Evangelizar 076 - Abril de 2020

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ISSN 2590-8359 | No. 76 ABRIL 2020

Lc 15,13


Mira la Cruz de Cristo, aférrate a Él, déjate salvar, porque quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento… Él vuelve a levantarte con el poder de su Cruz


Por: Delegación de Movimientos Eclesiales

SANTO DEL MES

que había que cumplir siempre. Decía así: "Cuaresma perpetua". Esto quiere decir que en la alimentación se debían hacer las mortificaciones que antiguamente se hacían en cuaresma, con el fin de fortificar la voluntad.

SanDEFrancisco PAULA ació en un pueblecito llamado Paula, en Italia, en 1416. Cuando tenía unos pocos años se enfermó gravemente de los ojos. Se encomendó, junto con sus padres, a San Francisco y este santo le obtuvo de Dios la curación. En acción de gracias se fue a los 14 años en peregrinación a Asís, y allá recibió la inspiración de convertirse en ermitaño, dedicado a rezar y a hacer penitencia. Se retiró a la montaña, y ahí permaneció durante cinco años, rezando, meditando y alimentándose solamente de agua y de hierbas silvestres y durmiendo sobre el duro suelo, teniendo por almohada una piedra. Pronto, varios hombres siguieron su ejemplo. Francisco tuvo que fundar varias casas para sus religiosos y, en todos sus conventos, puso una consigna o ley

El papa Pablo VI dijo en 1977 que san Francisco de Paula es un verdadero modelo para los que tienen que llamarles la atención a los gobernantes que abusan de su poder y que malgastan de manera innecesaria el dinero que deberían emplear en favor de los pobres. Por muchos años nuestro santo recorrió ciudades y pueblos llevando los mensajes de Dios a las gentes. Y en aquellos tiempos (como ahora) había alcaldes, gobernadores, ministros y hasta jefes de Estado que abusaban de su poder y gastaban los dineros públicos para enriquecerse o para hacer gastos inútiles y conseguir lujos, en vez de socorrer a los necesitados. A ellos les iba recordando san Francisco que a cada uno le dirá Cristo en el día del juicio aquellas palabras que dijo en el Evangelio: "Dame cuenta de tu administración". También les recordaba esta frase del Apocalipsis: "He aquí que tengo y traigo conmigo mi salario. Y le daré a cada uno según hayan sido sus obras". Todo esto hacía pensar muy seriamente a muchos gobernantes y los llevaba a corregir los modos equivocados de proceder que habían tenido en el pasado. El santo logró convertir a Luis XI antes de su muerte. Este quedó tan agradecido que nombró a Francisco de Paula como director espiritual de su hijo, el futuro Carlos VIII, rey de Francia. Murió el 2 de abril de 1507. El pueblo empezó inmediatamente a proclamarlo como santo y los milagros empezaron a sucederse. Doce años después de su muerte, fue proclamado santo por el sumo pontífice León X, en 1519.

Asesor General Mons. Fidel León Cadavid Marín

Coordinador General Vicaría de Pastoral

Director Pbro. Javier Otálvaro Álvarez

Fotografía y Correción de Estilo Javier Ocampo Zuluaga

Consejo Editorial Delegados de Pastoral

Diseño y Diagramación Cristina Giraldo Giraldo

Impresión Publicaciones San Antonio Oranización COREDI Sugerencias diseno@diosonrio.org.co vipastoral@diosonrio.org.co

Dirección Diócesis de Sonsón Rionegro Curia Episcopal: Calle 51 No. 47 - 31 PBX: 531 52 52

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Referencia: https://www.aciprensa.com/recursos/san-francisco-de-paula-4450j

https://bit.ly/3aQJMSH

Miles de hombres decidieron abandonar la vida pecaminosa del mundo e irse a la Comunidad religiosa fundada por san Francisco de Paula. Así, como san Francisco de Asís les había puesto a sus religiosos el nombre de "hermanos menores", san Francisco de Paula les puso a los que pertenecían a su comunidad el nombre de "hermanos Mínimos". El Divino Espíritu le concedió a san Francisco de Paula el don de hacer milagros, de hacer curaciones, y el don de profecía.


FORMACIÓN BÍBLICA

Por: Pbro. Juan Bautista Álzate Arias

SEGUNDA CARTA A LOS CORINTIOS

CARTA DEL MINISTERIO APOSTÓLICO

por el fundador de la comunidad, y para dar fuerza a sus argumentos, no han dudado en descalificar a la persona misma de Pablo. Es verdad que Pablo no es ni mucho menos alguien fácil de tratar o entender, los múltiples testimonios de sus cartas, y aún de los relatos de Lucas en Hechos de los Apóstoles, dan fe de una persona reactiva; pero en corintios el asunto trasciende, pues no se trata de la mera confrontación de ideas distintas, sino que por poco es despojado de su condición de apóstol, la cual le viene del mismo Señor, y no por designación de ninguna iglesia, ni siquiera de la de Corinto; más bien, es esa iglesia la que recibe a segunda carta a los corintios se presenta como un todo de él el carácter apostólico. compuesto por distintas partes no siempre fáciles de reconocer. A menudo los expertos se refieren a ella como un Pero no todo en esta carta es de mosaico de cartas del Apóstol, de número hasta cuatro. Lo cierto es tinte negativo. A lo largo del que a nosotros ha llegado un texto auténtico de Pablo, si bien escrito resuena el valor del compuesto, pues una cosa es que se crea que se trata del Evangelio: es el objeto del compendio o partes de algunas misivas, y otra que no provengan trabajo apostólico, la causa de del Apóstol. Pablo escribió esas líneas probablemente en distintas todo bien, el contenido de la fe, circunstancias y por eso refleja varios aspectos de su misión, de el don que se comunica. modo que el título de este escrito “carta del ministerio apostólico” supone un reconocimiento de la obra de este evangelizador en La segunda carta a los corintios es, pues, muestra clara de la plena realización y expansión. naturaleza del apostolado de Un primer aspecto evidente en la carta es la reconciliación. Pablo ha Pablo: fundamento sólido en el pasado por un periodo tenso con la comunidad y ahora, en tono Evangelio, dificultades con las sereno, plantea el perdón y el restablecimiento de las relaciones comunidades, necesidad de bajo una óptica cristológica, en el nombre de Cristo, dejarse mantener claro el contenido de la fe y la cohesión de la reconciliar con Dios (5,20). comunidad, aún a costa de Otro aspecto evidente en la carta son las dificultades de Pablo, desacuerdos con otros quien ha sido objeto de desaprobación por parte de otros predicadores. predicadores, que han propagado ideas distintas a las predicadas https://bit.ly/2TXvbOk

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Por: Delegación de Catequesis

EL MISTERIO DEL PECADO

FORMACIÓN CATEQUÉTICA Nuestras decisiones… La invitación es a reconocer, en nuestra propia vida, aquellas decisiones que por diversos motivos nos han apartado del amor paterno y misericordioso de Dios.

