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De película

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decoras

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ESTUDIANTE DE LA LICENCIATURA EN COMUNICACIÓN. NACÍ Y VIVÍ ALGUNOS AÑOS EN CIUDAD SAHAGÚN ANTES DE MUDARME TEMPORALMENTE A PACHUCA, PARA ESTUDIAR LA UNIVERSIDAD.

ESCRIBIR ES PARA MÍ LA ÚNICA RESPUESTA QUE SÉ CON CERTEZA EN LA VIDA. ME APASIONA CREAR UNIVERSOS ALTERNOS Y DAR VOZ A PERSONAJES QUE NACEN DE MIS EXPERIENCIAS Y MOMENTOS DE ALOCADA IMAGINACIÓN. MI INTERÉS PRINCIPAL ES ESCRIBIR NOVELA, PERO EN TIEMPOS RECIENTES, HE ADOPTADO UN GUSTO PECULIAR POR LA POESÍA Y LOS CUENTOS.

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“El escándalo más aparatoso de la década”. Así lo habían nombrado los titulares. Los noticieros no paraban de hablar sobre ello y en las redes sociales se había levantado un tumulto de comentarios y opiniones diversas al respecto, tanto que pasaron a ser pronunciados en voz alta por los transeúntes en las calles.

Todos hablaban sobre eso, pero nadie podía creerlo.

“Inesperado”, “vergonzoso”, “una auténtica comedia”, eran los adjetivos que más se repetían. Había ocurrido durante la última entrega de la ceremonia anual en la que se premiaba a las personalidades más virtuosas del cine. Durante aquella noche de marzo, cientos de celebridades y fanáticos se reunían para reconocer el talento de los nominados; no obstante, fue enorme la sorpresa que se llevaron cuando, cerca del término del evento, al anunciarse el mérito a mejor película del año, se descubrió que alguien había hurtado el premio.

La estatuilla no aparecía por ningún lado y la noticia, que se expandió como pólvora, fue causa de un verdadero desastre. Al correrse la voz, el gran salón se levantó en murmullos indignados y sorprendidos.

¿Qué había sucedido? Nadie lo sabía.

Aunque fue más grande el horror cuando, pasadas dos horas, se identificó a la culpable: Helena Díaz, reconocida actriz latinoamericana que había hecho su debut apenas un año antes, pero cuyo talento le había concedido dos premios. El público estaba consternado.

Ninguno de los presentes entendía lo que estaba pasando.

La actriz fue detenida con la estatuilla dentro de su bolso cuando intentaba salir por una de las puertas de emergencia. La había delatado uno de los auxiliares, quien alegó haberla visto tomar el premio tras bambalinas después de haber presentado ella misma una categoría.

Tras ser detenida, fue interrogada y, entre lágrimas que dejaron en duda si eran verdaderas o evidencia de sus dotes en la actuación, se justificó al decir que ni siquiera ella sabía por qué lo había hecho.

Después de revisar su bolso se encontraron además algunas joyas y objetos varios como llaves, un par de copas, un espejo de bolsillo y pañuelos pertenecientes a los demás partícipes del evento, el cual terminó enseguida entre manifestaciones de indignación y desagrado.

La prensa no perdió un solo segundo antes de lanzarse a cubrir el espectáculo como enjambre de abejas a un tarro rebosante de miel. A esa misma hora del siguiente día, el mundo entero estaba hablando de aquel extraordinario suceso.

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