Evangelizar 081 - Septiembre 2020

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ISSN 2590-8359 | No. 81 Septiembre 2020


https://bit.ly/3juzD2f

El fiel arrepentido, después de la absolución del sacerdote, tiene la certeza, por la fe, de que sus pecados ya no existen. ¡Ya no existen! Dios es omnipotente


Por: Delegación de Movimientos Eclesiales

SANTO DEL MES

https://bit.ly/3jwcpZH

Nuestra Señora

Dolores

de los

La memoria de Nuestra Señora de los Dolores nos ayuda a contemplar que, de pie junto a la cruz de su hijo Jesús, estuvo íntima y �ielmente asociada a su pasión salvadora. Fue la nueva Eva, que por su admirable obediencia contribuyó a la vida, al contrario de lo que hizo la primera mujer, que por su desobediencia trajo la muerte. os Evangelios muestran a la Virgen Santísima presente, con inmenso amor y dolor de Madre, junto a la cruz en el momento de la muerte redentora de su Hijo, uniéndose a sus padecimientos y mereciendo por ello el título de Corredentora. La representación pictórica e iconográfica de la Virgen Dolorosa mueve el corazón de los creyentes a justipreciar el valor de la redención y a descubrir mejor la malicia del pecado. Bajo el título de la Virgen de la Soledad o de los Dolores se venera a María en muchos lugares.

Cuida

tu fe

Algunos te dirán que Dios no es bueno porque permite el dolor y el sufrimiento en las personas. El sufrimiento humano es parte de la naturaleza del hombre, es algo inevitable en la vida, y Jesús nos ha enseñado, con su propio sufrimiento, que el dolor tiene valor de salvación. Lo importante es el sentido que nosotros le demos. Debemos ser fuertes ante el dolor y ofrecerlo a Dios por la salvación de las almas. De este modo, podremos convertir el sufrimiento en sacrificio (sacrum-facere = hacer algo sagrado). Esto nos ayudará a amar más a Dios y, además, llevaremos a muchas almas al Cielo, uniendo nuestro sacrificio al de Cristo.

¿Qué nos enseña la Virgen de los Dolores? La imagen de la Virgen Dolorosa nos enseña a tener fortaleza ante los sufrimientos de la vida. Encontremos en Ella una compañía y una fuerza para dar sentido a los propios sufrimientos. Asesor General Mons. Fidel León Cadavid Marín

Coordinador General Vicaría de Pastoral

Director Pbro. Javier Otálvaro Álvarez

Fotografía y Correción de Estilo Javier Ocampo Zuluaga

Consejo Editorial Delegados de Pastoral

Diseño y Diagramación Cristina Giraldo Giraldo

Oración María, tú que has pasado por un dolor tan grande y un sufrimiento tan profundo, ayúdanos a seguir tu ejemplo ante las di�icultades de nuestra propia vida.

Impresión Publicaciones San Antonio Oranización COREDI Sugerencias diseno@diosonrio.org.co vipastoral@diosonrio.org.co

Dirección Diócesis de Sonsón Rionegro Curia Episcopal: Calle 51 No. 47 - 31 PBX: 531 52 52

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FORMACIÓN BÍBLICA

Por: Presbítero Jesús Antonio Ocampo Muñoz

Las cartas a

los Colosenses y a los Efesios

Cristología y Eclesiología

a autenticidad de las cartas a los Efesios y a los Colosenses fue puesta en tela de juicio en el siglo XIX. Si el apóstol no es su autor, ciertamente si es su inspirador; pues próximos están estos escritos, en la forma y contenido a las cartas auténticas . En consecuencia, este par de escritos se denominan epístolas deuteropaulinas porque las escribieron los seguidores de Pablo usando el nombre de este. Hay que adicionar que han sido objeto de sospecha por el hecho de su extraña semejanza , pues no solo son afines temáticamente, sino idénticas en algunos pasajes, tanto que muchos de ellos pueden colocarse en paralelismo; lo que lleva a considerarlas como salidas de la misma tradición. Ambos escritos presentan puntos comunes, setenta y tres versículos de la carta a los Efesios, sobre los ciento quince que contiene, tienen un paralelo en Colosenses. Por eso es que se ha intentado saber cuál de ellas sirvió de modelo de la otra. La carta a los Colosenses se dirige a los habitantes de una ciudad de Frigia. Ciudad evangelizada por Epafras, (Cf Film 23; Col 1,7-8; 4,12). La comunidad está en crisis (Col 2,8). Quieren introducir prácticas judaizantes y se vuelven hacia las potencias celestiales, seres intermedios entre el hombre y Dios (Col 2,16-23). Por eso el autor presenta desde el comienzo la soberanía de Cristo sobre toda la creación, visible e invisible. La Carta a los Efesios aborda la relación entre Cristo y la comunidad de los creyentes. El análisis de la nueva situación integra un doble aspecto: una parte dogmática (1,15—3,21) que define al ser cristiano, la existencia en la Iglesia y el misterio que hace descubrir la Iglesia por Cristo; y otra parte (4,1—6,20), exhortación a no pensar la exigencia cristiana al margen de la unidad de la Iglesia.

La carta a los Colosenses desarrolla el lugar central de Cristo en la creación. Cristo es aquel que ha reconciliado todo mediante su cruz. En efecto, puede reconciliarlo todo porque en él y para él ha sido creado todo; excluye a cualquier otro intermediario entre Dios y los seres humanos, todas las criaturas visibles e invisibles están sometidas a Cristo. Esta visión encuentra su cima en la carta a los Efesios. El autor comprende que el designio de Dios consiste en hacernos hijos en el Hijo (Ef 1,3-14). En Cristo, el ser humano se descubre elegido, distinguido, amado, desde antes de la fundación del mundo.

Eclesiología:

Si Cristo es la cima de la creación, es también la cabeza de la comunidad de los creyentes. Α partir del momento en el que ekklesia ya no designa a una Iglesia particular, esta puede ser catalogada como el cuerpo del que Cristo es la cabeza: Dios le constituyó cabeza suprema de la Iglesia, que es su cuerpo (Ef. 1,22-23, Col 1,18). El cuerpo es inseparable de la cabeza y sin embargo funcionan de distinta forma. La cabeza sugiere el origen, la autoridad, la vida dada, mientras que el cuerpo, implica la cohesión, la vida recibida. También se describe a la Iglesia en términos de esposa: la reflexión sobre la Iglesia cuerpo de Cristo le permite afirmar que Cristo ama a la Iglesia como a su propio cuerpo. Cristo está incorporado de tal forma a la Iglesia que es imposible proclamar la fe en Cristo sin asociarla a su Iglesia.

Cf. M. Quesnel — P. Gruson, La Biblia y su cultura, Santander 2000, pp. 237 ". Cf. R. Fabris—S. Romanelo, Introducción a la lectura de Pablo, Bogotá 2009, pp.183.