Pertenecemos a una familia, a una comunidad, y es en medio de estas realidades que somos invitados a buscar la autonomía, pero esto no justifica que nos independicemos. La autonomía busca nuestro propio crecimiento, mientras que la independencia es desprendernos de todo y de todos; olvidarnos de dónde venimos, de nuestras propias raíces y origen. Cuando nos independizamos de Dios y su proyecto nos perdemos y perdemos el sentido de vida. Cuando por satisfacer nuestros intereses personales decidimos irnos lejos de Dios y todo lo que a Él se refiere, Un hijo, una decisión… estamos abandonando al Padre y La expresión “estar” puede evocar un significado simbólico, rompiendo relación con el hermano. existencial y de sentido. Estar dentro, fuera, lejos o cerca, Romper deliberadamente relación con hace parte de las opciones que trae la vida. Dios y con el hermano nos conduce al La narración dice que el hijo se marchó, no se expone ni las pecado. Tomar malas decisiones y razones que llevaron al hijo a tomar esta decisión, ni se apartamos de aquello que da sentido y detiene el autor a tratar de encontrarlas o explicarlas. orienta la vida es encarnar al hijo que un Pueden ser muchas. Quizá una búsqueda de autonomía, de día decidió marcharse del lado de su independencia o un deseo de explorar otras posibilidades; padre. tal vez problemas no resueltos, nudos afectivos no Muchas veces hemos malgastado y desatados, experiencias no integradas. hasta olvidado lo recibido y aprendido Este marcharse puede leerse como un signo de rompimiento en el hogar, en la familia, en la con un modo o estilo de vida adquirido, no solo en el hogar, comunidad; hemos ignorado que Dios sino en la comunidad. Cuando Lucas escribe: «se marchó a nos ha moldeado en lo secreto, en las un país lejano», quiere indicar mucho más que el deseo de entrañas mismas de nuestras soledades un hombre joven por ver mundo. Habla de un corte drástico y fragilidades, en el silencio de nuestras con la forma de vivir, de pensar y de actuar que le había sido vidas (Salmo 139) y nos hemos ido a transmitida de generación en generación como un legado tierras lejanas y desconocidas. sagrado1. Vendrán las consecuencias de las Además se va a un país lejano. Que sea lejano evoca decisiones tomadas, de las búsquedas distanciamiento, ruptura, separación. El texto habla de un de libertad y autonomía mal orientadas. país sin nombre, sin ubicación geográfica, sin descripción Sin embargo, la parábola nos da la alguna. En este país desconocido, malgasta los bienes; no certeza de tener un Padre que les da buen uso, no sabe administrar dinero, bienes o pacientemente sabe esperar nuestro regreso a casa. posesiones. HENRI J. M. Nouwen. El regreso del hijo Pródigo. Meditaciones ante un cuadro de Rembrandt. MADRID-1994. PPC. 39-63

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FORMACIÓN LITÚRGICA

Por: Pbro. Jairo de Jesús Ramírez | Delegado de Litúrgia

¿QUÉ ES LA LITURGIA? La persona principal que reza es Cristo. Esa es la novedad de la aliturgia cristiana, su frescura y la excelencia de su naturaleza. No es una acción del hombre, es una acción fundamentalmente de Dios, es Dios mismo quien actúa. La liturgia es obra de la Santísima Trinidad. Su dimensión trinitaria constituye el principio teológico fundamental de su naturaleza. La oración litúrgica se dirige de suyo al Padre, que es bendecido y adorado como omenzamos el ciclo de nuestra catequesis litúrgica la fuente y el fin de todas las bendiciones aportando algunas respuestas a la pregunta ¿qué es (Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica [CEC] la liturgia? Seguramente que publicaciones 1110) anteriores de esta Revista lo hizo; sin embargo, deseo La presencia de Cristo en la liturgia es acotar más elementos para fortalecer nuestros dinámica y eficaz, hace de los actos conocimientos sobre la cuestión. litúrgicos acontecimientos de salvación La respuesta a la pregunta, ¿qué es la liturgia?, puede (Cfr. SC 6-7). Él es el Sujeto principal de la parecer bastante obvia: la liturgia son los ritos y ceremonias acción litúrgica. Si el destinatario era el por medio de los cuales los cristianos dan culto a Dios. Sin Padre, el sujeto que realiza la acción embargo, la naturaleza de la liturgia cristiana es mucho litúrgica, que hace posible que la Pasión, muerte y resurrección del Señor, que más rica. santifica a los hombres y da culto al Padre, La liturgia es un hacerse presente el Cielo en la tierra. Cada es Jesucristo (Cfr. CEC 1111). vez que celebramos una acción litúrgica, como la Eucaristía, experimentamos el Cielo en la tierra. No es solo una acción La misión del Espíritu Santo en la liturgia nuestra, se trata de nosotros y Dios. La liturgia es la voz es la de preparar la asamblea para el unísona del Espíritu Santo y la esposa, la Santa Iglesia, encuentro con Cristo; es quien actualiza, y que claman al Señor Jesús, ¡Ven! Es la fuente pura y hace memoria del misterio de Cristo; hace perenne de agua viva a la que todos los que tienen sed posible que se superen las diferencias sociales de raza, lengua, etc.; es el que pueden acudir para recibir gratis el don de Dios. hace posible que exista ese cuerpo para la En la liturgia, a través de signos sensibles, se actualiza todo acción cultual (Cfr. CEC 1112). el obrar de Jesús entre nosotros, un obrar que además es síntesis y cúlmen de toda la historia de salvación. La La liturgia es una participación en la vida liturgia es, por tanto, historia de la salvación en acto; es misma de la Trinidad, por la que somos introducidos en algo que de otro modo no el hoy de la salvación. podríamos compartir; somos introducidos La liturgia es el culto público de la Iglesia, es la oración de en la misma comunión de la vida del toda la iglesia; el culto que Jesucristo -junto con su Iglesia- Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ofrece a Dios Padre. Por tanto, cuando una asamblea se reúne para la acción litúrgica, es todo el pueblo de Dios Es fácil fijarse en la parte externa, la parte sensible de la liturgia, pero esta parte reunido en torno al misterio de Cristo. visible de gestos y palabras está presente El culto cristiano es una novedad en el conjunto de los precisamente para llevarnos a lo invisible, cultos, porque no es tanto lo que el hombre hace por si a la presencia de la Trinidad y a su obra en mismo para aplacar a Dios, sino que es Dios mismo quien la Iglesia. actúa. Ya no es el hombre el que con sus propias fuerzas busca un camino de acceso a lo divino, sino que es Dios Por último, la liturgia es terreno sagrado mismo el que sale al encuentro del hombre y le muestra el donde habita Dios. camino que debe seguir para entrar en comunión con él.

