz del alma tan bella, que sólo Jesús puede dar, ¡solo Él!”


Por: Delegación de Movimientos Eclesiales

Ángeles Custodios 2 de octubre Cada persona tiene un ángel custodio

SANTO DEL MES

difícil camino para llegar al Cielo. Se puede decir que es un compañero de viaje que siempre está al lado de cada hombre, en las buenas y en las malas. No se separa de él ni un solo momento. Está con él mientras trabaja, mientras descansa, cuando se divierte, cuando reza, cuando le pide ayuda y cuando no se la pide. No se aparta de él ni siquiera cuando pierde la gracia de Dios por el pecado. Le prestará auxilio para enfrentarse con mejor ánimo a las dificultades de la vida diaria y a las tentaciones que se presentan en la vida.

¿Quiénes son los ángeles custodios? Dios ha asignado a cada hombre un ángel para protegerle y facilitarle el camino de la salvación mientras está en este mundo. Afirma san Jerónimo: “Grande es la dignidad de las almas cuando cada una de ellas, desde el momento de nacer, tiene un ángel destinado para su custodia”. n el antiguo testamento se puede observar cómo Dios se sirve de sus ángeles para proteger a los hombres de la acción del demonio, para ayudar al justo o librarlo del peligro, como cuando Elías fue alimentado por un ángel (1 Reyes 19, 5). En el nuevo testamento también se pueden observar muchos sucesos y ejemplos en los que se ve la misión de los ángeles: el mensaje a José para que huyera a Egipto, la liberación de Pedro en la cárcel, los ángeles que sirvieron a Jesús después de las tentaciones en el desierto. La misión de los ángeles custodios es acompañar a cada hombre en el camino por la vida, cuidarlo en la tierra de los peligros de alma y cuerpo, protegerlo del mal y guiarlo en el Asesor General Mons. Fidel León Cadavid Marín

Coordinador General Vicaría de Pastoral

Director Pbro. Javier Otálvaro Álvarez

Fotografía y Correción de Estilo Javier Ocampo Zuluaga

Consejo Editorial Delegados de Pastoral

Diseño y Diagramación Cristina Giraldo Giraldo

Actualmente se habla mucho de los ángeles: se encuentran libros de todo tipo que tratan este tema; se venden “angelitos” de oro, plata o cuarzo; las personas se los cuelgan al cuello y comentan su importancia y sus nombres. Hay que tener cuidado al comprar estos materiales, pues muchas veces dan a los ángeles atribuciones que no le corresponden y los elevan a un lugar de semi-dioses, los convierten en “amuletos” que hacen caer en la idolatría, o crean confusiones entre las inspiraciones del Espíritu Santo y los consejos de los ángeles. Es verdad que los ángeles son muy importantes en la Iglesia y en la vida de todo católico, pero son criaturas de Dios, por lo que no se les puede igualar a Dios, ni adorarlos como si fueran dioses. No son lo único que nos puede acercar a Dios, ni podemos reducir toda la enseñanza de la Iglesia a estos. No hay que olvidar los mandamientos de Dios, los mandamientos de la Iglesia, los sacramentos, la oración, y otros medios que nos ayudan a vivir cerca de Dios.

Impresión Publicaciones San Antonio Oranización COREDI Sugerencias diseno@diosonrio.org.co vipastoral@diosonrio.org.co

Dirección Diócesis de Sonsón Rionegro Curia Episcopal: Calle 51 No. 47 - 31 PBX: 531 52 52

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https://es.catholic.net/op/articulos/31817/ngeles-custodios.html#modal

Muchas veces se piensa en el ángel de la guarda como algo infantil, pero no debía ser así, pues si pensamos que la persona crece y que con este crecimiento se tendrá que enfrentar a una vida con mayores dificultades y tentaciones, el ángel custodio resulta de gran ayuda.


FORMACIÓN BÍBLICA

Por: Pbro. Elkin de Jesús Narváez Gómez

Las Cartas Pastorales (I y II Timoteo – Tito) esde la primera lista que conocemos de los libros sagrados, que se sitúa en el siglo II en ambiente romano, forman parte del corpus de los escritos de Pablo tres breves cartas, dos enviadas a Timoteo y una a Tito. Se conocen como “cartas pastorales” porque van dirigidas a dos discípulos y colaboradores del apóstol, con el fin de dar instrucciones y normas con relación a la guía de las comunidades cristianas. Estos discípulos son propuestos como modelos de los responsables o “pastores” de las Iglesias. Además de este primer rasgo distintivo de las cartas pastorales, nos encontramos con un segundo elemento que gira en torno a la perspectiva eclesial o comunitaria y justifica la designación de “cartas pastorales”; en los tres textos se recogen instrucciones y normas para la vida de la comunidad cristiana, para las varias situaciones y categorías de personas; a esto se añaden las motivaciones de carácter doctrinal en forma de catequesis, himnos, profesiones de fe y doxologías. Un tercer elemento característico es que están emparentados entre sí por la terminología, el estilo y el género literario; también los intereses teológicos y el clima espiritual convergen en los tres escritos, aunque con diversos acentos. Para facilitar la lectura unitaria de las cartas pastorales, nos detenemos brevemente en los temas comunes, que bien podrían distinguirse en cuatro ámbitos: El de la ordenación comunitaria o eclesial; prevalece en la primera carta a Timoteo y en la de Tito. La denuncia o condena de los disidentes o “herejes”; este tema se halla presente en los tres escritos, pero con mayor fuerza en la segunda carta a Timoteo. El retrato ideal del pastor, del cual Pablo es el prototipo y modelo para los cristianos; está presente con particular insistencia en la segunda a Timoteo. Una serie de motivaciones teológicas que marcan el ritmo de la colección de instrucciones y normas pastorales; son breves relatos catequéticos, himnos, fórmulas de fe y doxologías; más relevantes y amplias son las referidas en la carta a Tito.

