Miércoles 23 de marzo de 2011 DiarioLibre.
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Criticarte
WILLIE COLÓN ALFONSO QUIÑONES
on un “Simón” de ñapa, que fue de la salsa a las mixturas del pop y regresó a la salsa, Willie Colón edificó una noche memorable en Jet Set, como parte del 38 aniversario de la Catedral de la Música, según diría Eugenio Pérez, el salsólogo, quien se ausentó sin justificación alguna. “Palo que nace doblao jamás su tronco endereza”, coreó a medianías de “Simón”, antes de que se le saliera un gallo por los patios vecinales, quizás el único error de la noche, que ya a las 2 y 30 de la madrugada había que dejar pasar. Con aquello de “hoy te dedico mis mejores pregones” presentó a sus músicos, en el midley dedicado a Lavoe, El Cantante. Roy Tavaré -quien dejó a Rene Brea con su pela en el Teatro Nacional- bailó bien con Periódico de ayer y con Gitana, que rompió con un excelente solo de saxo. Porque entre otras cosas, Colón impuso sobre el protagonismo anterior de las trompetas en el son, al trombón, y de travesura un saxo. Eran tiempos de “y yo sin poderte hablar”, o Amor verdadero, cuya letra, si se analiza es bien sencilla, pero ¡qué arreglo entre dulce y rítmico! A la 1:18 de la madrugada sonó La Bohemia, con ese cambio de acento que le aporta un misterio sonoro. Antes había sido aplaudido fuertemente por “Oh, qué será”, A Flor da terra, de Chico Buarque. El tema fue precedido de Che che Colé (gracias a Carlitín Pared en Twitter), que mezcló con Presentimiento. Así empezó todo. Inolvidable.
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