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Cristología:

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Por: Hna. Claudia Toloza, aci. | Delegada para la Catequesis

FORMACIÓN CATEQUÉTICA

LA ABSOLUCIÓN SACRAMENTAL

“Alégrense conmigo, he hallado la oveja que se me había perdido” Lc 15,6

¡La alegría de Dios debería ser nuestra alegría! La alegría de Dios es encontrar lo perdido: la oveja, el hijo, la moneda…Su debilidad, dijo el papa Francisco es el amor por el ser humano. «Tu Dios está en medio de ti, poderoso salvador. Él exulta de gozo por ti, te renueva con su amor, y baila por ti con gritos de júbilo» EG 4. Dios no solo se alegra, sino que invita a que otros también se alegren con Él. Así nos lo deja ver en la expresión: “Alégrense conmigo”; la alegría de Dios debería ser nuestra alegría. Preguntémonos: ¿me alegro por el bien del otro? ¿La alegría de otros se convierte en mi alegría? O, ¿estamos tan imbuidos en nuestros propios intereses y búsquedas, que no somos sensibles a lo que sucede en los demás? Dios se alegra por el reencuentro con sus hijos, alegrémonos también nosotros, porque viendo el regreso de lo que se creía perdido, se aviva el sentido de familia y de comunidad.

Una comunidad invitada a alegrarse La absolución sacramental, consiste en el perdón de los pecados y el levantamiento de las censuras impuestas por la Iglesia. El sacerdote es el encargado de realizar el acto de la absolución sacramental, que consiste en que, una vez confesado el pecado y dar la penitencia, levanta la mano sobre el “penitente” y dice: “yo te absuelvo de tus pecados, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.

había perdido, es la misma alegría a la que somos invitados por el Papa al inicio de su exhortación Evangelii Gaudium: “La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría”. (EG 1).

Este acto, aunque es personal, se celebra dentro de una comunidad eclesial, que acoge, perdona, orienta y se alegra por quien libremente reconoce que rompió comunión no solo con Dios, sino precisamente con la comunidad a la que pertenece; y que ahora ante su regreso a casa, también está llamada a alegrarse, porque uno de sus miembros se había perdido y ha sido encontrado.

La comunidad -que tiene la tarea de evangelizarempieza a hacerlo cada vez que celebra y festeja la alegría del encuentro con el hermano que regresa a ella, para reivindicarse como hijo y como hermano. La alegría duradera de una comunidad reunida en torno al Señor, será el encuentro con Él y su persona.

Bien se podría decir que la alegría a la que como Iglesia estamos invitados cada vez que en nombre de ella el sacerdote da la absolución a una oveja que se

Como miembros de la Iglesia, el encuentro personal, auténtico y transformador de cualquiera de sus miembros, siempre será oportunidad de vivir y exultar el gozo que debe distinguir a los cristianos, hijos de un mismo Dios y hermanos entre sí.

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FORMACIÓN LITÚRGICA

Por: Pbro. Jairo de Jesús Ramírez | Delegado de Liturgia

La Eucaristía: Parte II En el artículo del mes pasado comenzamos una modesta exposición sobre la Sagrada Eucaristía, siguiendo las enseñanzas del papa Benedicto XVI en la Exhortación Apostólica Sacramentum Caritatis, publicada el 22 de febrero del año 2007, que recoge las reflexiones y propuestas del Sínodo de Obispos sobre la “Eucaristía: fuente y cumbre de la vida y de la misión de la Iglesia”, celebrado en Roma en octubre del año 2005. En concreto, recogimos las ideas centrales de la primera parte del documento, denominada: “Misterio que se ha de creer”. Por tanto, ahora recogeremos las enseñanzas de las siguientes dos partes: “Misterio que se ha de celebrar” y “Misterio que se ha de vivir”. De este modo esbozamos totalmente el articulado de la Exhortación, esperando que el lector se interese por una lectura más aguda del texto magisterial. La segunda parte de la Exhortación se refiere a la Eucaristía como misterio que se ha de celebrar. Existe una relación intrínseca entre fe eucarística y celebración, tal como pone de relieve el principio lex orandi (fe orada), lex credendi (fe profesada). Este principio quiere decir: el intellectus fidei (la inteligencia de la fe) está originariamente siempre en relación con la acción litúrgica de la Iglesia (n. 34). Paralelamente se establece un vínculo inseparable entre celebración eucarística y participación. La Exhortación insiste en que se ha de superar cualquier separación entre el ars celebrandi, es decir, el arte de celebrar rectamente, y la participación plena, activa y fructuosa de todos los fieles (n. 38). De varias maneras se especifica el arte de celebrar: El ars celebrandi es la mejor premisa para

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la actuosa participatio (activa participación); el ars celebrandi proviene de la obediencia fiel a las normas litúrgicas en su plenitud; el ars celebrandi ha de favorecer el sentido de lo sagrado; el ars celebrandi debe tener en cuenta unos elementos básicos (belleza del arte sacro: arquitectura, pintura, escultura, canto) y cuidar las partes de la celebración eucarística: la liturgia de la Palabra (homilía), presentación de las ofrendas, plegaria eucarística, rito de la paz y recepción de la Eucaristía, despedida (nn. 39-51). Acerca de la participación en la celebración eucarística, la Exhortación enseña que la palabra participación no se refiere a una simple actividad externa, sino que debe estar informada por el espíritu de conversión, por el recogimiento, el silencio. Y concluye: por lo que se refiere a la relación entre el ars celebrandi y la actuosa participatio, se ha de afirmar, ante todo, que la mejor catequesis sobre la Eucaristía es la Eucaristía misma bien celebrada (n. 64). La última parte de la Exhortación contempla la Eucaristía como misterio que se ha de vivir. Comienza esta parte enseñando que la Eucaristía es el inicio del nuevo y definitivo culto, la logiké latreía (el culto razonable) (Rm 12, 1) (n. 70). Este culto tiene una eficacia integradora de todos los aspectos de la vida. En distintas fórmulas expresa esta idea la Exhortación: la Eucaristía es fuente y culmen de la existencia eclesial; la Eucaristía es un nuevo modo de vivir todas las circunstancias de la existencia; la Eucaristía ejerce un profundo influjo sobre el estilo de vida cristiana (nn. 71-76.). Los últimos números describen los diversos aspectos de la realidad que deben ser impregnados por el nuevo modo de vida eucarística: la espiritualidad (n. 77), la moral (n. 82.), la cultura (n. 78.), el compromiso social (n.89-92).


Por: Delegación de Pastoral Bíblica

Septiembre mes de la Biblia

PASTORAL BÍBLICA

La intención es que durante este mes, en todas las comunidades cristianas, se desarrollen algunas actividades que nos permitan acercarnos mejor y con más provecho a la Palabra de Dios.

Propuestas para escuchar la Palabra La lectura diaria de los textos bíblicos litúrgicos es una excelente ayuda para profundizar en la Palabra de Dios. De esta manera nos unimos a toda la Iglesia que ora al Padre meditando los mismos textos. También nos acostumbramos a una lectura continuada de la Biblia, donde los textos están relacionados y lo que leemos hoy se continúa con lo de mañana. La lectura diaria de los textos (para lo cual la Liturgia Cotidiana es una excelente herramienta) constituye una "puerta segura" para escuchar a Dios que nos habla en la Biblia.