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Por: Delegación de Religiosidad Popular

RELIGIOSIDAD POPULAR

No se puede amar las procesiones

sin amar a Cristo y a la Iglesia

os acercamos a la celebración de la Semana Mayor, días donde se vivencian las tradiciones y la devoción popular; este es un tiempo propicio para, partiendo de estos aspectos, generar unos espacios de catequesis que nos ayuden a entender mejor el misterio que celebraremos. El Cardenal Antonio Cañizares, arzobispo de Valencia (España), en el año 2018 envió una carta para invitar a los fieles a vivir la Semana Santa “desde la fe cristiana”, porque, según aseguró, “asombra y sobrecoge adentrarse en la espesura del Misterio que estos días celebramos: es el misterio de Dios y del hombre, de la vida y de la muerte, del mal y de la gracia, del odio y del perdón, de las tinieblas y de la luz”. “No se puede amar las procesiones sin amar a Cristo y a la Iglesia por la que Él se ha entregado, o sin amar al hermano o al necesitado, a los crucificados de hoy, con los que Él se identifica” y subrayó que no se debería participar en las procesiones “sin participar en las celebraciones litúrgicas de los misterios de la Cena, la Pasión, Muerte y Resurrección, donde estos se hacen presencia viva, realidad palpable en la fe, fuerza salvadora”, señaló. Porque el ir a las procesiones o contemplar su paso “reclama que se haga de manera que se vea y entienda lo que allí está pasando: el drama sobrecogedor, y gozoso -al mismo tiempo- del amor de Dios para con los hombres, hecho pasión y cruz perenne, y acontecimiento de resurrección gloriosa”. En ese sentido, alertó del riesgo de “secularizar y mundanizar lo más sagrado, lo más sublime: los padecimientos de Cristo por medio de los cuales se nos hace presente y transparenta el amor infinito

del Padre”. El Cardenal Cañizares también explicó en su carta que lo que da sentido a toda la Semana Santa es que “Cristo vive; ha triunfado sobre la muerte”. “Esta es la fe que da vida, nuestra fe, la fe de la Iglesia. Y esta es nuestra victoria, el triunfo que celebramos: la fe de la Iglesia que vence al mundo, la que derrota al Maligno, el mal y la muerte”, aseguró. “La Resurrección es el acontecimiento culminante en que se funda la fe cristiana, nuestra fe, la que motiva todo cuanto se mueve en nuestra Semana Santa”, destacó e insistió en que el culmen de estos días “santos” está en la Resurrección que es “la base última, el fundamento más firme, el cimiento más sólido, que la Iglesia tiene para su esperanza, la raíz de un amor que sin límites se entrega a todos, con predilección por los pobres y afligidos, por encima de los poderes de este mundo y los poderes de muerte que lo destruyen”. Además, aseguró que creer en la Resurrección de Cristo es también creer en nuestra propia resurrección. Por eso afirma que “urge y apremia anunciar a Cristo que ha resucitado de entre los muertos porque “es la gran alegría, la gran esperanza que los hombres necesitan” y subraya que los cristianos celebramos en Semana Santa que “en el rostro humano de Jesús, desfigurado en su Pasión, se nos ha revelado y dado el amor de Dios mismo que no tiene límites ni riberas, que se extiende a todos, preferencialmente a los pobres, a los pecadores y necesitados de misericordia, y se nos ha dado a nosotros para que nosotros, viviendo en ese amor, nos amemos unos a otros como Él nos ha amado”.

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https://www.aciprensa.com/noticias/no-se-puede-amar-las-procesiones-sin-amar-a-cristo-recordo-cardenal-99272

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TRIBUNAL ECLESIÁSTICO

Por: Tribunal Eclesiástico Diocesano

Nuestro tribunal eclesiástico, tiene como lema: “Justicia en la verdad”, ahora bien, podemos, de manera, sucinta esbozar qué queremos decir con ello y que a su vez se convierte en hoja de ruta para el trabajo en esta dependencia de nuestra iglesia particular. El derecho procesal canónico tiene como función en la Iglesia la salus animarum (salvación de las almas), como nos lo recuerda el c. 1752 del CIC (Código de Derecho Canónico). Cualquier sociedad organizada elabora un sistema judicial, que para que sea eficaz, ha de incluir un sistema procesal eficiente, que permita garantizarles a las personas el reconocimiento y salvaguarda de sus derechos e intereses legítimos. Podemos decir que la sociedad no subsistiría sin permitir que se tengan tribunales, y para ello debemos garantizar la eficacia, la justicia, la equidad y la verdad, entre otros elementos que nos ayuden siempre en el desarrollo del debido proceso. En el Código de Derecho Canónico se establece que los fieles tienen derecho a acudir a los tribunales (c. 221). Por tanto, la actividad judicial, no es algo ajeno a la sociedad eclesiástica, sino que está en la misma entraña de la Iglesia. A la luz de lo expuesto, sería absurdo disociar la caridad de la justicia o dicho de otra manera, separar la caridad de la verdad. En miras a la salvación de las almas, decimos: no puede haber caridad si falta la justicia. Así lo expuso el papa Juan Pablo II en un discurso a la Rota Romana en 1990: “la actividad pastoral, a su vez, aunque se extienda más allá de los exclusivos aspectos jurídicos, incluye siempre una dimensión de justicia. Sería imposible de hecho llevar almas hacia el reino de los cielos si se prescindiese de ese mínimo de caridad y de prudencia que consiste en el compromiso de hacer observar la ley y los derechos de todos en la Iglesia”. Es pastoral, por lo tanto, el proceso canónico llevado con rigor y con las exigencias que pide el Código de Derecho Canónico. Y también es pastoral la actividad del juez que declara la verdad del caso, después de un proceso canónico debidamente llevado.