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En el marco de la visión teológica de las cartas pastorales, se coloca el retrato del pastor ideal. El centro de la primera carta a Timoteo lo ocupa la serie de instrucciones para la elección de los responsables de guiar a la comunidad. Con una fórmula de citas se indican dieciséis cualidades, a través de las cuales se define la figura ideal del responsable de la Iglesia. Impresiona en esta lista de dotes el relieve que se da a la madurez humana y espiritual, definida no solo por el autocontrol y la moderación, sino por la capacidad de establecer relaciones justas (1 Tm 3,1-7). Analógicamente, también las cualidades requeridas para los candidatos diáconos, ponen el acento en este equilibrio humano y espiritual, del que son prueba o verificación esencial la conducción de la propia familia y una vida conyugal buena y lograda (1 Tm 3, 8-13; cf. Tit 1,6). También la regla para los presbíteros obedece a este criterio de madurez humana y espiritual (1 Tm 5, 17-25). Por eso se recomienda al responsable delegado por el apóstol que proceda a un cuidadoso discernimiento en la elección de los candidatos antes de “imponerles las manos” (1 Tm 5,22). El responsable de la comunidad, cuyo retrato se define por las cualidades aludidas, debe proponerse a su Iglesia como modelo de vida cristiana. Por eso las normas que se dan para el pastor o presbítero valen también para trazar el proyecto de vida cristiana según el intento pastoral de nuestros escritos. En definitiva, estas cartas proponen un modelo de Iglesia en el que se viven las relaciones justas, definidas por caridad fraterna. Es de suma importancia tener consideración sobre este último aspecto, dado que todos los creyentes estamos llamados a un testimonio creíble de la verdad que ha transformado nuestra vida y a la cual nos hemos adherido por la fe y la vida en común.


Por: Hna. Claudia Toloza, aci. | Delegada para la Catequesis

FORMACIÓN CATEQUÉTICA

SATISFACCIÓN DE OBRA “Había muerto y ha vuelto a la vida” Lc 15,32

¿QUÉ HACER? Cuando se acude al sacramento de la Penitencia y Reconciliación, se hace un itinerario de conversión, que implica cumplir el compromiso que se nos pide (penitencia) y el hacerlo genera satisfacción, bienestar.

¿REPARACIÓN? Confesar la falta va acompañada de la necesidad de enmendarla. Es decir, de reparar el mal procurando hacer el bien a otros. Pero, ¿qué entendemos por reparación? Este es un término que entre nosotros va siendo familiar. Hablamos de reparación a las víctimas, que han sufrido cualquier tipo de violencia; de reparar una ofensa o mal provocado a otro; reparar la imagen e integridad de alguien. Esta reparación, puede leerse en tónica de hacer algo benéfico, para satisfacer la culpa o remordimiento que se experimenta cuando se ha causado un mal; también se da por imposición o exigencia de la ley que protege a la víctima. Todo esto tiene que ver con el comportamiento de la persona y lo que desde allí surge en cuestión de relaciones humanas. Deteniendo la mirada en el texto que nos ocupa, esta es la expresión que brota de la boca de un Padre, que ha estado esperando confiadamente el regreso de su hijo: “Había muerto y ha vuelto a la vida” (Lc 15,3), La reacción de este Padre tiene otra lógica, que no coincide con la nuestra. El Hijo perdido -muertoha recobrado la vida y esto es ocasión para alegrarse. El Padre desborda alegría. Al hijo se le puede percibir que también está alegre. Pero las expresiones de todo lo que sucede, el evangelio las pone en la persona del Padre. Y es que, en realidad, el hijo lo único que tiene que hacer es volver al Padre; obviamente esto supone todo un proceso de conversión. El Padre no le pide que haga nada; es Él quien hace todo por el Hijo (mirando todo el relato de este texto).

Lo importante, es poder comprender, que, si hacemos algo para experimentar satisfacción de obra, no es porque Dios lo exija como requisito para poder regresar, sino porque el ser humano, al reconocer su error, le duele el mal que provocó y ese dolor y vergüenza son los que lo deben mover a reparar el daño causado. Muchos pecados causan daño al prójimo. Es preciso hacer lo posible para repararlo. La simple justicia exige esto. Pero además el pecado hiere y debilita al pecador mismo, así como sus relaciones con Dios y con el prójimo. La absolución quita el pecado, pero no remedia todos los desórdenes que el pecado causó. Liberado del pecado, el pecador debe todavía recobrar la plena salud espiritual. Por tanto, debe hacer algo más para reparar sus pecados: debe "satisfacer" de manera apropiada o "expiar" sus pecados. Esta satisfacción se llama también "penitencia". CIC 1459. Se trata de recuperar, una vez más, nuestra condición de hijos y de hermanos, y seguir caminando juntos como Iglesia; en la alegría y satisfacción de sabernos perdonados, acogidos, restaurados.

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FORMACIÓN LITÚRGICA

Por: Pbro. Jairo de Jesús Ramírez | Delegado de Liturgia

LA LITURGIA EUCARÍSTICA I n las dos anteriores ediciones de esta Revista, recogimos sintéticamente algunos aspectos de la Sagrada Eucaristía siguiendo las enseñanzas del Papa emérito Benedicto XVI en la Exhortación Apostólica Sacramentum Caritatis, publicada el 22 de febrero del año 2007. En los siguientes números quisiera presentar, sobriamente, otros aspectos de la Sagrada Eucaristía, pero, esta vez, deteniéndome en el Rito de la Misa. Tengo la convicción que nuestra liturgia llegará a ser escuela de vida cristiana cuando su celebración sea un destello del Misterio Pascual de Cristo. Esto es, cuando se ponga en escena el Acontecimiento de Cristo con tal maestría que sea capaz de conferir plenitud de verdad y de sentido a los gestos, a las palabras, a las acciones y actitudes, etc., que componen la celebración. Para comprobar cuánta razón hay en esta afirmación, les propongo el siguiente aporte tomado de las Crónicas de Néstor: Vladimiro, príncipe de Kiev, envío legados a diversos pueblos para que comprobaran qué clase de culto religioso rendían a Dios, y ver así cuál de ellos escogería. Los legados fueron a los búlgaros, musulmanes y volvieron consternados de lo que hacían en las mezquitas. Fueron luego a los germánicos, cristianos latinos, y encontraron que su culto era frío, sin sentimientos. Finalmente, se dirigieron a Constantinopla, hoy Turquía, donde les recibió el emperador. Este se alegró y, poniéndose en contacto con el Patriarca, le avisó: “Los de Kiev han venido a indagar acerca de nuestra fe. Disponed el templo y a los ministros del Señor y revestíos con vuestras vestiduras sacerdotales para que puedan ver la gloria de nuestro Dios”. El Patriarca convocó a los ministros del Señor y, según la costumbre, celebraron un Oficio

festivo. Prendieron los incensarios y convinieron con el coro para que entonara los Cánticos de la himnodia sagrada. El emperador entró con los Legados en el templo y los situó en un lugar abierto, mostrándoles la belleza del edificio, el canto y el culto que los sacerdotes, diáconos y ministros rendían al Señor; les habló del servicio divino. Los legados quedaron profundamente asombrados y se maravillaron de los divinos Oficios. A su regreso a Kiev dijeron a Vladimiro que lo que habían contemplado en Constantinopla no podía expresarse fácilmente en palabras y que, durante la celebración litúrgica, no sabían si se hallaban en la tierra o en el cielo.1 ¿Qué despertó en los legados de Vladimiro estos sentimientos? La cualidad de los ministros ordenados, junto con la comunidad de los bautizados, reunida para la celebración, de vivir el significado profundo de los ritos hasta dejarse alcanzar por ellos y de ese modo ser colmados y modelados por el misterio. Además, la capacidad de realizar significativamente la acción que integran la celebración: incensación, aclamaciones, gestos, lecturas, cantos, posturas, actitudes, el tono de la voz, la pronunciación los textos litúrgicos, etc.2 Abordar el significado de ese bosque de signos que componen nuestra celebración litúrgica, será el objetivo de nuestras siguientes publicaciones.