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¿Has leído alguna vez un evangelio entero "de corrido"? Es muy interesante descubrir la trama de la vida de Jesús escrita por cada evangelista. Muchos detalles y relaciones entre los textos que cada evangelista utiliza quedan al descubierto cuando uno hace una lectura continuada. Este mes es propicio para ofrecerle a Dios este esfuerzo. Te recomendamos la lectura del evangelio de Marcos. No es muy largo, en unas horas se puede leer. Al ser el primero de los sinópticos, los otros (Mateo y Lucas) lo siguen en el esquema general. Por lo tanto es una muy buena "puerta de entrada" al mensaje de Jesús.

2.

Otra posibilidad para poner en práctica este mes (y tal vez iniciar un hábito necesario y constructivo) es la oración con los salmos. Los mismos recogen la oración del pueblo de Dios a lo largo de casi mil años de caminata del pueblo de Israel. Nos acercan la voz del pueblo que ora con fe, y la palabra de Dios, que

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nos señala esta manera de orar para acercarnos y escuchar sus enseñanzas. En los salmos podemos encontrar una inmensa fuente de inspiración para la oración. Hay salmos que nos hablan de la alegría, de las dificultades y conflictos, de la esperanza, del abatimiento, del dolor, de la liberación y la justicia, de la creación, de la misma Palabra de Dios (salmo 118, el más largo de todos). Aprender a rezar con los Salmos es una "puerta siempre abierta" para el encuentro con el Dios de la Vida. La lectura orante de la Palabra, realizada en comunidad, nos pone en sintonía con la voluntad de Dios. Es un ejercicio clave para el crecimiento en la fe. La fuerza de la comunidad nos alienta para encontrar en los textos la fuerza del Espíritu. Todos aprendemos juntos y nos enriquecemos con el aporte de cada uno. Existen muchos métodos de lectura orante. Simplificando al máximo podemos decir que los siguientes cuatro pasos son los más comunes:

4.

• Lectura • Meditación • Oración • Compromiso La lectura orante siempre desemboca en un desafío para vivir. La Palabra de Dios nos desafía a seguir los pasos de Jesús y cambiar nuestra vida. La lectura orante, practicada en comunidad, es una "puerta-espejo" que nos interpela y nos ayuda a discernir cómo vivir y practicar su Palabra en nuestros días.

https://es.catholic.net/op/articulos/13347/septiembre-mes-de-la-biblia.html#modal

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TRIBUNAL ECLESIÁSTICO

Por: Diácono Permanente José Guillermo Castro Londoño Notario Judicial Eclesiástico.

La preparación remota,

próxima e inmediata al Matrimonio En el artículo publicado en la página 8 de la edición No. 79 del pasado mes de julio, titulado “Las bases del matrimonio sacramental”, nuestro Vicario Judicial se refería a la importancia de los fundamentos que se reciben para desarrollar el proyecto del matrimonio sacramental y destaca que “no podemos desistir de una preparación remota, mediata e inmediata, para llegar a dar el: “sí quiero”. Se puede afirmar, sin temor a equivocarnos, que el 95% de las causas de nulidad matrimonial sentenciadas en los tribunales eclesiásticos, obedecen al canon 1095,2: “grave defecto de discreción de juicio acerca de los derechos y deberes esenciales del matrimonio que mutuamente se han de dar y aceptar” y aquí retomo las palabras del padre Ricardo sobre la importancia de descubrir “el valor del testimonio, porque podemos decir muchas cosas, pero los hechos arrastran”. Cuando se acercan al Tribunal Eclesiástico a pedir asesoría para adelantar un proceso de nulidad, muchas personas se sorprenden cuando notan que el escrito empieza describiendo los antecedentes familiares de los cónyuges y preguntan: ¿qué tiene que ver mi vida pasada con mi fracaso matrimonial? ¿qué importancia tiene saber cómo vivían mis padres y cómo era mi ambiente familiar primario para que declaren la nulidad de mi matrimonio? Pues, déjenme decir que mucho: para citar un ejemplo, pensemos por un momento en una persona que ha vivido en una familia donde solo se ha experimentado el maltrato verbal, físico y/o sicológico entre padres e hijos, donde se escucha: “no sé por qué te traje al mundo”; bajo estas circunstancias ¿qué motivación va a tener esa persona para casarse o para querer traer hijos al mundo? Por eso, no es de extrañar que se escuchen frases como: “vamos a ensayar a ver cómo nos va” o “nos queremos casar, pero no queremos tener hijos”, “para qué traer hijos a sufrir al mundo”. Y es por eso que la preparación remota, próxima e inmediata al matrimonio cobran tanta importancia. Al respecto, el papa Francisco nos dice en la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia, N. 208: “Aprender a amar a alguien no es algo que se improvisa ni puede ser el objetivo de un breve curso previo a la celebración del matrimonio. En realidad, cada persona se prepara para el matrimonio desde su nacimiento. Todo lo que su familia le aportó debería permitirle aprender de la propia historia y capacitarle para un compromiso pleno y definitivo. Probablemente, quienes llegan mejor preparados al

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casamiento son quienes han aprendido de sus propios padres lo que es un matrimonio cristiano, donde ambos se han elegido sin condiciones, y siguen renovando esa decisión”. Ahora, la Iglesia se ve también abocada a replantear el acompañamiento que da a los jóvenes y adultos que han entablado una relación con miras al matrimonio y ofrecer los diversos recursos pastorales que hagan madurar el amor que se tienen, enseñarles de manera adecuada, oportuna y suficiente, las propiedades y fines que conllevan un matrimonio sacramental, mediante un acompañamiento cercano y testimonial. Las parejas deben ir más allá del mero deseo de querer compartir sus vidas juntos, del disfrute del momento y de la emoción por casarse, tomando, quizás, decisiones apresuradas y sin el debido discernimiento que más adelante las pueda conducir al fracaso matrimonial. El matrimonio debe cimentarse en un proyecto de vida conyugal bien planeado, con metas, aspiraciones y sueños compartidos, donde prime el bien común y no el individualismo egoísta. Muchos matrimonios fracasan porque no han vivido plenamente una etapa de preparación remota, próxima e inmediata que les ayude a conocerse y aceptarse con sus cualidades y defectos y a tomar sus decisiones de una forma madura; una etapa donde el cursillo prematrimonial sea tomado como la oportunidad para concientizarse de la responsabilidad que están próximos a asumir y no como un mero requisito agregado a una lista de chequeo. Como afirma Hugo Ernesto Vargas Campo, Licenciado en Teología de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, en su trabajo de grado: “La no vinculación de la etapa remota, en el trayecto de estas vidas genera, a futuro, una insostenibilidad del matrimonio. La falta de amor, la incomprensión e incompatibilidad de caracteres, se convierten en argumentos sólidos, ante los tribunales, para justificar que el amor, prácticamente, se esfumó”.


