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Escala 234 | Memoria
Figura 4 – Vista exterior: sutura entre la ciudad y el castillo. Fuente: http://www.progettarearchitettura.it/ la-lecture-di-giorgio-grassi-per-thinking-varese-2015/
TEATRO DE SAGUNTO Grassi encuentra la ruina romana de Sagunto transformada en teatro griego. El arquitecto describe la situación real del Teatro después de diversas acciones que lo redujeron a “larva de sí mismo”, a través de imprecisas reconstrucciones cuyo mimetismo enmascaraban su baja calidad, prácticamente imperceptible para los observadores legos, pero que lo desfiguraron completamente. Así justifica su intervención: Luego resultó claro que el Teatro de Sagunto podría retomar su ‘eficacia evocativa’ (Brandi) apenas adelantando la restauración propiamente dicha (vía en que no es posible conjeturar el retorno), la restitución de hecho y cambiando, ahora, la dirección sin inseguridades. (...) Se hacía, por lo tanto, necesaria una verdadera y apropiada corrección de la ‘ruina artificial’ desde el punto de vista documental e histórico/arqueológico. Justamente porque su ser ruina, irreversiblemente adulterada, la hacía inútil para el estudioso y para el espectador (Grassi, 1993, p. 48). Por lo tanto, Grassi defiende una ‘restitución’ del conjunto con base en la especificidad de su tipología arquitectónica –Teatro Romano – considerando dos aspectos esenciales: su relación con el contexto urbano y paisajístico y su condición arquitectónica “como
forma representativa” (Bonelli) en la ciudad. A ese respecto conviene apuntar la intención de reconstituir la condición del teatro como protagonista del sistema de relaciones espaciales, su lugar arquitectónico de sutura entre el castillo y la ciudad. Según Grassi, esa decisión correspondería justamente a la “liberación de su verdadera forma” (Bonelli). Para finalizar, Grassi afirma que, estando la arquitectura del teatro presente en la ruina, en sus formas, medidas y proporciones, su tarea fue hacerlas reaparecer. Se trató, por ende, de un “problema de lectura” y de restitución, no de su totalidad material (lo que constituiría un “falso histórico y artístico”), sino de los elementos esenciales a la fruición del espectáculo. Un levantamiento exhaustivo de las estructuras remanentes y de todas las fases de transformación antecedió a las intervenciones. Con esto se buscaba un doble propósito: la restitución del espacio arquitectónico del teatro romano en su integridad y la construcción de un espacio teatral adecuado para el uso contemporáneo. Aunque los premisas del proyecto hayan sido la valorización de la preexistencia y la posibilidad de restituir el monumento al uso cotidiano, los intensos cuestionamientos de orden legislativo y social,
permiten percibir lo complejo que es lidiar con bienes culturales de interés colectivo, sobre los cuales se depositan sentimientos y expectativas de diversa naturaleza; especialmente en relación con ruinas que difícilmente son vistas como material susceptible de transformación. El primer objetivo, como argumenta Silvia Malcovati13 (2013), correspondía a una operación factible, en la medida en que los teatros romanos del período imperial prácticamente coinciden con el “tipo” constituido por el binomio ‘cavea-scena’. Según el arquitecto, al restituir el espacio arquitectónico del teatro antiguo en su excepcional dimensión volumétrica, serian reconstruidas las peculiares relaciones espaciales del lugar, incluso con las estructuras arqueológicas mejor conservadas. El trabajo de Giorgio Grassi se desarrolla bajo la marca de la reflexión producida en el ambiente cultural de la Universidad IAUV de Venecia, en que actuaba el grupo ‘La Tendenza’ liderado por Aldo Rossi. Conviene señalar, además, que Grassi no es indiferente al pensamiento producido en el campo específico de la restauración de monumentos. Su primera experiencia de restauración, en que la relación antiguo-nuevo tiene un papel fundamental, ocurre en la intervención del Castello di Abbiategrasso (1970). En sus escritos declara que