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Por: Pastoral Bíblica | Con el apoyo del Pbro. Hernán Darío Cardona S.D.B

EL EVANGELIO DEL DOMINGO

Primera Lectura: Isaías 50, 4-7 Salmo 22: Dios mío, Dios mío. ¿por qué me has abandonado? Segunda Lectura: Filipenses 2, 6-11

DOMINGO 5 DE ABRIL

DOMINGO DE RAMOS “Bendito sea el que viene el nombre del Señor” Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según San Mateo

PAUTAS DE REFLEXIÓN Según el relato de Mateo, a propósito de la muerte de Jesús en la cruz, desde el mediodía hasta las tres de tarde, sobrevino la oscuridad sobre la región. Una lectura, identifica las tinieblas en la muerte de Jesús como la presencia de la tribulación, la cual precede la aparición definitiva del Hijo del hombre, quien llega para reinar. En medio de la oscuridad, Jesús gritó: “Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado?” Así comienza el Salmo 22, como el grito desgarrador del justo doliente frente a la oposición de enemigos y adversarios, cuando se siente abandonado. Dios no responde de inmediato al grito de su hijo. Además Jesús ha experimentado un abandono progresivo a lo largo del evangelio, su familia, las autoridades judías, Pedro, Judas, los demás discípulos, la gente y ahora su Padre, a quien Jesús llama “Dios”. Ha llegado así al extremo de la angustia y del sufrimiento. El grito de Jesús, desde el Salmo 22 y los signos finales, muestran asimismo la solidaridad de la naturaleza con el sufrimiento, son signos del juicio de Dios de acuerdo con las descripciones de las profecías antiguas; pero, a la vez, pone en evidencia la anulación de todo tipo de mediaciones, divisiones o distancias entre Dios y los seres humanos. La nueva alianza se sella en las decisiones del corazón, allí donde los seres

humanos cuecen sus opciones. Había dos velos o cortinas en el templo, uno entre la terraza externa y el sitio sagrado, y el otro entre este sitio y el santo de los santos, podrían tener unos veinte metros de alto y estaban tejidos con gran riqueza. Cuando se rasgó, se acabaron los secretos, ya nada oculta a Dios, termina la distancia entre la clase sacerdotal y los fieles; se acaba la separación entre judíos y gentiles, estos últimos ya pueden llegar al santo de los santos. Se rompe la barrera entre esclavos y libres, todos hermanos de Jesús y servidores unos de otros; por lo tanto, ser cristiano es ser una persona libre. La muerte de Jesús es capaz de convertir en primer lugar a su propio asesino, en el caso de Mateo, no solo el centurión, sino también todo su grupo (Mt 27,54). Los centuriones presentes en los textos del Nuevo Testamento aparecen en general como personas dignas: el centurión de Cafarnaúm (Mt 8,5), el de Lucas (Lc 7,1-10), el de Juan (Jn 4,46-53), Cornelio (Hch 10,1) y en contraste con personajes como Pilato, Herodes o el Sumo Sacerdote. En la versión de Lucas, la frase suena así: “¡En verdad este hombre era inocente!” (Lc 23,47), como toda una ironía llena de sarcasmo, nunca un rey de Roma moriría de esta manera, ni sería capaz de perdonar o convertir a sus asesinos.

PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL 1. ¿Cómo acompaño a Jesús en su pasión? 2. ¿Cuáles elementos de la cuaresma recojo en la Semana Santa? 3. ¿Cuáles actitudes del texto, de los personajes, impactan mi oración?

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EL EVANGELIO DEL DOMINGO

Por: Pastoral Bíblica | Con el apoyo del Pbro. Hernán Darío Cardona S.D.B

Primera Lectura: Hechos 10, 34 a.37-43 Salmo 118: “Este el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo”. Segunda Lectura: Colosenses 3, 1-4 Evangelio: San Juan 20, 1-9

DOMINGO 12 DE ABRIL

DOMINGO DE RESURRECCIÓN “He resucitado y estoy contigo todavía” El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro muy temprano, cuando aún estaba oscuro, Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con y vio la piedra quitada del sepulcro. que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo: Entonces entró también el otro discípulo, el que había — «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos llegado primero al sepulcro; vio y creyó. dónde lo han puesto». Pues hasta entonces no habían entendido la Salieron Pedro y el otro discípulo y fueron Escritura: que Él había de resucitar de entre los rápidamente al sepulcro. Los dos corrían juntos, pero muertos. el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las Palabra del Señor vendas en el suelo; pero no entró.

PAUTAS DE REFLEXIÓN Este relato del cuarto evangelio presenta a María Magdalena como la primera testigo de la resurrección de Jesucristo. Inducidos por ella, algunos del círculo de los doce (Pedro y el discípulo a quien Jesús amaba), van también a la tumba. Ante estos primeros signos solo cree el discípulo a quien Jesús amaba. La tumba de Jesús está vacía y la causa de ello no se la explican los cercanos a Jesús; en todo caso, ellos no han tomado (robado) su cuerpo. En segundo lugar, la fe “pascual” no depende ni nace de este hecho, la iniciativa es propiedad de Dios Padre en Jesucristo. La resurrección de Jesús es capaz de generar una metamorfosis personal, una transformación dentro de un pequeño grupo y cambiar el rumbo de la historia de esa comunidad. Este proceso marcó a los discípulos y discípulas de Jesús cuando se encontraron de repente con una realidad sorprendente: Jesús había sido resucitado por el Padre; ¡Jesús, su amigo, su Maestro, estaba vivo!

No era la ocurrencia de unas mujeres desconsoladas o de algunos discípulos confundidos. Era la potente experiencia de una comunidad impulsada por el Resucitado a gastar su vida por ser hermanos y hermanas. En la mañana del domingo pascual la única preocupación de los tres discípulos del Señor –María de Magdala, Pedro y el discípulo a quien Jesús amaba– consiste en buscar al Señor, a Jesús muerto sobre la cruz por amor, pero resucitado de entre los muertos para la salvación de todos. El amor los mueve a buscar a quien está vivo. La búsqueda amorosa del Señor se convierte luego en impulso misionero. El acto de fe brota de quien se siente amado y ama, como dice san Agustín: “Puede conocer perfectamente solo quien se siente perfectamente amado”. El evento histórico de la resurrección de Jesús no se conoce a través de áridas especulaciones intelectuales, sino con gestos contagiosos de amor gozoso y servicio apasionado.

PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL 1. ¿Qué significa para mí la resurrección de Jesús el Hijo de Dios? 2. ¿Cómo ha resucitado en mí el Señor Jesús? 3. ¿Cuáles actitudes de vida nueva voy a contagiar a otros en este tiempo pascual?

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Por: Pastoral Bíblica | Con el apoyo del Pbro. Hernán Darío Cardona S.D.B

EL EVANGELIO DEL DOMINGO

Primera Lectura: Hechos de los Apóstoles Salmo 117: Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia Segunda Lectura: Primera carta del Apóstol San Pedro 1, 3-9 Evangelio: San Juan 20, 19-31

DOMINGO 19 DE ABRIL

SEGUNDO DOMINGO DE PASCUA Domingo de la Divina Misericordia “Dichosos los que cree sin haber visto” Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en eso entró Jesús, se puso en medio y les dijo: — «Paz a ustedes». Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los dis¬cípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: — «Paz a ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo». Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: — «Reciban el Espíritu Santo; a quienes ustedes perdonen los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengan, les quedan retenidos». Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: — «Hemos visto al Señor». Pero él les contestó: — «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su

costado, no lo creo». A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: — «Paz a ustedes». Luego dijo a Tomás: — «Trae tu dedo: aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente». Contestó Tomás: — «¡Señor mío y Dios mío!». Jesús le dijo: — «Porque me has visto has creído. Dichosos los que crean sin haber visto». Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Éstos se han escrito para que crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengan vida en su nombre». Palabra del Señor