Por: Pastoral Bíblica | Con el apoyo del Pbro. Hernán Darío Cardona S.D.B

EL EVANGELIO DEL DOMINGO

Primera Lectura: Profeta Ezequiel Salmo 94: “Ojalá escuchen hoy la voz del Señor: No endurezcan el corazón” Segunda Lectura: San Pablo a los Romanos 13, 8-10 Evangelio: San Mateo 18, 15-20

DOMINGO 6 DE SEPTIEMBRE

VIGÉSIMO TERCER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO “Ojalá escuchen hoy la voz del Señor” En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

Les aseguro que todo lo que aten en la tierra quedará atado en el Cielo, y todo lo que desaten en — «Si tu hermano peca, llámale la atención a solas. la tierra quedará desatado en el Cielo. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo Les aseguro, además, que si dos de ustedes se ponen el asunto quede confirmado por boca de dos o tres de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y Padre del Cielo. Porque donde están dos o tres si no hace caso ni siquiera a la comunidad, reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de considéralo como un pagano o como un publicano. ellos». Palabra del Señor

PAUTAS DE REFLEXIÓN Mateo y su comunidad, ponen en labios de Jesús instrucciones actualizadas de cómo proceder en caso de algún conflicto entre los miembros de la comunidad y cómo encontrar criterios para solucionar los conflictos. Mateo reúne aquellas frases de Jesús que pueden ayudar a las comunidades de finales del siglo I a superar los dos problemas agudos del momento, a saber, la salida de los pequeños por causa del escándalo de algunos y la necesidad de diálogo para superar el rigorismo de otros y acoger a los pequeños, a los pobres, a la comunidad. Si un hermano o una hermana pecan, esto es, si hubiera un comportamiento no acorde con la vida de la comunidad, no se debe denunciarlo/la de inmediato. Primero, conozcamos los motivos del otro. Si no diera resultado, llevemos a dos o tres personas de la comunidad para ver si se consigue algún resultado. Solo en caso extremo, se lleva el asunto a la comunidad.

siempre le brinda una nueva oportunidad por medio nuestro. La gracia de perdonar y reconciliar en nombre de Dios fue dada a Pedro (Mt 16,19), a los apóstoles (Jn 20,23) y, aquí, a la comunidad (Mt 18,18). Así se revela la importancia de las decisiones de la comunidad respecto a sus miembros. Quizá la persona se aleje de la comunidad o sea alejada por un tiempo, pero nunca estará separada de Dios.

Si la conversión en la comunidad no llega a buen fin, queda el recurso de la oración; orar juntos al Padre para conseguir la reconciliación. Y Jesús garantiza que el Padre escuchará: “Si dos de ustedes se ponen de acuerdo en la tierra para pedir, sea lo que fuere, lo conseguirán de mi Padre que está en los cielos.” El motivo de la certeza de ser oídos por el Padre es la promesa de Jesús: “¡Donde dos o tres están reunidos en mi nombre, yo estaré en medio de ellos!” Jesús es el centro, el eje de la comunidad y, como tal, junto con la Y si la persona no quiere escuchar a la comunidad, Comunidad, estará orando al Padre, para obtener sea para ti “como un publicano o un pagano”, esto el don del retorno del hermano o de la hermana es, como alguien con quien se debe comenzar de alejados. nuevo el proceso de la evangelización, pues Dios

PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL 1. ¿Por qué es tan difícil perdonar? 2. En nuestra comunidad, ¿hay espacio para la reconciliación? ¿De qué manera? 3. Jesús dice: "Allí donde dos o tres están reunidos en mi nombre, yo estaré en medio de ellos". Qué significa este criterio de Jesús para nosotros hoy?

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EL EVANGELIO DEL DOMINGO

Por: Pastoral Bíblica | Con el apoyo del Pbro. Hernán Darío Cardona S.D.B

Primera Lectura: Eclesiástico 27, 30-28,7 Salmo 102: “El Señor es clemente y compasivo, paciente y lleno de amor” Segunda Lectura: San Pablo a los Romanos 14, 7-9 Evangelio: San Mateo 18, 21-35

DOMINGO 13 DE SEPTIEMBRE

VIGÉSIMO CUARTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO “¿Señor, cuantas veces tengo que perdonar a mi hermano?” En aquel tiempo, acercándose Pedro a Jesús le preguntó: —Si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar? ¿Hasta siete veces? Jesús le contesta: —No te digo hasta siete veces sino hasta setenta veces siete. Y les propuso esta parábola: Se parece el Reino de los Cielos a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus empleados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El empleado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: —Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo. El señor tuvo lástima de aquel empleado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero al salir, el empleado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios, y agarrándolo lo estrangulaba diciendo:

—Págame lo que me debes. El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba diciendo: —Ten paciencia conmigo y te lo pagaré. Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: —¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo pediste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti? Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda. Lo mismo hará con vosotros mi Padre del cielo si cada cual no perdona de corazón a su hermano. Palabra del Señor

PAUTAS DE REFLEXIÓN La parábola se centra en la misericordia de Dios Padre; una misericordia para el perdón de nuestras deudas; la piedad debe “aflorar” sobre nosotros pues fuimos creados a imagen y semejanza de Dios. Esta misericordia no nos es natural y la pregunta de Pedro lo comprueba; aun cuando estamos bien intencionados, dispuestos a perdonar, ¡quisiéramos al menos no ir muy lejos! “Señor, cuando mi hermano cometa una falta contra mí, ¿cuántas veces lo debo perdonar? ¿Hasta siete veces?” Todavía estamos muy lejos del perdón de una deuda incalculable, como la de la parábola. Jesús invita a Pedro a superar todo cálculo. Siete veces, sin embargo, no está mal… y Pedro, al proponer la cifra siete, muy simbólica, dio un gran paso. Pero Jesús lo invita a otra acción: ir hasta setenta veces siete, es decir, no poner ningún límite. Jesús no retoma estas cifras por casualidad; recordemos la historia de Caín y la de Lamek: después de la muerte de su hermano Abel, Caín vivía en el temor de la venganza tribal: “Quien me encuentre, me matará”. Pero quien lo atacara no había

sobrevivido a la amenaza de una venganza todavía más terrible: “Si alguien mata a Caín, será vengado siete veces” (Gn. 4,15). Se habla aquí de la espiral de la violencia. A lo largo de toda la historia bíblica, Dios Padre invita a la humanidad a liberarse de esta espiral de la violencia. El cambio comienza por la ley del talión, para limitar la venganza (un solo ojo por un ojo, una sola oreja por una oreja, un solo diente por un diente, una sola vida por una vida); luego, a través de los siglos y del progreso en el descubrimiento de Dios Padre, los textos de la Ley y los profetas invitan al perdón anunciando el perdón de Dios; así el pueblo de Israel aprende poco a poco a pasar de la venganza al perdón. Tomando la canción de Lamek en sentido contrario (perdonar setenta veces) Jesús invita a Pedro, es decir, a sus discípulos y a nosotros, a superar la etapa definitiva, llegar al perdón sin límites, tal como Él lo hará en la cruz. Y como el perdón de Cristo Jesús es igual al perdón de Dios Padre, Él tampoco conoce límites en su compasión y en su misericordia.

PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL 1. ¿Mi actitud de perdón a los demás es siempre abierta y generosa? 2. ¿Cómo evalúo la actitud de los personajes del relato? 3. ¿Cuáles elementos del texto me ayudan en mi oración?