Cfr. J. Janeras. El Sentido del Misterio en la Liturgia, en Phase 211 (1996), 19-46. 2 Cfr. Ordenación General al Misal Romano (OGMR) 32.38.175.218.

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Por: Delegación de Pastoral Mariana

PASTORAL MARIANA

OCTUBRE, MES DEL

SANTO ROSARIO

https://bit.ly/2GduQnE

UNA ORACIÓN DEL PUEBLO Por la sencillez de la oración y porque propicia la oración en común, el Santo Rosario ha tenido durante siglos una gran aceptación en el pueblo católico.

Cuenta la historia que en el siglo XVI los musulmanes habían invadido Europa ocupando la Península Ibérica y asolando los demás países durante más de ocho siglos. Los europeos, la cristiandad, intentaron con frecuencia no solo desalojarlos del continente, sino conquistar los lugares santos para que estuvieran abiertos al peregrinar de los creyentes. Las famosas cruzadas tuvieron ese objetivo: reconquistar Tierra Santa. Por otra parte, los musulmanes ejercían un dominio casi completo sobre el Mar Mediterráneo, ese mar interior que es como las venas del viejo mundo. Los musulmanes no solo ejercían la piratería, sino que habían encontrado un negocio jugoso y cada vez más próspero: el secuestro. Tomar prisioneros suponía jugosos rescates pagados por los atribulados familiares de los cautivos. En esa situación se aliaron cuatro naciones europeas para organizar una armada, una flota, para acabar con la temible armada turca.

La Iglesia misma, a través de los Papas, ha recomendado frecuentemente esta práctica, enriqueciéndolo con indulgencias especiales. Hay indulgencia total a quienes recen el Santo Rosario en familia o comunidad, con las condiciones de costumbre: confesarse, comulgar y rezar por el Santo Padre. Conocemos personas que van rezando su rosario, discretamente, rumbo al trabajo o a la escuela. Todavía hay familias que lo rezan juntas y nos recuerdan el lema de aquella campaña internacional del Rosario: “La familia que reza unida, permanece unida”. Nuestro pueblo tiene entre sus más preciadas tradiciones el rezo del Rosario: se lo damos a los niños en el Bautismo, en la Primera Comunión; a las quinceañeras y a las novias. Lo ponemos en el retrovisor del auto, nos lo colgamos del cuello o lo usamos de anillo o de llavero en sus versiones portátiles. Cuando se muere un fiel, lo rezamos en el velorio y en los nueve días posteriores al deceso. Lo rezamos también todos los días de mayo con el ofrecimiento de flores y de manera especial en octubre, por ser mes del Rosario.

El 7 de octubre de 1571 se llevó a cabo la famosa batalla de Lepanto en la que salió derrotada la flota turca y las armas de la cristiandad obtuvieron la victoria. Hay Rosarios de aurora, muy concurridos. Los estadios se llenan para unirnos al Papa Por ese motivo, el Papa San Pío V instituyó la fiesta de en la oración mundial del Rosario. Nuestra Señora de las Victorias el 7 de octubre de 1572 y, un año después, se cambió por la de Nuestra No descuidemos, Señora del Santo Rosario, por atribuirle a esta oración fortalezcamos esta gran la gracia de la libertad. oración y devoción. https://desdelafe.mx/noticias/sabias-que/por-que-octubre-es-el-mes-del-rosario/

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TRIBUNAL ECLESIÁSTICO

Por: Diácono Permanente José Guillermo Castro Londoño Notario Judicial Eclesiástico.

El cursillo prematrimonial:

¿Formalismo o verdadera preparación al matrimonio? En los dos últimos artículos publicados por el Tribunal Eclesiástico, nos hemos referido a la necesidad de una preparación remota, próxima e inmediata para desarrollar el proyecto del matrimonio sacramental. Si bien ya dijimos que, frente a la preparación remota y próxima, la Iglesia se ha visto abocada a replantear el acompañamiento que da a los jóvenes y adultos que han entablado una relación con miras al matrimonio y ofrecer los diversos recursos pastorales que hagan madurar el amor que se tienen, es quizás la preparación inmediata igual o más importante que las anteriores. La llamada “catequesis prematrimonial”, junto con el expediente matrimonial, al que popularmente se le ha llamado “ir a rezar” (lo abordaremos en un futuro artículo), debe ser visto como el “examen final”, que permita evaluar qué tan madura ha sido esa relación de noviazgo y qué tan reflexiva ha sido esa decisión de casarse. Hay que reconocer que algunas parroquias cuentan con un programa bien estructurado y un buen equipo de colaboradores para dictar la catequesis, ajustándose a los lineamientos de la Pastoral Familiar de la diócesis, pero, lamentablemente, también hay que decir que, en muchos otros casos, la catequesis prematrimonial se ha convertido en un formalismo a la manera de lista de chequeo para acceder al Sacramento. Por un lado, muchas parejas descalifican la catequesis antes de realizarlo, argumentando que no tienen nada que aprenderle a “un cura” que no ha vivido el matrimonio y no sabe criar hijos. Por otro lado, no pocas veces se ha visto la complicidad de sacerdotes de eximir la catequesis, a familiares o amigos, con la errónea idea de “hacerles un favor” o promoviendo catequesis exprés para que “salgan rápido de eso”. No son pocos los casos de parejas que, ante el fracaso de su matrimonio, se acercan al Tribunal Eclesiástico pidiendo la nulidad y, cuando se analiza su escrito, se puede apreciar la inmadurez con que tomaron la decisión o la ignorancia acerca de las propiedades y fines del matrimonio y

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terminan reconociendo, cuando se les pregunta por qué decidieron casarse, que lo hicieron porque estaban muy enamorados, o porque había un embarazo de por medio, o, quizás, porque alguno de los dos vio la oportunidad de escapar de una situación traumática en su casa. En fin, un sinnúmero de circunstancias que, si se hubieran detectado a tiempo, hubiera evitado el fracaso. Con respecto a las parejas que quieren casarse, el papa Francisco ha manifestado que, “antes de recibir el Sacramento del Matrimonio se necesita una preparación esmerada, diría un 'catecumenado', porque se juega toda la vida en el amor, y con el amor no se juega”. Añade que no se puede definir la preparación al matrimonio con tres o cuatro conferencias dadas en la parroquia y que "la responsabilidad de quien hace esto cae sobre él: sobre el párroco que permite cosas así”. Exhorta a una preparación “madura” y que para ello se necesita tiempo. Cuando se hace referencia al tiempo la catequesis, no pocas personas “pegan el grito en el cielo” y dicen que, si con catequesis cortas la gente no asiste o no se casa, haciéndolos más largos, menos. Aquí finalizo, extendiendo una invitación respetuosa desde el Tribunal Eclesiástico a tomar con mayor responsabilidad el tema de las catequesis prematrimoniales, bajo la premisa que es más aconsejable desde el punto de vista pastoral, que baje la tasa de matrimonios a que suba la tasa de fracasos que, en últimas, dejan profundas laceraciones en las parejas y en los hijos que los padecen.


