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DESTINO O AZAR, CREER O NO CREER
from 29-01-23
LA IDEA DEL DESTINO se encuentra enraizada desde hace muchos siglos entre nosotros, desde la civilización griega existía la convicción de que todo tenía que estar escrito
Las artes adivinatorias que entre las civilizaciones antiguas gobernaban la vida, pasado, presente y futuro de los seres humanos, y entre las que mitos, dioses o planetas eran protagonistas del transcurrir del tiempo, fueron perdiendo su gobierno a medida que la ciencia ha ido descubriendo la composición de la Naturaleza y del Universo, pero siempre nos quedará la duda de si no hemos hecho enmudecer demasiado pronto a los que en un tiempo guiaron los designios del planeta.
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Miguel Ángel Sabadell, doctor en Ciencias Físicas, subraya que “la existencia de las mancias o artes adivinatorias se basa en la necesidad de conocer qué va a pasar y, por supuesto, las mancias sobreviven porque el vidente le dice al cliente lo que quiere oír y así mercadear con la esperanza de la gente sobre las tres grandes cosas que nos importan: la salud, el dinero y el amor”.
LA INCERTIDUMBRE VITAL DEL SER HUMANO
Estos conocimientos antiguos, para Sabadell, demuestran la incertidumbre del ser humano frente a su futuro, porque “al ser humano no le interesa conocer la respuesta correcta sino la que le reconforta y que, por un lado, son las creencias de supervivencia después de la muerte, porque consuelan, ya que lo que nos molesta mucho no es que desaparezcamos, sino que lo hagamos nosotros y el resto siga en pie y, por otro lado, está la necesidad de conocer lo que nos va a pasar”, enfatiza el físico.

“Los psicólogos dividen a los seres humanos en dos grandes grupos que son los de control interno y los de control externo. Los primeros son los que quieren tener todo bien controlado y atado, y cuando sucede algún hecho que no pueden controlar se ponen nerviosos.
A los de control externo la respuesta que tienen cuando, por ejemplo, sufre algún accidente un familiar, es decir: `estaba de Dios que fuera así´, o algún otro pensamiento alentador por el estilo”, añade el doctor.
Miguel Ángel Sabadell concluye con una contundente diferenciación entre los creyentes y los no creyentes, o lo que, según el físico, distingue el destino del azar: “Si eres creyente pensarás que esas leyes las ha dado Dios, pero si no eres creyente creerás que realmente hay una ley por debajo de la experiencia que tú ves, que te puede hacer comprender el Universo y que puedes cambiarlo, que es lo que hemos hecho nosotros en la ciencia: descubrir las leyes que trabajan en el Universo y utilizarlas en nuestro beneficio, pero si crees en dioses no puedes hacerlo”.

Relatos de Vida ANA LUISA VEGA