PAUTAS DE REFLEXIÓN Los eventos de este día suceden en Jerusalén. Y en la Biblia, ella debe ser la ciudad de la paz. Hoy Jesús resucitado anuncia la paz y les da a los suyos su paz: como lo dice el nombre de la capital de los judíos (Yerushalaim: la población de la paz) y Jesús les da su paz: “Shalom” y, porque es Dios y reconocido como tal, su Palabra es eficaz, creadora. La paz de Jesús se cumple. El Cuarto Evangelio tiene en su mente numerosas promesas de “cumplimiento” presentes en varias de las profecías, por ejemplo en la profecía de Isaías: “Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado… el príncipe de la paz…” (Is. 9). Y también en la profecía de Jeremías: “Yo, dice Dios, conozco los proyectos que tengo en la alegría”; el evangelio se acuerda de la palabra de Jesús, la última tarde: “Ustedes están ahora en la tristeza, pero los veré de nuevo y su corazón se regocijará, y esta alegría nadie se las quitará” (Jn. 16,22). Dirán ustedes:

¡queda mucho por hacer! Sí, pero Jesús sembró la paz, y a nosotros nos toca hacerla fructificar. Jerusalén, la ciudad de las promesas, es también la ciudad del don del Espíritu; es allí donde se cumple la promesa de la profecía de Joel: “Derramaré mi espíritu sobre toda carne… Entonces, quien invoque el nombre del Señor será salvo”. (Joel 3,1.5). Con base en este criterio, la misión confiada por Jesús a los apóstoles es una misión de paz y de reconciliación; nos corresponde defender a Jerusalén, la ciudad de la paz, en orden a que ella haga honor a su nombre. Jesús les confía a sus discípulos la misión de anunciar al mundo la verdad. La misión es urgente, el mundo muere por no conocer la verdad; la verdad a la cual nos conduce el Espíritu a nosotros de manera progresiva y con mucha paciencia: “Cuando venga el Espíritu de la verdad, los hará acceder a la verdad entera”. (Jn 16,13).

PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL 1. ¿Cuáles argumentos del texto me impactan más? 2. ¿Cuáles son los rasgos y las actitudes de Jesús en este signo? 3. ¿Cómo me ayuda la oración de hoy a preparar la Semana Santa?

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EL EVANGELIO DEL DOMINGO

Por: Pastoral Bíblica | Con el apoyo del Pbro. Hernán Darío Cardona S.D.B

Primera Lectura: Hechos de los Apóstoles Salmo 15: Me enseñaras el sendero de la vida” Segunda Lectura: Primera carta del Apóstol San Pedro Evangelio: San Lucas 24, 13-35

DOMINGO 26 ABRIL

TERCER DOMINGO DE PASCUA “Quédate con nosotros Señor” Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a un pueblo llamado Emaús, distante unos once kilómetros de Jerusalén; iban comentando todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo. Él les dijo: — «¿Qué es lo que vienen conversando por el camino?». Ellos se detuvieron preocupados. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le replicó: — «¿Eres tú el único forastero en Jerusalén, que no sabes lo que ha pasado allí estos días?». Él les preguntó: — «¿Qué ha pasado?». Ellos le contestaron: — «Lo de Jesús, el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo. Los sumos sa¬cerdotes y nuestros jefes lo entregaron para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que Él fuera el futuro liberador de Israel. Y ya ves: hace dos días que sucedió esto. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobre¬saltado: pues fueron muy de mañana al sepulcro, no encontraron su cuerpo, e incluso vinieron diciendo que habían visto una apari¬ción de ángeles, que les habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al

sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a Él no lo vieron». Entonces Jesús les dijo: — «¡Qué necios y torpes son ustedes para creer lo que anuncia¬ron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria?». Y, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les ex¬plicó lo que se refería a Él en toda la Escritura. Ya cerca del pueblo donde iban, Él hizo ademán de seguir ade¬lante; pero ellos le insistieron, diciendo: — «Quédate con nosotros, porque ya atardece y está anoche¬ciendo». Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero Él desapareció. Ellos comentaron: — «¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el ca¬mino y nos explicaba las Escrituras?». Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo: — «Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón». Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan. Palabra del Señor

PAUTAS DE REFLEXIÓN Luego de la visita de las mujeres (y de Pedro: 24,12) a la tumba abierta y vacía de Jesús (24,2), se sabe que Él está vivo; pero no se sabe dónde y cómo pueda ser encontrado; el Resucitado tomará la iniciativa y se manifestará en circunstancias diversas. La primera de ellas es el encuentro con dos discípulos bastante desilusionados: ellos esperaban que Él fuera el salvador de Israel (24,21), pero, pasados tres días, se separaron de la comunidad, tal como había hecho Tomás en el Evangelio del Domingo pasado. Centremos nuestra atención en tres acciones del Resucitado con estos acongojados seguidores:

absurdos, más bien pertenecen a un plan divino, Dios sale victorioso sobre la muerte. Así, la clave hermenéutica de las Escrituras no es otra distinta a la Resurrección. 3) Jesús parte el Pan (v. 30): se recuerda la acción con los suyos antes de la Pasión, en la cena eucarística (22, 14 – 38). Al donar su vida, el Resucitado permanece en medio de quienes, “haciendo esto en memoria suya” (22,19), son capaces de partir y compartir su propia existencia con los hermanos.

En este contexto, aunque cae la tarde y comienza la oscuridad, los caminantes de Emaús salen presurosos al encuentro de sus hermanos, se reintegran a la comunidad que necesitaba un testimonio como el de ellos o como el de Pedro (24,34). Así, llegados ya al Tercer Domingo de Pascua, sabemos del encuentro con Jesucristo vivo, quien sale a buscar sus ovejas perdidas: lo encontramos en el camino de la vida, en las 2) Jesús les explica las Escrituras (v. 27): ellos no Escrituras, en la Eucaristía y en la comunidad. De este comprendían la humillación por la cual pasó el Maestro; encuentro depende, tal como propone el Documento por esta razón, para Jesús los eventos ocurridos no son de Aparecida, la renovación de nuestra fe. 1) Jesús se les acerca, camina con ellos, les pregunta y los escucha (vv. 15 – 24). En otras palabras: Jesús sale a buscar la oveja perdida, tal como había hecho tantas veces (5, 31 – 32; 15, 1 – 32; 19, 1 – 10). Jesús buscará también a Pedro, quien lo había negado: ¡no en vano en Lc 24,34 se refiere este encuentro de reconciliación!

PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL 1. ¿Qué tan grande es mi amor por Jesús? 2. ¿Qué estaría dispuesto a hacer por él? 3. ¿Cómo me ayuda el texto en mi oración?

