Edición diario ahora 19 03 2016

Page 10

CMYK

10

Voces

Diario AHORA, sábado 19 de marzo de 2016

ADAGIO: “Para mí, el mayor placer de la escritura no es el tema que se trate, sino la música que hacen las palabras.” Truman Capote

ENCUENTRO CON AUGUSTO HIGA OSHIRO

E

s cierto que Augusto Higa se ha hecho muy conocido y ha sido sumamente celebrado por los lectores peruanos a partir de sus novelas cortas La iluminación de Katzuo Nakamatsu (2008) y de Gaijin (2014), dos libros de excelente factura que bastan para colocarlo en el primer plano de nuestra narrativa contemporánea. Pero también es verdad que la carrera literaria de Higa comenzó hace muchos años, desde mediados de los setenta, y que tiene tres libros de cuentos: Que te coma el tigre (1977), La casa de Albaceleste (1987) y Okinawa Existe (2013), este último ha sido merecedor del libro ganador del concurso José Watanabe Varas de la Asociación Peruano Japonesa. Narrador de gran trayectoria, Augusto Higa Oshiro, es un escritor que en muchas de sus narraciones refleja el mundo urbano limeño, con una sutileza que recuerda las influencias de sus ancestros. Formó parte de la generación del setenta y del Grupo Narración, junto a escritores como Antonio Gálvez Ronceros, Gregorio Martínez y Oswaldo Reynoso, con quienes cultivó una gran amistad. Con ellos publicó la revista “Narración”, en 1966, en la que difundía sus primeras historias. Con la novela Saber matar, saber morir ganó el Premio de Novela Corta 2014 de la Cámara Peruana del Libro. Esta novela se ubica en los años ochenta, durante la escalada de Sendero Luminoso. Un personaje es integrante de SL y capta a sus secuaces entre los pandilleros de Parinacochas y el jirón Humboldt, en el distrito de La Victoria. Bajo sus órdenes, el grupo se dedica a asaltar, quemar y hacer reglajes. A continuación dejamos una pequeña entrevista que hiciéramos a Augusto Higa. ¿Cuáles fueron los autores que más influyeron en usted como escritor? Muchos libros me marcaron. Shakespeare, Proust, Mo Yan, Corman McCarthy, o un Ribeyro. A éste último lo leí desde que estaba en el colegio y creo que mucho influyó, pero no sabría decirte de qué manera. Los años sesentas y setentas eran una época en la cual los escritores querían mostrarse experimentales, querían mostrar que la literatura era técnica. Conversación en la Catedral se puede leer como una pirámide. En dicho bar hay dos personas conversando, se produce un diálogo pero en un momento se producen 20 diálogos a la vez. Eso es pura técnica. Todos aspirábamos a eso. ¿Algún libro marcó su vocación literaria? No. Primero fue el hecho de escuchar cuentos, eso influyó bastante. Yo era muy y me gustaba que me contaran cuentos de la calle, de aparecidos, marimachas, fantasmas, duendes. ¿Recuerda sus primeros escritos? Yo estaba en el colegio. Allí influyó el hecho de que yo era un pata solitario. Estaba en el barrio pero me era difícil

integrarme. Es por eso que mi vocación literaria se debe a mi incapacidad de insertarme y a mi poco gregarismo, a pesar de que tenía buenos amigos y estaba en la collera. Y a los 14, 15 años, justamente cuando empiezo a escribir versos, es que yo rompo con todo, me aparto del barrio. Entonces empecé a vivir solitariamente y a escribir. ¿Por qué prefiere la novela corta? Me he adaptado a ella porque mi estilo es básicamente a nivel verbal. Me esfuerzo mucho por afianzar la palabra. Uno cosa es que seas muy pulcro en sesenta, noventa páginas, y otra que lo hagas en trescientas. Por eso Jorge Luis Borges nunca escribió novelas. ¿Cuándo es que hace la transición al cuento? Eso fue más largo. Fue a partir de reflexiones. Un día un profesor me dijo que si uno quería saber hablar, primero tenía que saber escribir. Entonces sobre la base de lo que me dijo ese profesor, empecé a escribir. Y lo primero que