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Por: Pastoral Bíblica | Con el apoyo del Pbro. Hernán Darío Cardona S.D.B

EL EVANGELIO DEL DOMINGO

Primera Lectura: Libro del profeta Isaías 55, 6-9 Salmo 144: “El Señor está cerca de los que lo invocan” Segunda Lectura: Carta a los Filipenses 1, 20c-24.27a Evangelio: San Mateo 15, 21-28

DOMINGO 20 DE SEPTIEMBRE

VIGÉSIMO QUINTO DEL TIEMPO ORDINARIO “El Señor está cerca de los que lo invocan” En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: El Reino de los Cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo: —Id también vosotros a mi viña, y os pagaré lo debido. Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde, e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: —¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar? Le respondieron: —Nadie nos ha contratado. Él les dijo: —Id también vosotros a mi viña. Cuando oscureció, el dueño dijo al capataz: —Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos

y acabandopor los primeros. Vinieron los del atardecer, y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo: —Estos últimos han trabajado solo una hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno. El replicó a uno de ellos: —Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno? Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos. Palabra del Señor

PAUTAS DE REFLEXIÓN El patrón de una empresa, con una actitud como esta de la parábola, genera hoy una huelga de empleados al segundo día. Pero Jesús dijo muy bien que él no hablaba de una empresa como las demás: “El Reino de los Cielos se compara al dueño de un campo…” Es cuestión del Reino de los cielos y sabemos, también, como nos lo recuerda Isaías, que los pensamientos de Dios no son como los nuestros” (1ª Lectura). En esta viña tan particular, hay obreros que entran a cualquier hora del día… No faltaba el trabajo. Pero el meollo de la parábola no está ahí; como siempre, se debe buscar qué dice el texto acerca de Dios: “Yo soy bueno”, dice Dios. ¿“Vas tú a mirar mal porque yo soy bueno?” Dios es bueno y no lleva cuentas; en el Reino de los cielos, no hay máquinas de cálculo de méritos… Esta es, quizás, la conversión pedida; dejemos la lógica de las cuentas y los méritos. Hasta en la cruz, uno que era “último” y acabó de “primero”, el asesino convertido. He ahí un obrero de última hora. Fue en el último minuto cuando este, crucificado al mismo tiempo que Jesús, se vuelve hacia Él y le bastó una palabra de verdad: “Hoy mismo estarás conmigo en el paraíso”. Los obreros de la primera hora recriminan al dueño de la casa porque no comprenden su lógica; Jonás recriminaba a Dios que perdonaba fácil a los pecadores de Nínive; los fariseos recriminaban a Jesús porque acogía a gente de mala vida; el hijo mayor recriminaba a su padre porque acogió al hijo pródigo… Cuando la lógica de Dios es muy diferente de la nuestra, surge la tentación de recriminar.

PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL 1. ¿Cómo valoro la respuesta final del dueño de la viña? 2. ¿Soy envidioso de los beneficios de mis hermanos y hermanas? 3. ¿Cuáles elementos del texto tengo en cuenta en mi oración de hoy?

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EL EVANGELIO DEL DOMINGO

Por: Pastoral Bíblica | Con el apoyo del Pbro. Hernán Darío Cardona S.D.B

Primera Lectura: Libro del Profeta Ezequiel 18, 25-28 Salmo 24: “Recuerda, Señor, tu Misericordia” Segunda Lectura: De la carta a los Filipenses 2, 1-11 Evangelio: San Mateo 21, 28-32

DOMINGO 27 DE SEPTIEMBRE

VIGÉSIMO SEXTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO “Recuerda, Señor, tu Misericordia” En aquel tiempo dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: —¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: «Hijo, ve hoy a trabajar en la viña.» Él le contestó: — «No quiero.» Pero después se arrepintió y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: — «Voy, señor.» Pero no fue. ¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?

Contestaron: —El primero. Jesús les dijo: —Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del Reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y aun después de ver esto vosotros no os arrepentisteis ni le creísteis. Palabra del Señor

PAUTAS DE REFLEXIÓN Recordemos el contexto del relato: Jesús, cumple la profecía de Zc 9,9, entra como el Mesías esperado (Mt 21, 1 – 10). Luego, expulsa los vendedores del templo, y tiene la primera confrontación con las autoridades religiosas judías (vv. 12 – 17). A Jesús le preocupa la respuesta de muchos judíos a Dios Padre, es la higuera estéril (vv. 18 – 22). De Betania regresó al templo de Jerusalén y, se le acercan los sumos sacerdotes y los ancianos (v. 23), para un nuevo debate en el cual, por medio de tres parábolas, les hace ver su incredulidad con respecto al proyecto divino. Los dirigentes judíos, con plena autoridad sobre el templo, se escandalizan por los sucesos dentro del Templo y cuestionan la autoridad de Jesús (v. 23). Y Jesús les responde con una pregunta, cuyo telón de fondo no es otro sino el rechazo de Juan Bautista; las autoridades son conscientes de que no le creyeron (v. 25), pues fueron llamados “raza de víboras” (Mt 3,7). Para recalcar esta desobediencia, Jesús recurre a una parábola llamada “de los dos hijos”.

reino, vivieron una seria conversión, creyeron, su paradigma de vida ya no es lo material, sino Dios. Ellos son reflejo del hijo rebelde que logró arrepentirse para obedecer a su padre, quien le ofrecía lo mejor: trabajar en su viña. Por el contrario, los dirigentes del pueblo judío están representados en el hijo que se disfrazó de una supuesta sumisión al padre (llegó al colmo de llamarlo “señor”, frase de esclavos) traducida en un culto incoherente, donde interesaba más el dinero recaudado en el templo que las personas: Jesús no solo expulsó los vendedores, sino que recibió en el lugar santo a los despreciados por los pastores judíos (21,14).

Para hacer la voluntad del Padre (v. 31) no basta contentarse con buenas palabras: es necesario celebrar la conversión y volver a Él. Publicanos y prostitutas fueron capaces de renunciar al dinero para hacer de Dios su única riqueza, pero las autoridades de Israel, aferradas a lo efímero, desplazaron a Dios Padre y, por ese motivo, el llamado del Bautista les resulto una carga Los publicanos y las prostitutas, que vivían del insoportable. dinero, lograron recibir y acoger el anuncio del

PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL 1. ¿Qué sugerencias me da el texto para la conversión? 2. ¿Qué novedad trae a mi vida y a mi comunidad la venida del Mesías? 3. ¿Cómo contagiar la alegría del Señor?

12 | Septiembre


Por: Pbro. Sergio Urrego Marulanda | Delegado de infancia y juventud

PASTORAL JUVENIL

ES MEJOR LA VIDA REAL Parte 1

Este escrito es fruto de la reflexión de algunos adolescentes de nuestra diócesis, quienes, dialogando sobre nuestra sociedad dominada por las apariencias, están aprendiendo que, en definitiva, es mejor la vida real.

Te estás convirtiendo en alguien capaz de construir la vida, estás llegando a ser independiente y estás tomando decisiones; te conoces un poco más y puedes comprender lo que sucede a tu alrededor. Dedícate este momento sin nadie que te diga cómo; vívelo en soledad, al menos mientras lees, porque debes comprender la importancia del tiempo solitario.

muchos, pero muchos, van a ser absolutamente indiferentes hacia tus cosas. Por decirlo de otra manera, a muchas personas tu vida no les va a importar.