Por: Pastoral Bíblica | Con el apoyo del Pbro. Hernán Darío Cardona S.D.B

EL EVANGELIO DEL DOMINGO

Primera Lectura: Isaías 5, 1-7 Salmo 79: “Señor Omnipotente, ven a visitar tu viña” Segunda Lectura: San Pablo a los Filipenses Evangelio: San Mateo 21, 33-43

DOMINGO 4 DE OCTUBRE

VIGÉSIMO SÉPTIMO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO “Yo os escogí del mundo y los destiné para que vayan y del fruto” En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: — «Escuchen otra parábola: Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar para hacer el vino, construyó la casa del guardián, la arrendó a unos viñadores y se fue de viaje. Llegado el tiempo de la vendimia, envió sus criados a los viñadores, para recoger los frutos que le correspondían. Pero los viñadores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro, y a otro lo apedrearon. Envió de nuevo otros criados, en mayor número que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último les mandó a su hijo, diciéndose: “Tendrán respeto a mi hijo”. Pero los viñadores, al ver al hijo, se dijeron: “Éste es el heredero: lo matamos y nos quedamos con su herencia”.

Y, agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron. Y, ahora, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos viñadores?». Le contestaron: — «Hará morir sin compasión a esos malvados y arrendará la viña a otros viñadores, que le entreguen los frutos a su tiempo». Y Jesús les dice: — «¿No han leído nunca en la Escritura: “La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho: ha sido un milagro patente?”. Por eso les digo que el Reino de Dios les será quitado a ustedes, para ser entregado a un pueblo que produzca sus frutos». Palabra del Señor

PAUTAS DE REFLEXIÓN En la parábola de Jesús, el propietario no es quien cuida la viña, no explota su viña, sino que la confía a otros viñadores: “él la dio en alquiler a unos viñadores y partió de viaje”. La viña representa a Israel como en Isaías (5,1-7), y los viñadores son los jefes de los sacerdotes y los fariseos. Tenían la viña a su cargo, al pueblo de Israel y lo guiaron mal pues maltrataron a los profetas y, en definitiva, rechazan al Hijo amado del Padre. Por ese motivo Jesús dice: “El Reino de Dios se les quitará para dárselo a un pueblo que produzca su fruto”. El juicio de Jeremías sobre el pueblo de Israel puede aclararnos: “Cuando hice salir a sus padres del país de Egipto… no les pedí sino esto: ‘Escuchen mi voz y yo seré su Dios y ustedes serán mi pueblo; sigan el camino que les trazo y serán felices. Pero ellos no escucharon, no abrieron su oído, obraron a su amaño en su terquedad abominable, me dieron la espalda en lugar de volverme el rostro… Después de que sus padres salieron de Egipto hasta nuestros días, no dejé de enviarles a mis servidores los profetas, cada día, sin cansancio. Pero ellos no me escucharon, no abrieron el oído: endurecieron el cuello, y fueron más malos que sus padres” (Jer 7, 22-28) El comentario de Jesús nos da la clave de la parábola: “¿No han leído en las Escrituras: ‘la piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular?”. Dios usa estos cambios de situación. Ya en el libro del Génesis, “los hijos de Jacob habían dicho a propósito de su hermano José: ‘he ahí al hijo querido, matémoslo’… y no imaginaban que aquel a quienes querían suprimir sería salvador de ellos y del pueblo” (Gn 37, 20). Jesús anuncia aquí su resurrección: Él, la piedra rechazada, se convertirá en la llave maestra del edificio, es decir, el nuevo pueblo será quienes se reúnan en torno a Él, cualquiera sea el origen. Y nadie está excluido: los viñadores están incluidos en la frase de Jesús en la cruz: “Padre, perdónalos, no saben lo que hacen”.

PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL 1. ¿Por qué los viñadores quieren asesinar al hijo? 2. ¿Cómo se refleja en esta parábola, la historia de Israel? 3. ¿Cuáles aspectos del relato afectan mi oración de hoy?

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EL EVANGELIO DEL DOMINGO

Por: Pastoral Bíblica | Con el apoyo del Pbro. Hernán Darío Cardona S.D.B

Primera Lectura: Isaías 25, 6-10 Salmo 22: “Tú me convidas, Señor, a tu mesa” Segunda Lectura: San Pablo a los Filipenses 4, 7-9 Evangelio: San Mateo 22, 1-14

DOMINGO 11 DE OCTUBRE

VIGÉSIMO OCTAVO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO “Todo lo puedo gracias al Señor que me da fuerzas” En aquel tiempo, de nuevo tomó Jesús la palabra y habló en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: — «El Reino de los Cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo. Mandó criados para que avisaran a los convidados a la boda, pero no quisieron ir. Volvió a mandar criados, encargándoles que les dijeran: “Tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas, y todo está a punto. Vengan a la boda”. Los invitados no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios; otros agarraron a los criados y los maltrataron hasta matarlos. El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad. Luego dijo a sus criados:

“La boda está preparada, pero los invitados no se la merecían. Vayan ahora a los cruces de los caminos, y a todos los que encuentren invítenlos a la boda”. Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete se llenó de invitados. Cuando el rey entró a saludar a los invitados, reparó en uno que no llevaba traje de fiesta y le dijo: “Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin vestirte de fiesta?”. El otro no abrió la boca. Entonces el rey dijo a los sirvientes: “Átenlo de pies y manos y arrójenlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes”. Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos». Palabra del Señor