12 | Abril


Por: Pbro. Sergio Urrego Marulanda | Delegación de infancia y juventud

sí son los jóvenes de hoy, continuamente heridos y recibiendo nuevas heridas; eso sí, heridos pero contentos, nunca del todo satisfechos, siempre medio vacíos; muy realistas, sin llegar a ser tan optimistas, pero tampoco pesimistas. Hace poco escuché una reflexión de un amigo muy joven, no muy cercano a las cosas de la fe, a la defensiva con el mensaje del evangelio, estudiante de derecho en una reconocida universidad, uno de esos amigos que te aprecian, pero no están del todo convencidos de lo que haces… “Yo no estoy de acuerdo con el aborto ni con la eutanasia ni nada de eso – decía – pero tampoco es que sea pro-vida; no considero que se deba asesinar, pero tampoco digo que sea una buena idea tener hijos, porque esta vida para mí no es del todo recomendable.” Aun así, este amigo es de esas personas que disfrutan la vida en algunas cosas, sube a las redes sociales sus viajes, sus relaciones amorosas, sus logros, siempre atento a estar bien presentado y a incrementar sus conocimientos… Así es el, está herido, vive contento, dice ser realista.

PASTORAL JUVENIL

el odio, eso que no nos deja sentirnos del todo plenos, está presente y nos va a lastimar, mas no por eso debemos vivir como los eternos inconformes; dice el apóstol san Pedro: “Resistan firmes en la fe, sabiendo que nuestros hermanos en este mundo se enfrentan con persecuciones semejantes” (1 Pedro 5, 9) ¡No todo será como lo deseamos! Y no tiene que serlo. La vida no está sometida del todo a nuestra voluntad, no tendremos el poder de solucionar todo; dice en una nota de alguna conferencia que escuché alguna vez: “el paradigma de la excelencia ha generado jóvenes ansiosos, egoístas y violentos. Urge hablar menos de perfección y más de solidaridad, comunidad y felicidad” (créditos a quien elaboró tremenda reflexión) Finalmente ¡la vida te decepcionará! en algún grado, las personas que amas también lo harán; la carrera que escojas, tu trabajo, tus hijos, no serán del todo como tú los quieras, no alcanzarás todas tus metas… pero no te preocupes, a todos les ha sucedido y les sucederá lo mismo; tu vida no será ni tiene que ser perfecta.

Este es un buen tiempo para ser conscientes de nuestras heridas, para estar alegres por las oportunidades de sanación que Dios nos ofrece y para comprender que es más poderosa la gracia de Dios que nuestro pecado, “pues la gracia de Dios se ha Nos dice cosas como estas ¡Todos estamos desbordado sobre todos nosotros” (Rm 5, 15) y aunque heridos! porque lastimarnos es inevitable; existe la vida duela “Somos perseguidos, pero no eliminados” una realidad difícil que nos hace sufrir, llámala como (2 Cor, 4, 9) quieras: el mal, el pecado, el error, la mala voluntad, Este es el año de la penitencia y la reconciliación ¡Qué bonito suena! Pero ¿Qué le dice esto a un joven como él? ¿Qué les dice este énfasis pastoral a esos jóvenes nunca satisfechos?

13 | Evangelizar


PASTORAL SACERDOTAL

Por: Pbro. Jorge Andrés Tabares Ríos | ASPA

CONFESARSE:

ALGO ASÍ COMO TOMAR CAFÉ CON UN AMIGO

eflexionando en torno a la importancia y necesidad del sacramento de la confesión, el papa Francisco recordó en una de sus homilías que Jesús no amenaza, sino que llama con dulzura, ofreciendo confianza. Y describió así la actitud de Jesús ante el pecador: «El Señor dice: Ven, vamos. Ven y discutamos. Hablemos un poco. No nos asusta». Es como el papá que necesita reprender a su hijo que se ha portado mal pero lo hace con bondad, afecto y ternura. Es así como el Señor nos llama: «Vamos, vengan. Tomemos un café juntos. Hablemos, discutamos. No tengan miedo, no quiero aporrearlos». El papa Francisco en sus homilías siempre ha demostrado ser un buen catequista, sus ideas tan originales y llamativas hacen pensar y, sobre todo, generan confianza y esperanza. Esta idea de comparar la confesión o la reconciliación con un «tomar café juntos», es una buena metáfora que invita a los ministros de la confesión a ofrecer bien este gran sacramento. Muchas personas han tenido malas experiencias cuando se han acercado al sacerdote buscando la confesión. No han sido comprendidas, se han sentido señaladas, rechazadas, condenadas y no se les ha dedicado el tiempo necesario. Y por estos motivos u otros no vuelven a confesarse y, lo peor, estigmatizan el sacramento y a los confesores. Piensan que todos son iguales y que las experiencias sueles ser siempre negativas. Volviendo a la metáfora anterior, lo mejor del café no es solo el aroma, sino la persona con quien se comparte, donde hay acogida, escucha y diálogo. Eso es lo que debe hacer el ministro de la confesión, porque sin duda eso es lo que Cristo haría con el pecador. Precisamente, el

14 | Abril

Sumo Pontífice explica que Jesús actúa con el pueblo pecador del mismo modo que el padre con el hijo adolescente, actuando con confianza, porque «un gesto de confianza acerca al perdón y cambia el corazón». Si alguien acude a confesarse con buena intención es consciente del pecado que ha cometido y seguro que está arrepentido y dolido. Pues el hecho mismo de acudir al confesor es ya signo de arrepentimiento. Y ya no se trata, por tanto, de hundirlo más en sus miserias. Más bien, como hizo el padre misericordioso con su hijo cuando regresa a casa, hay que levantarlo y decirle que el Señor está de fiesta por su confesión. Así que, no dejemos de buscar el sacramento de la reconciliación por las malas experiencias que se hayan tenido. Pues como lo expresa el papa Francisco: «Cuando yo voy a confesarme, es para sanarme: sanarme el alma, sanarme el corazón por algo que hice y que no está bien». Además, es en el mismo sacramento donde «Jesús se revela al mismo tiempo médico de las almas y de los cuerpos». Y los que hemos sido elegidos para celebrar tan augusto sacramento, generemos cercanía y confianza para que muchos experimenten el amor misericordioso del Padre de Jesucristo y Padre nuestro.


