Revista ECO Ciencia & Naturaleza

Page 25

en Sudamérica para un horticultor y jardinero de Inglaterra llamado William CATTLEY, usaba los pseudobulbos y las hojas de las orquídeas salvajes que crecían en la selva del Amazonas para acondicionar mejor esos envíos que hacía a Inglaterra, sin saber en realidad que estaba por despertar la fascinación del mundo “civilizado” de Europa por esta generosa familia de plantas. En Inglaterra, Cattley plantó los pseudobulbos, que en unos años florecieron en unas flores color lavanda o púrpura (la “historia” no lo ha registrado con precisión), y como no sabía de qué planta se trataba, se las envió a un renombrado botánico, John LINDLEY, quien clasificó a esa planta como perteneciente a la familia de las orquidáceas. Lindley, en homenaje al obsequio y aporte de Cattley, clasificó a la orquídea mencionada y la denominó CATTLEYA. En conclusión, el hallazgo de Cattley en la selva amazónica desató un delirio mundial por las orquídeas, no sólo por la magia de sus flores, sino porque esta belleza, a diferencia de la belleza igual o mayor de otras familias de plantas florales, llama la atención que se logre “sin nada”, viviendo, se diría, “del aire”.

Dendrobium phalaenopsis.

Oncidium jonessianum (autóctona)

Raíces de Catasetum fimbriatum, nombre vulgar: “Casco Romano” ECOCIENCIA & NATURALEZA

Nº 7 | 2008

¿Cómo fue que la manía por coleccionarlas las puso al borde de su extinción? El furor desatado en Europa a fines del siglo XIX por coleccionar orquídeas hizo que, para satisfacer las demandas de los potenciales clientes que estaban dispuestos a pagar altos precios por las mismas, un gran número de recolectores fueran enviados por las empresas y particulares a “buscar” (depredar) orquídeas en lugares remotos, sobre todo de América Latina; estos “buscadores” sufrieron enfermedades, privaciones, y muchos perdieron la vida en sus intentos. El comienzo del siglo XX, por suerte para las orquídeas, barrió con todos los excesos del siglo XIX. Así, “los exorbitantes precios (se han llegado a pagar hasta 6.000 libras esterlinas) por un ejemplar único de una especie que provenía de lugares en los que se la consideraba desaparecida, la recolección de decenas de miles de ejemplares de una misma especie para agotar la fuente y conseguir así la “exclusiva”, los pag. 41


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.