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¿Qué se sabe de la "Revuelta de Haymarket"?
La huelga había logrado mantenersenoviolentagraciasalacoordinacióndeAugustSpies,unjoven líderanarcosindicalistayeditordel precitado periódico alemán. Sin embargo, en su tercera jornada, algunoshuelguistasseenfrentaron alosesquirolesquehabíanacudido a trabajar a las fábricas y la Policía disparó contra ellos, matando a dos personas.
Indignadosporlaviolenciapolicial, grupos anarquistas convocaronunamanifestaciónaldíasiguiente, el 4 de mayo, en la plaza de Haymarket, el corazón comercial deChicago.Elprimerborradordel panfleto de la convocatoria hacía unllamamientoaquelaclasetrabajadora acudiera armada al evento, pero Spies dijo que no participaría sisemanteníaesafrase.Seredactó unsegundopanfleto,retirándola,y se distribuyeron más de 20.000 copias,eninglésyenalemán,enun solo día.
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Al día siguiente, la concentración comenzó de forma pacífica.
Albert Parsons y August Spies dieron largos discursos ante las cerca de 3.000 personas congregadas. Spies aseguró en su intervención que el objetivo de esa manifestación no era organizar disturbios, sino reivindicar la jornada laboral de ocho horas y explicar los últimosacontencimientos.
Variosagentesdepolicíaobservaban atentos a las personas congregadas, que se encontraban en una actitud pacífica. También se acercóaescucharalosponentesel alcalde de Chicago, Carter Harrison,elcualsemarchóantesdeque acabaranlasintervencionesalavistadequelamultitudseencontraba muytranquila.
A Spies le siguió en el escenario Samuel Fielden, un pastor metodista, albañil, anarcosindicalista y tesorero de la American Group. Spies permaneció en el escenario juntoaél,mientrasqueParsonsles abandonó, junto a su amigo Albert Fischer, para atender otro mitín anarquista en Zepf's Hall.
Fielden no había participado en lapreparacióndelamanifestación, al haberse enterado tarde de su existencia y se había ofrecido voluntario para hablar en el último momento.Sudiscursonodurómás dediezminutos,perofueapasionado y llamaba a la movilización. Mientrasfinalizabasuintervención, un numeroso grupo de policías se personóenellugar,seacercaronal carro al que estaban subidos los oradoresyempezaronadispersar alamultitud.Elinspectordepolicía JohnBonfieldordenóaFieldenque detuvierasudiscursoyalaspersonas concentradas que se marcharan,alocualFieldenlecontestóque setratabadeunareuniónpacíficay quenoteníanningúnderechopara interrumpirla.
Enesemomento,alguienarrojó una bomba de fabricación casera hacia el grupo de policías, la cual detonóymatóasietedeellosenel momento. Se trata de la mayor matanza de agentes de la historia del cuerpo de policía de Chicago. Una ciudad que, recordemos, albergó a Al Capone.
Este hecho fue seguido de un intenso tiroteo entre obreros y policías.ElNewYorkTimesaseguró que los manifestantes dispararonprimero,mientrasqueelhistoriadorPaulAvrichsostienequefueronlosagentesquienesloiniciaron, disparando sobre personas que huían del lugar. Sobre lo que sí hay consensoesqueenescasosminutos la plaza se vació y 60 policías acabaron heridos, pero muchos de ellosporfuegoamigo.Elagentede policía Michael Schaack, encargado de investigar los hechos, escribiría tiempo después confesando queelaltonúmerodeheridosensu bandosedebíaa"excesos"cometidos por compañeros suyos.
En total siete agentes y cuatro manifestantes murieron ese día. Otropolicíafalleceríadosdíasmás tarde a consecuencia de sus heridas. Se desconoce el número de trabajadoreslesionados,puesmuchos no acudieron a ser atendidos por médicos para evitar posibles detenciones.
Las detenciones
Aldíasiguiente,laPolicíallevóa cabo una redada en la sede del Chicagoer Arbeiter-Zeitung. August Spies fue detenido en el acto, así como su tipógrafo, Adolph Fischer.
Varios registros en domicilios de conocidos anarquistas se llevaron a cabo en los siguientes días y decenasdeactivistasfuerondetenidos.
Entre las casas que se registraronseencontrabaladelanarquista LouisLingg,dondeel7demayose encontródinamitaymaterialespara fabricar bombas.
También fueron detenidos Samuel Fielden, Michael Schwabb (editordelArbeiter-Zeitung),Oscar Neebe (quien intentó relanzar el Arbeiter tras las detenciones) y GeorgeEngel,conocidoporserun sindicalista muy activo, pese a que eldíadeloshechoshabíaestadoen su casa jugando a las cartas.
AlbertParsonsnoseencontraba en Chicago durante las detenciones, pero sabiendo que le estaban buscando y no queriendo abandonarasuscompañeros,seentregóa las autoridades.
En total ocho personas fueron acusadas de conspirar y organizar la matanza. A nadie se le atribuyó concretamentelaaccióndearrojar la bomba. Cinco de los acusados eraninmigrantesalemanes:August Spies,LouisLingg,MichaelSchwab, George Engel y Adolph Fischer. El sexto, Oscar Neebe, había nacido en Estados Unidos, pero era de origenalemán.AlbertParsonstambién había nacido en Estados Unidosyeradeorigeninglés.Eloctavo acusado, Samuel Fielden, había nacidoenInglaterra.
La condición de extranjeros de lamayoríadeellostuvounenorme pesoenlasociedadestadounidense, que temía la invasión de "ideas revolucionariasextranjeras",como bienexplicaTomGoyensensuen- sayo,publicadoen2007,"Beerand Revolution:TheGermanAnarchist Movement in New York (18801914)".
Este hecho es uno de los más importantes de la historia de la humanidad.
De todos los acusados, sólo August Spies y Samuel Fielden habíanestadopresentesenHaymarket durantelaexplosión.
El juicio