PAUTAS DE REFLEXIÓN Las tres parábolas –de los dos hijos, los viñadores homicidas, el banquete del rey– tienen en común una interpelación: la libre voluntad de quien es llamado. Dios no fuerza u obliga, más bien, interpela la libre decisión y espera una respuesta. Los convidados son llamados a participar en el banquete. La invitación no es comunicada por Dios, sino por sus servidores (cf. Mt 21, 34; 22, 3; en Mt 21, 32 por Juan Bautista). No se debe esperar una llamada directa de Dios, más bien, se debe reconocer a sus servidores y prestarles atención. En las tres parábolas Dios repite su llamada y su invitación. Hay una imagen de un Dios Padre paciente y de gran corazón. Dios les da tiempo a los llamados e incluso les ofrece nuevas posibilidades. Dios espera la aceptación de su invitación, por eso envía varias veces a sus servidores, aun cuando éstos sean rechazados y hasta maltratados. Puedo decir “no” al llamado de Dios, pero no puedo asegurar por medio de ese “no” el camino a la feliz realización de la vida; queramos o no, con ese “no” viene la ruina definitiva. Los hijos deben trabajar en la viña del padre. Los viñadores deben entregar los frutos al patrón. Los invitados deben asistir al banquete. Dios nos dará la comunión festiva y gozosa, íntima y eterna con Él y con su Hijo (cf. Mt 26, 29). Rechazar la invitación es rechazar la vida en comunión con Él. Ellos no quieren ser fastidiados en los proyectos personales: su rutina de vida como campesinos (ir al campo) o como citadinos (ir al negocio). Para ellos la comunión con Dios es un gesto sin valor. Los servidores del rey son enviados a llamar gente de todas partes. Esta es una alusión a la misión cristiana entre los pueblos gentiles.

PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL 1. ¿Cómo uso los dones y las cualidades regaladas por Dios Padre? 2. ¿Acepto las invitaciones del Señor y busco conocer su voluntad? 3. ¿Mi vida interior y las decisiones del corazón nacen de la Palabra?

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Por: Pastoral Bíblica | Con el apoyo del Pbro. Hernán Darío Cardona S.D.B

EL EVANGELIO DEL DOMINGO

Primera Lectura: Libro del profeta Isaías 45, 1.4-6 Salmo 95: “Aclamen la gloria y el poder del Señor” Segunda Lectura: Primera carta a los Tesalonicenses 1, 5-5b Evangelio: San Mateo 22, 15-21

DOMINGO 18 DE OCTUBRE

VIGÉSIMO NOVENO DEL TIEMPO ORDINARIO “Ustedes brillan como astros que iluminan el mundo, fieles a la palabra de vida” En aquel tiempo, se retiraron los fariseos y llegaron a un acuerdo para comprometer a Jesús con una pregunta. Le enviaron unos discípulos, con unos partidarios de Herodes, y le dijeron: — «Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad; sin que te importe nadie, porque no miras la condición de las personas. Dinos, pues, qué opinas: ¿es lícito pagar impuesto al César o no?». Pero Jesús, conociendo su malicia, les dijo: — «Hipócritas, ¿por qué me tientan? Enséñenme la moneda del impuesto». Le presentaron un denario. Él les preguntó: — «¿De quién es esta cara y esta inscripción?». Le respondieron: — «Del César». Entonces les dijo: — «Pues denle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios». Palabra del Señor

PAUTAS DE REFLEXIÓN Los fariseos preparan un complot y abordan a Jesús de forma indirecta, a través de una comisión de sus discípulos y un grupo de herodianos (v. 16a). Buscan desacreditarlo ante el mundo religioso o ante el mundo político, representados en estos dos grupos’. La valoración de los adversarios es sorpresiva para Jesús, pues por un lado le reconocen su autoridad: “Sabemos que eres veraz y que enseñas el camino de Dios con franqueza”. La expresión ‘eres veraz’ significa ‘eres fiel a tu palabra’, la expresión ‘enseña el camino de Dios’ quiere decir, transmite una palabra acorde con el querer de Dios, sin tener en cuenta los prejuicios humanos y sin ningún reduccionismo. En tiempos de Jesús, la política y la religión iban de la mano; la respuesta de Jesús supera las pretensiones teocráticas del Estado y del poder político. El emperador –el Estado– tiene derecho a los tributos, pero no a la vida de los ciudadanos: no es Dios ni tiene características divinas. El ser humano, creado a imagen y semejanza de Dios, se le entrega como tributo solo al Dios de Israel. El problema no es lo debido al César, hecho circunstancial, pues al poco tiempo se acabó su gobierno, sino lo debido a Dios. Jesús les habla a versados en la Biblia. La única responsabilidad de los seres humanos es no perder su condición de imagen de Dios, hijos e hijas del único Padre.

PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL 1. Personas y situaciones, ¿ocultan la presencia de Jesús en mi vida? 2. ¿También le tiendo trampas a Jesús para favorecer mis intereses? 3. ¿Soy imagen de Dios y me comporto como hijo de un Padre bueno?

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EL EVANGELIO DEL DOMINGO

Por: Pastoral Bíblica | Con el apoyo del Pbro. Hernán Darío Cardona S.D.B

Primera Lectura: Libro del Éxodo 22, 20-26 Salmo 17: “Yo te amo, Señor, tú eres mi Fortaleza” Segunda Lectura: Primera carta del apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 1, 5-10 Evangelio: San Mateo 22, 34-40

DOMINGO 25 DE OCTUBRE

TRIGÉSIMO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, y a tu prójimo como a ti mismo” En aquel tiempo, los fariseos, al oír que Jesús había hecho callar a los saduceos, formaron grupo, y uno de ellos, que era experto en la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba: — «Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?». Él le dijo: — «“Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser”. Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los profetas». Palabra del Señor

PAUTAS DE REFLEXIÓN Los protagonistas de las controversias con Jesús en Mateo 22, son exponentes del judaísmo oficial quienes intentan poner en dificultad a Jesús en cuestiones cruciales. Estas disputas son planteadas a Jesús en calidad de “Maestro” (rabbí), un título para el lector. Pero Jesús aprovecha la ocasión para mover a sus interlocutores hacia una cuestión aún más crucial: la posición definitiva sobre su identidad (Mt 22,41-46). Los fariseos, después de la controversia de Jesús con los saduceos, le plantean a Jesús un argumento candente de la época: cuál es el mandamiento más grande. Los rabinos ponían en evidencia la multiplicidad de normas (613 preceptos), y ellos mismos (los rabinos) por medio de audaces interpretaciones y desde la casuística reducían el número: David cuenta once mandamientos (Sal 15,2-5), Isaías seis (Is 33,15), Miqueas tres (Mi 6,8), Amós dos (Am 5,4) y Habacuc solo uno (Hab 2,4).

coloca al mismo nivel: el amor de Dios con el amor al prójimo, hasta fusionarlos en un solo mandato, sin renunciar a la prioridad al primero, al cual subordina en estrecha conexión el segundo. Incluso las prescripciones de la ley están en relación con este único mandamiento: la ley encuentra su significado y su fundamento en el mandamiento del amor.