Por: Pbro. Frankin Aníbal Osorio Londoño | Delegado de Pastoral Familiar

El Amor

PASTORAL FAMILIAR

COMO BASE DE LA RECONCILIACIÓN EN FAMILIA El término Reconciliación, según la RAE (Real Academia Española), puede entenderse como:

1. Volver a las amistades, o atraer y acordar los ánimos desunidos.

2. Restituir al gremio de la Iglesia a alguien que se había separado de sus doctrinas.

3. Oír una breve o ligera confesión. Sin embargo, el concepto de reconciliación tiene un trasfondo más significativo; se trata de una experiencia de vida que compromete todo el ser. Dentro de la fe cristiana que profesamos, la reconciliación se considera también como un sacramento, a través del cual se restablece nuestra relación con Dios y con la Iglesia, y es considerado, juntamente con el sacramento de la Unción de los Enfermos, un sacramento de curación , puesto que a través de él obtenemos la sanación de nuestra alma herida por el pecado. Esta experiencia de sanación, que se da a través de la reconciliación, se hace necesaria en todos los ambientes de la vida cotidiana y de manera especial en nuestra familia, que en muchas ocasiones es herida por circunstancias que generan rencor, discordia, enemistades entre los miembros de la misma, y, por medio de la reconciliación, se puede restaurar la unidad familiar. Hablar de reconciliación en familia no es fácil, pues en ocasiones se encuentran heridas muy profundas que solo pueden ser curadas a través del amor, pero no un amor cualquiera, sino un amor de donación, de entrega, un amor auténtico que se aprende de Dios. El papa Francisco en la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia2 propone a los esposos reflexionar sobre el “Himno al Amor” escrito por san Pablo en su primera Carta a los Corintios. En este bello himno se pueden intuir los principales componentes que deben caracterizar todo amor, pero, sobre todo, el amor en familia. Este grandioso escrito se refiere al amor de esta manera:

«El amor es paciente, es servicial; el amor no tiene envidia, no hace alarde, no es arrogante, no obra con dureza, no busca su propio interés, no se irrita, no lleva cuentas del mal, no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta» (1 Co 13,4-7).

Cuando el amor reina en la familia con todo este significado que Pablo le da, no solo se puede alcanzar reconciliación, sino que, también, se podrían evitar tantas heridas emocionales, pues quien ama auténticamente no tiene por qué herir al otro. PARA REFLEXIONAR… Teniendo en cuenta el “Himno al Amor” de Pablo, ¿Cuáles de esas definiciones sobre el amor están presentes en tu hogar y cuáles crees que hagan falta? (En las próximas ediciones de la revista evangelizar se profundizará en cada una de las partes de este himno del amor).

Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica n- 1422. Cfr. PAPA FRANCISCO, Exhortación Apostólica Postsinodal Amoris Laetitia. Sobre el Amor en Familia (Roma 2016) n- 90.

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PASTORAL SOCIAL

Por: Área de Pastoral Social

¡Gozoso el que sabe dar y darse! A propósito de la migración

Las cifras aumentan, las calles están llenas, las aceras y puentes colapsados y, en efecto, esta crisis tiene un relámpago que a muchos ciega y a otros tantos ilumina. La cuestión va más allá de ser aporofobia o xenofobia, la cuestión es que muchos de los iluminados por esta crisis a diario son afectados por el sin sabor de no poder hacer más, de no encontrar n la obra “Los Miserables”, Víctor Hugo reflejó la una solución a esta realidad y guardan situación social de la Francia de aquel entonces, y en silencio un sentimiento de voluntariamente decide irse al exilio en Bruselas; es a frustración e impotencia. partir de esta experiencia y el análisis de la situación, donde compone esta narrativa que se convierte en un grito contra Por tanto, invitamos a quien es la miseria humana; allí, precisamente, lanza la siguiente iluminado por este relámpago, a viajar expresión: “todas las situaciones críticas tienen un al país lejano, que pocos solemos relámpago que nos ciega o nos ilumina”. (Los Miserables visitar, el espíritu; allí podremos encontrar el cómo atenuar esta II.5.3). problemática brindando un saludo, El hombre siempre ha recorrido grandes y significativas promoviendo la dignidad del ser sendas buscando una estabilidad para su vida y humano, orando por el que sufre, mejoramiento de su entorno, así se configuraron las denunciando aquello que daña a la civilizaciones, se asentaron los pueblos, y se globalizó el persona y liberando nuestro ser de mundo. Sin embargo, quien va de camino, y más en el esta carga que aflige y en ocasiones sentido de buscar su plenitud y ventura, debería estar en quema el interior; evitemos gastarnos plena libertad y que, de su ser, brote un deseo de apertura al en situaciones que no vamos a lograr solucionar, pero a las cuales no universo. debemos ser indiferentes ni mucho Hoy nuestro oriente antioqueño, el país, el mundo, se menos dejar que la cotidianidad y el enfrenta con una situación que pasó de ser un proceso consumismo obstruya la capacidad de normal de la cotidianidad humana y un asunto cultural, a ver la realidad de quien sufre y así una situación crítica de la cual todos hablan – en broma, logremos dar el paso a la compasión; angustiados, indiferentes – pero igual está en boca de todos, podemos ser iluminados o podemos y es el fenómeno migratorio de nuestros hermanos enceguecernos de muchas maneras; venezolanos. Ellos y cada uno de nosotros, gracias a los ellos, al fin y al cabo, son nuestros sistemas corruptos que corroen la sociedad, hemos perdido hermanos y nosotros en cualquier -en cierta parte- la apertura al universo y, por tanto, el momento podremos estar en la crisis que necesite de dicho relámpago. derecho humano de tener un asilo en cualquier país.

16 | Abril


Por: Mons. Gilberto Muñoz Ospina

Parte 1

ANÁLISIS DE LA REALIDAD

EL TRABAJO: DON Y OBRA DE DIOS, DONADO AL SER HUMANO

En su predicación, Jesús enseña a apreciar el trabajo. Dios -Padre, Hijo y Espíritu Santorealizaron el gran trabajo de la creación y realizan el mantener todo bien. El mismo Jesús “se hizo semejante a nosotros en todo”, dedicó la mayor parte de los años de su vida terrena al trabajo manual junto al banco del carpintero… “¿No es este el carpintero el hijo de María?”, en el taller de José (cf. Mt 13, 55; Mc 6, 3), al cual estaba sometido. Vamos pues en este tema analizar lo del trabajo humano desde el Antiguo testamento, al Nuevo testamento y Doctrina social de la Iglesia.

https://bit.ly/2Up7xLd

Entendido desde la Palabra de Dios y la Doctrina Social de la Iglesia

La reflexión teológica y pastoral sobre el trabajo se suscita a partir de la importancia antropológica y de las características históricas de esta actividad humana. Se ha definido al ser humano como la criatura de Dios que trabaja, en su relación con la naturaleza y en la forma de organizar lo conveniente con sus semejantes. La justicia de Dios tiene que hacernos responsables y libres del dominio de la naturaleza, de la ciencia, del progreso social e industrial, para que todos seamos conscientes del reparto de las cargas y frutos del trabajo de todos. No olvidemos que el Señor nos dice que tenemos que compartir con todos lo que somos y lo que tenemos.

