El espionaje en México en el Siglo XX. Ed. Promexa. México 2000 Harry Thayer Mahoney y Marjorie Locke Mahoney Los japoneses que permanecieron abiertamente en México operaban en estrecha coordinación con los grupos de la Falange española y del frente alemán, tales como: -El Partido Autonomista Mexicano -La Vanguardia Nacional -La Acción Nacional -La Unión Nacional Sinarquista El grupo de la Hispanidad en México creó un nuevo asociado para colaborar con el servicio de inteligencia japonés, pues tenía un grupo similar cooperando con la inteligencia alemana (…) p. 148
En 1939, estallaron disturbios antijudíos en la ciudad de México. Algunos oficiales del ejército mexicano y agitadores fascistas incitaban a bobos revoltosos a atacar negocios judíos. Federico Montes, jefe de la policía, no hizo nada para detener los ataques, proclamando que las demostraciones era similares a los primeros actos revolucionarios que había derrocado el régimen de Porfirio Díaz. La Vanguardia Nacionalista Mexicana, una organización clandestina de los proscritos Camisas de Oro fascistas, distribuyó volantes con el mensaje: “Debe derramarse sangre judía, sangre judía y aún más sangre judía si hemos de salvar nuestra amada patria”. La Vanguardia fanfarroneaba que había ordenado a sus miembros que exterminaran a 30 mil judíos en México. Rubén Moreno Padres, el “Fuhrer” de la Vanguardia Nacionalista Mexicana se jactaba abiertamente de que su organización gozaba de la “total simpatía del ministra alemán, aun cuando somos una organización puramente mexicana”. El secretario de Gobernación, Ignacio García Téllez, se opuso a permitir que entraran a México refugiados judíos y el presidente Cárdenas se negó a contradecirlo. El 30 de octubre de 1938, García Tellez anunció cuotas de inmigración de mil cristianos procedentes de Alemania, Italia y Japón pero limitó la cuota total de inmigración judía a cien. P. 159
La colonia alemana en México no era tan grande como la española, ni tan rica e influyente. Los sinarquistas, los españoles partidarios de Franco en México, eran vehementemente anticomunistas y antisemitas y lanzaron una virulenta campaña en contra de los judíos por medio de los diarios que controlaban, entre ellos El Hombre Libre y Omega. Los sinarquistas eran dirigidos por Hans Schreiter, miembro de la organización de espionaje nazi, quien, se dice, pasó clandestinamente armas a México para sus pelotones homicidas. El sinarquismo contaba con que los últimos militantes del movimiento de los “cristeros” trabajaran para ellos. Más de cuatrocientos obreros y campesinos que se opusieron a las presiones de organización de los sinarquistas fueron asesinados por los cristeros. P. 159
Los alemanes establecieron su red de espionaje en México con la profunda certeza de que, en cuanto Estados Unidos entrara en guerra en Europa, México los expulsaría. Anticipándolo, construyeron y dejaron tras de sí un Caballo de Troya que continuó sus operaciones de espionaje por medio de la Falange Española, el SIM (Servicio de Inteligencia Militar/España Franquista) y los traidores mexicanos. Algunos de los incautos mexicanos que trabajaban para la Quinta Columna del Eje fueron: -El doctor Atl (su verdadero nombre: Gerardo Murillo), quien fue denunciado ante el procurador mexicano el 4 de febrero de 1941 como uno de los líderes de la Quinta Columna nazi, era activo escribiendo propaganda del Eje que atacaba a Estados Unidos y a los judíos, y dando un sesgo definitivo a favor del Eje a las noticias de la guerra que publicaba en México. -León Osorio, poeta y soplón nazi, fue capaz de llevar a cabo la mágica proeza de conseguir la colaboración de los veteranos republicanos españoles, que eran comunistas fanáticos, para ayudar a los alemanes fascistas en México. Tenía su oficina en Campos Eliseos. -Joel Torres era un agitador extremista y propagandista a favor de los nazis. Estuvo a la cabeza de los disturbios en contra del Colegio Americano el 7 de junio de 1939; apoyó la propaganda en contra de Estados Unidos que afirmaba que un aviador mexicano, que se estrelló en el río Potomac a las afueras de Washington, D.C., había sido en realidad asesinado por el servicio de inteligencia norteamericano. Afirmaba que el avión mexicano había sido saboteado para simular un accidente. - Manuel Torres Bueno y Salvador Abascal fueron el jefe y el principal propagandista de los sinarquistas. Se cercioraron de que la “línea” sinarquista concordara con los temas de la propaganda del Eje. -Manuel Gómez Morin fue jefe del frente nazi/Falange, Acción Nacional. Estaba violentamente en contra de Estados Unidos porque en una ocasión, en un cafezucho de algún pueblo insignificante de Texas se les había negado el servicio a él y a su esposa porque, afirmaba, la mesera dijo que eran mexicanos. P- 163-164
Abwehr (Agencia de Inteligencia Militar alemana) El general Francisco Franco, líder español, que sucumbiría al apremio de Hitler el 8 de enero de 1941, anunció la creación del Eje Mundial español con el título oficial de “Consejo de la Hispanidad”. El propósito manifiesto del consejo era expander y consolidar la influencia fascista de Franco en todos los países de habla hispana, es decir en México y Latinoamérica. Antes de la creación del Consejo de la Hispanidad, la Falange de Franco (el equivalente español al partido nazi alemán) había designado a Augusto Ibañez Serrano “representante oficial de Franco en México”. A pesar de que el gobierno de México se negó a reconocer el de Franco como gobierno legítimo de España, éste pudo designar a un representante no diplomático en México. La revista semanal de la Falange en México, Hispanidad, atacaba abiertamente a las democracias (…) Hacia enero de 1941, había 18 publicaciones subsidiadas por la Falange en México, difundiendo la misma propaganda mordaz a favor de la Alemania Nazi.
En agosto de 1941, Ibañez Serrano fue remplazado como representante de la Falange en México por Eulogio Celorio, quien fue enviado de Madrid por Franco con órdenes de incrementar la propaganda a favor del Eje. Franco informó a Celorio que recibiría órdenes directamente del embajador alemán, el barón Rudt Von Collengerg. P. 146