Para Jesús, quien practica el único mandamiento del amor está en sintonía con la ley y con los profetas (v.40). Pero, la novedad de la respuesta de Jesús no está en el contenido material, sino en su realización: el amor a Dios y al prójimo hallan su propio contexto y solidez definitiva en Jesús. El amor a Dios y el amor al prójimo, vivido por el Maestro, ponen al ser humano en una situación de amor (agápe) ante Dios y ante los demás. El doble único mandamiento, el amor a Dios y el amor al prójimo, es la columna de soporte, no solo de las Pero en la intención de los fariseos, la cuestión va Escrituras, sino también de la vida del discípulo más allá de la casuística, se trata de la existencia seguidor de Jesús. de las prescripciones. Jesús, al contestar, une y

PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL 1. El amor a Dios y al prójimo ¿es solo un sentimiento vago y pasajero? 2. ¿Este único mandato es una realidad capaz de invadir mi persona: corazón, voluntad, inteligencia y trato humano? 3. ¿Soy consciente de haber sido creado para amar a Dios en el prójimo?

12 | Octubre


Por: Pbro. Sergio Urrego Marulanda | Delegado de infancia y juventud

PASTORAL JUVENIL

ES MEJOR LA VIDA REAL Parte 2

Trata de comprender esto: tu valor no depende de tu apariencia, no vales por lo que usas o lo que tienes, vales porque vives; tus conocimientos no te hacen más o menos valioso; no eres más digno de respeto por tener o hacer más cosas o por vivir de tal o cual manera, tu eres digno y valioso porque “ERES”. Lo más importante es que existes y tienes todas las posibilidades de ser mejor ¡Eso es real!

Este escrito es fruto de la reflexión de algunos adolescentes de nuestra diócesis, quienes, dialogando sobre nuestra sociedad dominada por las apariencias, están aprendiendo que es mejor la vida real. o seamos en estas líneas tan duros, ni tan moralistas, ni tan exigentes… deja un momento todo eso que enfrentas y piensa en tu realidad. ¿Sabes? Esas personas que están a tu lado, en casa, en la calle, son iguales a ti, enfrentan mil cosas, tienen miedos e inseguridades, han sido rechazadas muchas veces; piensa en su soledad, mira su silencio; a muchos los conoces, pero créeme, ignoras demasiado de sus vidas; no eres capaz de mirar su interior, no puedes sentir lo que sienten, ni ellos lo tuyo. Ellos también se sienten mal con muchas de sus realidades. ¿No parece? Fíjate, ¿te sientes mal con tu forma de ser? ellos también sufren con sus actitudes y ocultan mucho detrás de sus risas, a veces ni se soportan a sí mismos. ¿No te gusta algo de tu cuerpo? Ellos también quisieran cambiar algo de su físico, algo les hace sentirse feos. ¿Te sientes mal porque tu familia es sencilla? Porque tus padres están separados, porque eres tímido, porque no te va bien estudiando ¿te sientes mal porque no eres tan hermoso? ¿Te sientes mal por miles de cosas? ¡Entiéndelo!… Ellos también… algunos parecen muy fuertes, felices, tranquilos, exitosos, populares, pero también enfrentan realidades como las tuyas, tienen defectos que los lastiman en la soledad de su habitación.

El mundo y la vida son y serán agresivos y a veces despiadados, pero también son realidades rebosantes de oportunidades. Eres capaz de construir el edificio de tu vida grande, firme y agradable, y también eres capaz de construirlo pequeño, débil y lamentable, depende de la forma en que te ves. El mundo está lleno de gente real, no de gente ficticia como la que abunda en las redes sociales, gente con “vidas perfectas” “sonrisas perfectas” “cuerpos perfectos” “familias perfectas”; esa imagen virtual evade demasiado lo real. Pero si existen personas con vidas convulsionadas, con sonrisas intermitentes, con cuerpos diversos, con vidas implacables. En el mundo real existen personas reales que luchan cada día por subsistir y dar esperanza a otros, hay personas que viven con mucho, otras que viven con lo que sudan, unas sobreviven y otras no ¡esa es la vida real! Tienes mucho por pensar y aprender, pues aunque sea difícil y desafiante, es mejor comprender la vida tal como es… Tu vida es real y lo será tanto como quieras… solo vive… piensa más en ti.

13 | Evangelizar


PASTORAL SACERDOTAL

Por: Pbro. Fabio Calderón – Sacerdote en Servicio Misionero

COVID DEL MISIONERO

- COMPROMISO DE OFRECER LA VIDA POR LA IGLESIA DE DIOS -

Una de las características principales de los primeros cristianos, es decir de la Iglesia naciente, era el compromiso de anunciar el Evangelio; pero, sobre todo, de vivirlo. La vida cristiana, más allá de argumentos y conceptos, es un encuentro personal con el Señor, una experiencia de vida, que nos permite ofrecer nuestras vidas a la edificación de la Iglesia de una manera plena y activa. En el año 2018 fui llamado a ejercer mi ministerio sacerdotal en la provincia de Quebec, en Canadá. Esta provincia se caracteriza por su estación del invierno, una estación de 6 meses, de temperaturas que alcanzan los 45 grados centígrados bajo cero y las precipitaciones de nieve son exuberantes; pero, a la vez, es una provincia muy fría espiritualmente; podríamos creer que es a causa del clima, pero en realidad es la consecuencia de anunciar el Evangelio sin ser vivido, sin ser una experiencia de vida. Al inicio de mi ministerio en dicha provincia, presentaba una seria de desafíos: el idioma, la adaptación, la inmersión, el clima, la Iglesias vacías, y la ausencia de los jóvenes y niños en los sacramentos. Cuatro sacerdotes para 24 parroquias, es algo que jamás me imaginé, pero me recuerdan las últimas palabras del Evangelio de Mateo “Por tanto, vayan y hagan discípulos en todas las naciones, y bautícenlos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” (Mt 28,19). Pero la poca participación en los sacramentos no es sinónimo de desesperanza, Jesucristo nunca nos abandona “Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.” (Mt 18,20) Y es en esas pequeñas y lejanas comunidades donde descubro más que nunca que la vida cristiana es una experiencia de vida, porque los pocos cristianos que participan, comprometen sus vidas en la Iglesia de una manera extraordinaria, primero porque viven lo que creen y segundo porque ofrecen sus vidas al servicio y sostenimiento de la misma.