LA TAREA DE CULTIVAR Y CUSTODIAR LA TIERRA A partir de esta edición, en la revista evangelizar, empezaremos a analizar, desde la palabra de Dios, la Doctrina Social, el magisterio de los Santos Padres y las Conferencias Episcopales Latinoamericanas lo que la Iglesia nos enseña en torno al Trabajo humano. En el Antiguo Testamento El Antiguo Testamento valora positivamente el trabajo, hasta el punto de presentar a Dios como activo, trabajando tanto en la historia de salvación, como en la creación. Por eso se dice que Dios creó los cielos y la tierra, hizo el firmamento, separó la aguas, modeló la figura humana y plantó los campos. Si Dios ha hecho la creación y la salvación, la humanidad toda se encarga de continuar la obra y las acciones de Dios El Antiguo Testamento presenta a Dios como Creador omnipotente: “Vio Dios todo cuanto había hecho, y he aquí que estaba muy bien… Y el día séptimo cesó Dios de la tarea que había hecho” (Gn 1,31; 2,2. Sal 147), que plasma al hombre a su imagen y lo invita a trabajar la tierra “Los días en que hizo Yahvéh Dios la tierra y los cielos… Entonces Yahveh Dios formó al hombre con polvo del suelo, e insufló en sus narices aliento de vida, y resultó el hombre un ser viviente” (Gn 2, 4-7), y a custodiar el jardín

de Edén en donde lo ha puesto: “Tomó pues Yahveh Dios al hombre y le dejó en el jardín de Edén para que lo labrase y cuidase” (cf. Gn 2, 15). Dios confía a la primera pareja humana la tarea de someter la tierra y de dominar todo ser viviente: “Y creó Dios al hombre a imagen suya: a imagen de Dios los creó, macho y hembra los creó. Y los bendijo Dios y les dijo: sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra y sometedla…” (cf. Gn 1, 27-28). El dominio del hombre sobre los demás seres vivos, sin embargo, no debe ser despótico e irracional; al contrario, él debe los bienes creados por Dios: bienes que el hombre no ha creado, sino que ha recibido como un don precioso, confiado a su responsabilidad por el Creador. Cultivar la tierra significa no abandonarla a sí misma; dominarla es tener cuidado de ella, así como un rey sabio cuida de su pueblo y un pastor de su grey. En el designio del Creador, las realidades creadas, buenas en sí mismas, existen en función del hombre. El asombro ante el misterio de la grandeza del hombre hace exclamar al salmista: “¿Qué es el hombre para que de él te acuerdes, el hijo de Adán, para que de él te cuides? Lo hiciste señor de las obras de tus manos, todo fue puesto por ti bajo sus pies” (Sal 8, 5-7).

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PASTORAL MISIONERA

Por: Delegación de Pastoral Misionera

LA MISIÓN DENTRO DE LA PASCUA

Resurrección, el camino hacia la misión: estado permanente de misión. Pero ¿cómo vivir la pascua no solo como bautizados, sino, también, como misioneros? En el evangelio de la vigilia pascual, el Señor nos da unos pasos concretos, enmarcando la pauta para encarnar más intensa y concretamente el misterio Pascual en nuestra vida, estas son: la resurrección, y esta comprende la caridad y la oración.

n el año litúrgico de la iglesia se nos muestra el camino para celebrar nuestra fe, de modo esencial desde los tiempos litúrgicos. La Iglesia, que es Madre y Maestra, nos lleva por la senda del maestro para enseñarlos con sabiduría y espera los momentos culmen de nuestra vida cristiana, tal es el tiempo de pascua que nos encamina por la senda del gozo y la alegría de Jesús resucitado. La vida de nuestro señor Jesucristo nos indicó que la vivencia de la fe requiere de una decisión interior para afrontar con vehemencia las posibles tentaciones y sufrimientos. En estos 50 días, en que nuestro señor vence la muerte y nos redime con su sangre, él nos profundiza el misterio de la misión en un tiempo donde es innegable el evangelizar a los hombres para que encuentren un sentido profundo a su existencia. El papa Francisco nos llama con autoridad, utilizando un imperativo “Jesús ha resucitado”; es necesario llamar a los hombres a proclamar que Jesús esta vivo y que por su gracia somos libres de la muerte, es necesario anunciar, en un ambiente cotidiano, evangelizar, hacer misión, hacer eco de las palabras del Papa, que con una voz que retumba en nuestros oídos nos dice que no podemos quedarnos en silencio, sino que debemos aprovechar este tiempo de gracia para llevar el mensaje del Señor a todos los pueblos.

18 | Abril

Caridad: como se muestra en el evangelio, la caridad incomoda, y requiere una donación total a Dios, ¿Por qué decimos que la caridad es una invitación a la misión? Porque, esencialmente, el cristiano muestra lo que está llamado a hacer por medio de sus actos; no es posible evangelizar sin antes haberse donado a sí mismo. Desde este punto de vista, Jesús nos recuerda que la misión está encaminada a mostrar sus buenas obras a los hombres, sin dejar de lado que se hacen esas buenas obras por el mismo Señor. Bien podemos vivir nuestra espiritualidad misionera de bautizados, dando nuestro tiempo a los demás, especialmente a aquellas personas que necesitan ser escuchadas y acompañadas; podemos también compartir, de acuerdo con nuestras posibilidades, algo material con quienes lo necesitan. Dar limosna permite que nuestro amor al prójimo, no solo se quede en palabras, sino que trascienda hasta llegar a la acción. Oración: como se dijo al inicio, estamos en estado permanente de misión y la oración es fundamental para tener una vida apostólica fecunda, puesto que la fuente de la conversión y la gracia es Dios; nos podemos olvidarnos que Jesús oraba frecuentemente y que el cristiano debe orar siempre como lo enmarca san Francisco de Sales “orar en los momentos difíciles y también en los momentos de paz, porque la oración es el alimento del alma” ¡Cuántas veces nos atrevemos a hablar de Dios, olvidando hablar primero con Él!. La pascua nos debe llevar a que, como discípulos misioneros de Jesús y su proyecto, nos centramos en Él, en su persona, en sus palabras, en sus acciones, en su modo, eso es resurrección. Todos somos misioneros y, por tanto, estamos invitados a vivir de esta manera, no solamente quienes participan en un apostolado, sino todos nosotros bautizados y seguidores de Cristo.


ÂĄNo hay cristianismo sin cruz! La paradoja de la obra de Dios es que no elimina el mal, no anula el pecado, sino que los vence haciĂŠndose cargo de ellos en su propia carne


El SeĂąor es mi pastor, nada me puede faltar. Sal 23,1

Da un aporte para los sacerdotes ancianos, enfermos y en situaciones especiales Es momento de agradecer lo que durante toda su vida hicieron por nuestra iglesia.


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