El Mensaje Relatos y Aforismos - J. G. Cano

Page 67

J. G. CANO

66

La sombra de Firmin Si hubiera estado en casa se habría escondido una horas más entre las cobijas, sudando porque en esos trances ni siquiera atina a levantarse un minuto para encender un abanico, el aire si lo hay o lo que sea. Es tanto el miedo que hasta la respiración se convierte en angustioso recordatorio. Pero no estaba en casa y, al menos, quizás nadie le conociera de lo que ayer conociera y se puso en pie, contando los progresos de la reintegración anímica: tomó un baño, se rasuró, se lavó la boca y sacudió los calcetines. Cuando salió a la calle la tarde caía; la cruzó y se arrimó al estante de la cerveza helada. Compró seis, unos pasos y se fue a acomodar entre las piedras de Olas Altas. No sintió el amargo inicial que le obliga a probar salado. Fresca, la bebida, pronto le llevó a donde en realidad no había salido y enseguida regresó sobre sus pasos, sonriendo estúpidamente a cualquier signo de vida. —Por aquí pasó, una tarde, Lowry, y me invitó una copa. “Cómo has estado, Firmin” —Me dijo que le dijo.


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.