14 | Octubre

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or el bautismo, todos cumplimos con la misión de anunciar la Buena Nueva, independiente de dónde estemos, de la responsabilidad que ejerzamos y de la vocación particular a la cual hemos sido llamados por Jesucristo; en definitiva, todos somos misioneros. Pero a esta dimensión de todo bautizado, hay que resaltarle lo que considero el “COVID” de todo misionero, un verdadero “Compromiso de ofrecer la vida por la Iglesia de Dios”.

Sin ese compromiso incondicional de los pocos cristianos de dicha provincia, estoy seguro que hace años hubieran cerrado todas las Iglesias en las que Dios me ha enviado. En mi diócesis, los domingos veía los templos llenos de fieles en las Eucarísticas, pero me pregunto ¿Cuántos de ellos son verdaderamente comprometidos a anunciar el evangelio? ¿Son convencidos de los principios cristianos? ¿Dedican otro tiempo a la Iglesia? ¿Es costumbre o experiencia de vida?. Porque ver muchas personas no significa ver muchos cristianos, ver cristianos es ver personas diferentes, convencidas y comprometidas. La misión al exterior permite descubrir nuevas culturas, regiones e idiomas, pero, lo más importante, permite enriquecerse vocacional y espiritualmente del testimonio de vida de muchos cristianos que comprometidos día a día ofrecen sus vidas por la Iglesia de Dios, un testimonio al cual todos estamos llamados.


Por: Frankin Aníbal Osorio Londoño | Delegado de Pastoral Familiar

PASTORAL FAMILIAR

“Ponerse en los zapatos del otro” Gran paso hacia el perdón El apóstol Pablo, en su elogio a la caridad, afirma que esta “no busca su propio interés” (Cfr. 13,5b). El papa Francisco, en su exhortación apostólica Amoris Laetitia, al respecto refiere: “También se usa esta expresión en otro texto: «No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todos el interés de los demás» (Flp 2,4). Ante una afirmación tan clara de las Escrituras, hay que evitar darle prioridad al amor a sí mismo como si fuera más noble que el don de sí a los demás. Una cierta prioridad del amor a sí mismo solo puede entenderse como una condición psicológica, en cuanto quien es incapaz de amarse a sí mismo encuentra dificultades para amar a los demás: «El que es tacaño consigo mismo, ¿con quién será generoso? [...] Nadie peor que el avaro consigo mismo» (Si 14,5-6)”. Tomar parte en los intereses de los demás no es olvido de sí mismo, sino que se trata de ponerse en los zapatos del otro, tratar de comprender su temperamento, su psicología, su historia de vida. En palabras más técnicas, desde el ámbito psicológico, se trata de “empatía”, y desde un ámbito más espiritual, se puede tratar de “misericordia”. Una de las actitudes que puede generar mayores conflictos en la convivencia familiar, y en todo tipo de relación interpersonal, es el buscar siempre y en todo lugar el propio interés. Que sea mi opinión y mi parecer que predominen sobre los demás; el querer en todo momento ser escuchado y no escuchar; pretender que mis necesidades sean las que tengan mayor

prioridad. Que en el hogar se cumpla mi propia voluntad sin mirar las necesidades de los demás. Una actitud de estas, con el pasar del tiempo, puede ir generando grandes heridas en la familia. En todo proceso de perdón y reconciliación es fundamental evitar el egoísmo que conduce a un egocentrismo inútil, que lleva a ignorar o despreciar a los otros, especialmente a aquellos más cercanos, como son nuestros familiares. Buscar solo y exclusivamente los propios intereses puede entorpecer el diálogo, pues, será difícil llegar a un común acuerdo cuando cada quien hala para su propio lado. Ponerse en los zapatos del otro permite tener una visión más amplia que lleva a identificar y reconocer al otro. Se trata de verlo no como un enemigo al que tengo que eliminar o del cual me tengo que defender o cuidar, sino que es otra persona diferente a mí, con quien puedo entablar una relación sana, fundamentada en el amor y la comprensión. Ponerse en los zapatos del otro ayuda a entender que muchos piensan diferente y poseen una historia diversa a la mía, con sus aspectos por mejorar, pero también con grandes virtudes y cualidades. En fin, ponerse en los zapatos del otro puede ser un gran paso hacia el perdón, tan necesario en la convivencia familiar.

Para reflexionar… • ¿Cómo es mi relación familiar? • ¿Alguna vez me he puesto en los zapatos del otro?

15| Evangelizar


PASTORAL SOCIAL

Por: Leidy Jaramillo | Comunicadora de la Pastoral Social

“Había muerto y ha vuelto a la Vida” Lucas 15,32

Nos podríamos preguntar ¿Hago con frecuencia lo que hizo este padre con sus hijos? ¿Dejo en libertad, acojo con amor, escucho y genero diálogo, evito excluir, desvelo en todo la humildad? ¿Expreso cotidianamente al prójimo los sentimientos de Dios? El Señor nos pide obrar con caridad, tener una mirada que acoge y que ama, ofrecer una sonrisa que atrae y da La historia continúa y la vida avanza a pesar de las confianza; el corazón del creyente debe dificultades que se puedan presentar, pero Dios es fiel (II ser como el corazón de Cristo: acoge, Tes 3,3), permanece siempre y es eterna su misericordia abraza, besa, llora, estrecha en su regazo y perdona. (Sal. 136).

En este año, que va llegando a su etapa final, hemos podido experimentar el amor de Dios manifestado en Cristo; la Iglesia nos ha permitido reflexionar y profundizar en el misterio de la penitencia y la reconciliación y al profundizar en el pasaje bíblico del Evangelio de Lucas y detenernos en las palabras del padre misericordioso: “Había muerto y ha vuelto a la vida” (15,32), nos adentramos en las mismas entrañas de Dios, a su misericordia, a su corazón y su rostro. Nos da a conocer su rostro, porque la parábola describe cómo el padre se conmueve ante la llegada del hijo, no tiene en cuenta ya el pasado, él conoce el corazón del hijo y sabe que ha venido arrepentido y esto es lo que cuenta para Dios, porque un corazón quebrantado y humillado tu no lo desprecias, Señor (Sal. 51,19) Nos descubre el corazón del Padre, en cuanto que se muestra, con los dos hijos, deseoso de darles vida verdadera, misericordia, hace “volver a la vida” a la amistad con él.

16 | Octubre

Cada acción, cada obra de misericordia realizada por un bautizado, debe llevar la impronta de Dios “dar vida”, “hacer volver a la vida” a quien se acerca a nosotros con deseos de recibir ayuda o respuesta. Por eso, bendecir a un niño, sonreír amablemente al prójimo, abrazar y acoger al triste o deprimido, brindar un alimento con amor de hermano hace parte de la tarea evangelizadora. El anuncio de la Palabra no se agota en la predicación, debe llevar al compromiso porque en la manera como trato a los demás, hago más clara y efectiva la predicación, el lenguaje de los gestos es más elocuente que el lenguaje de las palabras. Hagamos vida la enseñanza de Cristo y no la ahoguemos con discursos bonitos y muy elaborados. Dejemos que el Evangelio se encarne en la vida, se traduzca en acciones y, si es necesario, se exprese en palabras.


