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Sectores construcción y agrícola dependen de mano de obra haitiana

Pérdidas de energía fueron 39.2 % de la comprada en 2022

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Joaquín Caraballo

SD. Los bajos salarios serían el motivo principal para que los dominicanos no se interesen en trabajar en sectores como el agropecuario y la construcción y sean sustituidos por haitianos, de acuerdo con representantes de las centrales sindicales. Sin embargo, el ministro de Agricultura, Limber Cruz, asegura que en el área agrícola se pagan los sueldos establecidos por el Ministerio de Trabajo.

Representantes del sector construcción no entienden por qué los dominicanos no se interesan en esa rama cuando solo un ayudante de albañilería cobra entre 1,200 y 1,500 pesos por día, y un albañil entre 2,000 y 3,000 pesos.

“Eso es mentira, los salarios de los extranjeros y dominicanos son igualitos”, indicó el titular de Agricultura. “Recuerden que yo soy productor (de plátanos) y tengo mano de obra extranjera y dominicana, pero más dominicana, por supuesto”. Aseguró que no le paga a ningún trabajador con diferencias, pero que en el sector agrícola al salario hay que sumarle varios puntos, entre ellos: desayuno y comida. También, los empleados reciben parte de las cosechas en las fincas.

En su discurso de rendición de cuentas del pasado 27 de febrero, el presidente de la República, Luis Abinader, llamó a todas las fuerzas políticas a adoptar compromisos con la formulación y ejecución de políticas de Estado eficaces y coherentes, tanto en materia de seguridad y defensa como de política exterior, en relación a la crisis social y política en Haití.

Ese acuerdo, dijo el presidente Abinader, “implicaría asumir una agenda de corto, mediano y largo plazo para enfrentar el proceso de desnacionalización de los mercados laborales”.

Papel crítico

De acuerdo al “Estudio descriptivo-exploratorio sobre el mercado laboral en el sector agrícola y su necesidad de mano de obra extranjera”, del Instituto Nacional de Migración, esa mano de obra juega un pa- pel crítico para la continuidad y eficiencia en el sector agropecuario. Detalla que la mayoría de los migrantes de Haití se emplean en sectores mayormente informales, como la agricultura y la construcción, y ocupan puestos de calificación básica y baja remuneración. Cita que, para 2018, según la última Encuesta Nacional de Inmigrantes, la población ocupada de haitianos era del 76.8 %, de los cuales el 33.8 % laboraba en el sector agropecuario.

0 El sector construcción depende de la mano de obra haitiana en la República Dominicana.

Si bien, de acuerdo con datos oficiales, el 27 % del total de trabajadores agrícolas son extranjeros, según estimaciones de la Junta Agroempresarial Dominicana más del 90 % de los trabajadores operativos en el sector son de origen extranjero y esta cifra llega al 100 % en algunas zonas y cultivos, observa.

“Desde hace años hemos venido diciendo que la mano de obra haitiana, en el sector construcción, ha ido desplazando a la mano de obra dominicana. No entendemos por qué, porque está bien paga”, dijo Eliseo Cristopher, presidente de la Confederación Dominicana de Micro, Pequeñas y Medianas Empresas de la Construcción. Indicó que esa realidad está tan marcada que, si el sector decidiera prescindir de la mano de obra haitiana, la construcción se paralizaría en el país.

También, el presidente de la Central Nacional de Trabajadores Dominicanos (CNTD), Jacobo Ramos, se mostró de acuerdo en que se trabaje la nacionalización del trabajo en el país, pero que se incluya el tema salarios y los beneficios a los trabajadores. 

El dominicano prefiere el motoconcho y no el campo

Elpidio Gil tiene 54 años como productor de cacao en la provincia Espaillat. Hace unos 10 años los dominicanos comenzaron a desinteresarse por trabajar en la agricultura y tuvo que sustituirlos por haitianos que han ido llegando a la zona rural donde reside.

“Los dominicanos se han hecho de un motoconcho, de un motor, y desde que un dominicano consiguió un motor, ya consiguió (dinero)”, dice.

“Suponte que haga 100 pesos en el día (por pasajero); no lo hace trabajar nadie (como agricultor). Entonces hay que pagarles a los haitianos”.

El hacendado ve en las paradas de motoconchos del pueblo a hombres que antes se dedicaban a la agricultura y hoy prefieren conseguir dinero sin exponerse a un trabajo más exigente físicamente, que implica pasar más horas debajo del sol y a temperaturas calurosas.

“Sería una injusticia usted pagarle un precio a uno y un precio al otro. Al dominicano y al haitiano

(hay que pagarle) igual”, dice. Pero, indica que el dominicano se encuentra barato cobrar entre 700 y 1,000 pesos por día de trabajo, por ejemplo, desyerbando y con la comida incluida. “Entiendo que no es poco, entiendo que es que el dominicano no quiere trabajar”. Gil tiene 300 tareas de cacao. En su caso, dice que la finca no produce lo suficiente para pagar los 1,500 pesos a los que aspiran algunos dominicanos como salario diario, con las comidas incluidas y por menos horas laborables.

SD. En 2022, las pérdidas totales acumuladas de las empresas distribuidoras de electricidad (EDE) alcanzaron el 39.2 %. Es decir, por cada 100 pesos de energía comprada las EDE perdieron el equivalente a 39 pesos, según los datos del último informe de desempeño, elaborado por el Ministerio de Energía y Minas, analizados por el Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (Crees).

Según el Crees, el 39.2 % de pérdidas se divide en energía comprada pero no facturada, que representó 32.4 %; y energía facturada pero no cobrada, la cual representó el 6.8 % del total comprado.

“Las pérdidas de energía de las distribuidoras son pagadas por los ciudadanos con sus impuestos”, afirma el centro regional. “En 2022, el subsidio a las EDE ascendió a US$1,484.4 millones, equivalente a un 37.5 % del déficit fiscal de ese año. Para este año 2023 el subsidio eléctrico ascenderá a US$1,291.1 millones, según la Ley de Presupuesto General del Estado 2023. Esto equivale a un 35.6 % del déficit fiscal presupuestado”.

Sacar lo político Según el análisis, mantener la distribución de electricidad como tema político impide que se creen incentivos para que las EDE consigan operar con eficiencia sin demandar subsidios. El Crees considera que con cambios en la administración y la propiedad de las distribuidoras, y la reducción de los subsidios hasta eliminarlos, se podría tener un sector eléctrico que no dependa de las arcas públicas. 

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