todavía no tenía una noción conformada de lo que es el mundo, después eso se fue transformando y ahora ya he logrado dominarlo. Es a partir de ese esquema, en esos cuentos, donde empiezo a tratar el mundo de los nisei, de los japoneses. Se sentía marginado por ser hijo de japoneses. Marginado, desarraigado, por haber vivido en una época tan difícil como la posterior a la Segunda Guerra Mundial, y porque desde el hogar no nos hemos aprendido a identificar con el país. Formamos una isla aparte. Usted me ha hablado de varias décadas de escritura. Si tuviéramos que comentar La iluminación de Katzuo Nakamatsu, ¿por qué gustó tanto el libro? Porque es un mundo que yo he nacido, comprendido y estudiado. Desde los años sesenta he estudiado la inmigración japonesa al Perú. Conozco toda la bibliografía, hice estudios de campo, entrevistas, conversé con distintos actores y migrantes japoneses. Tengo una amplitud. Entonces, como esperé tanto, la cosa me sale con mucha fuerza, pero, cortita nada más. ¿En cuánto tiempo escribió La iluminación de Katzuo Nakamatsu? La novela es muy cerrada, muy sintética. No se extiende en muchos capítulos, ni en muchos espacios, por el contrario tiende a la comprensión. No obstante que hay partes oscuras y discursivas, se puede leer de un tirón. Porque es altamente concentrada, no se escribe horizontalmente. Mejor dicho, se escribe por versiones, intensificando, suprimiendo en cada borrador. Probablemente, deben haber sido cinco o seis en un lapso de cinco años.

escribo son impresiones, estampas, cosas planas, ocurrencias de la calle pero que no tienen ninguna anécdota, y a los 18, 19 años, doy el salto al cuento. En mi caso fue un proceso lento: poesía, diarios, impresiones. ¿Tenía claro que quería ser escritor? Sí, pero un chico de 16, 17 años que quiere escribir no tiene nociones muy precisas. Yo sabía exactamente que mi camino era la literatura, y dentro de la literatura, la prosa digamos, el cuento, la novela; me gustaban mucho más que la poesía. Entonces desde ahí he empezado a evolucionar, y a los 21 años ya estaba ganando un premio nacional, que tenía dos fases: una consagratoria y otra para principiantes. El premio consagratorio lo ganó José María Arguedas. Fue más o menos importante, y a mí me sirvió de entrada para el gran mundo literario. La mayoría de sus personajes son desarraigados, solitarios, no encajan en ninguna parte, ¿por qué? Debe de ser, digamos, una expresión de mi otro yo. Es allí donde cada vez me voy dando más cuenta de mi propia condición existencial de marginal. En ese entonces

CONVOCATORIA A JUNTA DE ACCIONISTAS EL PRESIDENTE DEL DIRECTORIO DE LA EMPRESA MUNICIPAL DE AGUA POTABLE Y ALCANTARILLADO DE PASCO S.A., CITA A UNA REUNION ORDINARIA DE JUNTA GENERAL DE ACCIONISTAS QUE SE LLEVARA ACABO EL DIA MIERCOLES 30 DE MARZO A HORAS 10:00 A.M. EN LA ALCANDIA DE LA HONORABLE MUNICIPALIDAD PROVINCIAL DE PASCO PARA TRATAR LA SIGUIENTE AGENDA: 1.-MODIFICACION DEL ESTATUTO DE LA EMPRESA 2.-ELECCION DE MIEMBROS DE DIRECTORIO DE ACUERDO A LA LEY 30045 ATTE. EL PRESIDENTE DEL DIRECTORIO

¿Le ha sorprendido el éxito que ha tenido? La verdad que sí. Por el tema y la forma, esta novela se suponía estaba condenada a una minoría de lectores. Por el problema racial o étnico, yo pensaba que a lo mejor no iba a gustar. La realidad me ha sorprendido. Los lectores, los observadores, entienden perfectamente la novela, porque vivimos la modernidad y la globalización, y porque son historias que a todo el mundo interesa. Si no por qué tienen tanto éxito las películas de la India, las series coreanas, o los dibujos animados japoneses. El diario de un loco de Lu Hsun, por ejemplo, es un caso conmovedor y perfectamente legítimo para cualquier lector: la de la sociedad rural caníbal que entre todos se comen. ¿Qué piensa de su generación, de Gregorio Martínez, Carlos Calderón y otros? Nos sentimos cercanos. Lo que nos separa son las ambiciones literarias: cada uno tiene un mundo distinto. Los de los años sesenta somos una generación que se nutrió de obras latinoamericanas. ¿Por qué escribe, Higa? Porque no sé hacer otra cosa. Porque si no escribo estoy jodido, me vuelvo loco. Por lo menos tengo la ambición de algún día escribir.

RECOMENDADOS TODOS LOS CUENTOS de Augusto Higa Oshiro, es un libro que reúne todos los cuentos de este escritor peruano, considerado un “orfebre de la palabra” por el crítico Ricardo González Vigil. En este libro encontramos relatos incluidos en los cuentarios Que te coma el tigre (1978), La casa de Albaceleste (1987), Okinawa existe (2013) y otros no publicados aún. Higa es un escritor de perfil bajo y que a pesar de eso ha logrado destacar en la narrativa peruana contemporánea con un dinamismo que desafía sus 68 años. Además del cuento, ha destacado en la novela, siendo La iluminación de Katzuo Nakamatsu (2008) y Gaijin (2014).

CMYK


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.