Incluso muchas veces algunas personas que para ti son agradables y deseables, no te conocerán; no vas a ser relevante para algunas personas que para ti lo son, porque te gustan, porque te Te estás acostumbrando a atraen, porque las admiras, dedicarle mucho tiempo a los porque quisieras ser como demás, tratando de parecer ellas; es así, para millones de una persona agradable, personas no eres importante y tratando de lucir bien y de tus problemas para ellos son generar una buena impresión, tan insignificantes que no de ser alguien tenido en cuenta querrán jamás ni conocerte. y sobresaliente; eso está bien, ¡Que dura realidad! pero ¡Qué pero en algunos momentos gran realidad! puedes ir perdiendo la capacidad de disfrutar de tu Todo esto suena muy duro y existencia, así como esta es, deprimente, pero… ¿Quién te sin alteraciones, sin dijo que debes agradar a todo actuaciones, sin tratar de el mundo? ¿Quién te enseñó agradar. que debes ser aceptado por todos? ¿Cómo aprendiste que Las personas de nuestras tu vida la define lo que los familias y las que llegan a demás sientan sobre ti? nuestras vidas, son en verdad ¿CÓMO?... Seguramente eso te maravillosas, son tan lo está enseñando nuestra diferentes, tan complejas, tan sociedad altamente diversas, tan distintas a ti, tan competitiva, en la que si tu originales y con puntos de vista nombre no es conocido ni tan variados, que nunca, óyelo mencionado, no existe; en la bien, ¡Nunca! aunque lo que si no eres sobresaliente, no intentes toda tu vida, vas a vales la pena; en la que si no poder agradarles a todas. eres bello, no deberías ni salir a Podrías ser la persona más la calle. Sigue creyéndote todas agradable y más hermosa de estas ideas en las que tu vida la tierra, o de tu pueblo, o de vale por lo que aparentas y tu familia y, aun así, a siempre tendrás que aparentar alguien no le vas a agradar, lo que no eres, siempre tendrás alguien te va a despreciar, que ser el mejor actor, pero no alguien va a estar en contra de alguien de la vida real… tus ideales o de tus gustos y

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PASTORAL SACERDOTAL

Por: Pbro. Andrés Fernández

Que nuestra única respuesta, no sea el silencio o la indiferencia A lo largo del año 2000 estuve muchas noches en el Senado de la República, buscando la aprobación de una Ley sobre rebaja de pena, que el oapa San Juan Pablo II pidió a los gobiernos del mundo. No fue nada fácil: Aplazamiento de ponentes, falta de cuórum, otros temas en discusión más importantes para ellos, diálogos con diversos Senadores, propuestas alternativas, ilusiones, esperanzas y desengaños, frio, lluvias y tantas cosas más, pidiendo, como Iglesia, un signo para los internos de una sociedad que buscaba la reconciliación, en medio de un País bañado en sangre, con algunos medios que bombardeaban el proyecto y lo satanizaban… Una noche, en un descanso, con un tremendo aguacero sobre el Capitolio, un Senador y padre de la Patria me llamó aparte y con un tono sarcástico exclamó: “oiga Cura, ¿es que usted no sirvió ni para trabajar en cualquier vereda, que lo mandaron a la cárcel?” Y se fue dejándome sin poder responderle. Creo que tuve sentimientos encontrados de rabia, dolor y tristeza. Allí recordé unas palabras del Cardenal Castrillón: “Las cárceles son las cenicientas del mundo y hasta de la pastoral”. Hemos sido formados para el servicio del mundo Parroquial: Eucaristías, sacramentos, atención a las veredas, formación de grupos, desde acólitos hasta viudas, repartimos alimentos y tantas cosas muy valiosas como ministros del Señor, gastándonos y desgastándonos por el anuncio del Evangelio; también existen otros mundos especializados que antes llamaban pastoral de enfermos, de trabajadores, de los presos, etc, pero que hoy se ven más amplios porque su cobertura es mayor. Permítanme referirme a uno de ellos, el Mundo Penitenciario, conformado por los internos, pero también sus familias, los post penados, (aquellos que recién salen de la cárcel), los funcionarios, los miembros del Cuerpo de Custodia y Vigilancia y sus familias, hasta las personas vinculadas como profesionales en el grupo de la Justicia, los agentes voluntarios y hasta donde sea posible, el tema de prevención. Partimos de unas premisas: los internos son personas, hijos de Dios, que un día pudieron haber fallado, que perdieron la libertad física, pero nunca la dignidad de hijos de Dios. Es una pastoral de la espera y la paciencia. Las cárceles son propiedad del Estado, no de la Iglesia, por lo tanto, debemos aceptar las normas de ingreso, esperando que nos dejen acceder, luego de requisas y filas. ¿Qué nos hace aceptar todos los requisitos? El saber que el Señor me ha enviado por medio de la Iglesia, a unas personas, que necesitan conocerlo y amarlo para renovar sus vidas. Pastoral en salida. No vienen a nosotros, no llegan al templo, salimos hacia ellos, no importa trámites, filas y prolongadas esperas. Unas personas nos esperan, muchos de ellos bautizados y, como tal, tienen derecho de ser atendidos por su Iglesia. No es un favorcito que les hacemos, es un derecho.

14 | Septiembre

Pastoral para la disponibilidad. Los anfitriones son ellos, el patio y las celdas son su casa. Algunos acogen y se alegran, otros pasan indiferentes y no falta quien nos mire feo o mentalmente nos recuerde algún ser querido… sin embargo, el poder atravesar las rejas y poder encontrarse con un solo interno, justifica todo nuestro esfuerzo. El mito del número no existe: un solo interno vale mucho. Pastoral de la escucha. Estamos acostumbrados a hablar y que nos escuchen. Nuestra presencia en el patio del penal, más que hablar, es escuchar. Cada interno vive su propio drama. Escuchar para animar, para sembrar, para sentir el peso del amor de Dios, escuchar para que el Señor siga haciendo su obra sanadora y salvadora. Pastoral de la preocupación y de la ternura real por el otro. No somos de mejor familia. “Cada vez que ingreso a una cárcel, me pregunto: ¿por qué ellos y no yo?” papa Francisco. Nadie está exento de llegar a una cárcel, ni nosotros sacerdotes. Si llegáramos allí, ¿qué esperaríamos de los visitantes, miembros de la Iglesia? La respuesta sería: Preocupación y ternura, ante un mundo de odio y venganza, individualismo y autoritarismo. Un simple saludo, el llamarlo por su nombre, el preocuparnos por su familia, el responder a una necesidad concreta y hasta hacer una oración por él, en medio del bullicio del patio o el olor a marihuana. Hay que ser humanos, profundamente humanos, como Jesús se hizo humano. Pastoral de la esperanza. El interno vive en un mundo de malas noticias: Esperaba la libertad y le llega una larga condena, la legislación aumenta las penas, la esposa se cansa de esperar al preso que no sale, y consigue otro. Los hijos no vuelven a visitarlo, los amigos no regresan y ni siquiera preguntan qué necesita y es allí donde Jesús me coloca en frente, como sembrador de esperanza, donde humanamente ya no hay esperanza. Pastoral de la solidaridad. El triple anuncio de la verdad sobre Jesucristo, la Iglesia y el hombre, llega a la persona, con sus luces, y sombras, carencias y miedos, debilidades y fracasos, angustias y necesidades, sueños y esperanzas. Santiago nos ha dicho que “la fe sin obras es muerta” Sant. 2, 17. Todos tenemos algo para dar, para compartir desde nuestra pobreza: una asesoría, una visita a su familia, una camiseta o una pasta de jabón, necesidades básicas que, solucionadas, abren caminos de cercanía y confianza. La recomendación de la carta a los hebreos: “acuérdense de los presos, como si ustedes también lo estuvieran…” debe seguir resonando en el corazón de los creyentes, miembros de una Iglesia cercana, solidaria, disponible, servidora, austera y experta en humanidad. Fiel al Maestro que nos enseña a descubrirlo en los hambrientos, sedientos, enfermos, forasteros, desnudos o prisioneros. Sería muy triste que, en el transcurso de la vida, se nos acercaran personas que nos reclamaran: ¿Dónde estabas, cuando yo estaba herido y marginado? Y nuestra respuesta fuera simplemente, el silencio y la indiferencia.


