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De las pasarelas a su agencia de talentos con una exclusiva cartera de actores

La dominicana recibió el reconocimiento Lidia Bastos en la edición XV del festival de Funglode

SD. La moda y las pasarelas internacionales fueron el inicio de Kaliah Garzón en el mundo del entretenimiento y el arte, pero, con el paso del tiempo, su vida y su carrera tomaron una dirección distinta. Después de años de arduo trabajo, se convirtió en la directora de su propia agencia de talentos, K-One, espacio en el que maneja la exclusiva cartera de actores que ha creado y apuesta por nuevos talentos a la caza de su oportunidad para brillar en la gran pantalla. Cecilia Suárez, Rossy de Palma, Rubén Cortada e Iván Sánchez son algunos de sus representados.

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Recientemente, Kaliah estuvo de visita en el país para recibir el reconocimiento Lidia Bastos, por su trayectoria profesional, en la XV edición del Festival de Cine Global de Santo Domingo. —¿Cuál fue tu primera reacción cuando te enteraste que recibirías el reconocimiento Lidia Bastos? Realmente fue una sorpresa. Me sentí emocionada y agradecida y pensé que se habían equivocado. La mía es una profesión en la cual se denosta. Me dedico a hacer que los demás obtengan un premio o un reconocimiento, peleas por la carrera de otros. Cuando una recibe un reconocimiento, no es habitual, no estás acostumbrada, y lo festejas el doble. Entonces, que un festival sea tan generoso y en un momento determinado te ponga en primera persona, se agradece.

—¿Cómo se dio tu transición de ser modelo a dirigir tu propia agencia de talentos? ¿En algún momento te subestimaron por venir del mundo de la moda?

Sí, sí, eso fue un viacrucis. Cuando estaba estudiando, ganaba mucho más dinero como modelo y, entonces, me dije: “voy a estudiar más tarde”. Me iba a dar un tiempo y ese “tiempito” ha sido eterno. Hice mi carrera de modelo internacionalmente durante 12 años y lo abandoné. En los últimos años negociaba mis propios contratos porque tenía mucha demanda y muy buena relación con los diseñadores y los productores. Yo negociaba, pero el dinero se lo llevaba la agencia. Aun así, cobraba más que mis compañeras y ellas me decían: “Kaliah, por favor, también negocia lo mío” y yo era como una mini agencia dentro de una agencia, pero totalmente altruista. Ahí empecé y después, cuando se separaron los dos dueños de mi agencia de modelos, uno de ellos me dijo que me quería como booker del mundo de desfiles. Después, monté un departamento de actores que llevaba otro booker. Los actores eran una carrera mucho más purista. Me cos- tó como siete años de mucho pico y pala, en los cuales tenía que posicionarme mejor porque era como una intrusa del entretenimiento, por lo cual era considerada un poco superficial y no tenía mucha credibilidad. El pico y pala funcionó. —Ahora mismo hay una generación que se ha criado en redes sociales y siempre están frente a una cámara. ¿Crees que, gracias a esto, los talentos de esta generación están más preparados para desenvolverse ante la cámara y manejar la fama? Ahí yo denosto. Yo soy analógica y me parece que es todo lo contrario. Creo que han desvirtuado la profesión. 

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