El juicio contra los ocho acusados arrancó el 21 de junio de 1886 y finalizó el 21 de agosto. El juez, Joseph Gary, no supo guardar las formasysemostrómuyhostilhacia los acusados a lo largo de todo el proceso.

La campaña de solidaridad con los acusados consiguió reunir 40.000 dólares para pagar a inves- tigadores,cronistasquedocumentaran la totalidad del juicio y pagar los "modestos honorarios" de los abogados defensores, en palabras del historiador Paul Avrich. La defensa fue liderada por el abogadoWilliamPerkinsBlack,un respetado veterano de la Guerra Civil condecorado con la Medalla de Honor y letrado de gran prestigio en Chicago. Sin embargo, su buena reputación no pudo soportar la decisión de defender a los anarquistasy,comoconsecuencia, fue condenado al ostracismo por sus compañeros y perdió muchos clientes. Le acompañaron en estrados los abogados Sigmund Zeisler (miembro de la Liga Antiimperialista), Moses Salomon y William Foster.
Entre el mundo del arte y el mundo del trabajo


Enelsenodeunaculturaeminentemente logocéntrica, racional y utilitaria como la occidental, el lugar del artista del espectáculo resulta problemático.
Estoprocededirectamentedelaespecificidad de su actividad, caracterizada por la exhibición pública del cuerpo y de la acción. Este carácter confictivo puede rastrearse ya desde el mundo griego. En su refexión acerca de la "división de lo sensible" en la sociedad helénica, Jacques Rancière plantea que el mimético ostenta un carácter doble.


Esta duplicidad no emana tanto de la ficción o falsedad de las acciones que ejecute, como de dar al principio privado del trabajo un carácter público.


En la Grecia clásica, la dualidad del mimético consistía, entonces, en exhibir públicamente su trabajo, actividad fabricadora propia de la oscuridad del mundo privado, y, por lo tanto, necesariamente opuesta a la visibilidad del espacio político. Así, al exhibirse como un trabajador, el mimético cuestionaba, con su sola existencia, esa división delosensibleenlaquesesosteníatoda la estructura de la polis.
Es por ello que el escenario perturba la división de identidades, actividades y espacios. Para minimizar dicha perturbación, la exhibición en escena será sometida a un principio que la justifque y/o la legitime, siendo subordinada así a la idea de representación.
Estocontribuyeasituaralosartistasen una posición subalterna, en tanto su tarea se plantea como la ejecución material de un sentido aportado por una instancia heterónoma al hecho espectacular, sea ésta el texto dramá- tico o la visión del director, el coreógrafo, etc. La actividad de los artistas resulta, entonces, legitimada en la medidaenquesesubordinealarepresentación de un sentido valorado colectivamente. Esto se observa claramente en la jerarquía interna entre los artistas del espectáculo, en cuya cima se encuentran aquellos cuya actividad posee un respaldo discursivo o textual de algún tipo (fundamentalmente, los actores que representan un texto dramático o los músicos que interpretan una partitura) y en cuya base se hallan los que no cuentan con el mismo (los bailarines, que carecen de una notación universalizada como la musical, y los artistas de variedades). Esta discriminación no sólo es palpable en el posicionamiento de unos y otros ante el público, sino en la legislación, en los convenios colectivos de trabajo y en los confictos surgidos (o solapados) entre las asociaciones gremiales e inclusive en el seno de cada una de ellas, aspectos sobre los que volveremos más adelante.