PASTORAL FAMILIAR

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Por: Delegación de Pastoral Familiar

¿Cómo poder dimensionar la hermosura, la plenitud y la grandeza del amor? Tal vez el paso del tiempo, la vivencia de este regalo en el día a día, los detalles, las pequeñas cosas, puedan dar un rasgo que acerque un poco más al ser humano a su contemplación; sin embargo, hay que aspirar a reconocerlo con la claridad resplandeciente de su presencia a veces desapercibida en el paso del afanado y desmesurado ritmo de vida. Entre tantas situaciones y lugares donde pensamos que el amor habita, el rumbo más seguro donde lo podemos hallar es en la calma, en la paz, la paciencia, la comprensión y la instrucción. El verdadero amor no actúa con dureza. Esta afirmación se compara a una realidad propia del ser humano, como el evidenciar la madre ayudando a sus hijos de pocos meses de nacido a dar sus primeros pasos; debe tener el suficiente cariño, la paz, la mansedumbre y la comprensión para ayudarle a quien es fruto de sus entrañas a levantarse en las múltiples caídas. Son destellos del rostro noble del amor, que infunden seguridad en la criatura y que, a la vez, prefiguran la incondicionalidad y el apoyo durante la existencia, en las múltiples realidades, equivocaciones y errores que puedan llegar a presentarse, no para acoger en el juzgamiento y en la recriminación, más bien para demostrar que el amor no actúa con dureza.

con dureza Los discípulos de Emaús (Lc 24, 13-25), el día de la resurrección del Señor, se encontraban profundamente vacíos y desprovistos de esperanza alguna, no era para menos, quien era su única esperanza -para ellos- estaba muerto. En una circunstancia difícil, cuando oscurecía la tarde, cuando todo se venía encima, quien es el amor en persona, el mismo Cristo Resucitado, los abordó en el camino para volverlos a la senda y abrirles los ojos del corazón, nunca acudiendo a la dureza, ni al reclamo airado, antes bien, encontró el momento más excelso para clarificar su mirada y quitar los sesgos de su vida para darse a reconocer, partiendo el pan, compartiéndoles su misma existencia y manifestándoles con su actitud que el verdadero amor está vivo y que actúa en la misma compasión y misericordia. Uno de los elementos que caracteriza el amor, es precisamente la corrección, el hacer una llamada a reconsiderar el camino o cierta realidad de la vida, consideración muy distinta a lo que es la dureza, la inflexibilidad que condena, que señala y que de ninguna manera tiene en lo más mínimo algo que ver con la realidad profunda del amor. El amor se traduce en misericordia, en acoger; de ninguna manera para dar paso a la permisividad, más bien para promover, para que a fuerza del mismo amor, que nace en el corazón de Dios, se pueda sembrar en el corazón del ser humano, irradiado de la mejor manera, así como El Señor mismo lo ha hecho, actuando con ternura, con amor, con paciencia y jamás con dureza.

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PASTORAL SOCIAL

Por: Teresa Gómez | Facilitadora Corporación Vida Justicia y Paz.

ablar de paz, en estos tiempos, resulta complejo, puesto que en distintos espacios constantemente nos hacen referencia a este término, nos llaman a hacer la paz, construirla y ser gestores de ella; estas invitaciones, en algunos momentos, suenan lejanas, pero si nos inspiramos en el Evangelio y en el mensaje de Jesús para hacer este sueño realidad, encontramos que es claro y concreto.

LA BÚSQUEDA DE

LA PAZ

Jesús nos invita, en la sagrada escritura, a amarnos unos a otros, amar a nuestros enemigos, a perdonar a aquel que nos hiere, a brindar una mano y un abrazo a aquel que no lo ha hecho conmigo. Son invitaciones concretas que sin duda pueden permitirnos caminar hacia esa paz que nos pide el mundo; pero ¿dónde se trunca ese profundo deseo? Quizá aparecen nuestros miedos, miedo a ser seres de luz, a salirnos de nosotros para ir al encuentro con el otro, miedo a perder mi idea, miedo a acoger la diferencia con amor y respeto, tal vez miedo a poner realmente en práctica esa invitación de Jesús. Pero ¿Qué hacer entonces para enfrentar estos miedos y poner en práctica el mandamiento nuevo del amor? Claramente no hay una respuesta mágica que nos de la solución, pero la misericordia que Él nos otorga cuando fallamos debería ser inspiración para construir la paz, el perdonarnos a nosotros mismos, el darnos la oportunidad de recomenzar cada día y, claro está, perdonar a nuestros hermanos y recomenzar juntos.

https://bit.ly/3jAyzdj

16 | Septiembre

Recordemos que Dios no mira como miran nuestros ojos, Dios no juzga como juzgamos los humanos, Dios no reacciona violentamente como nosotros lo hacemos, Dios es amor, compasión y misericordia, así que solo déjate tocar por Él, aprende a ver su rostro en aquel que tiene dolor, en aquel que sufre, en aquel que necesita también ver el rostro de Dios. No le temamos a recomenzar cada día, pidámosle a Dios su misericordia su intercesión, su presencia viva en nosotros, atrevámonos a amar como Dios lo hace con nosotros, a amar desde lo profundo, desde las entrañas, a tratar a los otros como nos gustaría ser tratados, a vivir cada día en plenitud y en presencia de Dios, sirviendo de manera desinteresada y otorgando el perdón a cada instante. Quizá así podamos algún día encontrar esa paz que necesita el mundo y con la que todos soñamos.