Parte 7

Por: Mons. Gilberto Muñoz Ospina

ANÁLISIS DE LA REALIDAD

EL TRABAJO: DON Y OBRA DE DIOS DONADO AL SER HUMANO En la Doctrina Social de la Iglesia Católica

El papa Juan XXIII, durante el concilio, mostró todo el amor de la Iglesia por los trabajadores, así como por la verdad, la justicia, la libertad, la caridad, sobre las cosas que se funda la paz del mundo. “Aquellos seres humanos que están dedicados a trabajos muchas veces fatigosos, deben encontrar en esas ocupaciones humanas su propio perfeccionamiento, el medio de ayudar a sus conciudadanos y de contribuir a elevar el nivel de la sociedad entera y de la creación. Pero, también, es necesario que imiten en su activa caridad a Cristo, cuyas manos se ejercitaron en los trabajos manuales y que continúa trabajando en unión con el Padre para la salvación de todos” (Constitución sobre la Iglesia # 41). “En nuestra época urge la obligación, como seres humanos trabajadores, de acercarnos a todos y de servirlos con eficacia, ya se trate de un anciano abandonado, o de ese trabajador extranjero despreciado injustamente, de ese desterrado, o de ese hijo ilegítimo, o de ese hambriento que recrimina nuestra conciencia recordando la palabra del Señor ¡Cuantas veces hicisteis eso a uno de estos mis hermanos, a mí me lo hicisteis! Mateo 25,40. (Gaudium et Spes 27). ”Para satisfacer las exigencias de la justicia y de la equidad, hay que hacer en el trabajo todos los esfuerzos posibles, para que, dentro del respeto de las personas y las características de cada pueblo,

desaparezcan las enormes diferencias económicas que existen hoy… En muchas regiones, teniendo en cuenta las dificultades del trabajo, tanto en la producción como en la venta de los bienes, hay que ayudar para que aumenten su capacidad productiva y comercial y de servicio a los necesitados; consigan una justa ganancia y no queden reducidos a la situación de ciudadanos de ínfima categoría. La justicia y la equidad, exigen seguir los caminos del Señor” ( G. et S. 67). “Los presbíteros que ejercen el oficio de Cristo Cabeza y Pastor… Pueden trabajar con sus manos, compartiendo la suerte de los obreros. Pero si es cierto que los presbíteros se deben a todos de modo particular; sin embargo, se les encomiendan los pobres y los más débiles, ayudándolos siempre con los bienes económicos de las parroquias, pues son dignos de cuidado especial en orden a su adelantamiento espiritual para bien de toda la Iglesia” (Decreto presbiteral 6). “Será competencia de los obispos y presbíteros, vigilar las obras e iniciativas y promoverlas. El Concilio establece y manda que en todas partes se apoyen por todos los medios, organismos nacionales para los problemas de prensa, del cine, de la radio y de la televisión…En esos organismos han de participar también seglares preparados en la doctrina y pastoral católica y en la técnica de cada medio” (Decreto Inter Mirífica 20).

17| Evangelizar


PASTORAL MISIONERA

Por: Pbro. Hugo Hoyos Duque | Delegado para la Pastotal Misionera

ESCUELA DE FORMACIÓN MISIONERA n el querer de Dios, la familia tiene como misión cuidar, transmitir y vivir el amor de Dios. En la familia es donde se aprenden los primeros valores éticos y cristianos, allí se toma conciencia de pertenecer a una familia más amplia que es la Iglesia y que se convierte en una Iglesia Doméstica. Así lo expresó el papa Pablo VI en la exhortación apostólica Marialis Cultus (2-II-1974) Además del compromiso moral y cristiano de los padres de educar a sus hijos en la fe, su ejemplo de vida, va poniendo los cimientos para la edificación de un compromiso misionero, que inicia con el ejercicio de la caridad con quienes están a nuestro alrededor. Por eso es interesante analizar brevemente tres tareas propias de la familia para su quehacer misionero dentro de la Iglesia: 1. Crear comunidad de personas: cuya fuente es el amor, que es el motor que impulsa a cada uno de los integrantes de la familia a formarse en la caridad, el respeto, el compromiso por el otro, y, por tanto, hacerse conscientes de que han sido creados por amor y para el amor, que se manifiesta en la forma como vivo mi relación con los demás. De esta tarea depende en gran medida lo que será la persona a lo largo de su vida y su comportamiento dentro de la sociedad. De ahí que es un deber de los padres ser ejemplo para quienes están a su custodia y educarlos según el compromiso que adquirieron en el momento de bautizar los hijos en la fe de la Iglesia. 2. Defensa de la vida: es indispensable, dentro de la familia, educar para defender el don de la vida, de acciones como la eutanasia, el aborto, eugenesia, asesinatos, etc. Vivimos una cultura de muerte tan grande, que es necesario, al interior de la pequeña Iglesia doméstica, crear conciencia del valor de la vida, no solo como regalo de Dios, sino como un derecho que es inviolable y del cual todos tenemos que disfrutar a plenitud. De ahí la importancia que las familias sean acompañadas pastoralmente, desde el noviazgo, y durante el matrimonio.

18 | Octubre

3. Constructores de la sociedad: la familia, como núcleo de la sociedad, tiene que ser también participante activo en la construcción de la comunidad. No es posible que esta se quede relegada o encerrada en su pequeño terruño sin aportar a la sociedad sus cualidades y facultades, sus conocimientos y su experiencia, que enriquecen sobremanera la vida comunitaria, convirtiéndose así en motor de desarrollo y de avances sociales. Solo así podrá vencerse las desigualdades, la falta de oportunidades y la jerarquía de clases, que no permite el desarrollo y la equidad para todos. En síntesis, la familia es una escuela de formación misionera, porque en ella se reciben las bases de una personalidad equilibrada para la vivencia en la sociedad. Allí se educan en la fe, aprenden la misión que tenemos como miembros de la Iglesia, a defender la vida y a ser constructores de comunidad. Esto requiere de un acompañamiento pastoral, puesto que la misión de la familia es precisamente la evangelización desde el hogar.


LA VOZ DEL PASTOR

“Es la maravillosa transformación que se opera por la acción de Dios en el interior del creyente… se va despojando de su orgullo, de su amor propio, de su deseo de gloria humana, y comienzan a desaparecer las obras de la carne y empiezan a florecer los frutos del Espíritu”



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