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Iglesias tocan campanas contra la violencia y los desaparecidos

‘Que la sangre de Javier y Joaquín sea semilla de paz’

Frente al altar de la parroquia de San Francisco Javier, en Cerocahui, Chihuahua, dos retratos han sido colocados para que la gente del pueblo rinda homenaje a los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora, asesinados el 16 de julio de 2022 en este mismo lugar.

Enclavada en la Sierra Tarahumara, la iglesia se llena de música, color y danza, pues la comunidad rarámuri conmemora a sus sacerdotes caídos a manos del crimen organizado con un ritual de purificación.

“Unidos en oración con todas las familias que tienen seres queridos desaparecidos, este año transcurrido ha sido un tiempo de dolor, de lucha por conseguir justicia, de impotencia frente a la incapacidad de los gobiernos por generar un diálogo abierto que ayude a construir vías que posibiliten la seguridad real en las diferentes regiones del país”, dice en su sermón José Francisco Méndez Alcaraz, socio del Provincial de la Compañía de Jesús en México. La ceremonia fue concluida con una sentencia del sacerdote: “La complejidad de la violencia requiere la participación de todos los sectores. Que la sangre de nuestros hermanos Javier y Joaquín sea esa semilla y esa levadura que vaya fermentando paz y justicia para esta tierra tarahumara y para México”. /ARTURO lano, sacerdote jesuita, destacó que a partir del asesinato de sus pares en la Sierra Tarahumara se conformó un núcleo entre la comunidad religiosa en donde se ha planeado un proceso de construcción de paz.

Además, indicó que en el gremio se han realizado oraciones mensuales con diferentes temas con res-

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