Parte 6

Por: Mons. Gilberto Muñoz Ospina

ANÁLISIS DE LA REALIDAD

EL TRABAJO: DON Y OBRA DE DIOS DONADO AL SER HUMANO

https://bit.ly/2QJ8fBp

En la Doctrina Social de la Iglesia Católica La Iglesia jamás considera el trabajo como mera obra de servicio, sino siempre como obra humana; y trata de honrarlo en todas sus expresiones. Mediante el trabajo, el hombre gobierna el mundo colaborando con Dios; junto a Él, es señor y realiza obras buenas para sí mismo y para los demás. El ocio perjudica el ser del hombre, mientras que la actividad es provechosa para su cuerpo y su espíritu. El cristiano miembro de la Iglesia, está obligado a trabajar no solo para ganarse el pan, sino también para atender al prójimo, “porque tenemos que compartir lo que somos y tenemos”, de manera peculiar con los más pobres, a quien el Señor manda dar de comer, de beber, vestirlo, acogerlo, cuidarlo y acompañarlo. Cada trabajador es la mano de Cristo que continúa creando y haciendo el bien. Con el trabajo y la laboriosidad, el ser humano partícipe del arte y de la sabiduría divina, embellece la creación, el cosmos ya ordenado por el Padre, el Hijo y el Santo Espíritu; suscita las energías sociales y comunitarias que alimentan el bien común, en beneficio sobre todo de los más necesitados. El trabajo humano, orientado hacia la caridad, se convierte en medio de contemplación, se transforma en oración devota, en vigilante ascesis y en anhelante esperanza del día que no tiene ocaso. El curso de la historia está marcado por las profundas transformaciones y las grandes conquistas del trabajo, pero también por la explotación de tantos trabajadores y las ofensas a su dignidad. La revolución industrial planteó a la Iglesia un gran desafío, al que el Magisterio social respondió con la fuerza profética, afirmando principios de validez universal y de perenne actualidad, para bien del hombre que trabaja y de sus derechos. 1.3.2 Concilio Vaticano II: Nuestro compromiso cristiano con el trabajo nos enseña su peculiar dignidad, que impide considerarlo como una simple mercancía o un elemento impersonal de la organización productiva. El trabajo, no solo en su valor objetivo, es expresión esencial de la persona. La

persona es la medida de la dignidad del trabajo. Para el Concilio es fundamental el trabajo unido a las demás dimensiones humanas, pues con todo ello edificamos en mundo más humano. Nos dice Juan XXIII: “Pero estos frutos que esperamos del Concilio, exigen para preparar tan importante acontecimiento de un vasto programa de trabajo, proponer cuestiones doctrinales y prácticas, para que los preceptos cristianos se aplique en el trabajo de la vida diaria” (convocatoria del Concilio #9). “Se afianza la convicción sobre el trabajo, de que el género humano puede y debe no solo perfeccionar su dominio sobre las cosas creadas, sino que le corresponde además establecer un orden político, económico y social que esté más al servicio del ser humano y permita a cada uno y a cada grupo, afirmar y cultivar su propia dignidad” (Gaudium Et spes 9). “Los cristianos en marcha hacia la ciudad celeste… no debe disminuir la importancia de la misión que les incumbe de trabajar con todos los seres humanos en la edificación de un mundo más humano… La fe ofrece valiosos estímulos y ayudas para cumplir con intensidad la misión. Cuando con el trabajo de sus manos cultiva la tierra para que produzca frutos y llegue a ser morada digna de toda familia humana y cuando conscientemente asume su parte en la vida de los grupos sociales, cumple personalmente los planes de Dios” (G. et S. 57). “En estos últimos años la Iglesia no ha dejado de tener presente en su espíritu los problemas de complejidad creciente sin cesar, del mundo del trabajo… Y no hemos dejado de demostrar, como el alma del trabajador de nuestro tiempo, marcha de acuerdo con la de sus más altos jefes espirituales” (Mensaje de los obispos a los trabajadores #3).

17| Evangelizar


PASTORAL EDUCATIVA

Por: Pbro. Hugo Hoyos Duque | Delegado para la Pastotal Educativa

Educar

https://bit.ly/3hOLNmr

Evangelizando Hemos hablado anteriormente sobre la importancia de educar desde el corazón y del arte de acompañar, como pilares fundamentales en la educación. Hemos de dar un paso más, que le va a otorgar sentido a todo lo demás, porque la clave de todo está en que el profesor del que estamos hablando tiene una identidad concreta: es un profesor cristiano, lo que, de modo natural, llevará a que la educación sea también evangelización. ¿Quién es un docente cristiano? ¿Qué es evangelización?

¿Quién es un docente cristiano? Hablar de “docente cristiano” supone identificar una de las formas específicas de vivir la vocación cristiana. Se trata de un cristiano para quien Cristo es un acontecimiento en su vida y el Evangelio constituye el eje de su actividad educativa y esta actividad se conforma como un estilo de vida. Se trata de una vocación y un carisma eclesial. Por ello, su docencia la debe vivir explícitamente desde el Evangelio y como camino de santidad. (Prieto, X. M. D., 2019 pág. 9)

¿Qué es evangelizar? La evangelización, como anuncio y transmisión del Evangelio, es la misión de la Iglesia y de cada cristiano. La Iglesia existe para evangelizar, así como cada docente y cada centro educativo religioso. Anunciar la buena noticia de Cristo es la actividad que consiste en comunicar a otros lo que vivimos como esencial en nuestra vida: el acontecimiento de Cristo en nuestra vida, la experiencia del amor de Dios en Cristo vivo y resucitado, experiencia que vivimos personal y comunitariamente. Esto supone un proceso de acompañamiento espiritual con los estudiantes: en primer lugar, se trata de suscitar una búsqueda de sentido, un interés por la fe y Jesucristo. En un segundo momento, se trata de propiciar una primera conversión que permita la fe y la acogida de Cristo en sus vidas. (Prieto, X. M. D., 2019 pág. 9) Esta acción misionera tiene lugar en torno al Kerigma que es el primer anuncio del evangelio en relación con las experiencias vitales de aquel a quien se le anuncia, manifestando el modo en que Cristo está ya presente en su vida y testimoniando el amor incondicional de Dios.

18 | Septiembre

La educación culmina en la evangelización Evangelizar consiste en una acción transformadora del corazón del hombre a través de la novedad del anuncio de la salvación, del bautismo y de un nuevo estilo de vida según el Evangelio. Educar evangelizando consiste en anunciar y transmitir el Evangelio a los estudiantes como buena noticia que da sentido profundo a sus vidas y como propuesta de un nuevo estilo de vida. Pero solo se puede anunciar como una experiencia de Dios, fuente de alegría y experiencia de vida gozosa, transformadora y superadora de las idolatrías del mundo, que nos permite una relación personal con los demás, con la naturaleza y con Dios. (Prieto, X. M. D., 2019 pág. 10)

¿Cómo realiza el docente la evangelización? Por el testimonio, pues los estudiantes escuchan a los docentes que son testigos. Ser testigo significa que la evangelización se hace persona a persona. Es en el encuentro personal, cara a cara, entre el docente que anuncia y quien recibe el anuncio, como se produce la evangelización. Será la vitalidad cristiana del docente la que por sí misma tenga más potencial evangelizador. También por medio de la presencia entre los alumnos, estando e invirtiendo el tiempo con aquellos a quienes se les va a anunciar el Evangelio. (Prieto, X. M. D., 2019 pág. 10) Otra manera de hacer eficaz la evangelización es el acompañamiento a los estudiantes en su vida y en su encuentro con Dios, como sentido de su existencia y como acontecimiento central de su vida. Los docentes cristianos han de ser expertos en el arte de acompañar, pues la persona es el fin para el que trabaja la Iglesia, y a la persona se le sirve en el ámbito educativo acompañándola. (Prieto, X. M. D., 2019 pág. 11)

Referencia: Prieto, X. M. D. (2019). La identidad del profesor cristiano educar, acompañar, evangelizar. Scripta Fulgentina: revista de teología y humanidades, 29(57), 71-81.


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